jueves, 30 de marzo de 2017

RESEÑA (by MH) ::: UN CUENTO DE ENFERMERA - Louisa May Alcott


 
Título original: A nurse's story
Autora: Louisa May Alcott 
Editorial: Funambulista
Traducción: Jorge Rus
Páginas: 200
Fecha de publicación original: 1865
Fecha esta edición: enero 2014
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 21 euros
Ilustración de cubierta: La Malade (Félix Vallotton, 1892)

 
Kate Snow, narradora de esta novela, es una enfermera (como lo fue la propia autora) contratada para ocuparse de Elinor, la hija pequeña de la familia Carruth, aquejada de una extraña enfermedad mental. Kate intentará desde el primer día entender por qué el joven Robert Steele, supuesto amigo de la familia, mantiene un control absoluto sobre todo lo que ocurre en casa de los Carruth. 

Auténtico laberinto de engaños, misterios y pasiones, con un sorprendente final, esta novela de intriga cuasi policial sobre la maldición de una estirpe recuerda algunas de las mejores páginas de Wilkie Collins, las hermanas Brontë o Jane Austen...

Que Louisa May Alcott era mucho más que la autora de Mujercitas lo hemos comprobado quienes nos hemos acercado a otro tipo de obras suyas mucho menos conocidas que se adentran en el terreno de lo gótico o el misterio, como aquellas que escribió con el seudónimo de A. M. Barnard cuando ya era una autora famosa.

Esta novela que traigo hoy va también por esos derroteros del misterio y, sin embargo, es una obra muy temprana, escrita incluso antes del arrollador éxito de Mujercitas, que todo el mundo considera su primera novela. Y a mí, sabiendo precisamente esto, que fue de lo primero que escribió, me ha sorprendido mucho por lo bien elaborada y desarrollada que está la trama.

La protagonista de la historia, Kate Snow (que además narra en primera persona y por eso solo conocemos su punto de vista durante toda la trama), es una mujer muy independiente, inteligente, segura de sí misma y de su posición en el mundo. Inglesa pero viviendo en América, no tiene fortuna a pesar de ser hija de un caballero y debe trabajar para ganarse la vida. Es enfermera de profesión, especializada en enfermos mentales y en sus cuidados (ella incluso habla de "poderes" en algunas ocasiones), y tras un tiempo de búsqueda infructuosa de empleo, comienza a trabajar para la acomodada familia Carruth. Su paciente en la casa es la hija pequeña de la familia, Elinor, que da muestras de alguna enfermedad mental sin definir y que le sobrevino de repente algunos meses atrás. No permite que ninguna enfermera se ocupe de ella, pero Kate, gracias a su experiencia previa en situaciones similares y un carácter resolutivo y paciente, consigue lo que nadie ha conseguido antes: la confianza y el cariño de Elinor. Y es a partir de este momento cuando los misterios y los esqueletos en el armario de la familia Carruth comienzan a desplegarse ante ella.

La trama tiene dos vertientes muy definidas. Por un lado está el drama familiar de los Carruth, la incógnita que sobrevuela la casa en cuanto a la locura que padece Elinor y su origen. El cabeza de familia, muy débil de salud, vive apartado en una casa en el campo; su mujer, que de cara a los demás no aparenta ningún problema y cumple su rol de dama de la alta sociedad, vive angustiada por el rechazo de su hija Elinor, que desde que cayó enferma la repudia y le culpa de su locura; su otra hija, Amy, va a casarse a pesar de todo desoyendo la prudencia que aconseja la situación; y sus dos hijos varones, Augustine y Harry, totalmente opuestos en cuanto a carácter, viven también la situación con la espada de la enfermedad pendiendo sobre sus cabezas.

Por el otro lado, en la segunda vertiente, está Steele. Este personaje es el mejor dibujado de toda la historia junto con Kate, su evolución dentro de la narración es perfecta, y las escenas que comparten juntos, esas conversaciones buscadas en mayor o menor medida por uno u otro, son sin duda de lo mejor de la historia. Es de su mano de donde nace el misterio que rodea a la casa y a sus habitantes. Steele no es nadie dentro del núcleo familiar, y sin embargo es él quien manda, a quien se obedece, a quien se teme, a quien se soporta como una carga obligatoria imposible de evitar. ¿Por qué? ¿Qué oscuro secreto esconde que obliga a los Carruth a aceptar que viva entre ellos como uno más y a rendirle cuentas de todo lo que sucede en la casa

Así, entre el fantasma de la locura y el misterio que rodea a Steele, mientras Kate cuida de Elinor y siente un afecto creciente por la familia para la que trabaja que le impulsa a inmiscuirse en lo que ocurre en la casa, se suceden las páginas de una historia que si alguna pega pudiese ponerle (y solo es una pega como lectora que comprende y empatiza con determinado personaje que nada tiene que ver con la calidad de la historia), es que me hubiese gustado otro final para ese personaje en concreto. Me dio la sensación leyendo el libro de que mis simpatías iban en dirección contraria a lo pretendido por la autora, pero es algo que me suele pasar, voy un poco a contracorriente.

