lunes, 26 de febrero de 2024

RESEÑA (by MH) ::: MARIE-CLAIRE - Marguerite Audoux


 
Título original: Marie-Claire
Autora: Marguerite Audoux
Editorial: Funambulista
Traducción: Max Lacruz
Páginas: 184
Fecha publicación original: 1910
Fecha esta edición: noviembre 2022
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17 euros
Imagen de cubierta: La lección (Norbert Goeneutte, 1876)

 
Con una prosa muy directa, que llega al fondo del alma, esta novela autobiográfica, que ganó el prestigioso Premio Femina en 1910 (vendió cien mil ejemplares en múltiples reediciones) y que con mucha probabilidad dio el nombre a la famosa revista de moda Marie Claire, narra la historia de la infancia y de la adolescencia de la autora, desde el fallecimiento de la madre y los años difíciles en el orfanato de Bourges, en Francia, bajo el cuidado de la bondadosa hermana Marie-Aimée, hasta cuando, todavía pequeña, fue mandada, para ser pastora, a una granja en Sologne, donde conocerá al joven Henri... El escritor y crítico de arte Octave Mirbeau escribió en el prefacio de la primera edición: «Lean Marie-Claire... Y, cuando lo hayan leído, sin querer herir los sentimientos de nadie, se preguntarán cuál de nuestros escritores ―y hablo de los más afamados― sería capaz de escribir un libro así, con tal impecable mesura, y una pureza y grandeza tan radiantes».


No sé si os ha pasado alguna vez que compartís tanto el gusto literario con otra persona que en un intercambio de regalos tú regalas un libro y esa persona te regala a ti ese mismo libro, y a las dos os da la risa porque, en fin, ni a propósito. Pues eso me pasó hace dos navidades con una amiga. Nos regalamos
Marie-Claire, un libro que ansiaba tener desde que salió y que si ya no tenía cuando me lo regalaron fue porque en el mes de diciembre suelo comprar mucho para los demás pero nada para mí (si algún día soy millonaria quizás cambie la proporción, pero lo veo crudo xD). El caso es que el año pasado por diversas circunstancias no le saqué tiempo pero de este año no pasaba, y la premisa del segundo mes de La vuelta al mundo en doce días (autor francés y/o libro ambientado en Francia), de mi querida Undine, me lo ha puesto muy fácil. Pero antes de hablaros de la novela debo hacer alusión al prólogo de Octave Mirbeau (cosas de la vida, es el autor que podéis conocer desde la semana pasada en el blog de Undine), porque explica maravillosamente bien quién fue Marguerite Audoux, por qué este libro vio la luz y cómo llegó a convertirse en todo un éxito de ventas. Que puede parecer algo normal, pero no; os daréis cuenta de que no lo es si os hablo un poco de la historia de la autora.

 
Marguerite Audoux quedó huérfana de madre a los tres años, su padre se desentendió tanto de ella como de su hermana, vivieron durante un tiempo con su tía pero finalmente acabaron en el orfanato de Bourges, regentado por las hermanas de Marie-Immaculée, donde Marguerite perdió todo contacto con su hermana (que fue enviada con las niñas más mayores) y terminó pasando nueve años de su vida. Posteriormente fue enviada a trabajar a una granja, donde pastoreaba a las ovejas y hacía labores de criada. Allí pasó también varios años hasta que, ya con diecinueve años, se marchó a París, donde trabajó como costurera. Todo esto que os acabo de contar aquí es lo que se narra en Marie-Claire. Pero de esto os hablaré dentro de un momento. Primero vuelvo a lo que os decía en el primer párrafo: el prólogo de Octave Mirbeau y cómo llegó este libro a ser escrito y publicado.
 
Marguerite desarrolló su gusto por la lectura cuando vivía en la granja, pero en ningún momento se le pasó por la cabeza dedicarse a la literatura (¿cómo se le iba a pasar? Solo era una huérfana que intentaba ganarse la vida como podía). Como digo arriba, cuando llegó a París se dedicó a la costura, pero en cierto momento se quedó sin medios para ganarse la vida: siempre había tenido problemas de visión, pero estos se acrecentaron al pasarse tantos años forzando los ojos y un médico le dijo que o dejaba de coser, o se quedaba ciega. Curiosamente fue entonces cuando decidió ponerse a escribir, y digo curiosamente no solo por el hecho de sentarse y hacer algo tan difícil como escribir un libro sin ningún tipo de formación o bagaje anteriores relacionados con la literatura, sino porque teniendo problemas de visión no parece la decisión más coherente, ¿no? El caso es que así fue, y de ahí surgió Marie-Claire, obra que jamás nació con la perspectiva de ser publicada. 
 
