miércoles, 30 de agosto de 2017

RESEÑA (by MH) ::: AMOR NO CORRESPONDIDO - Barbara Pym




Título original: No fond return of love 
Autora: Barbara Pym
Editorial: Gatopardo
Traducción: Irene Oliva Luque 
Páginas: 328
Fecha de publicación original: 1961
Fecha esta edición: junio 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 20,95 euros
Fotografía de cubierta: Estación Victoria (Londres, 1951)


Dulcie Mainwaring, la heroína de este libro, es una de esas «mujeres excelentes», aparentemente desinteresadas, que siempre está ayudando a los demás pero no es capaz de cuidar de sí misma, especialmente por lo que concierne al terreno amoroso. En Amor no correspondido, una novela a la altura de las mejores comedias inglesas, Pym, con su característico sarcasmo y sentido del humor, nos presenta un delicado enredo amoroso, colmado de sueños incumplidos y secretos ocultos.

En 1977, en un artículo-encuesta en el suplemento cultural del Times, el crítico lord David Cecil y el poeta Philip Larkin afirmaron que la obra de Barbara Pym era una de las más importantes e influyentes de la literatura inglesa de la segunda mitad del siglo xx.
  
Barbara Pym es de esas autoras que una vez leídas, si conectas con ella, te hacen repetir, buscar y atesorar todos y cada uno de sus libros. Afortunadamente, la editorial Gatopardo, anticipando la adicción, parece que va a darnos muchas alegrías recuperando su obra... porque ya se sabe, un Pym al año, no hace daño. Y el de este 2017, tras el maravilloso Mujeres excelentes publicado el año pasado, ha sido Amor no correspondido, igualmente fantástico e igualmente recomendable. 

Dulcie Mainwaring tiene todas las características de la mujer excelente que Barbara Pym ya nos presentó en su novela del mismo nombre, con la única salvedad de que en esta ocasión es, además, una mujer abandonada: su prometido, con la manida excusa de "no eres tú, soy yo", le ha dejado. Así que nuestra heroína decide que el mejor modo de recomponer su corazón roto es asistir a un congreso editorial donde conocer gente nueva. Allí entran en su vida dos de las personas que formarán parte de su futuro inmediato y, por tanto, de la trama que nos ocupa: Viola Dace, investigadora y escritora en ciernes, y Ailwyn Forbes, editor, ponente, al borde del divorcio y guapo, muy guapo... tan guapo que a Dulcie empiezan a revolotearle mariposas en el estómago y Viola sigue obcecada con él tras una fugaz aventurilla. Por diversos giros del destino Viola acabará viviendo con Dulcie en su casa de las afueras; Laurel, la joven sobrina de Dulcie, también se mudará con ellas... y el guapo de Ailwyn Forbes se convertirá en el centro de una investigación que ni el C.S.I. de Las Vegas podría superar.

Así pues, Pym se sirve de tres personalidades femeninas muy distintas para mostrarnos la realidad social de la Inglaterra de aquellos años, y con una maestría impecable las coloca a todas bajo el mismo techo y las deja interactuar y crecer a lo largo de las páginas. Cada una de ellas busca algo distinto en la vida y lo persigue de una manera también muy diferente; cada una de ellas vive su existencia de un modo que en ocasiones choca con el parecer de las demás, pero ninguna ceja en su empeño de encontrar su camino hacia la felicidad.

Dulcie, entrometida, excelente, generosa, bienhechora, sensata y algo ingenua, enamorada platónicamente de un guapo editor; Viola, arisca, poco social, anclada en un pasado flirteo con ese mismo editor, pero que en el fondo solo busca alguien que la quiera; Laurel, joven y atractiva en un mundo que comenzaba a ofrecer a las mujeres una libertad parecida a la de los hombres y que decide aprovecharla al máximo... Tres mujeres muy diferentes, y cada una, por sí sola vale, mucho más que el repertorio masculino que Pym pone a su disposición.

Los personajes masculinos de Pym siempre están como mínimo un escalón por debajo de sus protagonistas femeninas (normalmente son varios los escalones). En esta novela se hace todavía más evidente, pues nunca llegas a entender del todo qué es lo que ven Dulcie y Viola en Ailwyn Forbes, recién divorciado (o a punto de), algo pusilánime, consciente de su atractivo, de mediana edad pero con gusto por las (muy) jovencitas y que ni tiene una gran personalidad ni se la espera. Pym no deja de resaltar en sus historias cómo las mujeres excelentes se enamoran siempre de los hombres equivocados por las razones más absurdas, como si fuese un defecto como otro cualquiera ante el que hay mostrarse condescendiente. Y lo hace al estilo Pym, con mucho sentido del humor y una prosa en apariencia costumbrista pero muy aguda y perspicaz en el trasfondo.

Es imposible no reírse al leer cómo Dulcie intenta forzar encuentros con su amor platónico pasando una y otra vez delante de su puerta o paseando por su barrio. Lo busca en la guía teléfónica, intenta conocer a gente de su círculo social, visita el negocio familiar, se hace la encontradiza... a ver, ¿quién no ha hecho alguna de estas cosas en algún momento de su vida? Que no hay que olvidar que la historia tiene ya sus 60 años, y no hemos cambiado tanto en algunas cosas. Y eso a pesar de que Dulcie es una mujer muy cabal, pero sus ansias por saber y conocer (las vidas de los demás) no tienen límite, y más cuando se trata del hombre del que se ha encaprichado.

