Editorial: DeBolsillo
Traducción: Marta Isabel Gustavino Castro
Fecha esta edición: julio 2019
Ben Mears es un escritor que llega a Jerusalem's Lot atraído por algo que le ocurrió muchos años atrás, cuando era apenas un adolescente y vivía allí con su tía. Tuvo una experiencia aterradora en la tétrica y espeluznante casa de los Marsten que le ha acompañado toda la vida, y en cierto modo tiene pensado escribir sobre esa casa, aunque no comparta esa información con nadie. En cualquier caso es un forastero en Salem's Lot, pero no es el único, porque curiosamente al mismo tiempo que llega él también se establecen en la ciudad dos hombres misteriosos que no solo compran la casa de los Marsten, sino que deciden abrir una tienda de antigüedades en pleno centro de la localidad... al menos uno de ellos, porque el otro de momento no parece que haya llegado todavía. Lo que sí llegan son muertes y desapariciones inexplicables y demasiado numerosas para un lugar con una población de apenas 1500 habitantes, y solo unos pocos atan cabos y parecen darse cuenta de lo que ocurre por las noches en las calles de Lot.
Por mucha intriga que haya querido poner en la sinopsis, todos sabemos que esta es una historia de vampiros, así que seguimos adelante teniendo eso en mente :)
Desde el prólogo sabemos qué dos personajes principales (y algún que otro secundario) han sobrevivido a lo ocurrido en Salem's Lot, y aunque creo que es algo que la gente critica mucho por la anticipación, a mí honestamente me ha dado siempre igual, tanto ahora en la relectura como la primera vez que lo leí. Sabes que ellos viven y por tanto sabes que aquellos con los que comparten estas aciagas semanas no lo hacen, pero en esta historia lo importante es el camino y no los golpes de efecto. Son muchos los personajes que maneja King (algo que ha mantenido en toda su bibliografía), pocos de ellos son agradables y casi todos se comportan como lo que son: gente de miras estrechas que cuando empiezan a ver cosas raras se limitan a cerrar las ventanas, echar las cortinas y coger todo lo que tenga pinta de crucifijo o medalla. No hacen lo sensato, no hablan entre ellos de sus sospechas, no buscan refugio donde deberían y son carne de cañón para unos vampiros neófitos que tampoco es que sean muy inteligentes (lo que no dice nada bueno de los habitantes de Salem's Lot y la facilidad con la que caen uno tras otro). Vamos, que son personas normales enfrentándose a una situación muy anormal y terrorífica para la que no están preparados. Y es que a ver, ¿qué es lo básico? No les invites a entrar en tu casa, no los mires a los ojos, agua bendita, ajo, la luz del sol, recinto consagrado, clavarle una estaca en el corazón, cortarle la cabeza... pero nada, como casi ninguno ha leído Drácula, lo llevan crudo. Crudísimo :)
King coge su Maine del alma para ubicar la historia en un pueblo estándar de aquellos lares, de esos que parecen todos iguales entre sí, que muchos cruzan de camino a cualquier otra parte sin fijarse en nada y que esconde muchos, muchos secretos tras las paredes de cada hogar, cada negocio y cada relación personal. Porque encima en este pueblo siempre han ocurrido cosas, muertes extrañas, desapariciones inexplicables... pero nunca en tan poco tiempo y sin ninguna relación aparente entre sí. Que no hacen falta vampiros para que la violencia campe a sus anchas tanto a la vista como en la intimidad, que para eso ya nos bastamos los humanos, vaya... Y King se toma su tiempo para llevarte de un personaje a otro, de una casa a otra, de un suceso a otro para recordarte una verdad universal: que no tenemos ni idea de lo que pasa en la casa del vecino, de como es la intimidad del matrimonio de enfrente o quien está liado con quien y le pone los cuernos al churri. De hecho quienes más oportunidades tienen de sobrevivir aquí son aquellos que no hablan con nadie, que no se relacionan con nadie, que no tienen amigos ni familia en el pueblo y son fantasmas entre sus propios vecinos. Esos están tan felices en sus casas mientras el armageddon campa a sus anchas. Criaturicas...
No os he hablado todavía de los personajes principales y tampoco voy a extenderme sobre ellos, pero aquí los dejo una breve relación: Ben Mears, escritor que regresa al pueblo tras quedar viudo; Susan, una joven que vive en el pueblo con sus padres pero que anhela marcharse a Nueva York y perseguir sus sueños artísticos; Matt, un profesor de instituto que adora su trabajo tanto como la literatura; el padre Callahan, un sacerdote irlandés católico que le da a la botella con crisis de fe y en busca del Mal en mayúsculas; el doctor Cody, que ve cosas raras en las analíticas y los historiales de algunos de los fallecidos en su hospital; Mark, un niño de doce años muy aficionado a los monstruos clásicos del terror y muy puesto en el tema; Straker, uno de los dos extraños que llega a la casa de los Marsten y abre una tienda de antigüedades; y Barlow, el otro extraño que se deja ver mucho más tarde y si no te lo cruzas, mejor. Y estos son solo los principales, que si nos ponemos con los secundarios no acabamos porque tenemos de todo: policías, camareros, agentes inmobiliarios, niños varios, adolescentes varios, matrimonios varios, el encargado de mantenimiento de los cementerios, el encargado del vertedero, los que hacen trabajillos sueltos, la dueña de la casa de huéspedes, los huéspedes de la susodicha casa, los padres de Susan, un antiguo novio de Susan, la cotilla del pueblo, el conductor de autobús, el ama de llaves del sacerdote... al más puro estilo Dickens, King hace malabarismos con decenas de personajes, y ninguno se le queda suelto, todos tienen su cierre en la historia (o su mordisco, que para el caso es lo mismo).
En fin, lo dejo aquí, que todo el mundo conoce esta historia y no tengo nada realmente interesante que aportar. Que un libro como este sea solo el segundo de un autor como Stephen King dice mucho de las razones que hacen que cincuenta años después sea uno de los autores más famosos del mundo. Tiene escenas míticas que no os puedo desglosar aquí, pero han quedado en el imaginario de sus lectores para siempre, y esta relectura, muchos muchos años después de la anterior, me ha parecido igual de buena y la he disfrutado incluso más. Le he dado vueltas a alguna cosa que no terminaba de encajar o que creo que no queda del todo clara tal y como está narrado, pero es de esos libros que me da igual si alguna cosa me cojea. Y repito, lo he dicho varias veces, estamos hablando del segundo libro de King, EL SEGUNDO, después de Carrie, nada menos, y justo antes de El resplandor, ahí es nada. Me cuesta pensar en escritores contemporáneos con un comienzo de carrera literaria como este. No os voy a hablar de su estilo literario, de su prosa ni de tal y pascual... O te gusta o no te gusta. Yo lo adoro mucho, por si no os había quedado claro.