Pero las cosas en la vida vienen como vienen y dio la casualidad de que, por determinadas circunstancias, Marguerite había entrado en contacto con un grupo de artistas franceses entre los que se encontraba Francis Jourdain (pintor, diseñador de muebles, ceramista...), que quedó fascinado con la novela sin pretensiones que le enseño su amiga y se la pasó a Octave Mirbeau, escritor y crítico literario y de arte (entre otras cosas) que compartió el entusiasmo de Jourdain, hasta el punto de conseguir que la editorial Fasquelle publicase la novela con prólogo suyo. Aunque esto a nuestros ojos del siglo XXI puede no parecer gran cosa porque no estamos demasiado familiarizados con Mirbeau, os aseguro que lo fue: Mirbeau detentaba un enorme prestigio en su campo y fue él quien le abrió las puertas al mundo editorial. De hecho, está considerado su descubridor, y Marguerite, a los 46 años y con su primera  novela, pasó de no tener que llevarse a la boca para comer a ser una autora superventas.
Marie-Claire se reeditó en múltiples ocasiones, vendió unos cien mil ejemplares y con ella ganó la séptima edición del Prix Fémina, premio literario con un jurado exclusivamente femenino que nació en contraposición al Goncourt, que solo premiaba a hombres (aclaro que no es un premio dirigido en exclusiva a mujeres escritoras; desde el principio se han galardonado tanto a hombres como a mujeres... simplemente permitía premiar también a mujeres, algo que el Goncourt no hacía).

Diréis que por qué os cuento todo esto, pero es que la historia personal de la autora va íntimamente ligada a la escritura de esta novela, lo que cuenta y la propia intrahistoria que hizo posible que viese la luz y no se quedase en un cajón, como ha pasado y seguirá pasando con tantos manuscritos y borradores que no encuentran su camino hacia la publicación. Pero una vez presentada Marguerite, ahora sí que sí, ¿qué encontramos en Marie-Claire? Como digo arriba, es una autobiografía novelada, así que Marguerite se transforma en Marie-Claire y nos cuenta, en primera persona, todo lo que ocurre en su vida desde que muere su madre cuando ella tiene tres años hasta que se sube a un tren con destino a París dieciséis años después, todo ello ambientado en Francia en la segunda mitad del siglo XIX. La novela en sí misma está dividida en tres partes. Os cuento sin entrar en muchos detalles, aunque realmente, al ser autobiográfica, son hechos constatados y conocidos de la vida de la autora.
 
En la primera vemos como Marie-Claire y su hermana, abandonadas por su padre, acaban en un orfanato regentado por monjas. Allí son separadas y no vuelven a saber la una de la otra durante muchos muchos años, y tampoco parece que les importe, porque Marie-Claire ni vuelve a acordarse de ella ni a nombrarla (salvo en cierto momento hacia el final del libro). Realmente su vida son las amigas que hace en el orfanato, la vida de muchas otras huérfanas que por circunstancias lo tienen muy complicado para abandonar el orfanato, su día a día allí, lo que ve, lo que observa, las rutinas, las peripecias y ocurrencias propias de una niña... todo narrado con una voz que aunque suena infantil por el modo en que muchas veces no es capaz de comprender lo que observa y narra, es muy adulta por el modo en que una niña debe crecer a marchas forzadas si no quiere que el sistema la devore. Y en esta mirada de niña inocente pero que aprende día a día a vivir en un mundo que le ha sido impuesto, recibe lo más parecido al amor de una madre por parte de una de las monjas, la más joven de ellas, Marie-Aimée, a quien Marie-Claire jamás olvida. Que nadie piense en dramas durante esta etapa de su vida, que duró nueve años. No era un orfanato severo, ni se maltrataba a las niñas ni fue una época que ella quisiera dejar atrás; sí se vio envuelta en rencillas de mayores de las que ella pagó un pato que no le correspondía, pero la voz de Marie-Claire es soñadora, inteligente, observadora, cariñosa y en ocasiones con la cabeza llena de pájaros, tal como corresponde a su edad. 

Marie-Claire abandona el orfanato para entrar a trabajar en una granja (la segunda parte de la novela), donde le encargan pastorear las ovejas (que se le da bastante mal, todo sea dicho) y donde encuentra una familia que la acoge desde el principio como a un miembro más y que la trata siempre con cariño y respeto. A partir de aquí ya no os voy a decir nada más, porque la Marie-Claire de estas páginas se convierte en una adolescente, tiene que ganarse la vida, comienza a relacionarse con muchas personas, a tener vivencias más adultas, a ver el mundo desde fuera en lugar de verlo desde dentro como hasta ese momento, y las vertientes por las que transcurre la historia ya deben quedar ignotas a la espera de que os acerquéis al libro. Sí os digo que es en esta etapa en la que descubre algunos libros en la granja que devora a escondidas en cuanto tiene un rato o puede escaquearse de sus labores diarias, y que es aquí donde nace su amor por la literatura, ese amor que luego le llevó a escribir este mismo libro. La tercera parte ni os la desgloso porque depende por entero de cosas que ocurren durante su estancia en la granja.