A todo esto hay que añadir que la autora saca a pasear esa autocrítica tan británica llena de ironía y sarcasmo para disfrazar de enredo amoroso lo que, en realidad, es un retrato muy vívido de una época en la que estaban comenzando a cambiar muchas cosas a nivel social. Comenzaban los años 60, y los contrastes entre las mentalidades tradicionales y las más modernas son evidentes sobre todo en el personaje de la sobrina de Dulcie, Laurel, mucho más abierta y liberal en cuanto a sus relaciones con los hombres y el concepto de fidelidad. De hecho se permite juzgar y tildar de patéticas a esas mujeres ya en la treintena que no tienen pareja, como si perteneciesen a otro universo distinto al suyo. Sus malosas (así tal cual, malosas) observaciones sobre las actitudes y acciones de Viola y Dulcie no tienen desperdicio.

Y por si no habíais quedado hartitos de Jane Austen este verano, aquí vengo yo a nombrarla otra vez :). Ya dije en Mujeres excelentes que veía muchos, muchos detalles de Orgullo y prejuicio, aunque en ningún momento se hiciera mención alguna a la novela, y que creía que Pym estaba homenajeando claramente a Jane. Bueno, pues aquí la sospecha se hace realidad y directamente en la última página se nombra el libro de Austen que ya en las páginas anteriores se intuye de manera clara que está homenajeando. Resulta más que evidente la admiración de Barbara Pym por esta autora, y después de la sobredosis austenita que os hemos dado durante muchas semanas, no puedo evitar comentarlo y celebrarlo. Por lo menos en este libro, a diferencia de Mujeres excelentes, nadie puede decir que son alucinaciones mías :)

En definitiva, que si os quedásteis con ganas de más mujeres excelentes pymenitas (toma palabro), ya estáis tardando en poneros con Amor no correspondido, fiel reflejo de que los sueños hay que perseguirlos con todos los medios a nuestro alcance porque es la única manera de verlos cumplidos... aunque sea entrometiéndose un poco.

Pd. ¿Soy la única que espera de ese final algo que Pym no quiso escribir para dejarlo a nuestra propia elección? Porque si ya de por sí es el final Austen que menos tilín me hace, en una historia que tiene lugar 150 años después... ains, Dulcie, Dulcie... con lo sensata y cabal que parecías... :)

Barbara Pym (1913-1980) nació en Oswestry, Shropshire. Se licenció en literatura inglesa en St. Hilda's College, en Oxford. En la Segunda Guerra Mundial prestó servicio en el Cuerpo Auxiliar de la Armada británica. Posteriormente trabajó en el Instituto Africano en Londres.

A lo largo de su vida escribió varias novelas, entre las que destacamos Mujeres excelentes (1952), Jane y Prudence (1953), Less than Angels (1955), Los hombres de Wilmet (1958), No Fond Return of Love (1961), Murió la dulce paloma (1978) y A Few Green Leaves (1980). Tras su muerte, en 1980, se publicó su diario, A Very Private Eye (1985).

Junto con Elizabeth Taylor está considerada una de las escritoras inglesas más importante de la segunda mitad del siglo XX.

lunes, 28 de agosto de 2017

RESEÑA (by MH) ::: AZUL DE MEDIANOCHE - Simone Van der Vlugt



Título original: Nachtblauw
Autora: Simone Van der Vlugt
Editorial: Duomo
Traducción: Catalina Girard Fénon 
Páginas: 370
Fecha de publicación original: 2016
Fecha esta edición: mayo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros
Imagen de cubierta: Mujer con una jarra de agua (Johannes Vermeer, 1662)



Holanda, 1654. Es el siglo de oro neerlandés, el tiempo de las ideas de Spinoza, cuando el arte de Vermeer y Rembrandt florece junto a los tulipanes que salpican de color la campiña holandesa. Allí, en una granja, Catrijn, nacida y criada en la pobreza, vive infelizmente casada; sin embargo, son tiempos de cambio, también para las mujeres. Tras enviudar, Catrijn sabe que ha llegado el momento de afrontar por sí misma el mundo que la rodea: buscar fortuna en la ciudad, acaso enamorarse y, por qué no, perseguir su gran sueño: llegar a ser decoradora de cerámica. Comienza así un recorrido que la lleva a la gran Ámsterdam y a las fábricas de cerámicas de la ciudad de Delft; lugares donde transcurre la historia y en los que las mujeres valientes como ella son capaces de forjar su propio destino.
  

Si tengo que elegir al autor de mi cuadro favorito elegiría Vermeer, que imagino que no sería el que eligiesen los expertos y entendidos, pero el arte es lo que tiene, cada uno tenemos nuestros gustos (y no, no es el de la perla). A mí me apasionan los maestros holandeses y, entre ellos, me apasiona todavía más Vermeer. Así que fue ver esta portada, leer la sinopsis y, básicamente, morirme de ganas de tenerlo: me interesa muchísimo esa época artísticamente hablando en los Países Bajos (República Neerlandesa en el siglo XVII en que transcurre la historia), y desde La joven de la perla no había leído nada más sobre el tema (ambas novelas, por cierto, poseen algunas semejanzas que no desgloso porque si no esto me queda larguísimo).

