miércoles, 20 de septiembre de 2017

RESEÑA (by MB) ::: EL CÍRCULO DE AGUA CLARA - Gavin Maxwell



Título original: Ring of bright water
Autor: Gavin Maxwell
Editorial: Hoja de Lata
Traducción: Manuel de la Escalera
Páginas: 300
Fecha de publicación original: 1960
Fecha esta edición: junio 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 22,90 euros
Ilustración de cubierta: The Ninth Wave (The Estate of Charles Tunnicliffe)
Ilustraciones interiores: Gavin Maxwell, Michael Ayrton, Peter Scott, Robin McEwen



  
En la primavera de 1949 Gavin Maxwell, joven universitario y naturalista en ciernes, se instala con su perro Jonnie en el lugar más remoto y deshabitado de Escocia, entre las Highlands Occidentales y las islas Hébridas. Allí, en una casita amueblada con cajas de pescado arrastradas por la marea, la vida transcurre al son de las estaciones y en compañía de los poquísimos vecinos del lugar. Las anguilas remontan cada año la cascada y millones de arenques plateados huyen de las voraces orcas; las cuevas de antiguos buhoneros son ahora madrigueras de foca, y a la compra hay que ir en bote de remos.

En medio de este paraíso salvaje aterriza Mijbil, un cachorro de nutria proveniente de Iraq que, con su arrebatadora personalidad, conquistará (y pondrá patas arriba) el corazón de su dueño.

Narrada con humor, ternura y un hondo e instintivo respeto por la naturaleza y por todos los animales que en ella habitan, El círculo de agua clara es un clásico indiscutible de su género. Una valiosa capsulita de oxígeno para los tiempos que corren.

Así pues, este libro trata sobre mi vida en una casita solitaria de la costa nordeste de Escocia, de los animales que la compartieron conmigo y de los que fueron mis únicos vecinos en este paisaje rocoso y marino.
Gavin Maxwell, autor de El círculo de agua clara, fue un naturalista escocés apasionado de su tierra, de la vida y sobre todo de las nutrias.

El círculo de agua clara es la primera entrega de su trilogía, en la que nos narra a modo de memorias y recuerdos un período de su vida, en concreto los ocho años que pasó en Camusfeàrna, nombrada con un seudónimo pues, según sus palabras:
Identificarla en letra impresa vendría a ser como sacrificar en cierto modo su lejanía y soledad y traicionarla; como si, al hacerlo, la pusiera más cerca de sus enemigos: la vida urbana y la industria.
Leer El círculo de agua clara en pleno verano y en mi tierra manchega, donde las temperaturas rondan los cuarenta, mañana, tarde y casi noche, supuso un torrente de frescor, aire y naturaleza que nuestra mente interpreta como espejismos u obnubilaciones imposibles pues, en su novela, Mister Maxwell nos describe con ese lenguaje tan sencillo y cercano todas esas tierras milenarias y lejanas de las Higlands escocesas y, sobre todo, nos sumerge en su hábitat, esa sociedad compuesta por mar, roca y los seres primigenios que la habitan desde los primeros tiempos.

Camusfeàrna, el centro de su ecosistema, es ese útero protector, el núcleo vital que envuelve y protege unas veces más que otras a toda esa naturaleza salvaje y pura que tanto deleita a nuestro autor.

Tal y como él mismo comenta en sus memorias, primero buscó la soledad y retiro en esas maravillosas tierras, pero luego, como todos sabemos, el hombre es un animal social. Esta sociedad, o mejor dicho familia, primeramente la formó con su fiel perro Jonnie, que le acompañó en los primeros tiempos; después de Jonnie, mister Maxwell necesitaba otra mascota, otro miembro para su familia, pero de una especie diferente: ese lugar lo ocupó Mijbil, una nutria rara venida de lejos, Iraq, y de la que quedaban pocos ejemplares.

El año que pasaron juntos Mijbil y Gavin Maxwell, lo recuerda nuestro autor como uno de los mejores, rico en experiencias y sensaciones. Por circunstancias que no voy a revelar el tiempo de Mijbil pasa, pero deja un vacío en Camusfeàrna que solo puede ser llenado por otra nutria, Edal.

Básicamente, las memorias y recuerdos que Gavin Maxwell relata en El círculo de agua clara son todas las vivencias junto a sus mascotas... o más concretamente, como él mismo declara, su familia, la cual se relaciona con ese ecosistema primigenio y único donde, de alguna manera, intentarán exprimir cada gota de vida y energía que les aporta esa naturaleza viva y desatada.

Todo ello, salvo algunos momentos realmente dramáticos, está narrado con ese sentido del humor tan british, donde las connotaciones inteligentes de Maxwell hacen que en cada página de su obra se respire toda la salinidad que esas tierras pueden aportar, transmitiéndonos un torrente de emociones carentes de artificio y superficialidad.

