Título original: Agnes Grey
Autora: Anne Brontë
Editorial: Alba (colección Clásica)
Traducción: Menchu Gutiérrez López
Páginas: 248
Fecha de publicación original: 1847
Fecha esta edición (3ª): abril 2016
Fecha esta edición (3ª): abril 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16 eurosIlustración de cubierta: Detalle de Recordar el pasado (1888, Carlton Alfred Smith)
“¡Qué maravilloso sería convertirse en una institutriz! Salir al
mundo... ganar mi propio sustento... ¡Enseñar a madurar a los jóvenes!”
Este es el sueño de la hija de un modesto vicario, un ideal de
independencia económica y personal, y de entrega a una noble tarea como
la educación. Una vez cumplido, sin embargo, los personajes de este
sueño se revelan más bien como monstruos de pesadilla: niños brutales,
jovencitas intrigantes y casquivanas, padres grotescos, madres mezquinas
e indulgentes... y en medio de todo ello la joven soñadora, tratada poco
menos que como una criada.
Agnes Grey (1847), primera novela de Anne Brontë, es una árida revelación basada en experiencias autobiográficas del precario status, material y moral, de una institutriz victoriana; y constituye a la vez un relato íntimo, casi secreto, de amor y humillación, en el que el “yo más severo” y el “yo más vulnerable” sostiene una dramática batalla bajo lo que la propia heroína define como el “sombrío tinte del mundo inferior, mi propio mundo”.
Agnes Grey (1847), primera novela de Anne Brontë, es una árida revelación basada en experiencias autobiográficas del precario status, material y moral, de una institutriz victoriana; y constituye a la vez un relato íntimo, casi secreto, de amor y humillación, en el que el “yo más severo” y el “yo más vulnerable” sostiene una dramática batalla bajo lo que la propia heroína define como el “sombrío tinte del mundo inferior, mi propio mundo”.
Hoy vengo con otra relectura, pero este es de esos libros que los leería veinte veces de ser necesario. Seguramente os habrá pasado desapercibido, pero tanto en el sorteo del primer aniversario como en el del segundo, hubo un libro de Anne Brontë. En el primero fue esa maravilla llamada La inquilina de Wildfell Hall, y en el segundo y último sorteo fue su otra novela, Agnes Grey, que es mucho más conocida a nivel popular. No habrá más en próximos aniversarios, porque son las dos únicas novelas que Anne tuvo tiempo de escribir. Murió muy joven, jovencísima, como todos los hermanos Brontë, y no le dio tiempo a más, pero fueron suficientes para dejar sobrada muestra de su talento.
Os preguntaréis el por qué de incluir siempre un libro de Anne Brontë en los sorteos de aniversario cuando las famosas son sus hermanas. La familia Brontë era una familia con genio... no en cuanto al temperamento (que también y mucho), sino en cuanto a eso que la RAE llama "una capacidad mental extraordinaria para crear". Charlotte, Emily y Anne eran muy distintas entre sí, y es algo que además puede apreciarse en la obra que dejaron como legado. Las historias a las que dieron vida no podrían ser más diferentes, y aun así (casi) todas rozan la genialidad. Pero siempre, desde siempre, una de las hermanas ha quedado injustamente tapada y ensombrecida por las otras dos, y yo, que ya desde pequeña me llamaban en mi casa la "la defensora de los pobres", es la hermana Brontë a la que siempre reivindico cuando me preguntan: Anne, la pequeña Anne.
Agnes Grey es una joven de 19 años que ha vivido siempre excesivamente protegida por su familia. Siendo la pequeña de la casa, tanto sus padres como su hermana Mary le han evitado siempre cualquier esfuerzo o responsabilidad, pero ella siempre ha tenido la inquietud interior de trabajar y de demostrar que puede hacer muchas más cosas de las que su familia cree. Cuando su padre pierde mucho dinero en una inversión por culpa de un mal golpe de fortuna, las apreturas económicas se asientan en el hogar de los Grey, y es entonces cuando Agnes decide, a pesar de la oposición inicial de su familia, llevar a cabo lo que lleva mucho tiempo anhelando: ser institutriz, y así ayudar en lo que pueda a su familia al tiempo que les ahorra su manutención y cuidados.