La trama, narrada en primera persona y en presente, comienza con Catrijn Barentsdochter abandonando De Rijp, su pequeño pueblo natal, tras fallecer su marido. Se dirige hacia Alkmaar, donde comenzará a trabajar en una casa, pero poco después de llegar se entera de que su patrón ha fallecido de manera inesperada, y que no tiene techo ni trabajo. Esa misma noche conoce a Mattias van Nulandt, un comerciante por el que pronto se siente atraída y que le da una carta de recomendación para entrar a trabajar como ama de llaves en casa de su hermano, Adriaen, quien vive en Ámsterdam junto a su esposa, Brigitta. Hacia allí se dirige Catrijn, consiguiendo finalmente trabajo. Sin embargo, lo que a ella realmente le gusta es pintar, y además es muy buena a pesar de no tener formación; su talento es innato y, sin anticiparlo, su relación con los hermanos van Nulandt le llevará por caminos impensables y será determinante para alcanzar su sueño como pintora ceramista... si el secreto que guarda desde que abandonó su pueblo natal no se interpone en su camino.

Para mí en este libro hay dos tramas muy diferenciadas: una es la de la propia Catrijn, y la otra es la del movimiento artístico que tuvo lugar en los Países Bajos durante el siglo XVII. Esto supongo que irá sobre gustos, pero a mí la del movimiento artístico me ha entusiasmado porque (literalmente) me apasiona este tema, y la historia de Catrijn me ha gustado sin llegar a encantarme, porque además, a medio libro y después de determinada circunstancia, se intuye claramente el final... y porque, siendo sinceros, Catrijn es de esa clase de personajes que no llegan a calarte, aunque eso no tiene por qué ser un rasgo malo en determinado tipo de historias, y de hecho en esta creo que no lo es.

¿Por qué me apasiona mucho más la subtrama artística? Porque narra a la perfección el nacimiento de la cerámica azul de Delft, industria que hizo su aparición en pleno siglo de oro de los Países Bajos y que todo aquel que tuviese dinero en aquella época pagaba por tener en su casa (hoy en día si se visitan hogares de gente pudiente de aquellos tiempos, ya sea en aquella zona o en países cercanos como Bélgica, todavía se puede ver en alguna de sus habitaciones). El proceso de cocción, la pintura, la mezcla de pigmentos, su diseño... en La joven de la perla era algo mucho más circunstancial; aquí tiene su desarrollo propio dentro de la historia porque de hecho se nota que eso es lo que realmente quiere contarnos la autora, aunque use las andanzas de Catrijn como excusa.

Además no solo asistimos a los orígenes de Johannes Vermeer recién investido maestro pintor, o conocemos a su maestro, Carel Fabritius (por desgracia algo más olvidado en la historia por circunstancias que conoceremos a lo largo de las páginas), sino que la autora se esmera por explicarnos cómo funcionaban las cosas en aquella época en cuanto a los oficios, gremios, maestrías... uno no era pintor porque sí, debía obtener la maestría para ejercer como tal y poder ganarse la vida gracias a sus cuadros. Lo mismo en cuanto a los ceramistas, o cualquier otro oficio artesano. Tenías que estudiar y ganarte el derecho a ejercer como tal, y las mujeres, como no, tenían el acceso restringido a esas maestrías. A pocas se les daba la oportunidad de conseguir lo que era un privilegio exclusivo para los hombres.

Vamos con Catrijn. Catrijn es una superviviente que va narrando lo que le sucede sin ahondar en detalles superfluos ni emociones impostadas. No finge, no dramatiza. Narra, expone. Sabemos que tiene un secreto, secreto que es fácil intuir desde el inicio, y que acaba desvelándose a página abierta más pronto que tarde (quien busque una novela de misterio histórico, aquí no la va a encontrar); huye de ese secreto, de las posibles consecuencias, y en el camino, si somos honestos valorando su personaje, se va arrimando al sol que más calienta. Es una currante nata, no se le caen los anillos por trabajar, pero también busca cierta seguridad afectiva y personal. 

Su destino queda unido indefectiblemente a los hermanos van Nulandt (Adriaen, Mattias y Evert) y en torno a ellos gira su mundo a partir de entonces, aunque su final se ve venir sin problemas. ¿Que me hubiese parecido más valiente que la autora hubiese sido menos predecible y complaciente con este personaje? Pues sí, pero tal y como se va desarrollando la historia realmente no le pega ningún giro de tuerca... al fin y al cabo es solo una preferencia personal porque le da un un buen remate al libro, consecuente a pesar de la ausencia de sorpresas.

A la historia de Catrijn y la narración de cómo surgieron las fábricas de cerámica azul en Delft se suman varios acontecimientos históricos reales que la autora va implementando en la trama a su conveniencia para hacer avanzar la historia. No os los comento aquí porque, precisamente por ser determinantes en el avance de lo que ocurre, mejor no ir sobre aviso, pero a mí particularmente me han parecido muy interesantes y me he enterado de un montón de cosas que no sabía.

