Título original: Maria Schweidler, die Bernsteinhexe
Autor: Johann Wilhelm Meinhold
Editorial: Valdemar
Traducción: Rafael Lassaletta
Páginas: 224
Fecha publicación original: 1838
Fecha esta edición: 1998
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 11,30 euros
Sirviéndose del recurso literario
de limitarse a preparar para su publicación un documento del siglo
XVII encontrado casualmente en su parroquia, Wilhelm Meinhold, teólogo
y pastor protestante alemán (1797-1851), da a la luz en 1842 La
bruja del ámbar, crónica de un célebre proceso
por brujería a Mary Schweidler, hija de un pastor que ocupó
el mismo cargo parroquial en el pasado.
Con La bruja del ámbar,
Meinhold
quiso inaugurar un nuevo género literario al que dio el nombre de
«narraciones de crónicas», un género que despertó
un interés inusitado, sobre todo en Inglaterra, donde sus obras, alguna traducida al inglés por la madre de Oscar
Wilde, entusiasmaron a los prerrafaelistas Rossetti, Burne-Jones y
William Morris.
La bruja del ámbar,
al margen de suponer un brillante argumento religioso contra algunos aspectos
del protestantismo, aparte de su carácter de novela histórica
o de su contenido literario terrorífico o sobrenatural, puede leerse
como una novela de suspense, pues la historia de Mary Schweidler pone en
el tapete una denuncia falsa de brujería por venganza, un proceso
judicial amañado en el que se intenta comprar o presionar testigos,
la búsqueda de pruebas exculpatorias y un elemento de suspense,
la sentencia, propio de las novelas y películas de procedimiento
judicial.
Para quienes no hayan visto la entrada sobre el #RetoHermanasFatídicas, Mónica (Serendipia) y yo vamos a dedicar 2021 a leer sobre brujas y brujería en libros y literatura de muy distintos tipos y géneros. Hemos propuesto para cada mes un mínimo de dos lecturas (cuando ha sido posible hemos incluido siempre al menos un clásico), y el reto consiste en leer al menos una de esas propuestas (y de ahí para arriba... como si queremos leer todos los libros cada mes). El caso es que en enero tenía claro que quería leer las dos novelas propuestas y os voy a hablar de ambas en el blog (spoiler: ninguna estaría en mi lista de favoritas del año, pero tampoco en la de peores. El reto ha empezado tibio). Hoy os hablo del clásico, La bruja del ámbar, publicado en 1838, que supuso en su época el precursor de un nuevo género literario.
¿Qué género literario es ese? El de "narraciones de crónicas", que a grosso modo consiste en narrar cronológicamente unos sucesos que están supuestamente basados en hechos reales (pero que no lo están, obviamente). Así pues, La bruja del ámbar, partiendo en todo momento de una historia de ficción, presenta a Meinhold, el propio autor (del que solo tenemos noticias en la primera página para introducir la historia y en la última para despedirse), contándonos que ha encontrado un manuscrito escondido en su iglesia y que ha decidido compartirlo con el lector... y a partir de ahí toda la narración consta de las entradas de ese manuscrito. Y ahora diréis: pues vaya cosa, ficción novelada que quiere hacer pasar por reales hechos que no lo son. Sí, pero es que estamos hablando de hace casi doscientos años, las cosas tienen que inventarse y nacer en algún momento, y en aquella época supuso algo totalmente novedoso. Hay que darle al libro los méritos que tiene, que para sacarle los puntos flojos aún me queda reseña :)
A ver, vuelvo a la historia. Meinhold reflexiona un poco sobre el desconocido autor del manuscrito, de dónde será, las palabras que usa, su origen noble... y una vez que parece concluir que este buen señor vivía en Pomerania pero que era extranjero y que nos encontramos inmersos en la Guerra de los Treinta Años en la isla de Usedom, entramos en materia (para situarnos, la acción se sitúa entre 1618 y 1649). Como al parecer el manuscrito no está completo, nosotros leemos a partir del (supuesto) capítulo siete, y nos sumergimos en un pueblo que acaba de ser saqueado y destruido por los soldados y con muchos de sus habitantes escondiéndose en un bosque cercano.
