RESEÑA (by MB) ::: BRIDGERTON: FELICES PARA SIEMPRE - Julia Quinn

 

Título original: The Bridgertons: Happily Ever After

Autora: Julia Quinn
Editorial: Titania
Traducción: Elizabeth B. Casals

Páginas: 288
Fecha publicación original: 2013

Fecha esta edición: noviembre 2020
Encuadernación: rústica con solapas

Precio: 15 euros
Diseño de cubierta: Luis Tinoco

Esta obra es el broche perfecto para todos aquellos que se quedaron con ganas de más. Julia Quinn nos presenta ocho divertidos y emocionantes epílogos sobre los ocho hermanos. . Contiene además una historia adicional sobre la sabia e ingeniosa matriarca de la familia: Violet Bridgerton. Érase una vez una autora de romance histórico que creó una familia. Pero no cualquier familia. Ocho hermanos y hermanas, sus consortes, hijos e hijas, sobrinos y sobrinas, y también a una matriarca adorable e irreprimible. Son los Bridgerton, no una simple familia, sino una auténtica fuerza de la naturaleza. A lo largo de ocho novelas de gran éxito, los lectores y lectoras han reído, llorado y se han enamorado con sus historias. Pero querían más. Así que muchos preguntaron a la autora: ¿Qué ocurre luego? ¿Acaba Simon leyendo las cartas de su padre? ¿Francesca y Michael se convierten en padres? ¿Realmente "el final" tiene que ser el final? La obra que todos los amantes de esta fascinante saga estaban esperando.

En Bridgerton: felices para siempre, Julia Quinn responde a la pregunta de qué pasó y qué ocurrió con todos aquellos incombustibles Bridgerton, cuatro hermanas y cuatro hermanos a los que sus progenitores les pusieron sus nombres alfabéticamente de acuerdo a su letra inicial: Anthony, Benedict, Colin, Daphne, Eloise, Francesca, Gregory y Hyacinth.

Buceando en mi memoria, los Bridgerton es una de esas sagas que comencé a leer hace ya algunos años, y en ella florecían los amores románticos entre puestas de largo, carabinas, caballeros, nobles, herederas y desherederas... siempre con una guía, la fatigosa y amable señora Bridgerton, Violet, la matriarca, dotada de una paciencia infinita y marcada por el signo de los tiempos, ya que después de la muerte prematura de su marido solo vive por y para casar bien a su progenie.

Violet había decidido que su misión en la vida sería ver a sus ocho hijos felizmente establecidos, y en general, no le molestaban las miles de tareas que eso conllevaba. Había fiestas, invitaciones, modistas y sombrereros, y eso solo para las mujeres. Sus hijos requerían la misma atención, si no más.

A partir de esta premisa nos zambullimos en otra época, adoptados por esta vasta saga familiar donde cada uno de sus componentes es el protagonista de una profunda e irrepetible historia, pues todos tienen una denominación común: son enérgicos, puros, sinceros, recalcitrantes y empecinados, pero también cariñosos, leales y, sobre todo, familiares, siendo la sentimental una de las razones más importantes que todos utilizan como motor y foco en sus vidas. Cada uno de los hermanos y hermanas se expone y se explaya en los dones y cualidades que  los diferencian de los demás, al tiempo que estos les sirven como energía para conducirlos hacia sus distintos destinos, sin perder con ello el sentido de pertenencia y de familia que les enseñaron e inocularon sus padres en primer término, y después solo la madre.

Después de esta primera aproximación (así a grosso modo, porque realizar una reseña sobre los distintos finales con sus segundos epílogos sin que se cuele algún que otro spoiler es todo un reto, y de eso trata el libro que traigo hoy), Julia Quinn vuelve a traer en Bridgerton: felices para siempre a toda la colección de personajes que conocí hace ya algunos años. A quienes nos gusta el romance (y entre todas sus variantes, el histórico) nos resulta muy difícil tropezar con ellos y no enamorarnos de todos: una vez lees una de sus historias, has caído en la adicción y la atracción que producen. Con este nuevo libro, la autora coloca una mirilla para ver y responder a estas preguntas: ¿qué pasó? ¿Realmente fueron felices para siempre?

Él era su otra mitad, su complemento perfecto. Serían jóvenes juntos y después envejecerían juntos. Se tomarían de la mano y se mudarían al campo, y tendrían hijos, muchos hijos.

Mi recomendación con esta novela y con la saga en general es que, si se quiere y se puede, se comience por el principio para descubrir lo que les va ocurriendo a los ocho hermanos. Solo después, una vez leídos los libros anteriores, es cuando se debería continuar con la lectura de este libro, ya que sin conocerlos individualmente y sin empaparse de sus emociones, dudas y zozobras, resultaría difícil encontrarle razón y sentido a lo que se supone que es esta novela: un cierre, el broche que la autora nos regala para aquellos que quisimos saber más.

En el libro encontramos ocho ventanas hacia el futuro de los hijos de Violet, y cada una de ellas incluye un segundo epílogo. Como cierre, y mediante una novela corta, la autora también revela un episodio de la vida de la matriarca: su niñez como hija única y su romance con Edmund, el patriarca al que hemos conocido por medio de las referencias de todos ellos.

Si os gusta y os apetece el romance histórico, os animo a leer esta saga familiar completa: es muy adictiva y se lee en un pis pas. Luego ya si se desea y para finiquitarla,  recomiendo sellarla y lacrarla con este libro, Bridgerton: felices para siempre.

Envejecer no tenía muchas ventajas, pero esta debía ser una de ellas, pensó Violet con un suspiro feliz mientras contemplaba a varios de sus nietos más pequeños jugando en el jardín.

Julia Quinn comenzó a escribir mientras intentaba ingresar en la universidad de Medicina. Pronto comprendió que su camino eran las letras y se dedicó por completo a ellas, llegando a tener una de las carreras más respetadas y premiadas dentro de este género.