Azul de medianoche es, por tanto, una novela histórica muy entretenida sin mayores pretensiones, ambientada en una época fascinante para quien le apasionen el arte y los movimientos artísticos, en la que la autora se esmera por explicar al detalle el nacimiento de la famosa cerámica azul de Delft que tanta gloria dio a los Países Bajos en el siglo XVII. Mezcla hechos y personajes históricos reales junto a los ficticios en una trama muy bien ensamblada históricamente hablando y, en definitiva, es una lectura recomendable que se lee muy fácil. No conocía de nada a esta autora, pero he visto que hay alguna cosa suya más publicada en castellano (casi todo de género histórico y algún thriller) así que lo mismo me hago con alguna otra obra suya.

Por cierto, es de esos eternos pendientes en mi wishlist que voy posponiendo por esas más de mil páginas que contiene pero, por muy tenue que sea el hilo que las une, la curiosidad por leer El jilguero, de Donna Tart, se ha disparado por las nubes después de leer esta novela.



Simone van der Vlugt, nacida en Horn (Países Bajos) en 1966, comenzó a escribir muy joven. Es una de las autoras de novela histórica más reconocidas de su país. Su otra especialidad, el thriller psicológico, la ha llevado asimismo a consagrarse en todo el mundo. Sus novelas han sido traducidas a más de quince idiomas y publicadas en veinte países. En la actualidad, Simone van der Vlugt vive con su marido y sus dos hijos en Alkmaar.

viernes, 25 de agosto de 2017

RESEÑA (by MH) ::: LAS ESQUINAS DE MI CABEZA - Teresa Hernández




Título original: Las esquinas de mi cabeza
Autora: Teresa Hernández
Editorial: Libros Mablaz
Páginas: 251
Fecha publicación: noviembre 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,95 euros 
Diseño de cubierta: Mari Carmen López





Ante la grave enfermedad de su hija, Ángela se ve obligada a quedarse al cargo de su nieta, una adolescente desorientada y de personalidad difícil. Son dos personas con caracteres opuestos que han mantenido un trato escaso, por lo que su relación es complicada. En un intento por acercarse a la niña, Ángela, guiada por la música y por los hombres que han marcado su vida, le descubre a la verdadera mujer que habita dentro de ella.

La novela se divide en cuatro bloques que se corresponden con sus amores adolescentes, los de juventud, los prohibidos y los lascivos. Estos capítulos se unen entre sí mediante una serie de relatos cortos que se enmarcan dentro del realismo mágico, cuyo desenlace y razón de estar se descubre al final de la obra.  

Se trata de un texto dramático con gran tensión emocional.

Admito que hay ciertas temáticas (enfermedades, para que nos entendamos) que intento evitar en las lecturas. No por nada, es que no me apetece leer sobre ellas... ya las he vivido y sufrido demasiado en la vida real. Una de ellas es esa de la que casi ninguna familia se libra, el cáncer. Esto lo comento porque en este libro se habla de muchas, muchísimas cosas, y en modo alguno trata exclusivamente sobre eso, pero la enfermedad, de una manera u otra, está presente durante toda la novela. Sé que no soy la única que le pasa algo parecido a la hora de escoger un libro, y quiero dejar claro desde el principio lo que hay, pero también aseguraros que descartar esta lectura por eso es un error. Si algo caracteriza a Las esquinas de mi cabeza es que trata muchas circunstancias inherentes a la condición humana, y que además su autora lo hace de tal manera que no intenta condicionarte ni decirte cómo tienes que sentirte cuando lees sobre ellas. No te manipula, que es un recurso fácil que sí utilizan muchos otros autores cuando tratan ciertos temas.

La historia, narrada en primera persona con la voz de Ángela, comienza cuando su nieta Nines llega a Jaén para pasar el verano con ella. Su madre está luchando contra la leucemia en Madrid, no tiene fuerzas para enfrentarse a una adolescente problemática, y deciden que unos meses alejada del ambiente hospitalario le hará bien a la joven. Su abuela no se anda con tonterías cuando nos la describe: conflictiva, antipática, arisca, nada agraciada físicamente (a diferencia de su hija y ella misma)... A Nines no le hace ninguna gracia pasar el verano con su abuela, pero a su abuela le hace la misma poca gracia tener que cuidar de su nieta, a la que reconoce no tener tanto aprecio como debería y de la que apenas se ha preocupado hasta ese momento. 

Pero a pesar de que las dos tienen el mismo escaso deseo de pasar unos meses juntas, Ángela necesita encarrilar la situación con su nieta si van a tener que convivir juntas, y lo consigue del modo más inesperado: hablándole sobre ella, sobre sus amores, sobre su vida desde que siendo una adolescente llegó a Madrid a vivir con sus tíos Aurelio y Angélica. Y así, introduciéndola además en su propio círculo de amistades, consigue que Nines comience a salir de su cascarón.


Con una prosa cuidada y al ritmo de una banda sonora que acompaña a la historia a lo largo de las páginas, Las esquinas de mi cabeza alterna capítulos breves protagonizados por Ángela y su nieta en el presente, con otros bastante más largos donde se narra su relación con los cuatro hombres de su vida; cuatro capítulos donde la autora no da tregua y no llegan a su fin hasta que la relación está contada desde su nacimiento hasta su final, y que están narrados de tal manera que es difícil soltarlos hasta que no te enteras de qué pasó con cada uno de ellos.