La vida de una institutriz victoriana no era nada fácil, y Anne pasó por muchas situaciones incómodas, humillantes y desesperantes, lidiando con padres incompetentes que malcriaban a sus hijos y menoscababan su autoridad, y niños/adolescentes groseros y consentidos que, sabiendo que tenían vía libre para hacer lo que quisieran ante la negligente mirada de sus padres, hacían insportable su vida e irrealizable su cometido... y nada mejor que escribir una primera novela sobre algo que ella conocía de primera mano. El resultado en Agnes Grey es una novela realista, honesta, narrada de manera lineal y con esa prosa que parece sencilla y que precisamente necesita de mucho talento para mostrarse así de asequible ante el lector. Anne era tan, tan distinta escribiendo a sus hermanas... Mesurada, contenida, cercana... Agnes Grey nos narra su historia de manera sensata, humilde y sin florituras. Lejos quedan los elementos románticos y góticos que caracterizan a las otras dos Brontë, y eso es algo que me encanta de Anne: que supo tener su propia personalidad para contar sus historias a su manera sin querer seguir la estela de nadie. Ni en Agnes Grey, ni mucho menos en La inquilina de Wildfell Hall, donde metió el dedo en la llaga hablando de un tema del que en aquella época no se hablaba en la literatura y mucho menos de la mano de una mujer (los malos tratos dentro del hogar).
Volviendo a Agnes Grey, este personaje representa el arquetipo de institutriz en aquella época. Muy jóvenes (en ocasiones apenas eran 3 o 4 años mayores que sus propios alumnos), eran señoritas que habían recibido una educación esmerada pero que se veían abocadas a trabajar para aportar dinero a la familia o para exhimirla de su manutención en una época de inestabilidad económica en la que muchas familias de clase media perdieron todos sus ahorros por un motivo u otro. No estaba bien visto que trabajasen en las mismas tareas que cualquier muchacha de clase baja, así que la única salida que tenían era la de entrar a trabajar como institutrices en casas de gente acomodada. Una vez en la casa, su posición dentro de ella tenía límites difusos, porque aunque convivían en muchos casos durante años con la familia, obviamente no pertenecían a ella. Tampoco formaban parte de la servidumbre ordinaria, así que no terminaban de encajar en ninguna parte: los señores de la casa no las trataban como a una igual, y los criados las miraban con malos ojos por estar varios peldaños por encima de ellos.
En Agnes Grey vemos reflejados todas y cada una de estas particularidades, pero lo que prima sobre todo es el propio personaje de Agnes. Una muchacha sobreprotegida en su casa que sin embargo no tiene miedo a enfrentarse a un mundo del que no ha visto ni conoce nada, y que a pesar de lo mal que lo pasa, de lo mal que la tratan, de lo sola que se encuentra, de la nula vida social que tiene, de que es marginada por aquellos que son superiores a ella socialmente pero no intelectualmente... a pesar de que ella, en alguna página, a sus escasos veintipocos años se pregunta si esa es la única vida que puede esperar y a la que puede aspirar, se muestra fuerte, decidida, valiente, con una moral intachable, inocente e ingenua para algunas cosas pero demostrando a cada momento lo extremadamente bien que se conoce, para lo bueno y lo malo. Jamás pierde pie y siempre se muestra fiel a sí misma.
Agnes Grey es una lectura fantástica y de una calidad indudable, y a quien le den un poco de miedo los tochos clásicos, de entre las dos novelas de Anne es la más asequible sin lugar a dudas, por su narrativa sencilla y sus escasas 250 páginas. De hecho es su novela más famosa. Admito que en eso, por mucho que ame este libro, no puedo estar de acuerdo, porque la novela que le equipara a sus hermanas, la que grita a voces su talla como escritora, lo valiente que era y las muchas excelentes obras que podría habernos regalado de haber tenido tiempo, es su otra novela, La inquilina de Wildfell Hall. Me encantaría poder traeros también este año su reseña, pero la relectura con el trajín que llevo la veo complicada (se intentará, en todo caso).
Sé que estoy abusando de vuestro tiempo y vuestra paciencia, así que lo voy dejando aquí. Cojo lo dicho al principio de la reseña. Siempre, siempre, defenderé el talento de Anne Brontë. Es difícil destacar entre Charlotte y su archiconocida Jane Eyre y Emily y sus turbadoras Cumbres borrascosas, pero nunca, jamás, se debe perder de vista a Anne, porque hacerlo sería un craso error. Y ya que este rinconcillo me permite defender, fangirlear y mostrar mi lado groupie literario, pues eso, que coloco y promociono a Anne subliminalmente donde puedo y como puedo.
Leed Agnes Grey. De verdad. Es una lectura que todo lo que tiene de sencilla en apariencia, lo tiene de incuestionable en calidad narrativa.