El narrador (el segundo, el que realmente nos va a contar la historia a través del manuscrito) es un pastor protestante, viudo y con una hija, Mary, que está pasando bastantes penurias junto a muchos de sus vecinos en el bosque en el que están escondidos. Sus casas, sus pertenenecias, sus animales... todo ha desaparecido y no tienen qué llevarse a la boca. Tras muchos días en los que van tirando hacia delante ya sea por golpes de suerte, caridad de vecinos a los que les va mejor o circunstancias varias sin más relevancia, Mary halla por casualidad un yacimiento de ámbar. Lo van sacando poco a poco entre su padre y ella para venderlo a escondidas y usar ese dinero para alimentar a todo el mundo, pero jamás dicen de donde sacan esa enorme cantidad de dinero, lo que ya resulta sospechoso para algunos. Si a eso se suma que hay un personaje que se la tiene jurada al pastor y a su hija, que un noble pretende a Mary y solo sufre su rechazo, que Mary hace excursiones nocturnas a solas, que empiezan a enfermar los niños y los animales y Mary, que tendría que ser capaz de sanarlos, solo consigue que mueran... pues que se juntan el hambre y las ganas de comer: Mary es acusada de bruja para beneficio de unos y venganza de otros. Acusar es la parte fácil, solo requiere maldad; demostrar que no eres bruja ya es otro cantar, porque hasta los fenómenos metereológicos parecen decididos a sembrar la duda.
Mirad, nunca hago las reseñas así, pero creo que voy a deciros sin más en un párrafo lo que me ha gustado y en otro lo que no, porque hay de todo. Es lo que más me apaña para hablaros de este libro y creo que va a quedar más claro.
¿Qué me ha gustado? Leer un clásico siempre me aporta cosas positivas porque aprendo un montón sobre la época, la sociedad que se retrata dependiendo del país en que se ambiente, el movimiento cultural al que representa (o del que se intenta alejar), el estilo narrativo... y esto es algo totalmente independiente de que ese libro luego me guste más o menos: simplemente me enriquece y disfruto aprendiendo cosas, así que solo por eso ya me ha merecido la pena su lectura. Sobre la historia en sí misma, la segunda mitad es con diferencia la mejor, la más interesante, la más emocionante en cuanto a los hechos que se producen en ella y la que realmente hace que este libro destaque y ofrezca un acercamiento a la brujería y su enraizamiento en las clases populares a mediados del siglo XVII en Alemania. Este libro cobra vida a partir de la acusación de brujería y de todo lo que sucede después, y a pesar de sus defectos, que los tiene, creo que el autor hace un buen trabajo cuando plasma por qué entre los vecinos de Mary los hay que no creen en la existencia de las brujas y también los hay que ven señales de esa brujería hasta en las piedras. Esa dicotomía representa el sentir de una época que daba dos pasos adelante y uno atrás y no terminaba de quitarse las supersticiones de encima.
¿Qué no me ha gustado? Lo primero es la sinopsis, creo que promete algo que luego no encuentras en la lectura. El suspense, por ejemplo. No existe ese suspense, porque durante la narración se adelanta en varias ocasiones cómo va a terminar
la historia e incluso se dice qué personaje va a propiciar ese fin, con
lo que das por segura su aparición estelar por mucho que el autor intente rizar el rizo y hacerte creer que puede pasar algo más de lo que realmente pasa. Siguiendo con la edición, me ha molestado bastante que el numeroso texto que hay en latín no esté traducido, porque cuando son citas las puedes sacar por contexto, pero es que hay hasta cartas que tienes que saltarte e intuir. No costaba tanto poner notas a pie de página con las traducciones (dirán que culpa mía por no haber aprovechado mis clases de latín en el instituto, y a lo mejor tienen razón... o no). Por otro lado, y volviendo al libro, las primeras setenta páginas dan vueltas sobre sí mismas como una peonza; repiten la fórmula "Dios nos cuida y nos da de comer, damos gracias, pasa algo malo y vuelve el hambre.... empezamos de nuevo: Dios nos cuida y nos da de comer, damos gracias, pasa algo malo y vuelve el hambre... empezamos de nuevo: Dios...". Entendéis a lo que me refiero, ¿no? Pues así setenta páginas. Me costó mucho meterme en el libro, lo admito, y seguí adelante porque sabía de lo que iba y sabía que, aunque ese primer tercio no me estuviese contando absolutamente nada, en algún momento entrarían la acusación de brujería y el juicio y la historia evolucionaría.
