Título original: Civil to strangers
Autora: Barbara Pym
Editorial: Gatopardo
Traducción: Irene Oliva Luque
Páginas: 214
Fecha publicación original: 1988 (escrita en 1936)
Fecha esta edición: junio 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros Fecha esta edición: junio 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Imagen de cubierta: Going on holiday (c. 1940)
Cuando Barbara Pym murió en 1980, dejó una cantidad considerable de material inédito. Entre éste, una novela temprana, Extranjeros, bienvenidos,
de 1936, y «Encontrando una voz», el único documento escrito en el que
Pym habla acerca de su carrera como escritora y de los orígenes de su
personalidad literaria. En Extranjeros, bienvenidos, una joven
pareja, formada por Cassandra Marsh-Gibbon y su egocéntrico marido
escritor, Adam, se ve sacudida por la llegada de un misterioso húngaro a
su pueblo. Cassandra, una de las primeras «mujeres excelentes» que tan
bien supo retratar Pym, buscará en la huida de su monótona vida y en la
figura del extranjero la realización de las hipócritas palabras de su
marido: «¿Sabes que para mí eres mucho más que una excelente ama de
casa?».
Si no me falla la memoria, este es el quinto libro que reseño de Barbara Pym en Netherfield, y todavía tengo otro pendiente en la estantería para más adelante. Sí, me gusta mucho esta autora, y sí, soy muy consciente de que habrá quien le acuse de contar siempre las mismas historias, y puede que lo parezca en apariencia, pero todas se diferencian de un modo u otro. Es más, esos territorios comunes tan suyos son precisamente lo que yo busco en sus novelas, pero porque sé que siempre tienen puntos diferenciales que los hacen únicos. La busco a ella, su forma de ver la vida, su mundo, sus mujeres excelentes y sus tópicos británicos de clase acomodada, y si cuenta historias que se asemejan unas a otras en los cimientos que las sustentan, bienvenidas sean, porque me lo paso pipa leyéndolas.
La historia sigue a Cassandra Marsh-Gibbon, una joven de veintiocho años atractiva y elegante que está casada con Adam, un vago con ínfulas de escritor que no da un palo al agua y que puede permitirse vivir así de bien gracias precisamente al dinero de Cassandra. Adam no respira sin su esposa, que ciertamente le adora y le mima más de lo que se merece, y ambos viven una vida tranquila y de provincias en el pueblecito de Up Callow, en el condado de Shropshire. Cassandra es el epítome de la perfección, la virtud y la modestia, así que cuando Stefan Tilos, un húngaro guapísimo y misterioso, se muda a la casa de Holmwood y empieza a rondar más de la cuenta el hogar de los Marsh-Gibbon colmando de regalos a Cassandra, empiezan las habladurías. A Cassandra todo esto le importa más bien poco porque no siente ninguna atracción por Stefan, pero sí le toca un poco la moral que su marido dé por hechos su amor y su fidelidad sin siquiera cuestionárselos, así que empieza a rebelarse poco a poco... pero todo dentro del decoro y la prudencia que se le presupone a una buena y respetable jovencita inglesa de familia acomodada, faltaría más :)
Quien esté familiarizado con la obra de Barbara Pym reconocerá en Cassandra a algunas de sus otras mujeres literarias, esas mujeres excelentes tan presentes en sus historias, ya sean solteras o estén casadas, ya vivan en Londres o en la campiña inglesa. Pero esta Cassandra va un paso más allá a lo largo de la novela porque, aunque sabe el lugar que ocupa en la vida y en la sociedad, en un determinado momento decide ser proactiva no solo de pensamiento, sino también de obra. No es que otras mujeres de la obra de Pym no lo sean, pero sí que es verdad que Cassandra hace algo que las demás no llegan a hacer nunca, y es mostrar un punto de rebeldía activa. Nada para llevarse las manos a la cabeza si lo vemos desde nuestro punto de vista del siglo XXI, y siempre con la aquiescencia marital... pero hay que recordar que esta obra fue escrita en los años 30, y aun con ese consentimiento marital, la decisión de Cassandra es valiente y atrevida y es la que la hace especial en el mundo de las mujeres Pym.
