Título original: The Goonies
Autor: James Kahn
Editorial: Duomo
Traducción: Marcelo E. Mazzanti
Páginas: 272
Fecha publicación original: 1985
Fecha esta edición: julio 2018
Fecha esta edición: julio 2018
Encuadernación: cartoné
Precio: 13,90 euros Ilustración de cubierta: Daniel Norris
LA NOVELA OFICIAL DE UNO DE LOS FENÓMENOS DE TODOS LOS TIEMPOS
Es verano en el pequeño puerto marítimo de Astoria. Los Goonies están inquietos: una gran constructora amenaza con apropiarse del pueblo. Pero tras encontrar un viejo mapa pirata, el grupo sale a buscar el tesoro que puede salvar a todo el barrio. No cuentan con los esqueletos armados, los pasadizos subterráneos llenos de trampas y un asesino en busca y captura. Y todos ellos desean acabar con los Goonies. Juraron apoyarse contra viento y marea. Por suerte para ellos, porque está a punto de iniciarse la aventura más increíble de sus vidas.
HAZ EL JURAMENTO. ÚNETE A LA AVENTURA
Frikismo en estado puro, emoción a raudales, alegría desbordante y entusiasmo desmedido... La que os espera con esta reseña, pero me tenéis que perdonar: soy una Goony desde que tengo uso de razón. ¡Soy una Goony! Y si en la peli hubiesen hecho el juramento (que no lo hacen, solo aparece en el libro), yo lo hubiese repetido con la boca llena de gusanitos y un compromiso de por vida hasta el infinito y más allá.
No, esperad. Rectifico: enterarme de que se había publicado el libro fue un subidón del copón. Tenerlo en las manos ha sido emocionante en plan nudo en el estómago y tontería sentimental ñoña.
Que sí, que pensaréis que soy una exagerada. Pues sí, no seré yo quien lo niegue. Pero Los Goonies es LA película de mi infancia/adolescencia, la que un día rescaté de las entrañas de un videoclub y me hizo empezar a tener pájaros aventureros en la cabeza, la que hizo que cogiese a mis primos y todos juntos empezásemos a meter las narices por donde obviamente no teníamos que meterlas y vivir aventuras sin fin (dentro de las posibilidades que nos otorgaba una simple parcela, el río seco de al lado y un pozo abandonado en la parte de atrás, claro, que una vive donde vive y no hay cuevas, ni faros, ni barcos pirata ni tesoros... la vida es muy injusta). Los Goonies es mi infancia, y si a eso se suma que ya me conocéis, y cuando algo me apasiona me desbordo... no os digo ná y os lo digo tó.
La historia sabéis de lo que va, ¿no? Los Goonies son ni más ni menos que una pandilla de amigos que se hacen llamar así por el lugar donde viven, los Muelles de Goon, una zona principalmente obrera del pequeño pueblo costero de Astoria. Hace poco se ha descubierto que los terrenos de los muelles pertenecen al club de campo, y van a echarlos a todos de sus casas para construir un campo de golf. Y aquí es donde comienza realmente la historia... Estamos en casa de los Walsh. Aunque el señor Walsh todavía no ha firmado los papeles de desalojo, es el último fin de semana que podrán pasar en ella. Mikey Walsh se dispone a pasar junto a su banda sus últimos dos días juntos y por allí empiezan a aparecer uno a uno: Bocazas, Gordi, Data... el hermano mayor de Mikey, Brand, es testigo de la reunión. De repente los cinco deciden subir al desván, donde el padre de Mikey guarda muchas cosas del museo donde trabaja... y allí encuentran un mapa del tesoro que perteneció a Willy el Tuerto y que la leyenda dice que todavía está escondido en las cuevas de las costas de Astoria. Y a Mikey se le enciende la bombilla... ¿y si encuentran el tesoro y con ese dinero pueden pagar el dinero que les piden para no tener que abandonar sus casas? No tienen tiempo, en dos días se habrá acabado el plazo así que, tras deshacerse de Brand, cogen las bicis y pedalean en pos de aventuras, oro y diamantes... y de la malvada y maleante familia Fratelli, con la que ciertamente no cuentan en sus planes.