Antes de acabar se me ha ocurrido un tercer apartado. ¿Qué cosillas creo que pueden molestar a otros lectores aunque a mí no me hayan molestado? Pues que es un libro muy de su época, mucho, y eso quiere decir que las reacciones son muy exageradas y todo se cuenta con mucho dramatismo y exceso. Para que nos entendamos, si hubiese echado un euro en una hucha (las damas de Regencia no tomamos chupitos) cada vez que alguien se desmaya en esta historia, me habría comprado una de esas ediciones anotadas de Akal que solo se pueden pagar tras hipotecar tu casa. Los desmayos se suman por decenas, ya sean hombres o mujeres. Es todo como muy intenso. Si sois de los de poner los ojos en blanco ante estas cosas, avisados estáis. ¿Más? Pues el uso indiscriminado de nombres que no vienen a cuento, no pintan nada en la historia y estorban mucho la lectura. Como cuando alguien te quiere contar que vio a su amigo Pepe y para eso te desgrana todo el árbol familiar remontándose a la época de los celtíberos. Ah, y la religión, que es casi un personaje más en el libro. Se dice que esta historia es una crítica al protestantismo (o cuando menos a ciertos aspectos), pero ahí no voy a entrar, que bastante largo me está quedando esto.
La bruja del ámbar me ha parecido una curiosidad, y no me arrepiento en absoluto de haberla leído (lo mismo parece lo contrario pero no, no me arrepiento...), pero no me atrevo a recomendarlo salvo a aquellos lectores que gusten de leer todo clásico que caiga en sus manos y estén además muy interesados en literatura sobre brujería. Eso sí, quien decida leerlo y se le hagan cuesta arriba esas setenta páginas que comento arriba, que tenga paciencia y no tire la toalla. La historia mejora, coge ritmo y se vuelve muy interesante, prometido (aunque ni es terrorífica ni sobrenatural... no escojáis esta lectura en base a eso que promete la sinopsis). La segunda mitad del libro merece realmente la pena, los interrogatorios son fantásticos, y su único lastre es el adelanto constante durante la narración en cuanto al resultado de lo que se cuenta porque perjudica el misterio en sí mismo.
Whilelm Meinhold (1797-1851). Teólogo
y pastor protestante alemán. Sirviéndose del recurso literario de
limitarse a preparar para su publicación un documento del siglo XVII
encontrado casualmente en su parroquia, dio a la luz en 1842 La bruja del ámbar,
crónica de un célebre proceso por brujería a Mary Schweidler, hija de
un pastor que ocupó el mismo cargo parroquial en el pasado. Con La bruja del ámbar,
quiso inaugurar un nuevo género literario al que dio el nombre de
"narraciones de crónicas", un género que despertó un interés inusitado,
sobre todo en Inglaterra, donde sus obras, alguna traducida al inglés
por la madre de Oscar Wilde, entusiasmaron a los prerrafaelistas
Rossetti, Burne-Jones y William Morris. La bruja del ámbar, al
margen de suponer un brillante argumento religioso contra algunos
aspectos del protestantismo, aparte de su carácter de novela histórica o
de su contenido literario terrorífico o sobrenatural, puede leerse como
una novela de suspense, pues la historia de Mary Schweidler pone en el
tapete una denuncia falsa de brujería por venganza, un proceso judicial
amañado en el que se intenta comprar o presionar testigos, la búsqueda
de pruebas exculpatorias y un elemento de suspense, la sentencia, propio
de las novelas y películas de procedimiento judicial.
Querida MH, después de leer tu reseña de hoy estoy deseando que llegue el miércoles próximo...Tú me entiendes:)
ResponderEliminarApuntado queda como curiosidad, yo también pienso que un clásico siempre aporta algo. Por otro lado, por mucho que yo hubiera atendido más en clase de latín cuando estudié BUP, no creo que me hubiera enterado mucho.