¿Dónde está la magia del libro, su gran virtud? En la propia narración y la mirada de la autora. Tal y como digo, está narrado en primera persona, y lo primero que destaca es la sencillez y pulcritud con la que está escrito. Que nadie confunda esto con simpleza, que los límites a veces son difusos y llevan a equívocos. Más bien al contrario, la sencillez de Marie-Claire desborda inteligencia, elegancia, sensibilidad, honestidad y un saber describir, narrar y dar vida con palabras a hechos del pasado con la mente muy abierta, límpida y valiente. Sus palabras encierran mucha verdad sobre todos los hechos, circunstancias y personas que hicieron de ella la persona que varias décadas después se sentó ante un papel en blanco con la intención de dimensionarlas y darles su lugar en sus memorias. No tiene una palabra mala para nadie, ni siquiera para quienes le hicieron daño. Es tan sutil en el dolor como radiante en la dicha. Es la historia de una persona que lo miraba todo con ojos esperanzados a quien la vida le pintó bastos desde el principio y con ellos se hizo fuerte y miró siempre hacia adelante. No lo vais a leer pensando que es una obra maestra de la literatura, pero la prosa destila tanta naturalidad y encanto que sí lo vais a acabar pensando que la historia de Marie-Claire (la de Marguerite) no podía ser contada de otra manera.

Existe una segunda parte, L’Atelier de Marie-Claire, publicado diez años después de esta primera novela, que habla sobre el taller de costura en el que se ganaba la vida en París. Creo que hay una traducción al castellano publicada en 1930 (yo no la voy a buscar, prefiero esperar y cruzar los dedos para que Funambulista se decida a publicarla con una NUEVA traducción). Y aún escribió dos novelas más, pero su libro estrella fue siempre Marie-Claire. En la cubierta se dice que esta novela dio nombre a la revista femenina Marie-Claire (la contracubierta es más comedida y matiza con un probablemente xD). No tengo ni idea de si esto es cierto, no he encontrado nada al respecto, pero os lo dejo aquí por si os gustan estos detalles curiosos.



Marguerite Audoux nació en Sancoins, en 1863. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de la madre, cuando solo tenía tres años, y por el sucesivo abandono del padre. Tras haber vivido durante nueve años en un orfanato y posteriormente en una granja, en la que ejercía la labor de pastora, se mudó finalmente a París, donde encontró trabajo como costurera y en la lavandería del hospital Laennec. Su vida cambió radicalmente cuando conoció a Jules Lehl, verdadero nombre del escritor Michel Yell, quien, después de descubrir que Yvonne, la sobrina de Marguerite, de la que estaba enamorado, se prostituía, fue a hablar con su tía. Entre ellos se estableció una fuerte relación de amistad y el joven la introdujo en el círculo de intelectuales y artistas que constituían la llamada «Bande de Carnetin». Cuando Yell se enteró de que Marguerite (quien, mientras tanto, había abierto su propio taller de costura) había escrito una novela sobre su vida, propuso el manuscrito al famoso escritor Octave Mirbeau, quien, tras leerlo, recomendó enseguida la publicación a sus editores. El libro, titulado Marie-Claire, vendió más de cien mil ejemplares y recibió el Premio Femina en 1910. Marguerite siguió escribiendo y publicó la segunda parte del libro, El taller de Marie-Claire, además de otras dos novelas y una colección de cuentos. Murió en Saint-Raphaël en 1937.

lunes, 19 de febrero de 2024

RESEÑA (by MH) ::: HISTORIAS EXTRAÑAS - Rosa Mulholland


Título original: The Haunted Organist of Hurly Burly / The Ghost at Wildwood Chase / A Strange Love Story / The Ghost at the Rath / Not to Be Taken at Bed-Time
Autora: Rosa Mulholland
Editorial: La Biblioteca de Carfax
Traducción: María Pérez de San Román
Páginas: 188
Fecha publicación original: 1866/¿?/1882/1866/1865
Fecha esta edición: septiembre 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,60 euros
Ilustración de cubierta: Rafael Martín Coronel



Los relatos recogidos en esta colección fueron escritos en las últimas décadas del siglo XIX por la irlandesa Rosa Mulholland. Novelista y poetisa, Rosa también mostró un gran interés por el folclore y el mundo rural de su Irlanda natal, algo que plasmó en su obra, especialmente en sus relatos cortos repletos de elementos sobrenaturales y paranormales. Representó a alta sociedad a la que ella pertenecía, sus miedos e inseguridades; aunque sus personajes femeninos son marcadamente feministas y buscan escapar a los límites victorianos de la época, la autora siempre tuvo cuidado de que sus finales fuera «aceptables» por la sociedad del momento.
 
