Título original: Young Emma
Autor: William Henry Davies
Editorial: Defausta (colección Orígenes)
Traducción e introducción: Susana Prieto Mori
Posfacio: George Bernard Shaw
Páginas: 187
Fecha de publicación original: 1980 (escrito en 1924)
Fecha esta edición: septiembre 2016
Fecha esta edición: septiembre 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,50 euros Imagen y diseño de cubierta: Alan Lagadu / Alicia Geijo
Ilustraciones autores: Francisco Geijo Rubio
Londres asiste con perplejidad a la hecatombe de la I Guerra Mundial.
William Henry Davies, ahora convertido en una celebridad literaria, fantasea con una vida retirada en el campo junto a una mujer. Esta fantasía se convertirá en objetivo irrenunciable tras conocer a la joven Emma, una joven de pasado problemático con la que se encuentra durante un paseo nocturno por las calles de la ciudad.
Un testimonio inestimable y libre de prejuicios de las costumbres sexuales de su tiempo. Una mirada única hacia el territorio siempre resbaladizo de lo íntimo.
William Henry Davies, ahora convertido en una celebridad literaria, fantasea con una vida retirada en el campo junto a una mujer. Esta fantasía se convertirá en objetivo irrenunciable tras conocer a la joven Emma, una joven de pasado problemático con la que se encuentra durante un paseo nocturno por las calles de la ciudad.
Un testimonio inestimable y libre de prejuicios de las costumbres sexuales de su tiempo. Una mirada única hacia el territorio siempre resbaladizo de lo íntimo.
El galés William Henry Davies era, ante todo, poeta. O más bien podría decirse que su fama, la que le abrió los círculos literarios londinenses, se debió principalmente a la poesía. Pero también escribía en prosa, estilo que usó para escribir su varias obras autobiográficas. La editorial Defausta se ha propuesto recuperar a este autor en castellano y, tras Autobiografía de un Súper Vagabundo, editaron a finales del año pasado otra delicatessen de su obras biográficas, La joven Emma (no sé qué haríamos sin estas emergentes editoriales independientes que recuperan autores que han quedado suspendidos en el limbo del olvido durante años y que bien merecen un hueco en nuestras estanterías).
Leer las palabras autobiográficas de Davies supone adentrarse en el mundo del autor sin cortapisas ni muros que separen lo público de lo privado. Se cuenta todo, sin más. Davies lo cuenta todo. Su sinceridad, su transparencia, la sencillez y honestidad con la que narra cada uno de sus pensamientos, cada una de sus vivencias, incluso aquellas que cualquier otra persona por vergüenza intentaría ocultar o disfrazar, hacen que como lector le atiendas con un interés rayano en la confidencia. El autor se desnuda ante el lector de un modo tan natural y tan humano, pleno de las contradicciones que nos definen como seres racionales, que el lector le observa sin juzgar ninguno de sus actos, y podría decirse que se establece una relación íntima y franca entre ambos.
W.H. Davies, como persona, era peculiar. Auténtico. Un tanto excéntrico. Vivió como un vagabundo durante su juventud (etapa que narró en el libro que comento arriba ya editado por Defausta) y se autopublicó su primera obra de poesía cuando ya sobrepasaba la treintena; siguió viviendo como un vagabundo, mandaba copias a potenciales lectores pidiéndoles que le mandasen a vuelta de correo lo que costaba el libro... Estas excentricidades, entre otras muchas, le hicieron ganarse poco a poco un hueco entre la élite literaria londinense. Pero era eso, una extravagancia; se le aceptaba como una curiosidad. Él lo sabía, estaba conforme y lo necesitaba para vivir. Pero amaba la naturaleza, la soledad, y su anhelo secreto era encontrar una buena mujer, casarse con ella e irse a vivir a la tranquila campiña inglesa. Y esa mujer debía ser tan sencilla, tan despegada de lujos y caprichos, tan como él, que sabía que no podría encontrarla entre las mujeres que conocía en los salones que solía frecuentar. Las mujeres que a él gustaban, le rechazaban... las que él no quería eran las que le aceptaban. Buscaba algo tan concreto que le costó mucho decidirse, y él quería volar, alejarse de Londres, de todo aquello que realmente le importaba más bien poco.
Y en ese punto nos encontramos cuando comenzamos a leer su testimonio. Durante la vorágine de la Gran Guerra, Davies busca a su futura esposa en las calles de Londres, donde muchas esposas e hijas (con sus maridos, hermanos y padres en el frente) deambulan solas en busca de un hombre que les proteja y mantenga hasta que sus familiares vuelvan (si es que vuelven). Con el transcurrir de las páginas conocemos a varias mujeres que se cruzan en su vida con escasa fortuna hasta que, al bajarse de un autobús, Davies atisba a Emma, la joven que da nombre a esta autobiografía. Gracias a todas ellas, o a pesar de todas ellas, el autor habla de amor, sexo, confianza, decepciones, cariño, miedos, recelos, temores, sus anhelos más íntimos e incluso de enfermedades de transmisión sexual, algo totalmente atípico e inusual para la época.
