Título original: Im Land der weißen Wolke
Autora: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
Traducción: Susana Andrés
Páginas: 752
Fecha esta edición (4ª): julio 2013
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 14 eurosDiseño de cubierta: Estudio Ediciones B
Una inolvidable saga familiar en el exótico marco de Nueva Zelanda.
Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero.
Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?
En el país de la nube blanca, el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, a través de un fenómeno de boca a boca sin precedentes, es una novela cautivante sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad, y sobre dos familias cuyo sino está unido de forma indisoluble.
Una epopeya fascinante, recomendada por la crítica y los libreros.
Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero.
Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?
En el país de la nube blanca, el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, a través de un fenómeno de boca a boca sin precedentes, es una novela cautivante sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad, y sobre dos familias cuyo sino está unido de forma indisoluble.
Una epopeya fascinante, recomendada por la crítica y los libreros.
La historia comienza en Londres y Gales en 1852, cuando se nos presenta a dos mujeres que zarparán rumbo a Nueva Zelanda para casarse, aunque ninguna de ellas conoce todavía a su marido. En el caso de Helen Davenport, una joven profesora de Londres camino de convertirse en una solterona, contesta a un anuncio que aparece en el periódico en el que se buscan mujeres para contraer matrimonio con miembros de la comunidad anglicana de Christchurch. Tras un intercambio de misivas donde todo pinta de color de rosa y el pretendiente parece tan perfecto que deja en mangas de camisa al hombre ideal, Helen pone rumbo a Oceanía (os podéis imaginar en qué queda esto...). Por otro lado conocemos a Gwyneira Silkham, una muchacha galesa de 17 años que debe subirse a ese mismo barco tras perder su padre una partida de cartas ante Gerald Warden, un astuto barón de la lana que había pedido la mano de Gwyn para su hijo Lucas en esa partida (hijo que no le acompaña en ese viaje). Las dos, Gwyn y Helen, se conocen a bordo del Dublin y se convierten en buenas amigas durante los meses que dura la travesía. Cuando pisan tierra firme al otro lado del mundo tendrán que enfrentarse a una vida totalmente distinta a la que han llevado hasta entonces, enfrentarse al hecho de que sus maridos no son en absoluto lo que esperaban y salir adelante como mejor puedan, aunque las cartas con las que juegan cada una de ellas son muy distintas.
Esta es la premisa de la historia, y es tan conocida, se ha hablado tanto de estos libros, que no creo que tenga mucho que compartir que aporte algo diferente. Solo os puedo decir que no me ha gustado tanto como parece gustar a todo el mundo, pero ya ha quedado claro arriba que no es un género que me entusiasme, así que no creo que os sorprenda.
A ver, por un lado resulta interesante leer sobre la Nueva Zelanda de mediados del siglo XIX que, al contrario que Australia (que creció y se desarrolló gracias al trabajo de los presos que trasladaban allí desde todos los confines del imperio británico), creció como colonia gracias a emigrantes europeos que buscaban hacer allí fortuna, ya fuese con el ganado, con la matanza de ballenas y focas o, posteriormente, con el oro. Claro está, para eso tuvieron que engañar a los maoríes (descendientes también de emigrantes, los polinesios, pero que llevaban allí siglos cuando llegaron los primeros exploradores europeos), quitarles sus tierras (o malpagárselas) y luego usarlos como criados, pero eso fue un detallito sin importancia. Como lectora fascinada por todo lo que tenga tufillo histórico, todas estas cosas resultan interesantes, igual que leer cómo los colonos británicos intentaron crear una Gran Bretaña en miniatura con las mismas costumbres de sus tierras de origen, el mismo orden social, mismo protocolo dentro del hogar, etc... También me ha interesado mucho conocer la cultura maorí, sus leyendas, su mitología, cómo se relacionaban entre ellos... aunque a decir verdad tampoco es que la autora profundice demasiado en nada de todo lo que os comento. Pero bueno, las pinceladas están, y es con diferencia lo que más me ha gustado del libro.
En cuanto al centro de la historia, que se presupone que es la de seguir las dispares vidas y destinos de Helen y Gwyn (o al menos esa es la premisa que se nos vende durante las primeras 150 páginas del libro), pronto queda clarísimo que a la autora lo que realmente le interesa es la historia de Gwyneira y de los Warden, y todo lo que gira en torno a ellos. Los Warden, sus criados maoríes, sus ovejas, sus caballos, sus perros, sus trabajadores, sus descendientes, los problemas de sus descendientes, sus dramas familiares, sus infidelidades, violaciones, secretos del pasado, secretos del presente, amores prohibidos... Warden al por mayor. Eso es lo que protagoniza el 80% del libro, quedando la pobre Helen relegada a ser la amiga que visitar de vez en cuando o la madre del varón que seguirá dando drama y vidilla a la historia de los Warden. Incluso cuando parece que su historia va a repuntar tras la visita de un antiguo conocido de Londres con el que quedaron cosas pendientes, la cosa queda en absolutamente nada en pocas páginas. ¿Para qué crear la subtrama de George Greenwood si luego no la vas a usar y la vas a descartar de un plumazo cuando hace falta? No me ha convencido el modo que tiene la autora de plantear la historia, y a eso debo sumar que desaprovecha en grado sumo la oportunidad de fascinar al lector describiendo una tierra tan increíblemente hermosa como Nueva Zelanda. En ese aspecto, ambientación la justita, y no será por falta de páginas para lucirse.