Antes de nada, hay que dejar clara una cosa. Este no es el libro en el que se basó la película, porque la película se rodó a partir de un guión original de Chris Columbus, que a su vez se basó en una historia de Steven Spielberg. Es decir, que la película no es la adaptación de este libro, sino al revés: este libro es la adaptación novelada de la película, publicado el mismo año en que se estrenó la peli. Sé que hay muchos detractores de este tipo de novelas, pero hay novelas y novelas, igual que hay películas y películas, y a mí me ha encantado el enfoque que Kahn le dio al libro. Os explico por qué.
El primer acierto de la novela es que no está narrado por una tercera persona, sino en primera persona por Mikey Walsh, lo cual ya le da un aire completamente distinto a la historia, una profundidad distinta a muchas de las decisiones que van tomando en el camino, porque Mikey en el libro es cualquier cosa menos un adolescente tonto o superficial. Es un adolescente y tiene sus pájaros e inseguridades en la cabeza, obvio, pero desarrolla y enfatiza conceptos que en la película quedan mucho más tenues. Así vemos lo mucho que quiere a sus amigos, lo mucho que se preocupa por su seguridad y lo mucho que valora cada minuto que pasan juntos; también enfatiza cuánto admira y quiere a su hermano aunque siempre se estén peleando; y, lo que quizás más soslayado queda en la película salvo al final, es la empatía y la cercanía que siente hacia Willy el Tuerto, lo conectado que se siente con él a lo largo de toda la aventura porque Mikey, al igual que el pirata (al que obviamente le faltaba un ojo), también cree que está "defectuoso" (Mikey vive pegado a su inhalador para el asma y es muy pequeño para su edad). Es decir, que conocemos a un Mikey en 3D que en la peli no pasa del 2D, y gracias a él también tenemos una perspectiva tridimensional de toda la historia.
Aun asi, lo que más me ha gustado es el modo en que Kahn planteó la novela, y a ver si sé explicar esto sin irme por las ramas ni enrollarme como una persiana.
Supongo que conocéis la sensación esa de infidelidad al original que tenemos todos los lectores cuando vemos la adaptación al cine o la televisión de una novela que nos gusta mucho, ¿verdad? Siempre pensamos "esto no estaba en el libro", "a este personaje me lo han cambiado, que en la novela no haría eso ni era así", "esta escena del libro no sale en la película", "esa escena no pasaba así en el libro, pasaba de esta otra manera"... pues Kahn hizo el trabajo al revés para conseguir el mismo efecto. Es decir, partiendo de la película, escribió la novela incluyendo escenas que no salen en la peli (al menos un par que yo me haya dado cuenta, aunque una de ellas sí estaba en el guión de Spielberg y no se rodó), los personajes son ligeramente diferentes en la novela y en la película da la sensación de que los han cambiado un poco para ajustarlos a la pantalla (se nota sobre todo con Stef y Bocazas), algunas escenas ocurren de otra manera en comparación con la película...
Resumiendo, introdujo cambios intencionadamente con el fin de darle una entidad propia al libro y que pareciera que todo funcionaba al revés de como funcionaba en realidad: es decir, que pareciese que la novela en sí misma era el concepto original, y la película su adaptación. Así, en ningún momento te da la sensación de estar leyendo la película escena por escena en modo calco sin sorpresas. Todo lo contrario, si leéis el libro y luego veis o revisionáis la peli, como yo he hecho, las diferencias saltan a la vista de inmediato, y piensas todas esas cosas que os comento arriba aun sabiendo que el libro es posterior a la película (espero haber sabido explicarme).
La narración de Kahn es ligera, sencilla, rescata las referencias a otras películas de la época como Gremlins que aparecen en la propia película, y en las descripciones dentro de los túneles se luce, porque es minucioso y ves los fotogramas tal cual te los explica. Y consigue que conozcas mucho, mucho más a los personajes, ahonda mucho más en algunos aspectos de la trama, los perfila, cosa que me ha encantado más de lo que os podáis llegar a imaginar. La edición de Duomo es preciosa, en tapa dura, y creo que han mantenido la portada original, cosa por la que doy gracias eternas porque es maravillosa.