Y ahora os cuento por qué me ha gustado a pesar de que algún tema de los que trata no es santo de mi devoción. No me gusta "que me busquen" en los libros (ni en las películas, series, etc...), y con buscar me refiero a estas novelas o guiones que están escritos de un modo evidente para hacerte llorar, para sacarte la lágrima fácil. Huyo de lo que huela mínimamente a algo parecido como alma que lleva el diablo. No, no me gusta un pelo que jueguen con mis sentimientos cuando me siento a leer un libro o a ver una película. Las esquinas de mi cabeza es un libro emotivo, pero no es un libro lacrimógeno; cuenta cosas muy reales, cuenta la vida tal como es cuando se ve golpeada, entre otras cosas, por una enfermedad grave, pero no escarba en el drama fácil, sino que busca la empatía sosegada del lector. Habrá sin duda quien se emocione mucho leyendo, cada persona somos un mundo, pero no es el objetivo del libro. Ángela dice en cierto momento algo así como que "la vida es como es, no como nos gustaría que fuese", y eso es lo que hay en el libro. Nada más y nada menos.

¿Dónde radica el equilibrio que consigue la autora? En su protagonista. Ángela es un personaje bastante alejado de los clichés sobre abuelas o mujeres que ya sobrepasan los sesenta años y que acostumbran a vendernos normalmente. Es muy independiente, muchísimo. Ve los defectos de su propia familia, de su nieta, con una claridad apabullante, y se los revela al lector con una sinceridad que omite toda pátina de maquillaje. Nada de quedarse en casa, nada de pasarse el día haciendo labores en el hogar, nada de abuela cariñosa que sobreprotege a su hija o su nieta... nada de nada. Ángela es vitalidad pura, posee una inteligencia muy por delante de su tiempo, y lleva toda la vida luchando, aprendiendo, equivocándose, tomando buenas y malas decisiones... viviendo. Ha vivido su existencia con pasión, la ha absorbido con ansias, y aunque esa misma vida le ha dado muchos palos, también le ha hecho muy feliz. Es una persona muy libre con un pasado más complicado de lo que su nieta pueda llegar a imaginar jamás.

Y esa es otra de las miradas del libro. Cuando un nieto mira a su abuela solo ve eso, a su abuela, y permanece totalmente ajeno a que esa persona ha sido adolescente, joven, esposa, amante, amiga... Que ha amado, ha llorado, ha sufrido, ha reído, ha sido feliz, ha estado en el abismo y ha resurgido de él... eso es lo que trata de contar Teresa Hernández en esta historia. Por tanto, sí, el cáncer está presente, pero también lo están el despertar sexual, el abandono, la familia, la soledad, la desdicha, la felicidad, la pasión, la insatisfacción, el matrimonio, la infidelidad, el dolor, las cicatrices que el paso del tiempo nos deja en el alma... el primer amor, el amor verdadero, el amor prohibido, el sexo de conveniencia. Teresa Hernández toca muchos temas en esta historia, porque su personaje ha vivido también mucho y muy intensamente.

A pesar de todo esto, de que Ángela es la reina de la función, no hay que perder de vista el otro lado de la sociedad que la autora quiere contarnos, y que representa Nines, su nieta: el de la difícil y cruel adolescencia, las inseguridades, los complejos físicos, el pavor a lo que opinen los demás de uno mismo, lo difícil que les resulta a muchos adolescentes hablar sobre aquello que les hace daño, lo mucho que les cuesta en ocasiones abrirse a los demás, cómo se encierran en su mundo, un mundo que hoy en día gira alrededor de las redes sociales, y lo lejanos que les parecen sus mayores cuando en realidad pasaron por situaciones muy parecidas a su misma edad. 

Las esquinas de mi cabeza resulta esperanzadora en algunas de sus tramas, mientras que en otras el camino es duro e incierto. Realista como la vida misma, conmovedora sin resultar sensiblera, y con una visión muy honesta de la autora sobre el mundo que nos rodea.


Teresa Hernández es doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, trabaja en investigación y sus publicaciones se han situado de forma prioritaria en el ámbito científico. 

Comenzó a escribir cuentos desde muy joven, y ha sido galardonada en numerosas ocasiones en certámenes de relatos y microrrelatos, algunoa de especial relevancia por el elevado número de obras presentadas, como el I Concurso Internacional de Microrrelatos "Latin Heritage Foundation" o el I Concurso Mundial de Microrrelatos de la "Internacional Microcuentista".

Es autora, además, de ocho novelas, de las que dos de ellas han sido finalistas en premios literarios. Tiene publicados cuatro títulos que se enmarcan en géneros tan dispares como la comedia y el drama bajo diferentes sellos editoriales.

Las esquinas de mi cabeza es su quinto trabajo de larga extensión y obtuvo el accésit en el II Premio de Narrativa de la editorial Libros Mablaz.

 http://bhavnika.wixsite.com/thernandez

miércoles, 23 de agosto de 2017

RESEÑA (by MB) ::: MANUAL DE PÉRDIDAS - Javier Sachez García





Título original: Manual de pérdidas
Autor: Javier Sachez García
Editorial: Mercurio
Prólogo: Victoriano Santana Sanjurjo
Páginas: 243
Fecha de publicación: abril 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 15,60 euros


 

I Premio de Novela Breve "Pancho Guerra"
 
En "Manual de pérdidas" se cuenta el último acto bibliófilo de un profesor de Historia jubilado consciente de que va a perder cuanto ha leído por culpa del alzhéimer: un itinerario de gratitud por diversos lugares con destino en todos aquellos que en algún momento de su vida le regalaron un libro. El propósito es devolver el objeto, lo que revierte su función primigenia: si con el regalo quien da logra que su recuerdo habite en quien lo recibe; con la devolución, el proceso se invierte: ahora el dador pasa a ser quien fue receptor y el recuerdo sigue el mismo trayecto.