Se podría definir esta novela como de intriga, y la autora consigue mantener el misterio sobre lo que sucede hasta el momento mismo en que ella decide que sepas lo que pasa, nunca antes. Y no porque nos esconda información, sino porque la narración sigue su propio camino creando la ambientación adecuada y necesaria hasta llegar a ese descubrimiento para que no solo importe lo que se desvela, que es el misterio latente durante toda la historia, sino que para entonces se ha creado una situación que hace que ese secreto tenga consecuencias en la casa y en sus habitantes que al principio de la novela eran impensables.

Entiendo que a quien esté acostumbrado a novelas de misterio contemporáneas esto le sabrá a poco, pero yo la he disfrutado mucho, me ha parecido muy bien escrita, y para ser una autora novel como lo era en aquel momento, Louisa M. Alcott consiguió lo que otros no consiguen teniendo una trayectoria mucho más amplia a las espaldas, que es armar una historia sólida, con una protagonista fuerte y con carácter (que además toma decisiones que el lector puede considerar discutibles) y un misterio que se mantiene bien durante toda la novela.

Termino hablando un poco de la edición, como siempre. La edición de Funambulista, en este caso, deja la rústica a un lado. Es de tapa dura con sobrecubierta y además incluye una cinta como marcapáginas, detalle que muy pocas editoriales hoy en día se molestan en añadir a sus libros. Muy bonita y de un tamaño cómodo. Además esta obra estaba inédita en castellano hasta esta edición, así que hay que agradecerles que la hayan recuperado.

Por cierto, una de las propuestas que nos hicisteis para reseñar en el blog (ya sabéis que podéis ver el listado aquí) era otra novela de Louisa May Alcott. En concreto se trata de La muchacha anticuada, que aunque está descatalogada, no me ha costado nada encontrar de segunda mano y ya la tengo en mi poder. Así que prontito vendré con otro Alcott por aquí. 

Louisa May Alcott (29 de noviembre de 1832, Germantown, Pennsylvania) fue la segunda hija del filósofo y educador trascendentalista Amos Bronson Alcott. En 1843, Louisa se fue a vivir a Fruitlands, una comunidad utópica que el padre había fundado; sin embargo, a poco, la comunidad fracasó y esto hundió en la miseria a toda la familia Alcott, que tuvo que mudarse a Concord (Massachussets), donde Louisa se vio obligada a desempeñar desde muy joven todo tipo de trabajos para contribuir al sustento de sus familiares. Durantos estos difíciles años, escribió su primera colección de cuentos titulada Flower Fables, y empezó una colaboración literaria con la revista The Atlantic Monthly.
Fue una gran partidaria de las causas sociales: escribió artículos para el periódico feminista The Woman's Journal, luchó por el sufragio universal, apoyó el movimiento por la abolición de la esclavitud y, durante la Guerra de Secesión, ejerció como enfermera voluntaria en el hospital de Georgetown. Las cartas en que refería sus experiencias como enfermera, publicadas con e título de Apuntes del hospital, la consagraron como escritora.
En 1864 publicó su primera novela, Moods, y, en 1868, la obra semiautobiográfica Mujercitas, que la hizo mundialmente famosa. Tras el asombroso éxito comercial de la novela, escribió Aquellas mujercitas, Hombrecitos, Los muchachos de Jo, que completan la saga de la familia March, y varios cuentos y novelas, algunas de carácter moral y educativo. También escribió con el seudónimo A.M. Barnard novelas psicológicas y de intriga.
Murió en Boston a la edad de 56 años, por envenenamiento de mercurio, el 6 de marzo de 1888, dos días después de la muerte de su padre.  

lunes, 27 de marzo de 2017

RESEÑA (by MH) ::: UNA DETECTIVE INESPERADA - Kerry Greenwood



 
Título original: Cocaine Blues
Autora: Kerry Greenwood 
Editorial: Siruela (colección Nuevos Tiempos)
Traducción: Pepa Linares
Páginas: 240
Fecha de publicación original: 1989
Fecha esta edición: septiembre 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,95 euros
Ilustración de cubierta: Beth Norling

 
Una detective inesperada nos presenta la primera aventura de la clásica y moderna heroína que está conquistando a los lectores de todo el mundo. ¡Llega Phryne Fisher!