Lo que narran estas páginas es tan tierno, franco y contenido, tiene tanta calidad en su narrativa, es tan elegante a pesar de los temas que aborda, que sabes que estás ante un grande que nunca quiso serlo y siempre huyó del bullicio en el que supuestamente debía moverse un escritor de su fama. Quería retiro y una mujer buena a su lado (pero sin perder su prestigio literario, que al fin y al cabo era lo que le daba de comer), y lo plasmó así, tal cual, escribiendo lo que quizás es el mayor logro de su carrera.
Mori, en el prólogo, desvela que Davies mandó la obra a su editor, se arrepintió porque no quería ver expuesta a su esposa, pidió que le devolvieran su manuscrito... pero a la vista está que su editor se guardó un as en la manga y, un año después de morir su esposa (él había fallecido muchas décadas antes), este testimonio fue encontrado y vio la luz.
Os dejo con estas palabras de George Bernard Shaw, que definen a Davies mejor de lo que yo pueda hacerlo. La joven Emma quizás no sea una lectura para todo el mundo, pero quien sí la lea conocerá a Davies sin trampa ni cartón, abierto en canal ante el lector. Y no se arrepentirá.
Un testimonio asombroso: la crónica de un adulto vigoroso, valiente, imaginativo y particularmente talentoso, con una gran experiencia de la vida civilizada en los mejores círculos literarios de Londres y la perspectiva de un chico barriobajero de seis o siete años.
El escritor y poeta galés William Henry Davies (1871-1940) pasó su juventud recorriendo Norteamérica y Gran Bretaña como vagabundo. Logró reconocimiento como poeta y fue una célebre figura literaria de su tiempo.
Como gran amante de la naturaleza, la vida en la gran ciudad le angustiaba. A los 51 años se casó con una joven que conoció en las calles de Londres y se retiró al campo. Allí llevó una vida tranquila hasta su muerte.
Como gran amante de la naturaleza, la vida en la gran ciudad le angustiaba. A los 51 años se casó con una joven que conoció en las calles de Londres y se retiró al campo. Allí llevó una vida tranquila hasta su muerte.
¡No me digáis más, me lo pido! jejeje. Me parece una historia que engancha, y además, la propia historia de su publicación es fascinante, y con lo cotilla que soy...
ResponderEliminarUn besito!!!
Yolanda.
Hola!
ResponderEliminarParece interesante pero tengo tantísimo por leer que este creo que lo dejaré pasar.
Un beso
Pues me gusta lo que cuentas y no me importaría leerlo en absoluto.
ResponderEliminarUn beso
A mí me gustó mucho y me pareció un libro francamente sincero para la época en la que está escrito. Yo también creo que estas editoriales pequeñitas están haciendo un trabajo increíble para descubrirnos autores olvidados.
ResponderEliminar¡Besos!
Por lo que cuentas tiene que ser una lectura fascinante. Me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Esta novela me atrajo desde que vi su portada. Me parece que has hecho una reseña maravillosa y, a mí al menos, me has dejado con muchas ganas de conocer a ese curioso y excéntrico tipo.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarPues no conozco al autor, pero me ha encantado cómo has escrito la reseña, transmite muy bien lo que uno se puede encontrar en el libro. Se nota que lo has disfrutado y eso es fantástico.
¡Saludos!
Me gusta lo que cuentas sobre la honestidad del autor, hay que ser muy valiente para exponerse de es manera. De las "biografías " de autores siempre pienso que voy a sacar algo y aprender.
ResponderEliminarMe lo apunto para buscar, que a lo mejor no es fácil.
Besos
Me gusto leerlo. Como dices sorprende por la naturalidad al tratar untema así.
ResponderEliminarMe llama la atención pero tanto pendiente que en algún momento hay que descartar.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues no he leído nada de W.H. Davies, y solo conocía al autor por referencias, cuando leía algo relacionado con la literatura británica de principios del siglo XX. Es más, pensaba que solo era poeta, no conocía esta joven Emma. De momento, no me tienta, aunque me ha picado la curiosidad la estampa que describes: esas mujeres durante la IGM. Bss
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas, por eso tono nota del título a ver si doy con él en la biblioteca. Besos
ResponderEliminarYo lo tenía echado el ojo pero no recordaba que era una novela autobiográfica, y sí que da miedo que alguien pueda llegar a conocer toda tu intimidad. No me extraña que no quisiera publicarlo finalmente. Lo leeré aunque a ver cuando le encuentro hueco ;)
ResponderEliminarBesitos y feliz finde
hola! es una delicia de reseña, que resume sabiduria t destreza tanto tuya como delautor! te compartimos con mucho gusto, felices siempre de visitarte! saludosbuhos.
ResponderEliminarNi idea del libro y ni idea de la editorial pero ¡¡me encanta!! Creo que tenemos gustos muy similares jejeje. Besos
ResponderEliminarAlguna reseña me suena haber leído de este libro, en cuanto reduzca un poco mi lista iré a por el. Besinos.
ResponderEliminarAnotadísimo me lo llevo :-)
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