Y hablando de Adam, el marido de Cassandra, tenemos una vez más (y es algo que siempre recalco cuando hablo de los libros de esta autora) al hombre protagonista de la historia siempre situado varios escalones por debajo de la mujer protagonista tanto en cualidades como en aptitudes. Los hombres de Pym suelen ser inseguros, inmaduros, menos inteligentes y, sin embargo, muy pagados de sí mismos. Adam no es la excepción. Su fama literaria termina en los confines del pueblo y, aunque él es consciente de su escasa importancia como literato (en un momento de la obra reconoce candorosamente que de uno de sus libros solo vendió 150 ejemplares), vive su vida en el ombligo que le corresponde por ser la celebridad local, comportándose como un niño malcriado en algunas ocasiones y como un esnob en otras. Todo gira alrededor de su supuesta creatividad y se considera superior intelectualmente a los demás.
Dicho todo esto, resulta evidente que el matrimonio entre Cassandra y Adam es el eje puntal alrededor del que gira la historia. En primer término como retrato y disección del matrimonio en sí mismo: ella devota de su marido (aunque sin la adoración de los primeros años) y de sus obligaciones, cansada de ser (y de que la consideren) tan perfecta, que empieza a rebelarse contra la sumisión conyugal y que alberga la ilusión de formar una familia después de cinco años de matrimonio; él devoto de su escaso talento literario y de sus horas de vagancia, que jamás se cansa de no hacer nada y de considerarse perfecto, mimado y consentido en extremo y con la ilusión de no ver jamás un niño pequeño molestando sus horas de supuesto talento creativo. Se quieren mucho, pero mientras Adam no pone en cuestión la adoración de Cassandra y cree que no tiene que demostrar la suya propia porque se presupone, ella empieza a dudar de que su marido albergue los mismos sentimientos de antaño y empieza a cansarse de mostrarse tan dócil y devota hacia él.
En segundo término, y como no podía ser menos, gracias a la relación de este matrimonio con el resto de los habitantes del pueblo, y a las propias relaciones que se establecen entre estos vecinos, conocemos otras microhistorias que enriquecen y dan sabor a este retrato tan único y particular de la vida en Up Callow. Desde el pastor anglicano y conformista casado con una mujer mucho más ambiciosa que él hasta el coadjutor que huye como alma que lleva el diablo de acosadoras que lo consideran un buen partido, pasando por el soltero de mediana edad que lleva toda la vida buscando a una mujer rica que le mantenga y que pronto va a caer en la cuenta de que mejor bien acompañado sin dinero que solo e igualmente sin dinero. La señora Gower, los señores Wilmot, el señor Paladin, el señor y la señorita Gay... todos conforman un nutrido y divertido grupo de vecinos con sus cosas buenas y sus cosas especiales a los que se va a unir el incansable, moreno y guapérrimo húngaro Stefan Tilos, quien con sus arranques, carcajadas y actitudes demasiado obvias (y, por tanto, nada británicas) dará vidilla al pueblo y a algunas de sus féminas habitantes.
En resumidas cuentas, en Extranjeros, bienvenidos tenemos una nueva historia de Barbara Pym cargada de ironía, escenas divertidas y diálogos brillantes que vuelve a diseccionar el día a día, esa rutina y cotidianidad mundanas que tan bien se le daba plasmar en su obra y a las que imprimía su estilo tan personal y característico. Además, en esta historia (algo muy curioso teniendo en cuenta que es bastante anterior a otras novelas que he leído suyas... o precisamente por eso) se mueve por terrenos más pantanosos en cuanto a las relaciones afectivas y de pareja. Siempre se muestra crítica en este aspecto, jamás pinta relaciones ideales ni idealizadas, pero en Extranjeros, bienvenidos quizás es más acerada la crítica. El papel de la mujer en la sociedad y las limitaciones que esa sociedad imponía en aquella época también se llevan su parte, y particularmente me parece muy representativo este fragmento (en sus obras posteriores daría mucha importancia a la incorporación aceptada de la mujer a la universidad y por eso me parece muy relevante esta reflexión donde ya apuntaba maneras):
Esta edición de Gatopardo también incluye (y creo que jamás se lo podré agradecer lo suficiente) la transcripción de la grabación de "En busca de una voz: una charla radiofónica", que fue realizada por la BBC y emitida en abril de 1978, apenas un par de años antes del fallecimiento de la autora. Leyéndola he conocido a una Barbara Pym humilde en sus éxitos y más humilde aún en sus horas más bajas (profesionalmente hablando). La Pym que se puede leer y conocer en esta transcripción me ha parecido tan honesta, entrañable, cercana y sencilla que, si antes la admiraba muchísmo como escritora, ahora la admiro muchísimo también como mujer. La modestia con la que describe los años en que las editoriales, después de ser una autora de éxito, empezaron a rechazarla para luego volver a aceptarla con la obra que ella menos hubiese pensado y gracias a las buenas palabras de autores consagrados; las influencias literarias que ya por aquel entonces le endosaban (Jane Austen, Anthony Trollope...) y que ella reduce a la aspiración de ser capaz de adaptar algunas de las cualidades narrativas de esos escritores dentro de sus propias limitaciones y sin estar jamás a su altura (de los homenajes a Austen en su obra no dice nada, y esos, haberlos haylos xD); esas parcelas importantes de su vida que invariablemente aparecen en muchos de sus libros, como la Antropología, los antropólogos y el mundo universitario; el modo en que poco a poco fue encontrando su voz como narradora y cómo tenía la esperanza (esa esperanza que todo escritor tiene) de que esa voz trascendiese a su obra y la hiciera reconocible...