La fragilidad de la vida... una muletilla con la que solemos terminar siempre que somos partícipes o conocedores de estados y situaciones negativos a la condición humana.

Abdón es sinónimo de roca dura, granítica... todos los que le conocen o han conocido (familiares, amigos, alumnos) lo definen como un hombre rudo, introvertido e inamovible, impermeable a todos los sentimientos y emociones expresados o guardados por sus seres queridos.

Abdón expresaba y transmitía su sensibilidad y delicadeza a través de los libros, libros y más libros. Para él, una caricia al lomo de una primera edición rara y única era incomparable a las mismas caricias no dadas a su hija. Todos sus libros, su biblioteca (poseía cerca de ocho mil volúmenes), eran fuente de información y gratitud, pues lo humanizaban de tal forma que la única manera de interpretarle era gracias a todos libros atesorados a lo largo de su vida.

Al final todos nos debemos a una ley natural y sencilla: la ley de la caducidad y la evolución de los seres tanto vivos como inertes. Abdón, igual que una roca inerte, se erosiona, pues no deja de tratarse de un ser vivo que con los años se va deteriorando... ha entrado en una edad donde la buena salud es toda una dádiva de la vida.

En el momento en que a nuestro protagonista le diagnostican la terrible enfermedad del alzhéimer, entiende que solo le queda ofrecer y devolver, ya sean libros, sentimientos o disculpas, para así cerrar su ciclo vital, clausurando etapas al mismo tiempo que se despide de aquellas personas que han representado algo en su vida. Como he comentado anteriormente, los libros eran su centro vital, su motor y su vida; por ello no pueden quedar excluidos de su final, pues son el canal que utiliza para, ya sin tiempo, cerrar todas las heridas abiertas y pospuestas, rememorando y uniendo aquellas personas con los libros que estas le regalaron, por una u otra razón.

Para esta empresa cuenta con el apoyo de su hija Virginia; ella será su mente y su cuerpo cuando estos le fallen. Javier Sachez García, el autor, no solamente nos argumenta en su trama el ocaso de Abdón, sino la preocupación por sus libros una vez no sea consciente de ellos; así, con la devolución a sus dueños, puede quedarse relativamente tranquilo. Igualmente considero que se trata el tema materia, lo tangible, los libros en cuestión, su estado y conservación.

El autor nos eleva a un plano superior... me refiero a la catarsis de las almas en los encuentros con todos sus seres queridos; en concreto a la purificación y liberación de los recuerdos, tanto los de Abdón como los de su hija Virginia. 

En el caso de Virginia, hay un momento en el libro que parece que estoy escuchando a Carmen Sotillo, la protagonista del soliloquio en Cinco horas con Mario, del gran escritor Miguel Delibes. Creyendo que su padre ha perdido toda la lucidez y conciencia, empieza a vomitar todos los rencores, malentendidos e incomprensiones acumulados y enquistados, liberándose así de todos los años de silencio y frialdad paterna.

El alzhéimer es un diagnóstico terrible, pero si algo tiene de positivo en Abdón es la oportunidad que le da de humanizarlo  y vivificarlo pues, aunque parezca una incongruencia, en el momento en que se conciencia de su enfermedad, Abdón empieza a vivir, a valorar todos sus recuerdos y momentos. Se activa cerrando y despidiéndose de sus libros, pero también de aquellos que representaron algo para él. Entiende a su mujer, fallecida hace años, y al tiempo comprende a sus hijos; se abre a ellos, dentro de las posibilidades que le da esta enfermedad, descubriendo que no son personas ajenas y silenciosas tal y como él las había educado sino que, sobre todo su hija, tiene un corazón infinito, el cual puede tocar y vislumbrar en la paciencia, dedicación y sacrificio que le profesa.

En Manual de pérdidas no solo conocemos la historia de un profesor de Historia, jubilado y bibliófilo, sino que el autor hace un recorrido por la literatura, rememorando obras un tanto olvidadas en mi caso, como Tiempo de Silencio, de Martín Santos, libro que leí hace unos años, no muchos, pero del que recuerdo que una vez que lo terminé de leer, las ratas fueron interpretadas de diferente manera en mi conciencia. Todos los libros referidos por Javier Sachez García en su novela aparecen concretizados en el acertado e ilustrativo prólogo, que recomiendo leer porque está lleno de sabiduría y conocimiento.

El autor diseña en su libro una trama original y actual que evoluciona condicionada por una elegante y ágil narración. Su pulcritud y sencillez transmiten todos los sentimientos e inquietudes de los personajes... sus recuerdos, aflorados e impregnados de los olores primigenios; así, no solo participamos del ocaso y rendición de Abdón, sino que, a mi juicio, nos involucramos más en las remembranzas y recuerdos ofrecidos por el protagonista a cambio de la purificación y liberación de su alma.