Anne, la menor de las hermanas Brontë, nació en 1820 en Thornton
(Yorkshire), pocos meses antes de que la familia se trasladara a
Haworth, donde su padre, el reverendo Patrick Brontë, había sido
nombrado vicario perpetuo. Muerta la madre en 1821, Anne fue educada en
familia por su padre y su tía, Elizabeth Branwell, hasta que a los
quince años ingresó en Roe Head, la escuela donde su hermana Charlotte
era maestra.
Entre 1839 y 1845 fue institutriz en diversas casas, y de su experiencia en este trabajo surgió su primera novela, Agnes Grey,
(ALBA CLÁSICA, núm. XIV) que se publicaría en 1847 juntamente con
Cumbres borrascosas, de su hermana Emily; un año antes, bajo el
seudónimo –que nunca abandonarían– de Acton, Ellis y Currer Bell, las
tres hermanas habían conseguido publicar un volumen de Poemas. En 1848, aparecería la segunda y última novela de Anne, La inquilina de Wildfell Hall (ALBA CLÁSICA, núm. XIII). Poco después, en mayo de 1849, murió de tuberculosis en Scarborough.
Hace poco leí La Inquilina de Wildfell Hall y me encantó, así que sé que esta novela tengo que leerla sí o sí.
ResponderEliminarBesos
Hola! Todavía no me he estrenado con esta hermana Bronte, vuestra reseña me ha hecho coger muchas ganas.. Un besito
ResponderEliminarLa leí hace tiempo y no me llenó como si lo hizo "La inquilina de Wildfell Hall", aún así, las Bronte siempre son una apuesta segura. Un abrazo.
ResponderEliminarAins yo fui la afortunada ganadora del sorteo. Tengo dos estantes de pendientes,en uno están los envíos editoriales y libros que tengo ansia por leer,en otro libros que quiero leer pero que he ido perdiendo interés poco a poco,al menos que sepas que Agnes Grey está en el primer grupo. A ver si puedo ponerme con el pronto porque después de leerte tengo masganas aún.
ResponderEliminarUn beso
Yo la leí hace tiempo y La releí no hace tanto y aunque es una novela que me gusta, me quedo con La inquilina... En lo que si te doy la razón, es que a Anne hay que tenerla en cuenta, nunca entiendo esa mania de establecer competencia entre las hermanas sobre quién es mejor que las otras, competencia que ellas nunca tuvieron, a mi me gustan todas, porque aunque son de la misma época, cada una mira las cosas de una forma diferente.Besinos.
ResponderEliminarA mi me encanta Agnes Grey. Lo leí hace unos años de la biblioteca, y hace poco lo compré, estoy deseando darle una merecida relectura. Yo he estudiado la posición de la mujer victoriana a través del arte y la novela de Anne es un documento único para ver la posición de las institutrices, al ser tan autobiográfica.
ResponderEliminarUn beso!!
¿Has estudiado la figura de la mujer victoriana a través del arte? Guau! Me chifla esa época. Yo la he estudiado a través de la literatura. Busco tu blog y te sigo! Un besazo, Rocío!
Eliminar¡Magnífica reseña! La aplaudo!! :D Me encantan las hermanas Brontë, y siempre he defendido a Anne, también, la menos visible pero no por ello menos buena. Un besazo.
ResponderEliminarA mí me gustó tanto este libro... Sí, es sencillo pero tan agradable de leer y con una historia tan bien contada, que es un gusto leerlo. Tengo pendiente el de La inquilina, y quiero ponerme con él cuando tenga todo el tiempo para dedicarle, porque intuyo que me va a encantar.
ResponderEliminar¡Besos!
Pues como siempre debo decir que no he leído nada de las Brontë, a pesar de conocer Jane Eyre y Cumbres borrascosas de oídas, claro... quizá algún día (ahora que me ha dado por leer novelas brittish) me adentre en estas más enjundiosas, jeje...
ResponderEliminarUn besazo
Yo tengo cierta debilidad por "Cumbres borrascosas" pero no tengo el placer de conocer a esta pequeña de las hermanas. Y si algo he sido siempre, ha sido una defensora de las causas difíciles (mi madre dice que de las perdidas directamente). Así que quién sabe, quizá me anime y acabe reivindicando también a Anne.
ResponderEliminarBesos.
¡Ay ay ayyy, qué bonito, qué bonito! lo tengo decidido a partir de ahora hablaré, vestiré y viviré a la época de Brönte ¡Me mimetizo! jajaja. Lo leí hace mucho, era de mi amiga y me lo prestó, intenté cambiárselo por el de Mujercitas que tenía dos ejemplares, pero nada, no coló...luego lo compré más adelante en una edición algo normalucha pero chica, yo tan contenta. Como solía pasar en mi casa, en cuanto mi caterva de primas venía a mi casa las cosas me iban desapareciendo, y este fue uno de los expoliados.