No siempre reseño todo lo que leo de La Biblioteca de Carfax, pero es una editorial habitual en mis lecturas e intento leer al menos dos o tres de sus publicaciones todos los años.
Historias extrañas, de Rosa Mulholland, es probablemente de los primeros libros suyos que compré, pero por unas cosas o por otras he ido priorizando otras lecturas de la editorial. En cualquier caso a todo libro le llega su momento adecuado y por fin le he hincado el diente.

Imagino que quienes estéis familiarizados con la línea editorial de Carfax sabéis que desde el principio se propusieron recuperar autoras del siglo XIX y principios del XX que tuvieron un amplio reconocimiento en cuanto a la temática gótica o sobrenatural y que hoy en día apenas tienen presencia en el mercado editorial en español. Muchas de estas autoras se movían sobre todo en el ámbito del cuento o el relato, y eso es lo que Carfax publica: antologías de cuentos inquietantes, sombríos, extraños, góticos, sobrenaturales, etc... y aquí es donde nos topamos con la irlandesa Rosa Mulholland y estos cinco relatos reunidos bajo el nombre de Historias extrañas

¿Quién era Rosa Mulholland? Pues sabemos bastante sobre ella, algo poco habitual con muchas de estas autoras. Nacida en Belfast en el seno de una familia de buena posición social, recibió desde muy jovencita el apoyo y aliento de Charles Dickens, que no solo pensaba que tenía un gran talento literario sino que lo demostró publicando muchos de sus relatos en su revista All The Year Round. También Wilkie Collins fue uno de sus mentores, y como anécdota cabe mencionar que Rosa publicó en 1868 (de manera anónima y por entregas en la revista de Dickens) uno de sus libros, The Late Miss Hollingford, y la influencia de ambos genios era tan evidente que durante mucho tiempo se creyó que ellos eran los autores (años después, en 1886, ya se publicó bajo el nombre de Rosa y la autoría quedó demostrada). Mulholland escribía poesía, fue editora y publicó un buen número de novelas, todas (salvo que me equivoque) completamente inéditas en castellano (no me voy a repetir, pero habrá que esperar a que editoriales independientes y valientes se animen a publicar alguna novela suya, porque las grandes bastante tienen con publicar siempre las mismas cambiando las cubiertas cada dos años... sin acritud). En fin, que Rosa Mulholland no fue una autora esporádica ni ocasional, ni tampoco una desconocida en su época. Fue prolífica en sus publicaciones y muy polifacética a la hora de moverse por los entresijos del mundillo editorial.

Por otro lado, y como ya digo, Mulholland era irlandesa, y eso supone la mitad del camino allanado cuando de ambientaciones góticas o sobrenaturales se trata. Las autoras victorianas escocesas e irlandesas que tanto se prodigaron en el relato de género tenían un don para trasladar sus creencias, su folclore y sus supersticiones a unas historias en las que sus personajes convivían con fantasmas, apariciones y sucesos paranormales varios de un modo natural. Unas veces les espantaba, otras lo comprendían y en muchas ocasiones iban en busca del por qué en lugar de salir huyendo, como cualquier persona razonable haría. Creen en estas cosas, las tienen asumidas y forman parte de sus tradiciones, y por eso sus historias no buscan demostrar ni razonar sobre lo que se cuenta en ellas; simplemente dan por hecho su existencia y el enfoque siempre suele ponerse en descubrir qué es lo que les ha llevado a la situación en la que están. A todo esto se suma que Mulholland escribía bien, se detiene en envolvernos en ambientaciones sugerentes cuando la historia lo necesita, es emotiva cuando hace falta, tiene toques romanticistas y trágicos, y la lectura es ágil y efectiva sin perder ni un ápice de su fineza y elegancia.

Sin más, os comento muy brevemente de qué trata cada uno de los relatos contenidos en este volumen:
 
El organista maldito de Hurly Burly. Al hogar del matrimonio Hurly llega Lisa, una joven italiana que afirma ser la prometida de su hijo y pide tocar el piano que ambos tienen en una alcoba. Debe hacerlo sin descanso porque así se lo ha pedido su amado, y no tiene tiempo que perder. Ya de por sí la aparición de Lisa resultaría harto extraña en condiciones normales, pero si tenemos en cuenta que el hijo de los Hurly lleva muerto veinte años, la situación no deja de ser espeluznante. Este matrimonio de ancianos, que no ha conocido el descanso ni la felicidad desde hace mucho tiempo, no saben cómo hacerle entender que lo que dice no es posible, y la llevan a casa de una de sus vecinas, Margaret Calderwood, con la esperanza de que le cuente ciertos hechos que le hagan entrar en razón... que lo consiga ya es otra historia.
 