Me gustaría comentaros muchas cosas más, pero es que de verdad que sé dónde me puede llevar eso, así que dejo alguna cosilla imprescindible para la peli y termino por aquí (¡sorry por la incontinencia verbal!).
Título original: The Goonies
Año: 1985
Mikey es un niño de trece años que junto con su hermano mayor y sus
amigos forman un grupo que se hacen llamar "los Goonies". Un día deciden
subir al desván de su casa, donde su padre guarda antigüedades. Allí
encuentran el mapa de un tesoro perdido que data del siglo XVII, de la
época de los piratas, y deciden salir a buscarlo repletos de espíritu
aventurero.
Chooooocoooolaaaaaateeeeee...
¿Sabéis esas frases o palabras que cuando somos críos escuchamos en alguna parte y luego repetimos sin cesar y sin hartazgo hasta que otra frase o palabra la sustituye porque los seres humanos somos así de pesados y cansinetes cuando no levantamos cinco palmos del suelo? Pues esto de aquí arriba pertenece a ese grupo. Es la palabra, con la entonación y pronunciación apropiadas (que por desgracia no se pueden transmitir a través del teclado, cosa que me encantaría), que nos acompañó a mi hermano y a mí durante años... esta y una frase de Los cazafantasmas que no viene al caso xD. Así que si no sabéis a qué viene lo del chocolate es que no habéis visto Los Goonies, y yo no digo nada ni juzgo, que Spielberg me libre, pero me parece fataldelamuerteosea y os voy a mandar a Mama Fratelli para que os ofrezca agua del grifo xD.
Hubo una época dorada del cine de aventuras ya fuese adulto y juvenil, y esa es sin duda la de los 80 hasta mediados de los 90. Y que queréis que os diga, ya no se hacen pelis como Los Goonies. Que sí, que son muy chulas, fascinantes, espectaculares y tienen unos efectos especiales del copón... pero ya no se hacen pelis como esta, no tienen esta magia, no desprenden este entusiasmo por la amistad y por vivir aventuras llenas de misterio, fascinación y sorpresas, y todo sin infravalorar en ningún momento la capacidad del espectador infantil/adolescente para empatizar y entender la película sin necesidad de echar mano de toda la morralla que meten hoy en día en las películas, porque si no los críos se aburren.
El elenco es fantástico, sin más. Y eso que hay actores en él que nunca han sido de mi devoción (como Corey Feldman), pero soy incapaz de imaginar esta película sin ellos. Spielberg y Donner pusieron el hechizo en marcha, pero esta pandilla de Goonies, ese entusiasmo y conexión desmedidos que transmiten desde el primero momento que están todos juntos en pantalla, es oro puro. Es imposible ver esta película, cuando estás en esa edad en las que quieres soltar amarras y ver qué hay más allá de la barrera de seguridad paterna, sin querer ser un Goony.
No quiero dejar de nombrar a los Fratelli, porque no me lo perdonarían, aunque todos sabemos (lo sabemos) que aunque son cuatro, los que de verdad nos importan son dos: mama Fratelli y Sloth. Mama porque es mala, muy mala, y aunque sus enemigos sean críos se los quiere cargar a toda costa sin miramientos. Encima tiene una pinta que nadie que haya visto esta peli siendo un niño olvida jamás xD. Y luego está Sloth... Sloth y Gordi protagonizan en esta película una historia de amistad que no solo no tiene nada que envidiar a muchos de los intentos de hoy en día de aceptación de lo diferente que se promulga por activa y por pasiva en contenidos de temática infantil y juvenil, sino que les da mil patadas: se te queda dentro, y desprenden tanta ternura que hacia el final hasta emocionan.