Javier Sachez García (Campillo de Llerena, Badajoz, 1970). Ha cursado las carreras de Derecho y Trabajo Social y tiene el título de Especialista en Gestión Cultural por la Universidad de Extremadura. Ha desarrollado su tarea profesional en las áreas de cultura, educación y formación. 

Comenzó a escribir en el año 2003 y ha ganado varios premios literarios de ámbito nacional en las modalidades de novela, relato y poesía. Ha colaborado en diversas publicaciones artísticas y literarias  y, hasta el momento, ha publicado siete novelas y dos poemarios. 

En el año 2010 obtuvo una beca a la creación literaria por parte de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura.

Actualmente reside en la ciudad de Mérida (Badajoz).


 http://manualdeperdidas.blogspot.com.es/p/el-autor.html

lunes, 21 de agosto de 2017

RESEÑA (by MH) ::: EL LABERINTO DEL HINDÚ - José Vicente Alfaro





Título original: El laberinto del hindú
Autor: Jo Vicente Alfaro
Editorial: Autopublicación
Páginas: 330
Fecha de publicación: mayo 2017
Encuadernación: rústica
Precio: 2,99 euros (kindle) + 11,81 euros (papel)
Diseño de cubierta: Juan Luis Torres Pereira



La antigua India… Siglo V de nuestra era. La dinastía Gupta gobierna sobre la civilización más avanzada del mundo en aquella época, teniendo en cuenta que el Imperio romano se encontraba ya en plena decadencia y que China atravesaba un momento difícil. Su soberano, el emperador Kumaragupta, debía garantizar la seguridad de su pueblo frente a los ataques externos, a la vez que se enfrentaba a los demonios internos que atormentaban su propia existencia. Al mismo tiempo, dos niños sin pasado llegan a la capital del imperio obsesionados con una idea que solo ellos conocen. Madhuk y Sarasvati son hermanos, carecen de estudios y no poseen ninguna pertenencia. Con todo, estarán dispuestos a hacer lo que sea para sobrevivir. Sumérgete en una historia repleta de aventuras e intrigas palaciegas, donde la sociedad se organizaba en torno a un rígido sistema de castas y al dictado de los Vedas, que condicionaban por completo el discurrir del pensamiento hindú.

Este es el tercer libro que reseño de José Vicente Alfaro en el blog, así que huelga decir lo mucho que me gusta cómo escribe y sobre lo que escribe, las historias que cuenta, dónde nos lleva con sus libros (en el tiempo y el espacio)... Por eso, cuando supe que este autor sacaba nuevo libro, me apunté sin dudarlo a la LC organizada por Laky y que se está llevando a cabo durante todo el verano. En este caso nos traslada a la India del siglo V d.C., donde varias subtramas (dos de ellas en la capital del imperio gupta, Pataliputra, y otra en el reino de los sakas) acaban confluyendo en mayor o menor medida en la trama predominante. Os adelanto que me ha gustado mucho, como siempre, y que he vuelto a devorar el libro... como siempre.

La historia comienza con Kumaragupta, rey de reyes del imperio hindú, quien debe lidiar con varios frentes en la corte del imperio gupta: por un lado se enfrenta a la envidia de su propio hermano, quien por nacimiento debería haber sido emperador en su lugar, y por el otro al rencor que su primera esposa, Dattadevi, le guarda tras haber tomado una segunda esposa y haberla repudiado. Además sufre pesadillas constantes por culpa de crueles actos cometidos en su etapa como general, y siente que su religión hindú no es suficiente para apaciguar la culpa y enmendar su conciencia; por ello busca en las enseñanzas del budismo una paz que le enfrenta contra el sacerdote real, su principal consejero, quien piensa que se está debilitando de cara a sus enemigos y ante su pueblo.

Por otro lado, dos hermanos, Madhuk y Sarasvati, de apenas trece y once años, llegan a Pataliputra con una misión que no conoceremos hasta el final de la historia. Mientras consiguen los medios para llevarla a cabo, deben sobrevivir en la capital del imperio gupta, y sus destinos se separan temporalmente: Madhuk acaba en casa de un matrimonio formado por Bindusar y Harshali, pertenecientes a la casta brahmán, la más importante de la sociedad hindú; Sarasvati, por su parte, encuentra su camino en el prestigoso burdel de la kuttani Madunisha, quien trata a todas sus chicas como hijas. A pesar de la distancia física, ambos no pierden jamás de vista el motivo que les ha llevado hasta la ciudad.

Por último, abandonamos Pataliputra para irnos al reino de los sakas, donde las montañas acogen a varias aldeas alejadas de las doctrinas hindúes. Hasta aquella zona viaja el ejército del emperador para capturar una facción rebelde del ejército saka que se esconde en el bosque. Las tribus indígenas se mantienen neutrales, no quieren saber nada de unos ni de otros, pero el ejército imperial no admite un no por respuesta.

Una vez más hay que quitarse el sombrero ante este autor por la labor de documentación que hace sobre cada cultura que protagoniza sus novelas, y por cómo se esfuerza en transmitirla usando como vehículo motor la historia en sí misma pero sin dar clases universitarias ni entorpecer la trama. En El laberinto del hindú utiliza un método similar al que ya usó en El llanto de la isla de Pascua: si en aquella era un padre el que le transmitía toda esa información a una hija ávida por conocer la historia de su pueblo, en esta es un padre que educa a su hijo adoptivo en una cultura y una religión que apenas conoce. Y así, a través de las enseñanzas que Bindusar inculca en Madhuk, nos adentramos en los principios que regían la sociedad hindú (las cuatro grandes clases o castas sociales, las cuatro etapas de la vida del individuo...), al tiempo que se despliegan como en un mapa las muchas y diversas doctrinas religiosas que coexistían en aquella época.

