Título original: The Push
Autora: Ashley Audrain Editorial: AlfaguaraTraducción: Carlos Jiménez Arribas Páginas: 336
Fecha de publicación: febrero 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros
Imagen de cubierta: Ella Rorthenstein/ Shutterstock
«Creíamos que nos conocíamos el uno al otro. Creíamos que nos conocíamos a nosotros mismos.»
Blythe
ya no sabe qué es verdad y qué es mentira: ¿está viviendo la vida
feliz que siempre deseó, con un marido perfecto y una hija angelical?
¿O está repitiendo la sórdida historia de su madre y su abuela, marcada
por el desapego y el maltrato? ¿Es Fox, su marido, el compañero y padre
ideal, o tiene una vida paralela que cada día lo aleja más de su casa?
Su hija Violet ¿es una niña brillante y complicada, que solo quiere
que su madre le preste más atención, o es malvada de nacimiento?
Depende del momento y de cómo se mire, todo y nada puede parecer verdad
o parecer una trampa.
El instinto es una novela
que se queda grabada. Una historia de horror y redención, una
exploración del origen de la maldad y del modo ominoso en que los
traumas familiares se transmiten de madres a hijas. Esta es, en
definitiva, una historia valiente que da pie a que cada lector se
interrogue sobre cuestiones dolorosas, personales y, por ello,
necesarias.
Cuando vuelvo a mirar, la niña ha abierto la puerta y está en el vano. Le alumbra media cara el farol que ilumina el número de la calle. Sostiene un plato lleno de zanahoria y galletas. Dejarás unas migas en el suelo de baldosas de la entrada. Harás como que te lo crees, igual que ella.
Ashley Audrain relata en El instinto la historia de cuatro generaciones de mujeres unidas por un factor genético que las condiciona y condena al mismo tiempo.
Recuerdo exactamente cómo era la vida en el tiempo que vino después.
Blythe, hija de Cecilia y nieta de Etta (de ella solo sabremos gracias a los saltos temporales introducidos en la novela), reflexiona sobre su pasado, presente y futuro a través de las experiencias que vive con la maternidad y su hija Violet, el último eslabón en esta peculiar cadena. Blythe nos cuenta cómo fue su vida al lado de su madre y cómo esta puede repetirse en sus descendientes.
Su marido Fox, al que conoce desde la universidad, le anima a que vayan a por el bebé. En ese momento desaparecen en ella todas las seguridades construidas poco a poco y el cuidado de las acciones, expresiones, comportamientos y palabras que tenían por objeto esconder a su familia, guardar su secretos... con el único propósito de vivir por y para su marido, la persona que ama y por la que de alguna forma se hizo flexible y se adaptó a la vida que él tenía y le proponía, toda felicidad o una apariencia de la misma. Así hubiera podido seguir siempre de no ser por Violet, su preciosa hija.
El bebé llegó a sus vidas y con él la ruptura de su status quo, que desapareció de un plumazo. Además de adaptarse a la vida de su marido, Blythe también tuvo que hacerlo a la de su hija, a la que desde el primer momento le hizo saber cuál era su sitio en esa familia: ninguno. Vemos crecer a Violet gracias a los recuerdos que su madre nos narra, así como la incapacidad de ambas para acomodarse, amoldarse, quererse o simplemente tolerarse. Blythe la alimenta, la viste, la saca a pasear... pero siente que no la quiere, que no se quieren ninguna de las dos. Y aquí entra la figura del mediador, ese personaje que es pareja y padre: Fox, que deber cortar, apaciguar y resolver estos conflictos filiales.
Oía cómo la apaciguabas con suaves susurros que la calmaban, hasta que conciliaba el sueño. Yo te estudiaba. Te imitaba. Tú decías que eran todo imaginaciones mías.
A pesar del difícil y frágil equilibrio familiar los días pasan y se convierten en meses, años, y Violet va creciendo arropada por el amor incondicional de su padre y el resquemor y los recelos de la madre. Mientras su hija amplía sus horizontes en la guardería, los recelos de Blyhte se convierten en presunciones, presentimientos que alimentan aquellos temores primigenios que siempre han acompañado a las mujeres de su familia.
Qué podía ocurrir. Cómo me sentiría si mis peores temores se hicieran realidad. Lo que haría. ¿Qué haría?
Esas suposiciones y conjeturas se convierten en presentimientos que se van cumpliendo sin escrúpulos por parte de unos y sin aparente preocupación por parte de otros. Y en medio de todo está la madre que lo ve, lo siente y sabe qué va ocurrir porque ya ha sucedido otras veces.
