Todo respira paz. Brilla el sol. El mar es azul. Pero olvida usted, señorita Brewster, que la maldad acecha en todas partes bajo el sol.
En fin, que ya tenemos el Belén montado: un cadáver, un marido, un amante, una esposa celosa y ultrajada, una hijastra que no soporta a su madrastra, un amor de juventud, varios personajes que no se sabe si son lo que dicen que son o si esconden algo... a lo que se une que en esta isla solo se permite el acceso a los huéspedes del hotel, así que aunque hay muchas posibilidades de que sea uno de los personajes que ya conocemos por la imposibilidad de acceder a la zona, tampoco puede descartarse que sea alguien de fuera porque hay muchos escondrijos a los que se puede acceder por mar.
En este caso actúa de oficio la policía del condado (solo si ven que no son capaces de resolverlo por sí mismos pedirán ayuda a Scotland Yard), pero conocen de sobra la fama de Poirot y no dudan en pedirle ayuda. Es entonces cuando empieza la ronda de interrogatorios y el estudio de gestos, coartadas, medias verdades, mentiras deliberadas... Lo cierto es que van cambiando de enfoque e hipótesis sobre la marcha según los descubrimientos que van a haciendo, siendo alguna de estas hipótesis bastante inesperada (que sea o no la buena ya se va viendo). Si me preguntáis a mí, Muerte bajo el sol es de esos libros en los que quizás puedes adivinar a medias la identidad del culpable, pero no el modus operandi o la motivación detrás del crimen hasta que Poirot no la explica, porque hasta casi el final no se tira del hilo correcto. Eso hace que sea difícil anticipar toda la explicación del final, lo que está bien para quien nos gusta que nos sorprendan cuando ya hemos leído tanto libro de la autora en tan poco tiempo, pero habrá gente que considere que es un poco tramposillo porque el lector no tiene todos los elementos para anticiparlo durante la lectura. A mí, a estas alturas del reto, me gusta que me sorprendan y me da igual todo esto, pero por si acaso a alguien le interesa, ahí queda.Un par de curiosidades, como siempre me gusta comentaros en estas novelas. La primera es que muy al comienzo se hace alusión al crimen cometido en Muerte en el Nilo (la Christie es muy aficionada a nombrar casos anteriores en los libros de Poirot). La segunda es que en cierto momento se nombra al capitán Hastings, como si Poirot, tiempo después de lo que sucede en este libro, hubiese hablado con él para comentar el caso. Esto es curioso porque como ya os dije en El testigo mudo (hace ya unas cuantas reseñas), ese fue el último caso donde apareció Hastings hasta la ultimísima novela protagonizada por Poirot (34 años después de esta que os traigo hoy), así que la autora nos está dando a entender que Hastings ha desaparecido como personaje y narrador de los libros, pero que Poirot y él siguen manteniendo el contacto y su amistad. Ah, y una tercera curiosidad, que acabo de acordarme. En cierto momento Poirot dice esto:
¡Ah, madame!, me reservo las explicaciones para el último capítulo.
Que diréis que no le veis la gracia, pero para el lector habitual de las novelas protagonizadas por Poirot, la tiene, y mucha. No solo porque las reuniones de final de caso de Poirot son míticas y muchos otros autores las han emulado/homenajeado/plagiado (dependiendo del caso y la intención), sino que el propio personaje es consciente de su existencia literaria y está rompiendo la famosa cuarta pared. Tonterías que solo nos llaman la atención a quienes hacemos retos como este, pero ahí quedan para la posteridad.
Y creo que nada más. No voy a contar nada del caso en sí mismo (casi nunca lo hago, ya lo sabéis), que este año quiero traer al menos diez novelas a este reto y no quiero abusar con reseñas largas. Por cierto, en el próximo libros nos reencontramos con el matrimonio Beresford, de quienes no sabíamos nada desde Matrimonio de sabuesos (27 reseñas del reto han transcurrido entre medias, para que os hagáis una idea... ahí es nada).
Hola guapísima, como ya comenté en mi reseña de Asesinato en Bardley Mews, Triangulo en Rodas, me recordó a esta novela. Es que esta es una de esas que no solo recuerdo quién lo hizo sino cómo... estoy deseando leerla de nuevo.
ResponderEliminarUn besazo
Querida MH.
ResponderEliminarYa sabes que adoro esta sección de tus reseñas. Lo que más me gusta es el anecdotario, esos chismes en relación con la Christie y sus personajes. Y sí, tienes razón, muchos escritores y guionistas de cine y televisión han copiado esas reuniones donde se dan cita todas las personas involucradas en un caso criminal. Ella era genial.
Un beso, y muy feliz tarde!!
Esta sí recuerdo haberla leído pero hace la tira de tiempo. Me estáis picando con este reto!
ResponderEliminarBesotes!!!
Veo que sigues fiel a Agatha Christie. Esta no la he leído, pero es curioso el juego que la autora hacía con sus personajes: mezclándolos, mencionándolos de pasada. etc. Como dice Margari, nos picáis con el reto, pero son tantas las novelas de la autora que me descabalaría mis planes lectires más de lo que ya se descabalan solos.
ResponderEliminarUn beso.
Este no lo he leído pero siendo de Agatha Christie caerá. Besos
ResponderEliminarHola, está la releí hace uno o dos años para una Yincana criminal y la tengo reseñada en el blog , además he visto las dos adaptaciones recientemente, pero las anécdotas que nos cuentas en tu reseña no las recordaba.Tengo que retomar este reto ya!. Besos.
ResponderEliminarUno de mis preferidos de la Christie. Y es que Poirot me tiene enamorada. Cómo le quiero!!! Besos
ResponderEliminarMuy divertido lo de las eternas vacaciones de este señor. Y curioso lo de la traducción del título, a tener en cuenta. Sobre el libro, no me lo apunto porque esto "el lector no tiene todos los elementos para anticiparlo durante la lectura" no me gusta nada. Oh, y me gusta lo de que rompa la cuarta pared :D
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