José Vicente tiene una manera muy natural de narrar las cosas, no solo en la forma, la prosa, sino en el fondo. Es algo además muy habitual en su obra: siempre transmite los hechos y las circunstancias, no las juzga, algo muy importante cuando se intentan describir e ilustrar las singularidades inherentes a culturas que nos pueden resultar muy ajenas en muchas cosas. Eso hace que el lector también las asimile como lo que son, lo que eran, sin juzgarlas tampoco. Por eso, por poner un ejemplo, asumimos como normal la vida que le toca vivir a Sarasvati en el burdel, al igual que no juzgamos los actos que lleva a cabo a lo largo de toda la novela: está todo narrado de tal manera que no piensas en la edad que realmente tiene este personaje, cuando lo cierto es que si lo hicieras, lo normal sería que te incomodase. Cierto es que el ambiente en el burdel es un ambiente extremadamente amable dadas las circunstancias (no sé hasta qué punto realista), y que Sarasvati se nos ofrece como un personaje mucho más maduro de lo que le corresponde por edad, pero como diría aquel, lo que es, es, y Sarasvati es una niña durante toda la historia, por muy amable que se nos cuente su devenir en la trama (muy curioso, dicho sea de paso, el método que tienen en el burdel para adjudicar cada cliente a cada una de las prostitutas). 

Realmente hay muchos grises en los personajes: personas buenas que toman decisiones obligadas por la sociedad y la religión que en otras circunstancias no tomarían; personas buenas a los que la vida y los cruentos actos de otros les han llevado por un torcido camino que se ha convertido en su razón de existir; personas no tan buenas que un día se vieron doblegadas por el peso de la culpa y desde entonces intentan cambiar su karma tomando decisiones más moderadas y practicando el perdón... En la historia confluyen personajes reales con otros salidos de la mente del autor, pero casi todos, con honrosas excepciones, se mueven en esa fina línea que separa el bien y el mal tan inherente al ser humano.

En cuanto al desarrollo de la trama, debo admitir que en todo momento he sido consciente de que se me estaba birlando información en lo que respecta a la historia de los dos hermanos, que no me lo estaban contando todo y que, de lo que me contaban, algunas cosas me las tenía que tomar con "sal y pimienta"... sabía que el narrador omnisciente me estaba contando una realidad parcial (o que el día a día de los hermanos no era siempre tal y como me lo contaban... no sé cómo explicarlo), así que algunas de las cosas las veía venir o las he anticipado antes de que el narrador se decidiese a contarlas tal cual eran realmente. No es algo que haya influido en mi valoración de la lectura, porque de hecho creo que es consecuente con ella: si nos dejan caer de vez en cuando que su plan o misión va avanzando, pero el narrador, durante el 90% de las páginas, nos cuenta su vida como si ese plan o misión no existiese a efectos de planificación y ejecución, algo está ocultando el narrador cuando nos está desglosando el día a día de Madhuk y Sarasvati. Me explico muy mal pero espero que se me entienda.

El caso es que, una vez más, he devorado un libro de José Vicente Alfaro. Literalmente. El periodo gupta en el que está ambientada la historia está considerado como la época dorada de la India, y el autor, más allá de la trama, nos trae pedazos de todo aquello que otorgó grandeza a este periodo: las matemáticas, la astronomía, la farmacopea, la poesía, sus epopeyas, la literatura en sánscrito... Es casi imposible no aprender cosas mientras se leen sus libros porque las absorbes casi sin darte cuenta, al tiempo que la narración te engancha para no soltarte hasta el final.

Podría decir lo que digo siempre, que a ver dónde nos lleva la próxima vez, pero como para eso imagino que habrá que esperar un poco, sigo teniendo El último anasazi esperando en la estantería... ergo, volveré pronto con otra aventura del autor :)


José Vicente Alfaro (Huelva, 1976), licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, irrumpió exitosamente en el panorama literario español en el año 2013 con la publicación de La esperanza del Tíbet, novela que en muy poco tiempo se convirtió en un fenómeno de ventas, logrando superar los más de 500 días en el Top 100 de Amazon y acumulando miles de ejemplares vendidos.

A continuación le siguieron El llanto de la Isla de Pascua y El último anasazi, que contribuyeron definitivamente a consolidar su carrera como escritor. 

En mayo de 2016 publicó su cuarta novela, titulada Bajo el cielo de los celtas.

Tras convertirse en uno de los autores independientes más leídos en lengua castellana, las novelas de José Vicente Alfaro han sido traducidas a varios idiomas: inglés, alemán, francés, italiano y portugués, entre otros. Asimismo, su obra también ha sido editada en formato de audiolibro.

José Vicente Alfaro pretende a través de sus novelas contar una historia entretenida, ofreciendo al mismo tiempo al lector la oportunidad de trasladarse a un momento clave de otra civilización o cultura, probablemente desconocida para él.