Título original: The Canary Murder Case
Autor: S. S. Van Dine
Editorial: Reino de Cordelia
Traducción: María Robledano
Prólogo: J. Egido
Páginas: 360
Fecha publicación original: 1927
Fecha esta edición: octubre 2017
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 19,95 euros
Imagen de cubierta: Imagen promocional de The Canary Murder Case (1929, Paramount)
La actriz de variedades Margaret Odell, conocida en los ambientes
teatrales como la Canario, aparece estrangulada misteriosamente en su
apartamento. Entre los sospechosos figuran varios hombres de negocios a
los que ella chantajeaba con la amenaza de hacer público su condición de
examantes. Todos tienen una excelente coartada y el fiscal jefe del
distrito de Nueva York, John F. X. Markham, no tiene más remedio que
volver a solicitar ayuda al sofisticado y extravagante Philo Vance. Solo
él será capaz de aplicar sus dotes psicológicas para sortear la
confusión de las pruebas. Publicada en 1927, El caso del asesinato de la
Canario fue la primera película de esta serie detectivesca llevada al
cine, con William Powell en el papel del adinerado y culto detective
Philo Vance, y la mítica Louise Brooks como la Canario, en una de las
escasas películas sonoras de la actriz.
Leí El caso del asesinato de Benson, el primero de los libros protagonizados por Philo Vance, allá por 2017, aunque no os lo traje al blog y no quedó constancia en Netherfield (cosa rara, porque en aquel entonces reseñaba muchísimo más que ahora). Han tenido que pasar casi ocho años para que me haya decidido a leer el segundo, y no sé daros un motivo razonable, porque el primero me gustó lo suficiente como para comprar los dos siguientes (creo que Reino de Cordelia ya va por el séptimo o cosa así... si es que no me da la vida). Bueno, el caso es que ya he leído El caso del asesinato de la Canario, el segundo de la serie, y realmente no he notado el enorme lapso de tiempo entre las dos lecturas porque pronto se le coge el tono al personaje principal. Philo Vance es muy especialito y deja clara su forma de ser en todo momento. Tampoco hay nada que exija que sean leídos en orden salvo algunas alusiones a que en el pasado ayudó al fiscal a resolver el caso de Benson, pero sin más: no hay pasado del personaje (este señor es un misterio) ni subtramas que pasen de un libro a otro, al menos de momento. Os cuento.
La historia comienza hablándonos directamente del extraordinario asesinato de Margaret Odell, que tuvo en jaque a la policía (y a aquellos que los ayudaban) a causa de su complejidad, originalidad y los muchos elementos desconcertantes que surgieron a cada paso de la investigación. Odell era conocida como la Canario en el mundo de las variedades, y como solía ser habitual en este ámbito, muchos hombres andaban detrás de ella buscando sus favores: unos lo conseguían, otros se cansaban de ella, otros se lo curraban mucho para llegar a tener su premio algún día... el caso es que la noche en que aparece asesinada la Canario no solo se encuentra la policía una escena del crimen bastante complicada, sino que son varios los hombres que entran en la lista de sospechosos como habituales en la vida de esta mujer. El fiscal a cargo del caso es Markham, y Markham gusta de recurrir al enigmático Philo Vance cuando un caso pinta mal... y sí, este asesinato les va a dar muchos quebraderos de cabeza.
El problema de tus modernos Solones es que intentan reducir la naturaleza humana a una fórmula; cuando en realidad, el hombre, al igual que la vida, es infinitamente complejo. Es astuto y taimado, versado con el paso de los siglos en las argucias más diabólicas. Tal es la zorrería de esta criatura que, incluso en el transcurso habitual de su vana y estúpida lucha por la existencia, dice instintiva y deliberadamente noventa y nueve mentiras y solo una verdad.
Antes de nada os presento a Philo Vance, aunque poco se sabe realmente sobre él. Heredó una enorme fortuna en su día y se dedica básicamente a levantarse a las tantas de la mañana, ir de museos, acudir a la ópera y coleccionar antigüedades. Es tan sofisticado como pedante y arrogante, muy dado a las disertaciones académicas, siempre tiene que quedar por encima de los demás y le gusta presumir de superioridad intelectual. Es un hombre del Renacimiento en los años 20 neoyorquinos: habla multitud de idiomas, es extremadamente culto, practica varios deportes, está muy versado en diversas disciplinas... No es un personaje que caiga bien, os lo digo desde ya: le gusta tocar las narices y polemizar, se burla de las conclusiones de los demás porque no tolera lo que él denomina estupidez... pero cumple su función de dar con la resolución de los casos, así que poco más le vamos a pedir. Ah, y realmente no se llama Philo Vance; su cronista, ese que nos narra sus libros a modo de Watson con Shelock Holmes, oculta su verdadero nombre porque es un caballero muy conocido en la élite social de Nueva York y no quiere que su colaboración con la policía sea notoria.