No me quiero enrollar mucho, que quien más y quien menos ya conoce el libro de sobra. Tras leerlo, entiendo por qué En el país de la nube blanca en concreto, y el landscape en general, tiene millones de lectores en el mundo. Es una lectura amena, blanca y ligera que entra casi sin darse uno cuenta, pero admito que sigo sin ser fan del género y que a este libro en concreto le he visto cosas que han hecho que la lectura me pareciese correcta sin más. Se puede contar exactamente lo mismo con doscientas páginas menos (mínimo), las supuestamente dos historias principales están totalmente descompensadas y solo da importancia a una de ellas, y todo tiene una pátina de drama (usaría otra palabra, pero lo dejaré en drama) en la que a los personajes les pasa de todo y la historia avanza de casualidad en casualidad de la manera que más conviene a la autora para que el final le quede bien y bonito. Que no tiene nada de malo, ojo, que nadie me malinterprete, pero no es el tipo de historias que a mí me hacen tilín, os engañaría si os dijese otra cosa... cada cual tiene sus gustos, como tiene que ser, si no vaya aburrimiento :) ¿Me arrepiento de haberlo leído? No, en absoluto. ¿Me ha llamado la atención lo suficiente como para seguir con la trilogía? Pues tampoco. Lo mismo me tiro otros quince años sin leer landscape, pero no pasa nada de nada: no será por libros de otros muchos géneros pendientes en la estantería :)
Sarah Lark (Bochum, Alemania, 1958) es uno de los seudónimos con los que escribe la autora Christiane Gohl. Trabajó durante muchos años como guía turística.
Pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda, cuyos paisajes
asombrosos han ejercido desde siempre una atracción casi mágica sobre
ella. Sarah Lark es el seudónimo de una exitosa autora alemana que en
la actualidad vive en España. Con En el país de la nube blanca,
considerado el debut más exitoso de los últimos años en Alemania,
sorprendió a crítica y lectores. No en vano lleva más de un millón de
ejemplares vendidos. Das Lied der Maori y Der Ruf des Kiwis son las esperadas continuaciones de esta primera novela.
Hola, te entiendo perfectamente porque yo tampoco soy lectora de landscape, eso sí, leo uno puntualmente todos los años para el reto genérico de Laky, y dicho eso, te contaré que a mi este libro que traes es de los que he leído el que más me gustó. Besinos.
ResponderEliminarLo tiene mi hermana,y aunque no es un género que nos atraiga mucho, me ha dicho que lo ha disfrutado así que...luego se lo quito, haciendo que parezca una desaparición por combustión espontánea, claro 🤣🤣🤣
ResponderEliminarHola, esta clase de libros siempre son más o menos igual unos a otros, por eso mismo yo tampoco los sigo demasiado, me dejan más bien fría, no sé si me habré leído dos o tres en mi vida y, son lo mismo, ya esta. Yo desde luego paso, ya me has dicho todo lo que necesitaba para empoderarme en mi decisión de tanto tiempo. Saludos.
ResponderEliminarEste en concreto no lo he leído pero sí alguno otro de la autora y estoy de acuerdo contigo, son libros bien ambientados pero que carecen de profundidad y no serán memorables. Besos
ResponderEliminarpues me gustó porque es una lectura muy cómoda, tiempo después leí la canción de los maories y me gustó más, algún día leeré la tercera, o no!
ResponderEliminarPues no pasa nada, a por otro género. Fíjate que a mí esta trilogía, que leí hace la torta de años, bueno, cuando se publicó, me encantó. Me encantó entonces, que yo tenía otros gustos. Pero hasta ahí llegamos, porque nada posterior me ha interesado ni he leído más landscape, creo que es un género que repite fórmula una y otra vez y se hace muy muy previsible. En fin, que seguid con vuestros british y fantástico.
ResponderEliminarBesos
Madre mía, me siento halagada por haberos tomado tantas molestias con mi reto. Es tremendo
ResponderEliminarRespecto a Sarah Lark, he leído casi todas sus novelas salvo esta primera trilogía (que tengo por casa)
Besos
A mí este me gustó sobre todo al principio cuando llegan, se instalan y se enteran de cómo van las cosas y luego la parte de los maoríes pero en plan por encima. El segundo es peor porque es un culebrón por lo que ni he seguido ni he sentido necesidad de leer otro de la autora. El género paisaje tampoco es lo mío.
ResponderEliminarBesos
Que llevaba seis años esperando en tu estantería me lo creo sin problemas porque cuando he visto el título que nos traías he pensado "uf, pues no hace años que la leí". Coincido contigo es que es entretenida y poco más, pero recuerdo que la publicaron en un momento editorial en el que el Landscape era lo más de lo más, estaba super de moda, como los vampiros con "Crepúsculo", vamos. Besos.
ResponderEliminarMi relación con el género landscape parte de la narrativa de otra paisana de Sarah Lark: Christine Kabus, de quien ya leí tres novelas y las tres me gustaron mucho. Espero no tardar en saldar mi deuda lectora con Sarah Lark, porque está claro que puede considerarse como la máxima exponente de este género. Besos. Aunque esta que reseñas no tengo muy claro que sea la ideal, por el hecho de ser una trilogía, pero no la descarto por el éxito que tiene esta novela en concreto. Besos.
ResponderEliminar¡Hola! Pues he leído tu reseña justamente porque pensaba que no era para nada el estilo del blog y quería saber que decíais... y bueno, no habéis decepcionado xD A mí tampoco me llama para nada este tipo de novelas... pereza absoluta y quizás habré leído alguna, pero como tu dices, puro entretenimiento y no más.
ResponderEliminarYo solo leí el libro que comentas, y aunque reune muchos ingredientes para enganchar a su lectura, aventuras, romanticismo, historia... ya no he continuado con los siguientes. Se cruzan en mi camino otros libros que prefiero.
ResponderEliminarUn abrazo
Anda, pues no sabía que no te gustaba. Tampoco es lo mío la verdad y por lo que cuentas, opinaría igual.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.