Así que sí, en Los Goonies tenemos aventuras, barco pirata, cuevas, tesoros, primeros amores, primeros besos, acertijos a vida o muerte, amistad a raudales, a borbotones, y mucho, mucho más fondo de lo que pueda parecer a primera vista. Y da igual que no la vieseis cuando eráis unos críos, porque es imposible que no os guste, que no la disfrutéis, que no veais todas las cosas maravillosas que tiene y que ha hecho que sea inolvidable para varias generaciones. Es imposible no amar esta película. Es una obra maestra del cine de aventuras juvenil absolutamente irrepetible.
En lo que a mí respecta, soy y siempre seré una Goony. Sin más xD.
A los Goonies no traicionaré ni por un segundo, seguiremos juntos hasta el fin del mundo. En el cielo y el infierno o en la guerra nuclear, nada habrá que nos pueda separar. En la ciudad, el campo o el bosque, da igual: me declaro ahora mismo un Goony oficial.Tener este libro en las manos ha sido un subidón del copón, así tal cual.
No, esperad. Rectifico: enterarme de que se había publicado el libro fue un subidón del copón. Tenerlo en las manos ha sido emocionante en plan nudo en el estómago y tontería sentimental ñoña.
Que sí, que pensaréis que soy una exagerada. Pues sí, no seré yo quien lo niegue. Pero Los Goonies es LA película de mi infancia/adolescencia, la que un día rescaté de las entrañas de un videoclub y me hizo empezar a tener pájaros aventureros en la cabeza, la que hizo que cogiese a mis primos y todos juntos empezásemos a meter las narices por donde obviamente no teníamos que meterlas y vivir aventuras sin fin (dentro de las posibilidades que nos otorgaba una simple parcela, el río seco de al lado y un pozo abandonado en la parte de atrás, claro, que una vive donde vive y no hay cuevas, ni faros, ni barcos pirata ni tesoros... la vida es muy injusta). Los Goonies es mi infancia, y si a eso se suma que ya me conocéis, y cuando algo me apasiona me desbordo... no os digo ná y os lo digo tó.
La historia sabéis de lo que va, ¿no? Los Goonies son ni más ni menos que una pandilla de amigos que se hacen llamar así por el lugar donde viven, los Muelles de Goon, una zona principalmente obrera del pequeño pueblo costero de Astoria. Hace poco se ha descubierto que los terrenos de los muelles pertenecen al club de campo, y van a echarlos a todos de sus casas para construir un campo de golf. Y aquí es donde comienza realmente la historia... Estamos en casa de los Walsh. Aunque el señor Walsh todavía no ha firmado los papeles de desalojo, es el último fin de semana que podrán pasar en ella. Mikey Walsh se dispone a pasar junto a su banda sus últimos dos días juntos y por allí empiezan a aparecer uno a uno: Bocazas, Gordi, Data... el hermano mayor de Mikey, Brand, es testigo de la reunión. De repente los cinco deciden subir al desván, donde el padre de Mikey guarda muchas cosas del museo donde trabaja... y allí encuentran un mapa del tesoro que perteneció a Willy el Tuerto y que la leyenda dice que todavía está escondido en las cuevas de las costas de Astoria. Y a Mikey se le enciende la bombilla... ¿y si encuentran el tesoro y con ese dinero pueden pagar el dinero que les piden para no tener que abandonar sus casas? No tienen tiempo, en dos días se habrá acabado el plazo así que, tras deshacerse de Brand, cogen las bicis y pedalean en pos de aventuras, oro y diamantes... y de la malvada y maleante familia Fratelli, con la que ciertamente no cuentan en sus planes.
Antes de nada, hay que dejar clara una cosa. Este no es el libro en el que se basó la película, porque la película se rodó a partir de un guión original de Chris Columbus, que a su vez se basó en una historia de Steven Spielberg. Es decir, que la película no es la adaptación de este libro, sino al revés: este libro es la adaptación novelada de la película, publicado el mismo año en que se estrenó la peli. Sé que hay muchos detractores de este tipo de novelas, pero hay novelas y novelas, igual que hay películas y películas, y a mí me ha encantado el enfoque que Kahn le dio al libro. Os explico por qué.