Ella decía que intentaba escribir lo que le agradaba y le divertía con la esperanza de que también les gustara a unos cuantos más. Esta filosofía como autora creo que describe perfectamente tanto su obra como a la mujer tras ella.
Larga vida a la Fiebre Pym.
La historia sigue a Cassandra Marsh-Gibbon, una joven de veintiocho años atractiva y elegante que está casada con Adam, un vago con ínfulas de escritor que no da un palo al agua y que puede permitirse vivir así de bien gracias precisamente al dinero de Cassandra. Adam no respira sin su esposa, que ciertamente le adora y le mima más de lo que se merece, y ambos viven una vida tranquila y de provincias en el pueblecito de Up Callow, en el condado de Shropshire. Cassandra es el epítome de la perfección, la virtud y la modestia, así que cuando Stefan Tilos, un húngaro guapísimo y misterioso, se muda a la casa de Holmwood y empieza a rondar más de la cuenta el hogar de los Marsh-Gibbon colmando de regalos a Cassandra, empiezan las habladurías. A Cassandra todo esto le importa más bien poco porque no siente ninguna atracción por Stefan, pero sí le toca un poco la moral que su marido dé por hechos su amor y su fidelidad sin siquiera cuestionárselos, así que empieza a rebelarse poco a poco... pero todo dentro del decoro y la prudencia que se le presupone a una buena y respetable jovencita inglesa de familia acomodada, faltaría más :)
Quien esté familiarizado con la obra de Barbara Pym reconocerá en Cassandra a algunas de sus otras mujeres literarias, esas mujeres excelentes tan presentes en sus historias, ya sean solteras o estén casadas, ya vivan en Londres o en la campiña inglesa. Pero esta Cassandra va un paso más allá a lo largo de la novela porque, aunque sabe el lugar que ocupa en la vida y en la sociedad, en un determinado momento decide ser proactiva no solo de pensamiento, sino también de obra. No es que otras mujeres de la obra de Pym no lo sean, pero sí que es verdad que Cassandra hace algo que las demás no llegan a hacer nunca, y es mostrar un punto de rebeldía activa. Nada para llevarse las manos a la cabeza si lo vemos desde nuestro punto de vista del siglo XXI, y siempre con la aquiescencia marital... pero hay que recordar que esta obra fue escrita en los años 30, y aun con ese consentimiento marital, la decisión de Cassandra es valiente y atrevida y es la que la hace especial en el mundo de las mujeres Pym.
Y hablando de Adam, el marido de Cassandra, tenemos una vez más (y es algo que siempre recalco cuando hablo de los libros de esta autora) al hombre protagonista de la historia siempre situado varios escalones por debajo de la mujer protagonista tanto en cualidades como en aptitudes. Los hombres de Pym suelen ser inseguros, inmaduros, menos inteligentes y, sin embargo, muy pagados de sí mismos. Adam no es la excepción. Su fama literaria termina en los confines del pueblo y, aunque él es consciente de su escasa importancia como literato (en un momento de la obra reconoce candorosamente que de uno de sus libros solo vendió 150 ejemplares), vive su vida en el ombligo que le corresponde por ser la celebridad local, comportándose como un niño malcriado en algunas ocasiones y como un esnob en otras. Todo gira alrededor de su supuesta creatividad y se considera superior intelectualmente a los demás.