Ashley Audrain dibuja a una antiheroína que desde el primer momento se rinde y no se defiende a pesar de lo que sabe y de la información que tiene, pues de alguna manera no quiere asumir la realidad y la justifica igual que los demás... está a verlas venir, solo espera a que le den la noticia. Blythe es una mujer sin fuerzas para luchar, sin libre albedrío, condicionada y que condiciona, aferrada a un pasado que tal vez sí podría cambiar, más sabiendo como sabe que lo que le pasó a otra también le puede ocurrir a ella.
El día anterior a mi partida, dos semanas después de que me dejaras allí como un fardo, los jardineros me encontraron en el río de aguas gélidas que atravesaban los terrenos. Estaba desnuda e histérica, me sacudía como un animal que es devorado vivo.
No hay más ciego que el que no quiere ver. Esta es la premisa que se repite en esta familia: hacerse el ciego y el sordo, no ver las cosas y no poner remedio. Pero por mucho que construyas una apariencia de realidad sobre lo que es objetivo y es verdad, esa realidad no va a desaparecer.
Un thriller psicológico donde los personajes culpan y son culpables porque no pueden, no saben o no quieren ver lo que tienen delante, quedándose atrapados en un círculo en el que solo les queda esperar a ver qué ocurre. Mientras, el lector no para de hacer conjeturas sobre lo que pasará, si encontrarán el modo para romper con esa realidad o los medios para asumirla antes de que esa realidad los rompa a ellos, a su pareja y a su familia.
Una novela que te desnuda ante el dolor, te coloca ante la materialidad de la existencia y la verdad de que lo que es, es, ya sean hechos, consecuencias o reparaciones imposibles.
Y también depende de cómo nos trate la gente. De lo que nos hagan sentir...
Ashley Audrain (1982, Newmarket, Ontario) ha sido directora de Comunicación de Penguin Books Canada. Antes, trabajó también como relaciones públicas. Vive en Toronto, con su marido y dos hijos pequeños. En 2015, una crisis de salud con su hijo menor la obligó a retirarse.
Descubrió que escribir era una ocupación que podía emprender en casa.
El instinto es su primera novela.
Hola MB pues parece una premisa interesante... Eso de no querer luchar contra lo que tú consideras que es el destino...
ResponderEliminarUn besazo
Hola Nitocris, pues la verdad es que una "premisa interesante" y de lo más complicada, pero ahí tenemos la protagonista, erre que erre, picando piedra...
EliminarUn besazo para ti también.😘💋.
Hola. Creo que me pasaría toda la novela enfadada con ella y compareciendo al pobre marido. No es necesario que te caigan bien los personajes pero cuando uno tan principal me saca de quicio, me provoca una sensación desagradable. Hay gente que no quiere salir del pozo pero aun así de vez en cuando lo intentan.
ResponderEliminarBesos
Hola Norah, hay momentos que a los personajes, les tenemos que dejar hacer. Al final, es su drama y su historia, pero eso no quita que la novela no sea interesante, al contrario, es otra forma de leerla.
EliminarBesicos 😘💋.
Otra novela que no conocía y que pinta muy pero que muy bien. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ains... ¡cuántos libros y cuán poco tiempo! No nos da la vida.
EliminarBesotes para ti también 😘💋.
No entiendo lo de aceptar tu sino porque ¿Está escrito? ¿Es voluntad divina? Llámame inconformista.
ResponderEliminarNo descarto su lectura 🙂😉💋
Ni yo tampoco lo entiendo. Al final, de alguna forma la protagonista reflexiona sobre todo (lo que ha hecho y lo que no), aceptando las consecuencias de su omisión.
EliminarBesicos 😘💋😉
Una lectura bastante interesante por lo que comentas aunque el thriller psicológico no es lo que más me gusta la educación es en que lo he leído no he terminado de pillarle el punto
ResponderEliminarEs una novela muy circular, los protagonistas entran en un bucle del que les es difícil salir. Una vez que comienzas a leerlo, se lo coge el punto en un pis pas.
EliminarBesicos 😘💋
Hola, me encantan los Thriller psicológicos, así que me lo llevo apuntado. Besinos.
ResponderEliminarHola Mar, pues seguro que lo disfrutas, compartimos impresiones😉.
EliminarBesicos 😘💋
Ufff... Me da un poco de midieto eso de los traumas familiares que pasan de madres a hijas, porque es tan real... Después de leer la reseña, tengo la impresión que esta novela necesita su tiempo, su momento idóneo. Habrá que buscarlo o esperarlo porque pinta realmente bien. Besis
ResponderEliminarHola Marisa, pues la impresión que he sacado de la novela, es que al final la genética, es más una excusa que una razón. Esto es algo subjetivo, cada cual, tendrá sus propias conclusiones.
ResponderEliminarBesicos 😘💋
Bueno, apuntada la tengo para cuando salga. Ya veremos.
ResponderEliminarUn beso