El espectro de Wildwood Chase. Este relato está narrado en primera persona por el protagonista, un pintor enfermizo al que acecha la tuberculosis y que, en beneficio de su propia salud, acepta un encargo en la mansión Wildwood Chase. Allí, rodeado de naturaleza, intenta fortalecerse al tiempo que realiza el trabajo para el que le han contratado, pero el día en que se cruza con el retrato de una hermosa joven en una de las galerías todo cambia para él: se enamora de esa mujer como no lo ha hecho de ninguna otra de carne y hueso, y pronto empieza a ver y a cruzarse con algo parecido a su espíritu tanto dentro de la mansión como en los alrededores.
 
Una extraña historia de amor. Para saber sobre esta historia de amor (tan extraordinaria como extraña) nos trasladamos inicialmente a Innsbruck, donde Max, un joven escultor, está prometido con Hilda, una muchacha que lo apoya en su deseo de viajar a Roma e intentar labrarse allí un futuro en su profesión. Max es bueno, tiene talento, pero lo que tiene Hilda cada vez que sus dedos rozan la escayola es algo muy superior, casi divino, puro genio... pero Hilda no quiere saber nada sobre este tema, lo odia: tienen poco dinero y quiere que sea Max quien triunfe. Cuando los dos parten hacia Roma, ya casados, van llenos de esperanzas e ilusiones… pero lo que allí les espera tomará unos derroteros muy inesperados. Y sí, lo sé, con todo esto que os cuento diréis que donde está el tono gótico o paranormal. Lo hay, pero es el relato más largo con diferencia, el más desarrollado, e incluso está dividido en dos partes muy diferenciadas, así que dado que tarda más en ir al grano, tendréis que leerlo para descubrirlo.
 
El fantasma del Rath. Pues aquí tenemos una casa encantada como está mandao (una de mis temáticas favoritas en el género). John Thunder invita a Frank, un amigo enfermo, a pasar unas semanas de descanso en el Rath, una casa que ha heredado pero que no conoce. Frank viaja solo hasta allí unos días antes y, ante la falta de noticias suyas casi desde el momento en que llega, John viaja apresuradamente al Rath temiendo que haya ocurrido algo. Lo que encuentra es un Frank mucho más saludable pero con un comportamiento raro, vacuo, casi demente. Esa misma noche John empieza a ver y experimentar sucesos extraños y paranormales en la casa, y no se detendrá hasta descubrir qué ocurre y por qué.
 
No tomar antes de dormir. El protagonista de esta historia es Coll Dhu (Negro Coll), que vive en una casa llamada Devil's Inn en un páramo en lo alto de las montañas de Connemara. Hosco, sombrío y esquivo, Coll no tiene ningún trato con sus vecinos, hasta que unos nuevos ocupantes llegan a una pequeña fortaleza situada ladera abajo. Pronto descubrimos que ni ese edificio ni sus moradores son ajenos a Coll, que hay una historia detrás esperando su momento para salir a la luz y que, a causa de una mujer, las cosas no van a salir como Coll Dhu esperaba.

Por no alargar esto demasiado, os comento que todos me han gustado mucho pero que, de tener que escoger favoritos, os diría que los que más he disfrutado han sido, por este orden:
El fantasma del Rath (por lo ya comentado, adoro las historias de casas encantadas), Una extraña historia de amor (porque es el más desarrollado y me ha parecido muy original y trágico) y El organista maldito de Hurly Burly (porque hay fantasmas malos, y eso siempre es un punto a favor). El que quizás me ha parecido más flojillo es El espectro de Wildwood Chase, y probablemente ha sido porque es el menos sobrenatural de todos ellos, pero que aun así es un buen relato. De No tomar antes de dormir me quedo sobre todo con la ambientación (adoro Connemara, es uno de mis sitios favoritos de Irlanda... si cierro los ojos, me veo otra vez allí feliz) y con Coll Dhu, un personaje muy potente, excesivo y perturbado. Refleja esa Irlanda de páramos, nieblas, aislamiento y melancolía que tanto se aleja de la imagen habitual bulliciosa, festiva y acogedora. Es el relato más antiguo de los cinco, es muy sombrío y va menos de fantasmas (no los hay, de hecho) y más de pasiones muy oscuras y personajes obsesivos (no se parecen en absolutamente nada, pero al leerlo me venía todo el rato a la cabeza Cumbres borrascosas... ¡¡repito, no se parecen en nada!!, pero la cabeza hace asociaciones sin pedir permiso).