Dicho todo esto, resulta evidente que el matrimonio entre Cassandra y Adam es el eje puntal alrededor del que gira la historia. En primer término como retrato y disección del matrimonio en sí mismo: ella devota de su marido (aunque sin la adoración de los primeros años) y de sus obligaciones, cansada de ser (y de que la consideren) tan perfecta, que empieza a rebelarse contra la sumisión conyugal y que alberga la ilusión de formar una familia después de cinco años de matrimonio; él devoto de su escaso talento literario y de sus horas de vagancia, que jamás se cansa de no hacer nada y de considerarse perfecto, mimado y consentido en extremo y con la ilusión de no ver jamás un niño pequeño molestando sus horas de supuesto talento creativo. Se quieren mucho, pero mientras Adam no pone en cuestión la adoración de Cassandra y cree que no tiene que demostrar la suya propia porque se presupone, ella empieza a dudar de que su marido albergue los mismos sentimientos de antaño y empieza a cansarse de mostrarse tan dócil y devota hacia él.
En segundo término, y como no podía ser menos, gracias a la relación de este matrimonio con el resto de los habitantes del pueblo, y a las propias relaciones que se establecen entre estos vecinos, conocemos otras microhistorias que enriquecen y dan sabor a este retrato tan único y particular de la vida en Up Callow. Desde el pastor anglicano y conformista casado con una mujer mucho más ambiciosa que él hasta el coadjutor que huye como alma que lleva el diablo de acosadoras que lo consideran un buen partido, pasando por el soltero de mediana edad que lleva toda la vida buscando a una mujer rica que le mantenga y que pronto va a caer en la cuenta de que mejor bien acompañado sin dinero que solo e igualmente sin dinero. La señora Gower, los señores Wilmot, el señor Paladin, el señor y la señorita Gay... todos conforman un nutrido y divertido grupo de vecinos con sus cosas buenas y sus cosas especiales a los que se va a unir el incansable, moreno y guapérrimo húngaro Stefan Tilos, quien con sus arranques, carcajadas y actitudes demasiado obvias (y, por tanto, nada británicas) dará vidilla al pueblo y a algunas de sus féminas habitantes.
En resumidas cuentas, en Extranjeros, bienvenidos tenemos una nueva historia de Barbara Pym cargada de ironía, escenas divertidas y diálogos brillantes que vuelve a diseccionar el día a día, esa rutina y cotidianidad mundanas que tan bien se le daba plasmar en su obra y a las que imprimía su estilo tan personal y característico. Además, en esta historia (algo muy curioso teniendo en cuenta que es bastante anterior a otras novelas que he leído suyas... o precisamente por eso) se mueve por terrenos más pantanosos en cuanto a las relaciones afectivas y de pareja. Siempre se muestra crítica en este aspecto, jamás pinta relaciones ideales ni idealizadas, pero en Extranjeros, bienvenidos quizás es más acerada la crítica. El papel de la mujer en la sociedad y las limitaciones que esa sociedad imponía en aquella época también se llevan su parte, y particularmente me parece muy representativo este fragmento (en sus obras posteriores daría mucha importancia a la incorporación aceptada de la mujer a la universidad y por eso me parece muy relevante esta reflexión donde ya apuntaba maneras):
Ahora, después de cinco años recibiendo semejante formación en literatura inglesa, Cassandra creía poder considerarse una mujer razonablemente culta. A veces hasta osaba preguntarse si, de haber contado con los privilegios que su marido había tenido, el Balliol College de Oxford y la licenciatura en Lengua y Literatura inglesas, no habría sido incluso más culta e inteligente que él.Extranjeros, bienvenidos, aun siendo una novela muy temprana (fue escrita en 1936), se publicó de manera póstuma varios años después de la muerte de su autora dentro de una compilación que incluía, además de esta novela, varios trabajos inconclusos y algunos relatos. Me pregunto por qué no llegó a publicarla jamás en vida, porque está sin lugar a dudas a la altura de sus obras más conocidas. No titubea ni desfallece en ningún momento y la ejecución es inteligente, rítmica y natural. Un lujazo volver a leer a esta autora, porque tenía verdadero genio para hacer especial lo que en palabras de otros podría resultar normal y corriente.