ResponderEliminarTengo una edición de segunda mano en el pueblo, aunque la portada corresponde a Viaje al centro de la tierra...es que se rompió la suya, jajajajaja.
Besitos preciosas, que maravillas traéis siempre, mis Elegantes Damas de las Letras.
Uy, no, no se te nota nada que Anne es tu preferida de las Brontë. Nada, nada XDDD
ResponderEliminarMe encanta cómo nos hablas de este clásico, por el entusiasmo y la pasión que le pones. Es que te entran ganas de salir corriendo a por un ejemplar. Mientras te leía estaba pensando que sí, que el puesto de institutriz debía ser de los más ingratos pero muchas razones, sobre todo porque ¿dónde te sentabas? A ver, que no comías en la mesa de los señores pero tampoco con los criados, ¿no? Eras una empleada, pero de rango superior a un criado, así que todos te miraban mal, los señores y los criados. Por no hablar de los malvados niños. Qué horror. Pobre Anne...
¿Sabes una cosa? Hace mucho tiempo leí este libro por error. Me dijeron: lee Agnes Cecilia y yo fui a la biblio y traje Agnes Grey, no me digas por qué. Y el caso es que me gustó, era muy joven así que no me acuerdo de los detalles. No soy muy fan de las cumbres aunque sí de Jane así que te apoyo en tu reivindicación. No diré que vaya a releer este pero sí tengo muchas ganas del de la inquilina, hummm, tú siempre barriendo para casa, como debe de ser, jeje.
ResponderEliminarHablaremos de las Brönte.
Besos
Tiene delito...pero aún no me he estrenado con las hermanas y eso que tengo "Cumbres borrascosas" en casa. Sin embargo esa defensa acérrima de Anne no es la primera vez que la leo, es verdad que es una autora que pasa muy desaparecida y parece que está tan a la altura como sus dos hermanas. Así que la leeré seguro, y aunque esta historia suena super interesante, tengo que decir que "La inquilina de Wildfell Hall" me atrae más. Pero acabaré leyéndola también ;)
ResponderEliminarBesitos
Pd: El que opina igual que tú es Mikey F, un chico de youtube que adora a Austen y a las Brontë (no a todas por igual) y te partes de risa con él. Si podéis echadle un vistazo, no tiene desperdicio.
Qué gran reseña, me siento mal por no haberme estrenado con la autora, con lo mucho que me encanta este género, pero prometo estrenarme pronto, con este título además que lo tengo en casa. Lo vi en un mercadillo de segunda mano y me hice con él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me lo llevo de cabeza, además me parecen tan chulas las ediciones de esta editorial...que no me resisto.
ResponderEliminarUn beso;)
PUes tengo el libro pendiente en la estantería y acabas de darme un buen empujón para no hacerle esperar mucho más.
ResponderEliminarBesotes!!!
A esta hermana la tengo pendiente, habrá que ponerse con ella.
ResponderEliminarBesos.
Otro clásico pendiente por leer, a ver si le busco hueco pronto. Un beso
ResponderEliminarAy, cuantos clásicos que quiero abordar y no termino de emprender. Esta, además es una de esas novelas que están en tantas colecciones tan preciosas, he leído tantas maravillas sobre él, que demorarlas es un sacrilegio. Bonita reseña.
ResponderEliminarBesos
De las Brönte años ha que leí Cumbres Borrascosas. Me gusta lo que nos cuentas de esta novela, por lo que me la llevo apuntada como futurible lectura clásica. Besos.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarSí, coincido con vosotras en que las tres son muy distintas y así se refleja en su obra. Y sí, Agnes Grey es una lectura muy contenida y comedida...a diferencia de turbulenta Cumbres Borrascosas y la pasional Jane Eyre.
De esta novela recuerdo que mientras leía pensaba..." uy, no pasa nada interesante... Que diferencia con sus hermanas",
Pero una vez leída y pasado un tiempo recuerdo que la novela venía a mí y la recordaba con muy sabor de boca... Una historia de amor serena entre dos personas cuyos sentimientos van aflorando lentamente, con discreción y de forma muy noble... ¿Quién no querría algo así en su vida? Algo auténtico, puro y tangible...
Estupenda reseña, como siempre!!
PD: la otra novela no la he leído todavía ;)
Pues no lo he leído. Y sin duda, lo haré. Un besote!
ResponderEliminarLa leí por primera vez este año y me encantó. Espero seguir leyendo el otro de la autora.
ResponderEliminarBesos!!