El primer acierto de la novela es que no está narrado por una tercera persona, sino en primera persona por Mikey Walsh, lo cual ya le da un aire completamente distinto a la historia, una profundidad distinta a muchas de las decisiones que van tomando en el camino, porque Mikey en el libro es cualquier cosa menos un adolescente tonto o superficial. Es un adolescente y tiene sus pájaros e inseguridades en la cabeza, obvio, pero desarrolla y enfatiza conceptos que en la película quedan mucho más tenues. Así vemos lo mucho que quiere a sus amigos, lo mucho que se preocupa por su seguridad y lo mucho que valora cada minuto que pasan juntos; también enfatiza cuánto admira y quiere a su hermano aunque siempre se estén peleando; y, lo que quizás más soslayado queda en la película salvo al final, es la empatía y la cercanía que siente hacia Willy el Tuerto, lo conectado que se siente con él a lo largo de toda la aventura porque Mikey, al igual que el pirata (al que obviamente le faltaba un ojo), también cree que está "defectuoso" (Mikey vive pegado a su inhalador para el asma y es muy pequeño para su edad). Es decir, que conocemos a un Mikey en 3D que en la peli no pasa del 2D, y gracias a él también tenemos una perspectiva tridimensional de toda la historia.
Aun asi, lo que más me ha gustado es el modo en que Kahn planteó la novela, y a ver si sé explicar esto sin irme por las ramas ni enrollarme como una persiana.
Supongo que conocéis la sensación esa de infidelidad al original que tenemos todos los lectores cuando vemos la adaptación al cine o la televisión de una novela que nos gusta mucho, ¿verdad? Siempre pensamos "esto no estaba en el libro", "a este personaje me lo han cambiado, que en la novela no haría eso ni era así", "esta escena del libro no sale en la película", "esa escena no pasaba así en el libro, pasaba de esta otra manera"... pues Kahn hizo el trabajo al revés para conseguir el mismo efecto. Es decir, partiendo de la película, escribió la novela incluyendo escenas que no salen en la peli (al menos un par que yo me haya dado cuenta, aunque una de ellas sí estaba en el guión de Spielberg y no se rodó), los personajes son ligeramente diferentes en la novela y en la película da la sensación de que los han cambiado un poco para ajustarlos a la pantalla (se nota sobre todo con Stef y Bocazas), algunas escenas ocurren de otra manera en comparación con la película...
Resumiendo, introdujo cambios intencionadamente con el fin de darle una entidad propia al libro y que pareciera que todo funcionaba al revés de como funcionaba en realidad: es decir, que pareciese que la novela en sí misma era el concepto original, y la película su adaptación. Así, en ningún momento te da la sensación de estar leyendo la película escena por escena en modo calco sin sorpresas. Todo lo contrario, si leéis el libro y luego veis o revisionáis la peli, como yo he hecho, las diferencias saltan a la vista de inmediato, y piensas todas esas cosas que os comento arriba aun sabiendo que el libro es posterior a la película (espero haber sabido explicarme).
La narración de Kahn es ligera, sencilla, rescata las referencias a otras películas de la época como Gremlins que aparecen en la propia película, y en las descripciones dentro de los túneles se luce, porque es minucioso y ves los fotogramas tal cual te los explica. Y consigue que conozcas mucho, mucho más a los personajes, ahonda mucho más en algunos aspectos de la trama, los perfila, cosa que me ha encantado más de lo que os podáis llegar a imaginar. La edición de Duomo es preciosa, en tapa dura, y creo que han mantenido la portada original, cosa por la que doy gracias eternas porque es maravillosa.
Me gustaría comentaros muchas cosas más, pero es que de verdad que sé dónde me puede llevar eso, así que dejo alguna cosilla imprescindible para la peli y termino por aquí (¡sorry por la incontinencia verbal!).