Un abrazo grande y gracias por otra estupendísima reseña!!
PD: No llegué este mes al reto, espero que en marzo pueda hacerlo.
Hola. A mí estas historias de brujería como no es brujería sino más bien estrechez de miras de otros,.se me hacen pesadas. Alemania es un sitio genial para estos temas con sus trágicos paisajes pero ya te digo que a mí estas crónicas se me ponen cuesta arriba.
ResponderEliminarMe gusta ese apartado de cosas que a ti no te molestan pero entiendes que en otros lectores pueden ser un obstáculo.
Me ha hecho mucha gracia lo de pagar las ediciones de Akal, es que se pasan mucho.
Besos
Hola Miss Hurst...
ResponderEliminarEs un placer finalmente haber llegado hasta aquí, lo hice de la mano de Mónica (Serendipia) y por este reto. Si bien me ha resultado interesante tu reseña, no creo sea el libro para mí. Es más, cuando me inscribí a vuestro reto en el blog de Mónica, había comprendido (y espero así sea) que se podía elegir entre los títulos que ustedes nos ofrecían o uno propuesto por un@ mism@, siempre y cuando tuviese a que ver con el tema del mes, ¿entendí mal o es así? ...por ello, cuando fui a ver las sinopsis de los títulos mencionados por ustedes, no me convencí y busqué en mi -horrorosamente larga- lista de "libros pendientes"; encontré un libro con esa condición y ya lo leí (pronto lo reseñaré... o algo parecido, jajajajaja!)
Bueno, lo dicho, ésta ha sido mi primera vez aquí, pero no será la última; un beso.
Me encanta la temática, este lo tengo en lista de pendientes =)
ResponderEliminarBesotes
Es que te leo y termino olvidando que es una reseña, me siento más bien en una novela, qué poder de escritura tienes.
ResponderEliminarNo es una lectura que buscaría motu propio, pero tras leerte no puedo dejar de pensar en que sí lo disfrutaría 😁🥰🥰
Esas cosillas creo que terminarían molestándome, sobre todo si se dan tantas veces. No me animo en esta ocasión.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, la primera vez que supe de la existencia del libro fue a través de vuestro reto, porque no lo conocía y todo lo que comentas me parece interesante: desde que es una historia que fue novedosa en su época, hasta lo de aprender un montón de cosas sobre la sociedad que retrata, y luego que a mi todas las historias de brujas me encantan ( algo bruja debo ser) y me dio mucha pena no poder apuntarme al reto porque no me da la vida para todos los retos en que estoy metida. Os seguiré a través de vuestras reseñas y me iré apuntando los libros que más me atraigan. No se que de fácil sea este de encontrar, pero me lo apunto. Besinos.
ResponderEliminar¡Huola, chicas!
ResponderEliminarÑii, creo que no, no me lo llevo....
Sigo con otras lecturas que me atraen más.
BEsos.
¡Hola!
ResponderEliminarcreo que no me llama nada la atención el libro. Lo que si voy a mirar mejor es lo de las novelas que mencionas que os habéis propuesto leer Serendipia y tú, porque la temática me llama mucho :D
Un saludo
Yes, we can read together
Totalmente nueva para mi y como yo pienso porque no?
ResponderEliminarGracias por la reseña.saludosbuhos! !
Mmmmm... supongo que me animaré con este lectura, pero no ahora. Tendré en cuenta lo comentas de esas 70 páginas.
ResponderEliminarUn beso.
Pues no hemos tenido un inicio demasiado brillante con nuestro reto, ¿no? "Las brujas de Eastwick" han ido como han ido, y ahora leo que "La bruja del ámbar" también tiene sus peros. Me llama mucho la segunda parte con los interrogatorios y como yo no leo las sinopsis editoriales sabes que no me ocurrirá lo del suspense ;-) Entiendo bien lo que comentas sobre el dramatismo y la presencia de la religión, la literatura es reflejo de su época. En fin, a ver si febrero se nos da mejor. Besotes.
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