Reconozco que lo primero que me animó a leer este libro fue si de alguna manera estaría inspirado por uno de mis autores preferidos, el gran Thoreau. En este sentido considero que Maxwell no tiene nada que ver con el espíritu naturista del gran Thoreau... hay cosillas que no van con mi pensamiento o mis valores. No estoy muy de acuerdo con Maxwell (tal vez por desconocimiento o los tiempos que le tocaron vivir) en el tratamiento de las especies en extinción, en querer una mascota sí o sí e intentar adaptarla a un ecosistema tan diferente y distinto al suyo. Además luego está todo el antropomorfismo, la personificación que hace de sus mascotas. Entiendo que la soledad es muy mala, pero al final una nutria es una nutria, y siempre estará mejor en su hábitat con su especie que fuera de ella. Este punto lo entendía Thoreau de una manera diferente: él amaba sus bosques tal como eran, los quería porque el hombre apenas los había tocado y lloraba por los que sí había transformado... esto solo es una consideración más.

La edición rústica con solapas de Hoja de Lata me encanta. Es preciosa, como todos sus libros; rubricados con un sello tan personal que siempre que caen en nuestras manos los identificamos y distinguimos de las demás editoriales.




Gavin Maxwell (Elrig, 1914 - Inverness, 1969) fue un autor, naturalista y aventurero escocés célebre por sus apasionados libros sobre las nutrias y sobre la vida salvaje en Escocia.

Tras estudiar administración de fincas en Oxford, servir en las fuerzas especiales durante la segunda guerra mundial y fracasar en su intento de levantar una pesquería de tiburones en el norte de Escocia, Maxwell aceptó instalarse en Sandaig, un paraje remoto de las islas Hébridas que en sus libros bautizó con el nombre de Camusfeàrna. Allí escribió la famosísima Trilogía del Círculo de Agua Clara, en la que narra su nueva vida en una rústica cabaña de madera junto al mar. De la primera entrega, El círculo de agua clara (1960), llegó a vender más de un millón de ejemplares. A ella le seguirían The Rocks Remain (1963) y The Raven Seek Thy Brother (1969).

12 comentarios:

  1. Escocia, las Highlands, un naturalista, animales, mascotas... Pues me apetece mucho. A medida que te leía yo también estaba pensando en Thoreau y esa llamada a la vuelta a la naturaleza, pero lo que comentas de las especies en extinción y la actitud de Gavin a mí tampoco me convence. También debemos pensar que eran otros tiempos y que quizás no todos estaban tan concienciados sobre la extinción de algunas especies, no sé. Un beso.

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  2. Ay mira que todo eso que comentas de la naturaleza, las Higlanladns... etc. me llama la atención... pero no sé... un libro en que solo cuenta su vida... me echa un poco para atrás...
    Tendré que madurarlo.
    Un besazo

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  3. Las ediciones de Hoja de lata son muy chulas. El libro no me llama, estos de naturaleza me gustan al principio por lo exótico y porque transmiten paz pero no sé, me canso enseguida y terminan por hacerse pesados.
    Yo tampoco entiendo lo de tener mascotas en sitios que no les corresponde, pobres animales.
    Besos

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  4. Esta historia no la conocía pero todo lo que cuentas me resulta interesante aunque no se si es algo que me gustase leer.

    Besos =)

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  5. Hola! creo que podría llegar a gustarme,y supongo que también me parecería extraño lo que cuentas sobre el antropomorfismo. Besos

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  6. Ni idea de esta editorial a la que tendré muy en cuenta a partir de ahora. Tiene muy buena pinta este libro. Me atrae ese amor por los animales que efectivamente son familia. Ahora bien, hay algunos detalles que no terminan de convencerme con lo que dejo la cosa en el aire. Besos

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  7. hola! si ama a los animales no solo es un gran escritor sino que una bellisima persona, excelente lectura a la que buscaremos! saludosbuhos.

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  8. Me atrae, porque a mi todo lo que sea amor por los animales me pierde mucho y cuanto más incondicional sea, más me gusta. De hecho me has conquistado con esta frase: "él amaba sus bosques tal como eran, los quería porque el hombre apenas los había tocado y lloraba por los que sí había transformado". Lo que más me podría tirar para atrás es que al ser la narración de sus vivencias pueda terminar por parecerme denso o pesado... pero veo que son 300 páginas y muy mal se le tiene que dar para llegar a aburrirme con una extensión tan llevadera jajaja. Apuntadísimo, veremos a ver si he acertado :) Mil gracias por el descubrimiento.

    Un abrazo!

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  9. Qué preciosa edición y qué bonito que los libros consigan alejarnos incluso de estas tierras manchegas en las que nos vamos a derretir un día de estos.
    Besotes.

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  10. Suelo disfrutar mucho de estas lecturas, así que sin dudar tomo nota. Un besote!

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  11. Habéis tocado mi punto débil, Escocia, es un lugar al que tengo que visitar pronto, así que intentaré hacerme con el libro. Besos

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  12. Opino como tú respecto a los animales, a mí también me ha chocado lo de que adoptara una nutria que está en peligro de extinción como mascota...No sé, en general, no lo veo como un libro para mí.

    Un saludo,
    Laura.

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