Título original: The Goonies
Año: 1985
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Director: Richard Donner
Guión: Chris ColumbusDirector: Richard Donner
Basada en una historia de: Steven Spielberg
Reparto: Sean Astin,
Corey Feldman,
Josh Brolin,
Martha Plimpton,
Joe Pantoliano,
Kerri Green,
Jeff Cohen,
Jonathan Ke Quan,
Anne Ramsey,
John Matuszak,
Robert Davi,
Lupe Ontiveros,
Steve Antin,
Mary Ellen Trainor
¿Sabéis esas frases o palabras que cuando somos críos escuchamos en alguna parte y luego repetimos sin cesar y sin hartazgo hasta que otra frase o palabra la sustituye porque los seres humanos somos así de pesados y cansinetes cuando no levantamos cinco palmos del suelo? Pues esto de aquí arriba pertenece a ese grupo. Es la palabra, con la entonación y pronunciación apropiadas (que por desgracia no se pueden transmitir a través del teclado, cosa que me encantaría), que nos acompañó a mi hermano y a mí durante años... esta y una frase de Los cazafantasmas que no viene al caso xD. Así que si no sabéis a qué viene lo del chocolate es que no habéis visto Los Goonies, y yo no digo nada ni juzgo, que Spielberg me libre, pero me parece fataldelamuerteosea y os voy a mandar a Mama Fratelli para que os ofrezca agua del grifo xD.
Hubo una época dorada del cine de aventuras ya fuese adulto y juvenil, y esa es sin duda la de los 80 hasta mediados de los 90. Y que queréis que os diga, ya no se hacen pelis como Los Goonies. Que sí, que son muy chulas, fascinantes, espectaculares y tienen unos efectos especiales del copón... pero ya no se hacen pelis como esta, no tienen esta magia, no desprenden este entusiasmo por la amistad y por vivir aventuras llenas de misterio, fascinación y sorpresas, y todo sin infravalorar en ningún momento la capacidad del espectador infantil/adolescente para empatizar y entender la película sin necesidad de echar mano de toda la morralla que meten hoy en día en las películas, porque si no los críos se aburren.
El elenco es fantástico, sin más. Y eso que hay actores en él que nunca han sido de mi devoción (como Corey Feldman), pero soy incapaz de imaginar esta película sin ellos. Spielberg y Donner pusieron el hechizo en marcha, pero esta pandilla de Goonies, ese entusiasmo y conexión desmedidos que transmiten desde el primero momento que están todos juntos en pantalla, es oro puro. Es imposible ver esta película, cuando estás en esa edad en las que quieres soltar amarras y ver qué hay más allá de la barrera de seguridad paterna, sin querer ser un Goony.
No quiero dejar de nombrar a los Fratelli, porque no me lo perdonarían, aunque todos sabemos (lo sabemos) que aunque son cuatro, los que de verdad nos importan son dos: mama Fratelli y Sloth. Mama porque es mala, muy mala, y aunque sus enemigos sean críos se los quiere cargar a toda costa sin miramientos. Encima tiene una pinta que nadie que haya visto esta peli siendo un niño olvida jamás xD. Y luego está Sloth... Sloth y Gordi protagonizan en esta película una historia de amistad que no solo no tiene nada que envidiar a muchos de los intentos de hoy en día de aceptación de lo diferente que se promulga por activa y por pasiva en contenidos de temática infantil y juvenil, sino que les da mil patadas: se te queda dentro, y desprenden tanta ternura que hacia el final hasta emocionan.
Así que sí, en Los Goonies tenemos aventuras, barco pirata, cuevas, tesoros, primeros amores, primeros besos, acertijos a vida o muerte, amistad a raudales, a borbotones, y mucho, mucho más fondo de lo que pueda parecer a primera vista. Y da igual que no la vieseis cuando eráis unos críos, porque es imposible que no os guste, que no la disfrutéis, que no veais todas las cosas maravillosas que tiene y que ha hecho que sea inolvidable para varias generaciones. Es imposible no amar esta película. Es una obra maestra del cine de aventuras juvenil absolutamente irrepetible.
En lo que a mí respecta, soy y siempre seré una Goony. Sin más xD.