Si os gustan los libros de relatos victorianos bien escritos, mejor ambientados, con un punto sobrenatural, fantasmas, casas encantadas, maldiciones, brujería... es una lectura muy recomendable y merece mucho la pena conocer a la autora. Eso sí, os digo lo de siempre: si buscáis historias que den mucho miedo en plan obvio, explícito y buscando el susto, al más puro estilo del siglo XXI, pues obviamente este no es vuestro libro, que luego vienen los comentarios de "no me ha dado nada de miedo, esto ya está muy visto, me esperaba otra cosa" xD. Que yo soy la primera lectora habitual de terror contemporáneo, pero a los clásicos hay que acercarse de otra manera. Y yo estoy vendida si me ponen delante literatura gótica clásica... qué os voy a contar a vosotros que no sepáis, lleváis sufriéndome muchos años. 
 
Por cierto, podéis leer también a Rosa Mulholland en uno de los relatos contenidos dentro de La señora Lirriper, de la editorial Alba.
 
 
 

Rosa Mulholland (lady Gilbert por matrimonio) nació en Belfast el 19 de marzo de 1841. Sus intereses iniciales estuvieron centrados en la pintura, pero muy pronto cambiaron hacia la escritura queriendo publicar su primera novela a la edad de quince años. Sus afanes literarios fueron alentados por Charles Dickens, quien era admirador de su trabajo y quien la ayudó en gran manera publicando varios relatos cortos y dos novelas suyas en su revista All the year round.

Sus obras están pobladas de personajes femeninos fuertes e independientes, especialmente en las obras del final de su carrera. Habitualmente transcurren en la Irlanda rural, cuyo folclore y paisaje la fascinaban.

Murió en su casa de Dublín en 1921.

domingo, 11 de febrero de 2024

RETO ::: AUTORES DE LA A a LA Z (2024)

 ¡Hola de nuevo!

Un poco tarde, pero con el reto de Autores de la A a la Z doy por finalizada la tanda de entradas para retos. Soy fiel desde los inicios del blog y le doy mil gracias a Marisa por seguir dándome la oportunidad de conocer nuevos libros y autores mientras ando a la caza de esas letras que tanto se resisten.
 

El reto ya va por su 12ª edición y es en sí mismo de sobra conocido: con él se pretende rellenar las letras del abecedario con los apellidos de los autores que se vayan reseñando.

En total son 24 letras, más otras 5 excluidas que se valorarán aparte por ser consideradas más difíciles de cumplimentar. El plazo de duración del reto es desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2024, y podéis apuntaros hasta el 31 de marzo.

En este enlace podéis leer las bases y obtener más información o resolver dudas sobre cómo deben considerarse los apellidos o los puntos que obtenéis según las letras cumplimentadas. Para inscribiros debéis comunicarlo en la entrada enlazada arriba y mandarle un email a Marisa (lecturapolis@gmail.com) y, al final del reto, otro email al mismo correo electrónico.






ABECEDARIO

A -> Audoux, Marguerite (Marie-Claire)
B -> Bude, John (Crimen en Cornualles)
C -> Couperus, Louis (Éxtasis)
D -> Dale, Celia (Una mano tendida)
E -> Edgeworth, Maria (Ormond)
F -> Forrester, Andrew (La primera detective)
G -> Greene, Graham (El tercer hombre)
H -> Hay, Mavis Doriel (El asesinato de Santa Claus)
I -> Iles, Francis (Sospecha)
J -> Jerome, Jerome K. (Tres hombres en una barca)
K -> Kelly, Mary (Misterio en Londres)
L -> Lambert, Dorothy (Much Dithering)
M -> Mulholland, Rosa (Historias extrañas)
N -> 
O -> 
P -> Pullman, Philip (Sally y la maldición del rubí)
Q -> Quinn, Kate (La cazadora)
R ->
S -> Stephen, Leslie (Elogio del caminar)
T -> 
U -> 
V -> Verne, Jules (Cinco semanas en globo)
W -> Wynne, Anthony (El asesinato de lady Gregor)
Z -> 

LETRAS EXCLUIDAS

CH -> Christie, Agatha (Sangre en la piscina)
LL ->
Ñ ->
X -> Xiaolong, Qiu (El caso de las dos ciudades)
Y -> Yamamoto, Shugoro (El barrio sin estaciones)

 

 

miércoles, 7 de febrero de 2024

RESEÑA (by MH) ::: MISTERIO EN LONDRES - Mary Kelly


 
Título original: The Christmas Egg
Autora: Mary Kelly
Editorial: Duomo
Prólogo: Martin Edwards
Traducción: Ángela Esteller
Páginas: 270
Fecha publicación original: 1958
Fecha esta edición: octubre 2023
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros
Ilustración de cubierta: @Illustrated London News



En vísperas de Navidad, mientras el ambiente festivo invade Londres, se descubre el cadáver de una anciana en un lúgubre piso de Islington. Su cuerpo no muestra señal alguna de violencia, pero el arcón debajo de su cama ha sido vaciado. Se habla de maravillosas joyas y fantásticas piezas de orfebrería. La fallecida es una aristócrata rusa, y su tesoro ha desaparecido. ¿Quién ha podido ser?