Esta edición de Gatopardo también incluye (y creo que jamás se lo podré agradecer lo suficiente) la transcripción de la grabación de "En busca de una voz: una charla radiofónica", que fue realizada por la BBC y emitida en abril de 1978, apenas un par de años antes del fallecimiento de la autora. Leyéndola he conocido a una Barbara Pym humilde en sus éxitos y más humilde aún en sus horas más bajas (profesionalmente hablando). La Pym que se puede leer y conocer en esta transcripción me ha parecido tan honesta, entrañable, cercana y sencilla que, si antes la admiraba muchísmo como escritora, ahora la admiro muchísimo también como mujer. La modestia con la que describe los años en que las editoriales, después de ser una autora de éxito, empezaron a rechazarla para luego volver a aceptarla con la obra que ella menos hubiese pensado y gracias a las buenas palabras de autores consagrados; las influencias literarias que ya por aquel entonces le endosaban (Jane Austen, Anthony Trollope...) y que ella reduce a la aspiración de ser capaz de adaptar algunas de las cualidades narrativas de esos escritores dentro de sus propias limitaciones y sin estar jamás a su altura (de los homenajes a Austen en su obra no dice nada, y esos, haberlos haylos xD); esas parcelas importantes de su vida que invariablemente aparecen en muchos de sus libros, como la Antropología, los antropólogos y el mundo universitario; el modo en que poco a poco fue encontrando su voz como narradora y cómo tenía la esperanza (esa esperanza que todo escritor tiene) de que esa voz trascendiese a su obra y la hiciera reconocible...
Ella decía que intentaba escribir lo que le agradaba y le divertía con la esperanza de que también les gustara a unos cuantos más. Esta filosofía como autora creo que describe perfectamente tanto su obra como a la mujer tras ella.
Larga vida a la Fiebre Pym.
Barbara Pym
(1913-1980) nació en Oswestry, Shropshire. Se licenció en literatura
inglesa en St. Hilda's College, en Oxford. En la Segunda Guerra Mundial
prestó servicio en el Cuerpo Auxiliar de la Armada británica.
Posteriormente trabajó en el Instituto Africano en Londres.
A lo largo de su vida escribió varias novelas, entre las que destacamos Mujeres excelentes (1952), Jane y Prudence (1953), Less than Angels (1955), Los hombres de Wilmet (1958), No Fond Return of Love (1961), Murió la dulce paloma (1978) y A Few Green Leaves (1980). Tras su muerte, en 1980, se publicó su diario, A Very Private Eye (1985).
Junto con Elizabeth Taylor está considerada una de las escritoras inglesas más importante de la segunda mitad del siglo XX.
Ya sabéis que tengo este libro en casa, así pronto descubriré si ese universo Prym me gusta
ResponderEliminarHoy es la segunda reseña que leo de la novela, Lecturas de Undine también la reseña y me habéis dejado con muchas ganas de leerla.
ResponderEliminarBesos
Solo he leído "Mujeres estupendas" de eta autora y, aunque me pareció una novela muy entretenida, no pasó de mucho más... tengo claro que quiero repetir con esta autora y esta novela que hoy reseñas parece una buena opcion porque trata muchos temas que me interesan. Así que tomo nota.
ResponderEliminarMe encanta Prym, pero este libro todavía no lo he leído, lo tengo pero no lo he leído...a ver este verano, aunque como no dure 3 años no me da tiempo a leer todo lo que quiero 😂😂😂
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Me gusta mucho esta autora así es que acabaré comprándolo y leyéndolo en cuanto pueda.
ResponderEliminarbesos
Gatopardo y sus títulos que no decepcionan...
ResponderEliminarYo sólo he leído un libro de Pym, Mujeres excelentes, y aunque me gustó, me costó apreciar (¡vamos, que no encontré!) ese humor del que tanto hablan... Me han dicho que en Amor no correspondido se puede apreciar mejor... ;)
¡Hola! Tenemos más que apuntada a esta autora porque hasta ahora todo lo que hemos escuchado de ella son buenas opiniones. Nos encanta que utilice la ironía en sus historias. Gracias por contarnos.
ResponderEliminarBesos
Y sigo sin estrenarme con la autora. A ver cuándo le pongo remedio!
ResponderEliminarBesotes!!!
Todavía no me he estrenado con la autora, y no será por ganas ni falta de libro. Tengo Mujeres excelentes en la estantería desde que se publicó y ahí sigue. A ver sino tardo, que me he propuesto ir dando salida a libros que han quedado atrás por h o por b.
ResponderEliminarUn beso ;)
Hola. He leído solo una novela de esta autora y me gusto muchísimo. Espero poder repetir pronto con ella.
ResponderEliminarBesos.
Me pasa como a Ayla, me habéis dejado con una curiosidad tremenda y con ganas de leerla.
ResponderEliminarUn beso
hola! gatopardo acostumbra sorprender con estas joyitas y tu la haces relumbrar, gracias!! saludosbuhos.
