Título original: Mikeneko Hömuzu no suiri (三毛猫ホームズの推理)
Autor: Jirô Akagawa
Editorial: Quaterni
Traducción: Bárbara Pesquer Isasi
Páginas: 264
Traducción: Bárbara Pesquer Isasi
Páginas: 264
Fecha de publicación original: 1978
Fecha esta edición: noviembre 2015
Fecha esta edición: noviembre 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,50 euros
El detective Katayama tiene dos importantes problemas que le impiden ser
un policía de primera: por un lado siente pánico ante la sangre, solo
con verla se desmaya. Por otro, es tan tímido que es incapaz de hablar
con mujeres.
A pesar de esto, deberá unirse a la la investigación del asesinato de
una universitaria y le será encomendada la vigilancia de una residencia
femenina de la universidad. Su vida dará un giro inesperado cuando conoce
a un catedrático que tiene una mascota a la que llama Holmes y que,
para sorpresa del detective, no es una gata corriente
.
Esta es la primera entrega de una conocida serie de libros que provocó
que los aficionados a las novelas de misterio aumentara vertiginosamente
en Japón. Una mezcla de comedia y misterio que se ha convertido en una
obra emblemática para los lectores y que ha llevado a su personaje, la
gata calicó Holmes, a ser uno de los personajes más queridos y populares
de la ficción nipona.
Al inicio de la lectura de Los misterios de la Gata Holmes sufrí una especie de deslumbramiento, no sé si porque la historia provenía del país del Sol Naciente, o por el choque cultural sin más; me resultaba muy extraño todo, estaba desubicada, fuera de época... de lugar. Entonces, sobre la décima página, paré mi lectura y observé su maravillosa portada, llegando a la conclusión de que nadie se molesta en hacer una portada como esta (la puerta del libro) si la historia no merece la pena. La cubierta no nos transporta al Londres de Holmes, con sus nieblas y misterios, sino que nos envía al Japón de los años setenta, donde la honorabilidad, el sentido del deber, el respeto y la obligación por el trabajo impregnaban toda la sociedad.
Todo lo anterior lo comento porque una vez que pensé en japonés y releí las primera diez páginas, comencé a disfrutar y a conectar con todos los personajes, con el libro y con todo lo que Jirô Akagawa me iba narrando en cada página.
Descubrí a Yoshitaro Katayama, detective por tradición familiar pero sin demasiada vocación policial. Su carácter tímido y reservado lo perfila para un puesto de oficinista, donde su zona de confort no se vería alterada por asesinatos sangrientos (Katayama se marea con la sangre), corruptelas inmobiliarias... eso es lo que desearía nuestro buen detective; otra cosa es lo que Akagawa imagina y crea para él.
En primer lugar Akagawa construye una trama rizada llena de sorpresas, en la que el misterio, los asesinatos y robos se suceden delante de nuestras narices... y cuando uno piensa que se ha resuelto algo, siempre quedan flecos sueltos que obligan a seguir rizando esa trama, a dar una vuelta de tuerca (siempre me ha encantado esta expresión) y, en resumen, a seguir manteniendo todos los sentidos abiertos e investigando a todas las personas que participan en la historia, pues detrás de sus maravillosas sonrisas japonesas esconden pasiones y ambiciones, claros y oscuros.
En segundo lugar, Katayama, con su carácter tímido e inocente, no está solo: tiene a Holmes, la gata calicó que pertenecía al decano Morisaki, y que a su vez guía e inspira al detective; con sus maullidos dirige y reconduce toda la narración... es el hilo conductor de toda la historia. Y para esta historia hay que tener un buen guía, pues nuestro autor pone a trabajar a todos los personajes, tanto a los principales como a los secundarios. Todos tienen un papel activo en la historia, todos tienen algo que esconder y algo por lo que matar.
Así vemos que a lo largo de la narración, el bueno de Katayama va in crescendo a todos los niveles, tanto profesionales y personales; subiendo escalones, unos más altos y otros más accesibles, pero siempre acompañado de Holmes, que desde el principio vislumbra en él todas esas cualidades que los lectores vamos descubriendo en cada uno de Los misterios de la Gata Holmes; su inteligencia, discreción, formalidad, el sentido del deber, la honestidad y honorabilidad... cualidades necesarias para poder enfrascarse y enfrentarse a asesinos en serie, catedráticos corruptos, redes de prostitución, matrimonios concertados... más todos los líos familiares que Katayama intuye y guarda con la discreción y honorabilidad que lo caracterizan.