Esta obra, inédita para el lector español, se adentra con velocidad vertiginosa en el lado más oscuro de las investigaciones policiales, recorriendo un Londres evocador en plena posguerra.

Hace un par de semanas os hablé de El asesinato de Santa Claus, y os comentaba que entre los dos misterios navideños publicados por Duomo a finales del año pasado dentro de la colección de Crime Classics de la British Library, os recomendaba ese mismo, así que no os sorprenderá que os diga desde ya que este libro que os traigo hoy, Misterio en Londres, es el que menos me ha gustado de los dos. En todo caso ya sabemos lo que pasa con los gustos, que todos tenemos uno y siempre es muy personal, así que os comento los puntos fuertes de la novela y los que a mí me han fallado, y ya queda a vuestra elección acercaros a él o no. Pero antes, y como siempre, primero os cuento de qué va.

En los días previos a la Navidad aparece el cadáver de una anciana en un apartamento muy humilde, lo que no deja de sorprender cuando se descubre que la fallecida era la princesa Olga Karukhina, perteneciente a la extinta aristocracia rusa y que había huido de su país durante la Revolución rusa de 1917. Vivía junto a su nieto, un muchacho de pocas entendederas que trabaja en la estación de St. Pancrass, y que aparentemente ha huido de la vivienda tras descubrir el cadáver de su abuela. Todo se complica más todavía cuando se descubre que, a pesar de las deplorables condiciones en las que vivían, la princesa tenía una fortuna en joyas, joyas que no aparecen por ninguna parte. ¿Está involucrado su nieto en todo este asunto? ¿Tiene algo que ver un anticuario con el que la princesa Karukhina se había puesto en contacto? El detective Nightingale será el encargado de una investigación que le llevará por unos derroteros inesperados y muy, muy peligrosos.

Bueno, como veis en este caso la historia comienza unos días antes de Navidad, concretamente el 22 de diciembre, y termina justo el día de Nochebuena (aunque ahora que lo pienso parece que pasa más tiempo durante la investigación, no parece cosa de dos o tres días). El estilo y tono de la autora son más oscuros de lo que solemos encontrar en muchas novelas de la Golden Age británica, y no sé si tendrá algo que ver, pero este libro se publicó ya casi en la década de los años sesenta. En cualquier caso es un estilo peculiar que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como ahora os comentaré. Pero sí quiero primero hace mención al prólogo de Martin Edwards.

Edwards es un erudito de la novela detectivesca, asesor de la colección de Crime Classics de la British Library a la que pertenece este libro y actual presidente del Detection Club, del que Agatha Christie, Chesterton o Dorothy L. Sayers fueron presidentes en su día (Who Editorial acaba de publicar en castellano su primera novela, All the Lonely People, por si os interesa). El caso es que este señor sabe mucho sobre este tema, es una eminencia en este género, y por eso leí su prólogo con la mayor atención... y, a pesar de las buenas palabras, la sensación con la que terminé de leerlo es que parecía que estaba disculpando a la autora, como si estuviera avisando de que Mary Kelly fue una autora peculiar que tenía un no sé qué que no terminaba de encajar con el público. Os prometo que terminé ese prólogo y me dispuse a leer el libro propiamente dicho con la sensación de que me estaban advirtiendo de que seguramente no me iba a encantar la lectura. Que lo mismo soy yo en plan dramas, pero es que así fue, huelga decirlo. No sé si esto os servirá de algo pero aquí lo dejo. En definitiva, y a pesar de ganar algún premio literario, Mary Kelly no terminó nunca de despegar como autora, y de hecho un día decidió dejar de escribir y nunca más se supo.

Y sin más preámbulos, os cuento los pros y los contras que yo le he encontrado a la historia.

A FAVOR
 
Me ha parecido una trama más ambiciosa de lo que suele ser habitual en este tipo de novelas, ya no solo en recovecos y derivaciones de la investigación, sino en la inteligente base de la propia trama y en muchas escenas cercanas a la resolución. De hecho el final parece más propio de una novela de acción que de un misterio clásico: está lleno de escenas trepidantes, rápidas, peligrosas y muy cinematográficas.
 
La introducción de un personaje como la princesa Karukhina es muy interesante por el aspecto histórico. Muchos aristócratas y miembros de la alta sociedad rusa tuvieron que huir de su país para salvar la vida justo antes de que la familia imperial fuese puesta "bajo custodia", y muchos de esos refugiados acabaron en Inglaterra sin saber siquiera cómo ganarse la vida porque nunca habían tenido que hacerlo. Este personaje en concreto, Olga Karukhina, jamás fue capaz de despojarse de la sensación de persecución y vivió una vida muy miserable hasta su asesinato (ni siquiera salía de casa), así que me ha parecido muy interesante este pellizco de la historia del que no se suele hablar mucho en los libros de la época.
 