A finales de los años veinte, la vida social londinense está en pleno apogeo, pero la aristocrática e irresistible Phryne Fisher se hastía solo de pensar en arreglos florales y conversaciones educadas. Por eso decide que embarcarse rumbo a Australia, su tierra natal, para probar suerte como detective y así escapar del tedio de la alta sociedad inglesa, será algo de lo más emocionante.

En efecto, desde que la intrépida Phryne pisa por primera vez el hotel Windsor, en Melbourne, se ve envuelta en una vertiginosa y entretenidísima trama: esposas envenenadas, estupefacientes, comunistas exaltados y policías corruptos. Por no mencionar los escarceos amorosos con el atractivo bailarín ruso Sasha de Lisse en las vaporosas salas del baño turco de Little Lonsdale Street...

«Las novelas de la deliciosa y sugerente Phryne Fisher son lo mejor que ha exportado Australia desde Nicole Kidman y Kylie Minogue».
Booklist

Una detective inesperada habita mi estantería desde el día siguiente a su publicación porque desde que supe de su publicación me hicieron los ojos chiribitas. Me daba cosa leerlo por si me defraudaba... pero tenerlo, tenía que tenerlo. Llevaba mucho tiempo esperándolo. No sé si conseguiré no fangirlear sobre la adaptación televisiva... miento, SÉ que no lo conseguiré, pero intentaré de todos modos darle a cada cosa su lugar.

A ver por donde empiezo, porque no puedo hablar de este libro sin hablar de la serie para explicaros por qué tenía tantas ganas de tenerlo en las manos.

Allá por el 2012 se estrenó en Australia una serie llamada Miss Fisher's murder mysteries, que además estuvo muy pronto subtitulada al castellano por estos lares. Estaba deseando verla cuando la estrenaron, y una vez conseguí ponerme con ella, caí rendida ante las aventuras de la honorable Phryne Fisher & company. La premisa era sencilla: una adinerada y glamourosa (muy glamourosa) dama de la alta sociedad de Melbourne se reconvertía en detective, ayudando al inspector Jack Robinson en sus casos, al tiempo que se nos mostraba cómo era la Australia de finales de los años 20 de la mano de una mujer muy poco convencional (y muy adelantada) para su época. Se emitieron tres temporadas y ni que decir tiene que en su tierra natal fue un bombazo... hasta se hicieron exposiciones con el lujoso vestuario que lucía la actriz Essie Davis en la serie.

Sabía que la serie estaba basada en una saga de libros, y durante la emisión estuve esperando que a alguna editorial se le ocurriese traerlos a España. Mi gozo en un pozo, la serie terminó en 2015, y si durante la emisión no hubo señales de que eso fuese a ocurrir, ni se me pasó por la cabeza que pudiese suceder más adelante. De ahí mi cara de sorpresa cuando buceando por la web de Siruela me encontré con esa portada... porque sin leer siquiera el título del libro (que poco tiene que ver con el original, así que me hubiese dado igual) supe que por fin Phryne Fisher desembarcaba en España. Es la portada original, la australiana, por eso la reconocí enseguida. Y no sabéis cómo agradezco que la hayan mantenido. Ninguna que hubiesen elegido ellos sería mejor.

La historia comienza en Londres. En mitad de una cena con invitados en su casa, sucede un hecho que Phryne, observadora y muy perspicaz, resuelve sin complicación alguna para el asombro de todos y en especial de un coronel allí presente, que le pide que vaya a Melbourne (ahí, a la vuelta de la esquina) a averiguar qué pasa con su hija Lydia, que se comporta de un modo muy extraño según deducen a través de sus cartas. Y Phryne, que realmente es australiana de nacimiento, que se aburre mortalmente en Londres y que no sabe qué hacer con su vida pero sí sabe que necesita "vidilla"... se sube a un barco y pone rumbo a las Antípodas. Sin más, no necesita darle más vueltas. Yo creo que esta mera introducción ya define muy bien ante qué tipo de personaje estamos: aventurera, inquieta, valiente, poco convencional, hace lo que quiere cuando quiere, inteligente, muy incisiva, intuitiva e independiente y no hay nada que se le ponga por delante a lo que no encuentre manera de sortear y enfrentarse.
¿Qué voy a hacer? se preguntó—. Hasta ahora ha sido todo bastante interesante, pero no puedo continuar dedicándome a bailar y a dilapidar mi vida. Supongo que podré batir un récord en las competiciones aéreas con el nuevo Avro... o unirme a la señorita May Cunliffe en las carreras del nuevo Lagonda... o aprender abisinio... o aficionarme a la ginebra... o criar caballos... No sé, todo me parece muy soso. Bueno, procuraré ser una una perfecta dama detective en Melbourne, lo cual parece suficientemente difícil, y puede que se me ocurra algo. Si no, todavía llego a la temporada de esquí. Al final, igual me divierto.
Su llegada a Melbourne supone realmente la base sobre la que se asienta la saga de esta detective en ciernes. La autora ambienta los libros en una ciudad de la que conoce muy bien su historia, y unos años en los que Melbourne ya podía considerarse una ciudad moderna, que estaba floreciendo y adaptándose a los nuevos tiempos, pero que todavía estaba a años luz de las grandes capitales europeas (que en aquel momento se estaban recuperando de la Gran Guerra). Phryne, ahora rica, espera encontrarse la Melbourne que abandonó años atrás siendo una niña pobre, muy pobre, pero le recibe una ciudad muy distinta. Y una vez allí no solo tendrá que hacer frente al encargo de averiguar qué sucede con Lydia, sino que se compromete a investigar una serie de abortos clandestinos que están llevando a muchachas muy jóvenes al hospital, caso en el que se ve envuelta gracias a Bert y Cesc, los reivindicativos taxistas que conoce nada más arribar al puerto, y a la doctora MacMillan, a la que conoce en el barco de camino a Melbourne y que comienza a trabajar en un hospital para mujeres de la ciudad. Es este segundo caso el que también nos introduce al personaje del inspector Jack Robinson. Todos ellos, junto a Dot (a la que contrata como criada al poco de llegar a la ciudad) formarán parte del mundo de Phryne Fisher en entregas sucesivas de la saga. 