Y es que aquí viene la otra peculiaridad de estas novelas protagonizadas por Vance: ese cronista del que os hablo, el narrador del libro, es el propio autor, S. S. Van Dine, que se introduce en la historia como personaje y mejor amigo de Philo Vance. Trabaja en exclusiva para él tanto en temas legales como financieros e incluso vive con él durante ciertos periodos de tiempo, así que se convierte en partícipe de todos los casos y de cada una de las escenas que hay en ellos, porque allá donde va Vance, también va Van Dine. No dice ni pío en toda la novela (no habla jamás como personaje) pero sí se dirigen a él constantemente, forma parte del grupo... vamos, está ahí todo el tiempo, y a ratos te olvidas de todo esto y solo piensas en un narrador en primera persona sin más hasta que algún otro personaje dice su nombre y recuerdas que el autor se ha sumergido en la novela. Además de todo esto, se inventa la notas al pie xD. Claro, son notas del propio narrador, pero como el narrador no es real, muchas de las notas tampoco lo son (y encima las alterna con notas que sí son reales para aumentar la confusión). En definitiva, el señor Van Dine se monta todo un juego de malabares en estas novelas y además innova, porque no recuerdo a nadie antes que él que hiciera esto.
Sobre el caso y la investigación en sí mismos, como ya he comentado en la sinopsis, la dificultad estriba en dos cosas. Por un lado el lugar en el que está situado el apartamento donde se comete el crimen y la dificultad que entraña llegar hasta él sin ser visto por alguno de los conserjes que están las 24 horas trabajando en ese pasillo (se incluye un mapa de esa planta para hacer hincapié en este aspecto). Por otro lado, aunque hay varios sospechosos, y resulta evidente que el culpable tiene que ser uno de ellos, da la casualidad de que todos tienen coartada y también todos hicieron algo esa noche que no quieren que se sepa. Y desentrañar todo eso con las escasas pistas que ofrece el escenario del crimen resulta muy complicado. El acercamiento de Philo Vance es siempre psicológico y razonado, considera que las pruebas circunstanciales, las deducciones y las pruebas objetivas pueden llevar a engaño, mientras que Markham, el fiscal a quien ayuda, y Heath, el sargento de policía que está a cargo de los casos, piensan todo lo contrario: si a+b=c, no hay ninguna posibilidad de que un factor d les eche a perder su razonamiento deductivo. Esto lleva a muchas escenas a lo largo de la novela donde debaten entre ellos y se cuestionan unos a otros sus argumentaciones y teorías. Heath quiere darle en las narices al prepotente de Vance y Vance se ríe de Heath por la simplicidad de sus deducciones. Para los profesionales todo es demasiado obvio y se necesitan pruebas, no teorías; para Vance todo radica en las sutilezas que diferencian la psique de cada individuo y este asesinato es obra de una mente genial y maquiavélica que ha previsto todo hasta el milímetro, así que entre dimes y diretes van intentando sacar adelante la investigación.
En el fondo todos llevamos un asesino dentro. Una persona que nunca haya sentido anhelos apasionados de querer matar a alguien no alberga emociones. ¿Crees que es la ética o la teología lo que detiene a la persona ante el homicidio? ¡Claro que no! Es la falta de valor, el miedo a ser descubierto, o cazado o atormentado por los remordimientos.
Margaret Odell como personaje no aparece salvo muerta en la novela. Todo gira en torno a ella, sus amoríos, los hombres con los que sr juntaba, si le hacían regalos, si les chantajeaba... pero no es más que un personaje del que se habla, jamás tiene presencia más allá de eso y jamás la vemos con vida. Por eso me chocaban mucho las fotos promocionales de la película, donde parece que ella tiene mucho protagonismo viva, y de hecho el prólogo de la novela versa casi tanto sobre la actriz que la protagonizó (Louise Brooks) como sobre S. S. Van Dine y su obra. Bueno, pues efectivamente al buscar el tráiler y demás, se aprovecha mucho el personaje para la gran pantalla y tiene una presencia mucho más evidente. Se puede ver la peli entera en Youtube, por cierto, por si a alguien le interesa.
S. S. Van Dine (Charlottesville, Virginia, 1888 - Nueva York, 1939) es el
pseudónimo utilizado por Willard Huntington Wright para escribir las
novelas del detective Philo Vance, doce títulos que entre 1926 y 1939
revolucionaron la novela de misterio internacional con un enorme éxito
de público. La serie, adaptada a la radio y al cine, la protagonizaba un
adinerado excombatiente de la Primera Guerra Mundial, sofisticado
coleccionista de arte, dandy y cínico, que con la ayuda del propio Van
Dine ayudaba a resolver casos aparentemente imposibles a John F. X.
Markham, fiscal de de Nueva York.
Hola guapísima, me leí, en 2021, el de El caso de los asesinatos del obispo, y creo que no me llegó a gustar mucho. A pesar de poner plano también en este caso, al final me liaba con tanta entrada y salida por diversas puertas. Luego creo que no congenio con los detectives que son más de perfiles que de pruebas... ya me ha pasado en alguna otra ocasión y además en ese que te cuento ocurre algo que no me parece propio de un detective, incluso es hasta delictivo, y eso no me cuadra en ese tipo de personaje.
ResponderEliminarNo sé si lo leeré, pero bueno siempre viene bien tener en cuenta tu opinión.
Un besazo
No conocía la novela; así que gracias por traerla al blog.
ResponderEliminarUn beso.
Pues no conocía al autor ni sabía de esta saga. Es bueno que puedan leerse de forma independiente pero entre tanto pendiente, no sé si lograré hacerle hueco. Creo que será más fácil que me anime con la peli.
ResponderEliminarBesotes!!!