La ambientación de la novela, en un Londres todavía lleno de ruinas y escombros causados por los bombardeos durante el Blitz en la Segunda Guerra Mundial (tampoco es habitual encontrar mención a este tipo de cosas en novelas contemporáneas a la época... se pasa de largo de la destrucción de Londres cuando lo cierto es que tuvieron que convivir con ella durante muchos, muchos años de posguerra. Barbara Pym es de las pocas autoras que he leído que habla con total naturalidad sobre este tema). Aparte tenemos nieve, mucha nieve, y eso es un plus siempre en este tipo de historias (pre)navideñas.
 
El aspecto musical de la historia, ya que el inspector jefe Nightingale es miembro de un club operístico amateur (su tesitura es de tenor) y su esposa es cantante de ópera profesional (mezzosoprano, y famosa al parecer, pero poco más sabemos sobre ella porque no aparece en la novela salvo en un par de conversaciones telefónicas). Además, también forma parte de la trama una tienda de música a la que Nightingale acude con frecuencia. Todo esto no es casual porque la propia Mary Kelly era mezzosoprano amateur y una enamorada entusiasta de la música, y se tomaba tan en serio este tema que para dar vida a este matrimonio acudió a cantantes profesionales para documentarse. Todo eso se percibe y se agradece a lo largo de las páginas.
 
Nightingale como investigador protagonista me ha parecido correcto. No es de esos personajes que derrochan carisma y con los que irías al fin del mundo, pero cumple su función, no tiene traumitas (aunque este cliché se ha extendido más en la novela contemporánea), se le ve una persona sanota y honrada... y bueno, pues que como personaje principal cumple su función.

CONTRAS

El primero es uno que no es culpa de la autora y al mismo tiempo sí lo es. Este es el tercer libro protagonizado por Nightingale y su ayudante más cercano, Beddoes, y en todo momento tienes la sensación de que te estás perdiendo algo en sus conversaciones... que tienen su jerga propia, referencias internas con las que estarías familiarizado como lector de haber leído los dos anteriores, pero no es el caso (de hecho hay alguna cosa que como no pilles que es una broma privada entre ellos te puede dejar incluso pensando que es una errata).

La narración es muy caótica en según qué escenas, hasta el punto de que no sabes donde está sentado este, donde está aquel, quién conduce o la posición en que están determinadas cosas. Es muy confuso, y yo pensaba que sería cosa de la traducción, pero no: leyendo opiniones de lectores en inglés que han leído el texto original he visto que muchos tienen esta misma queja, así que el problema está en la misma base de la narración de la autora.

Más. Hay cierta escena/monólogo final (podríamos llamarlo así) donde
el detective desvela todo el cotarro y que, honestamente, me ha parecido totalmente sacado de la manga. No hay nada en todas las páginas previas que induzca a pensar no solo que ha llegado a todas esas conclusiones, sino cómo ha llegado a ellas. Aparte de que la misma situación en la que se produce ese monólogo es muy raruna.

Las conversaciones telefónicas de Nightingale con su mujer son también muy raras, secas como la mojama, pero volvemos a lo mismo: no sabemos si esto es cosa de no haber leído los dos libros anteriores y no saber la dinámica con la que funciona este matrimonio o si simplemente es una muestra más del estilo frío y desapegado de la autora. 

Y es que esta ha sido una pega importante (y la última que os comento): la narración no solo es caótica a veces, como explico arriba, sino que también es a ratos un poco rancia. Tiene un no sé qué desabrido que hace que no lo disfrutes al cien por cien.

En cualquier caso, no quiero que me entendáis mal. Es un libro entretenido pero tiene sus cosillas, y como además lo leí justo después de El asesinato de Santa Claus, que me gustó mucho, los defectos me parecieron como mucho más evidentes. Objetivamente hablando realmente creo que el estilo narrativo no es limpio, como si la autora escribiese tal y como piensa y diera por hecho que se le entiende todo, lo que lleva a situaciones confusas, pero la historia en sí misma es interesante, diferente, intenta alejarse de lo habitual en este tipo de novelas de la época y tiene una personalidad propia muy definida... simplemente me ha faltado conectar más con su estilo narrativo.
 
Ah, el título en inglés está totalmente ligado a la ultimísima frase de la novela, pero como en la traducción han cambiado por completo ese título, pierde todo su sentido...

 


 
Mary Kelly (1927-2017) se hizo famosa con su serie protagonizada por el inspector Brett Nightingale, con la que dio un aire nuevo a la ficción criminal. Sus novelas fueron muy aplaudidas y llegó a alzarse con la Gold Dagger, la mayor distinción otorgada por la Crime Writers’ Association.