ResponderEliminarSe me acumula el trabajo con la Pym, aunque creo que me gusta más este que el que sigue a Mujeres excelentes que es el único que he leído hasta ahora. Es de esas lecturas amables que sueltan verdades como puños pero con una sonrisa y personajes algunos que te caen simpáticos y otro como el marido que da mucha pereza.
ResponderEliminarBesos
Buenos días, Inquilina:
ResponderEliminarDisculpa la tardanza en pasar por aquí, leí ayer la reseña, pero fuerzas mayores me impidieron coger el portátil para escribir.
Primeramente, ¡cómo me hubiera gustado comentar frete a un café el libro contigo! y Segundo, ¡es un placer leerte! Y digo todo esto, porque siento una gran sintonía con tus palabras y conclusiones. Creo que definitivamente debemos crear el club de "Amamos a Barbara Pym" :)
Quiero felicitarte por tu estupenda reseña, por tu estilo escribiendo y por la fuerza que imprimes en todo ello.
Un abrazo fuerte, y a por el martes!!
Hola guapa, todavía tengo sin leer Algo más que ángeles. Pero ya me veo apuntado esta historia, que si encima es "diferente", más rebelde ya me pica aún más...
ResponderEliminarUn besazo
Madre mía...cinco libros reseñados ya? Y yo aquí, sin leer ni uno. Tengo que ponerle remedio pronto porque por cómo describís su estilo creo que disfrutaría mucho de sus libros.
ResponderEliminarUndine ya me dejó con ganas y con tu reseña me vuelve a pasar lo mismo, anotadísimo me lo llevo ;)
Besitos
Solo he leído mujeres excelentes y me encantó. En casa tengo Amor no correspondido que me toco en un sorteo organizado por Ana B. Verémos si le puedo hacer un hueco en el verano. Besinos.
ResponderEliminarOstras, ahora no sé si tengo más ganas de leer "Extranjeros, bienvenidos" o la entrevista de la BBC a Barbara Pym... Me gusta muchísimo lo que comentas sobre sus influencias, es que sí que las veo y me gusta mucho encontrarlas porque es esa narrativa tan británica, tan crítica social de su época con esa sátira y esa ironía e humor que Trollope hace a su manera y Austen a la suya y Pym brilla con la suya y... En fin, que sí, que me has convencido y leeré de nuevo a Pym, y mira que este título lo tenía en la reserva porque sabía que era cronológicamente anterior a los otros que ha publicado Gatopardo en castellano y sabía si sería tan estupendo. Besos.
ResponderEliminarHe leído el primero y me encantó todo de él: la forma de escribir de la autora, la historia y los personajes. Espero hacerme con el resto de libros.
ResponderEliminarEnhorabuena por la reseña es magnífica, como siempre.
Besotes.
Uuuuffff, cómo me ha gustado la reseña y cuánto me ha llamado la atención el libro. ¡Anotadísimo queda! Voy a ver si encuentro las reseñas de los otros títulos que has hecho de esta autora, a la que, por cierto, me has presentado porque no la conocía. ¡Gracias! :-)))))
ResponderEliminarBesotes mil.
Sí que es verdad, que estamos viendo muchas novelas de la autora últimamente. Yo creo haber leído (así ando que ni me acuerdo) alguna novela suya y la verdad es que tengo un recuerdo grato. Pero vamos que la colección de libros que tengo sin leer es como para meterme en más jeje. Besos
ResponderEliminarHolas guapas, he visto este libro y otros de la autora por redes sociales y librerías, pero no me llama la atención, sí sé que es un pecado, pero de momento no voy a leerla, tal vez en un futuro... La reseña es magnífica pero yo tengo cruzada a esta escritora :(
ResponderEliminarTengo la impresión que es como un libro que leí, y no recuerdo el nombre, ambientado en la dictadura franquista y me dejó un sabor tan amargo, estaba muy bien escrito, pero era tan, tan triste y deprimente que esta escritora me recuerda a ese libro. Seguro que estoy equivocada, lo sé, pero de momento lo voy a dejar pasar...
Mil gracias por la reseña.
Un besazo.
Pym me atrapó con Mujeres excelentes y he ido leyendo todos sus libros que ha publicado Gatopardo; este lo compré la semana pasada pero tendrá que esperar un poco. Leyendo tu reseña estoy segura de que no me va a defraudar tampoco.
ResponderEliminarUn beso