De lo que arriba comento ya se puede vislumbrar que Greenwood aprovecha la narración y la investigación de los casos para hacer también una crítica social de la época. El papel de la mujer en aquellos años, su entrada en un mundo laboral exclusivo para hombres hasta entonces, el desconocimiento de los métodos anticonceptivos entre jóvenes socialmente desfavorecidas o el auge del comunismo entre una clase trabajadora que estaba harta de las condiciones laborales que sufrían mientras la alta sociedad vivía de fiesta en fiesta entre glamour y champán, son solo algunos de los temas que se abordan en la historia.


La novela destila ese clasicismo habitual de la literatura británica y australiana o neozelandesa de los años 30 o 40, solo que con una protagonista que en aquellos tiempos sería impensable por su modernidad y estilo de vida, que en los años 20 digamos que podría considerarse promiscua y libertina en muchos aspectos. La sal de estas historias está precisamente en la marcada personalidad de Phryne Fisher en un mundo poco preparado para ella que la observa atónito y arrebolado, mientras ella simplemente se dedica a hacer de su capa un sayo y ponerse el mundo por montera. Tal cual. Y esa vidilla que buscaba y que comento al principipio de la reseña la encuentra en la profesión de detective en Melbourne. Y allí se queda.

No quiero asustar a nadie, sobre todo a aquellos que nos les gustan las sagas largas, pero pasa un poco como con Agatha Raisin... ambas son personajes que nacieron a finales de los 80-principios de los 90, y que tienen mucho recorrido en cuanto a novelas protagonizadas por ellas. En el caso de Phryne Fisher se han publicado 20 libros, el último de ellos en 2013. Ignoro si habrá más, pero su autora todavía es joven y este es el personaje que le ha dado la fama, así que no habría que descartarlo...

He evitado comparar libro y serie hasta ahora, y es difícil valorar a un personaje al que conoces ya mucho mejor de lo que este primer libro muestra. Si soy honesta, y aun habiéndome encantado la novela, creo que en el primer capítulo de la serie, que adapta este libro (con sustanciales diferencias), cogieron todo lo bueno que tiene esta historia (glamour, ritmo, ambientación) y lo multiplicaron por dos... intervenciones estelares del inspector Robinson a la cabeza, que en la novela casi brillan por su ausencia y que es de lo que más he echado de menos. Soy consciente de todos modos de que este libro es para presentar a Phryne y para que ella se luzca. El inspector Robinson ya entrará en escena como se merece después. En cualquier caso, yo estoy encantadísima de la vida por tener la oportunidad de leer por fin las aventuras de Phryne en papel. Tenía miedo de que esto quedase en sagas interruptus, pero me acabo de llevar la alegría del día al comprobarlo antes de poner punto final a la reseña: ya está anunciado el siguiente libro de Phryne :)

No me resisto antes de finiquitar esto... opening credits de la serie. Ya estáis tardando en verla:)




Kerry Greenwood (Footscray, Melbourne, 1954) ha escrito veintisiete novelas. Además de las aventuras de la saga de Phryne Fisher, adaptada con gran éxito a la pequeña pantalla, ha publicado libros para adolescentes y es autora de la serie Delphic Women.

Cuando no está escribiendo, ejerce como abogada en la Comisión de Ayuda Legal de Australia.