De la trama no quiero desvelar nada, pues toda ella está hilada y conectada; rizada. Cada misterio abre las puertas de otro más, formando un bucle del que no se sale hasta el final, por lo que hay que descubrirlos por uno mismo y emprender ese viaje que Akagawa diseña para nosotros... así además conoceremos una sociedad, donde el civismo, la ética y la moral impregnan todos sus estamentos... y, aunque parezca una incongruencia, hasta los más oscuros. Todo ello impregnado con ese maravilloso sentido del humor y de la ironía que hasta en los momentos más difíciles te saca una sonrisa... así Jirô Akagawa, maestro de la comedia de misterio, ha sido todo un descubrimiento del que espero con ganas disfrutar en el futuro.
Todo lo anterior lo comento porque una vez que pensé en japonés y releí las primera diez páginas, comencé a disfrutar y a conectar con todos los personajes, con el libro y con todo lo que Jirô Akagawa me iba narrando en cada página.
Descubrí a Yoshitaro Katayama, detective por tradición familiar pero sin demasiada vocación policial. Su carácter tímido y reservado lo perfila para un puesto de oficinista, donde su zona de confort no se vería alterada por asesinatos sangrientos (Katayama se marea con la sangre), corruptelas inmobiliarias... eso es lo que desearía nuestro buen detective; otra cosa es lo que Akagawa imagina y crea para él.
En primer lugar Akagawa construye una trama rizada llena de sorpresas, en la que el misterio, los asesinatos y robos se suceden delante de nuestras narices... y cuando uno piensa que se ha resuelto algo, siempre quedan flecos sueltos que obligan a seguir rizando esa trama, a dar una vuelta de tuerca (siempre me ha encantado esta expresión) y, en resumen, a seguir manteniendo todos los sentidos abiertos e investigando a todas las personas que participan en la historia, pues detrás de sus maravillosas sonrisas japonesas esconden pasiones y ambiciones, claros y oscuros.
En segundo lugar, Katayama, con su carácter tímido e inocente, no está solo: tiene a Holmes, la gata calicó que pertenecía al decano Morisaki, y que a su vez guía e inspira al detective; con sus maullidos dirige y reconduce toda la narración... es el hilo conductor de toda la historia. Y para esta historia hay que tener un buen guía, pues nuestro autor pone a trabajar a todos los personajes, tanto a los principales como a los secundarios. Todos tienen un papel activo en la historia, todos tienen algo que esconder y algo por lo que matar.
Así vemos que a lo largo de la narración, el bueno de Katayama va in crescendo a todos los niveles, tanto profesionales y personales; subiendo escalones, unos más altos y otros más accesibles, pero siempre acompañado de Holmes, que desde el principio vislumbra en él todas esas cualidades que los lectores vamos descubriendo en cada uno de Los misterios de la Gata Holmes; su inteligencia, discreción, formalidad, el sentido del deber, la honestidad y honorabilidad... cualidades necesarias para poder enfrascarse y enfrentarse a asesinos en serie, catedráticos corruptos, redes de prostitución, matrimonios concertados... más todos los líos familiares que Katayama intuye y guarda con la discreción y honorabilidad que lo caracterizan.
De la trama no quiero desvelar nada, pues toda ella está hilada y conectada; rizada. Cada misterio abre las puertas de otro más, formando un bucle del que no se sale hasta el final, por lo que hay que descubrirlos por uno mismo y emprender ese viaje que Akagawa diseña para nosotros... así además conoceremos una sociedad, donde el civismo, la ética y la moral impregnan todos sus estamentos... y, aunque parezca una incongruencia, hasta los más oscuros. Todo ello impregnado con ese maravilloso sentido del humor y de la ironía que hasta en los momentos más difíciles te saca una sonrisa... así Jirô Akagawa, maestro de la comedia de misterio, ha sido todo un descubrimiento del que espero con ganas disfrutar en el futuro.
Jirô Akagawa (1948) es un maestro de la comedia de misterio. Recibió su primer reconocimiento en 1976 al ganar el Premio de Misterio All Yomimono para escritores noveles con Yürei Ressha (Ghost Train). Desde entonces ha escrito 560 libros (hasta 2013) de los que ha vendido más de 300 millones de ejemplares.
La serie de la gata calicó Holmes es muy conocida en Japón. El primer título, Mikeneko Hömuzu no suiri (Los misterios de la gata Holmes) fue publicado en 1978, y consiguió acercar por primera vez a las lectoras el género de misterio, hasta entonces esencialmente destinado a los hombres.
El retrato que, con grandes dosis de humor, Akagawa hacer del detective Yoshitano Katayama, tímido y algo patético; la originalidad de los casos a los que se enfrenta, creíbles y muy entretenidos; y su estilo narrativo, fácil de leer, le ha granjeado tanta popularidad en Japón que cada nueva entrega de la gata Holmes obtiene las alabanzas de una multitud de admiradores.
Akagawa también ha cultivado otro tipo de géneros como el thriller, el terror gótico y la narrativa fantástica. Su novela La hermana menor de Chizuko, un relato fantástico que describe el vínculo que existe entre dos hermanas adolescentes, fue adaptado para la gran pantalla en 1991.
Los misterios de la gata Holmes es también una serie de televisión que cuenta con audiencias millonarias.
¡Holaa!
ResponderEliminarNo pinta nada mal, me gusta =) También le echaré un vistazo a la serie.
Besitos
Uy, pues me parece muy cuqui. Me ha hecho gracia eso que dices al principio de "una vez que pensé en japonés" :-))) Bss
ResponderEliminarReconozco que es un cóctel que a mí me indigesta un poco, eso de mezclar comedia y novela negra, pero me lo has pintado tan bien que oiga, tampoco hay que cerrarse en banda, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos.
Pues me apetece a mí un libro de misterio e investigación pero al estilo japonés; tendré que apuntármelo.
ResponderEliminar¡Un beso!
Este libro siempre me ha llamado la atención. Me quedo con tu punto de vista y a ver si me animo a leerlo
ResponderEliminarBesos
Lo tendré en cuenta después de leerte tu oponión.
ResponderEliminarSaludos
Pues no lo conocía y parece estar bien.
ResponderEliminarYa sé que a menudo me quejo de que todos los libros nuevos son iguales, que no hay más que clones pero tampoco hay que pasarse de original. La verdad es que este que nos traes lo que menos me llama es el personaje del gato, es que no me llevo con los animales. Pero resulta que lo oriental me gusta así que tenía que servirme pero no sé, tampoco el género me vuelve loca. Pero esta novela parece que tiene muchas aristas y es entretenido. En fin, que menudo lío.
ResponderEliminarLo que si me ha llamado la atención es lo de la peli, tengo que mirar que igual es de las mías.
Besos
Yo, que soy Gato y Trotero, me hablas de una gata y ya me tienes a tus pies. La novela negra japonesa y oriental en general le pasa como al cine del mismo origen, es una pasada; dominan muy bien la narración de suspense, describen mejor que nadie los movimientos, situaciones, emociones...soy fan fan.
ResponderEliminarEste libro es una maravilla!!!
Un besito.
Yolanda.
Ya tenía anotado algún título de esta editorial pero este no lo conocía...no hace mucho tuve un primer acercamiento a la literatura japonesa no muy positivo y desde entonces no he vuelto a repetir...pero esta historia de novela negra mezclada con comedia me parece interesante, lo tendré en cuenta para más adelante ;)
ResponderEliminarBesitos
Me la apunto sin dudarlo un minuto, algún detective japones conozco, y me gusta el estilo y lo diferentes que son de nosotros, echare un vistazo y veré si puedo hacerme con el. Besinos.
ResponderEliminarPues no me importaría leerlo para conocer algo de esa literatura japonesa y la ambientación en los años 70. La portada está claro que es llamativa y bonita,
ResponderEliminarUn beso ;)
A mí me lo habéis descubierto y tiene muy buena pinta. Me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Me encanta!!
ResponderEliminarLo encuentro muy, muy original... novedoso, fresco... estoy segura que a los amantes de los gatos les encantará! Además, están proliferando un montón los libros cuyos protagonistas son gatos... Yo leí de Haruki Murakami Kafka en la orilla, y aunque no tiene nada que ver con lo que nos cuentas los gatos tienen un papel especial en la trama!!! ;)
Un saludo!! ;)
Me alegro de que te haya gustado y que escogieras una de mis propuestas de entre todos los libros que había en el reto de Serendipia Recomienda. La verdad es que tanto Katayama como la gata Holmes nos llegan al corazón. Yo ya tengo en casa el tercer libro (no sé por qué no han editado el segundo primero) a la espera de que le toque la lectura.
ResponderEliminarUn besazo
He leído ya algunos libros de esta editorial especializada en novelas niponas y la verdad es que hasta el momento todo han sido gratas sorpresas (toquemos madera). Este que cuentas pinta bien. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pese a tu opinión, la trama no me termina de llamar la atención...Pero lo pensaré, porque tengo pendiente leer más libros de autores japoneses y porque en el fondo, has conseguido que me picara la curiosidad...Y cierto, la portada es una monada :)
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.