Título original: Down there
Autor: David Goodis
Editorial: RBA
Traducción: Julio F. Yáñez
Páginas: 128
Fecha publicación original: 1956
Fecha esta edición: enero 2019
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: descatalogado
Diseño de cubierta: Luz de la Mora
Eddie trabaja como pianista en un bar de mala muerte de
Filadelfia. Una noche entra allí uno de sus hermanos pidiéndole ayuda.
Dos matones vienen pisándole los talones y Eddie es el único a quien
puede recurrir. A pesar de que no quiere hacerlo, el pianista impide que
su hermano caiga en manos de los gánsteres. Ahora, los problemas de su
familia también son los suyos.
Ya os he comentado más de una vez que desde hace unos años estoy leyendo los libros en los que se basaron muchas de las películas clásicas que he visto a lo largo de mi vida, y hoy le toca a Disparad al pianista, que adaptó François Truffaut allá por 1960 con el título de Tirad sobre el pianista (de hecho el título del libro en español deriva de la película, porque el título original de la novela no tiene absolutamente nada que ver). Hacía un porrón de años que no la veía y de hecho he conseguido sacar tiempo para revisionarla después de leer el libro y comparar libro y adaptación, pero de eso os hablo brevemente al final. Primero os cuento un poco sobre la premisa en que se basa la historia.
Filadelfia, 1956. Eddie trabaja como pianista en el Harriet Hut, un bar de mala muerte con una parroquia fiel. Eddie es un tipo especial, vive como anestesiado y rodeado de un hermetismo que hace que sus compañeros en el bar no sepan absolutamente nada sobre él a pesar de conocerlo desde hace tres años. Una noche llega al Hut un hermano de Eddie, Turley, al que no veía desde hace seis o siete años. Huye de dos hombres y quiere que Eddie lo esconda hasta que pase la tormenta. Eddie no tiene la más mínima intención de mover un dedo por su hermano Turley, pero aun así, de manera inconsciente o porque la sangre manda, lo ayuda a escapar cuando los dos matones irrumpen en el bar. Aquí comienza una nueva etapa para Eddie, una etapa que le va a obligar a salir de ese parapeto detrás del que decidió esconderse muchos años atrás por razones que tarde o temprano descubriremos... una etapa en la que también irrumpe sin esperarlo Lena, camarera en el Hut y decidida a ayudar a Eddie lo quiera él o no.
Bueno, pues a grandes rasgos esto es lo que tenemos en la novela, y si hay un protagonista absoluto alrededor de quien gira toda la trama, ese es Eddie, porque además nos pasamos buena parte de las páginas en su cabeza. Por lo pronto solo vemos a un hombre que siempre esboza una sonrisa como respuesta a todo como quien lleva una coraza y con ella elude cualquier intromisión del exterior. Más allá de eso, poco a poco vemos a un hombre que respira, come y gana lo imprescindible para vivir porque otra cosa sería dejarse morir, pero la vida no tienen ningún otro aliciente para él. Sus pensamientos recurrentes son los de evitar por todos los medios involucrarse con otras personas, hacer cualquier cosa que implique una mínima interacción, eludir los compases continuos de la vida porque para Eddie la vida ya no tiene ningún interés. Es un hombre amante del frío (¡punto a favor, Eddie!), de pocas palabras, mucha reflexión, con un monólogo interno constante que no se traduce en la impavidez de su rostro y que, incluso cuando va con alguien o está acompañado, está solo, siempre solo.
Lo mejor será olvidarlo, no hacer caso. O tomárselo con filosofía. Sí, ese es el sistema. O, por lo menos, el que a ti te va bien. Una especie de control automático que te lleva a un lugar en el que nada importa. En el que solo estáis tú y tu sistema y ninguna otra cosa. Porque no hay más remedio. Tienes que mantenerte al margen del cualquier problema grave.
También descubrimos que tiene dos hermanos que viven con sus padres en una granja a la que resulta imposible llegar o acceder si no es por medio de uno de ellos, y bueno, por decirlo de alguna manera, su familia es problemática... o al menos sus hermanos lo son. Eddie huyó de ellos y de ese lugar hace muchos años para no volver la vista atrás en ningún momento, y aun así la familia es la familia, la sangre es la sangre y la genética es la genética... como descubriremos más pronto que tarde en la novela. ¿El pasado de Eddie? Pues también llegaremos ahí, porque de hecho ese pasado y la espiral que vino después son los culpables de su presente, pero todo a su debido tiempo porque, obviamente, nada puedo decir por aquí: eso hay que descubrirlo en la lectura.
¿Qué personajes forman parte de la vida de Eddie? Pues no son muchos porque su existencia se reduce a ir desde su habitación de alquiler en una pensión al Harriet Hut y viceversa, y cuando está en el Hut apenas habla con nadie. Aun así, esos personajes son potentes e imprescindibles para lo que va a ocurrir en la historia. Tenemos a Harriet, la dueña del local, y a su marido, Wally Plyne, que tiempo atrás era conocido como "El estrangulador de Harleyville" y que hoy en día ejerce de vigilante/matón del Hut; Wally anda prendado de Lena, la camarera que hace unos meses que trabaja ahí, pero Lena, a partir de los sucesos que ocurren al principio del libro, es por Eddie por quien se interesa y a quien no deja ni a sol ni a sombra; también anda por ahí Clarice, vecina de Eddie, que en su día fue bailarina acrobática y que hoy en día ejerce la prostitución y se ha hecho famosa precisamente por su elasticidad y variedad de posturas en la cama; y, por ir terminando, no puedo dejar de mencionar a los hermanos de Eddie, llamados Turley y Clifton, que desde bien jóvenes decidieron caminar por el camino incorrecto de la vida y en esas siguen. Hay un par de personajes más de los que no os voy a hablar porque os desvelaría más de la cuenta, pero ahí están y tienen unas cuantas escenas y líneas inolvidables de la historia.
Realmente Disparad al pianista es la historia de un hombre cuya cabeza hizo click hace unos años y decidió vivir en modo automático pero al que, como suele pasar, llega un momento en el que su pasado le gana la carrera y le alcanza y esa cabeza presente se desdobla y lucha por no hacer click de nuevo y volver a un Eddie que no quiere de nuevo en su vida. Es una novela negra diferente, intensa, con un desarrollo de personajes magnífico, unos diálogos inteligentes (muy inteligentes) que fluyen con la naturalidad que da el talento y un final como debe ser en este tipo de historias, inesperado en cierto modo y muy alejado del camino fácil o el conformismo que en muchas ocasiones pulula en el género actualmente.
De hecho para mí es un placer cada vez que leo a uno de los autores que dieron forma, apadrinaron y abrieron camino a muchos recovecos en la novela negra, porque además suelo disfrutarlos mucho más que a los contemporáneos (pero sin lugar a dudas). En Disparad al pianista tenemos para elegir de lo que se espera en este tipo de historias: malos con mucho gusto por la violencia, buenos que en realidad tienen muchos grises y también recurren a la violencia si hace falta, protagonistas derrotados por circunstancias o pasados cuyo control no siempre estaba en sus manos, motivaciones tan humanas como la venganza o la ira, un ambiente decadente y de mala muerte que se rige por unas reglas muy especiales y particulares, personajes (buenos y malos, hombres y mujeres) que tienen una personalidad tan marcada como fascinante de cara al lector...y encima es una lectura breve que no supera las 200 páginas y que no necesita morralla y morralla de relleno (gran mal de la novela negra actual) para contar una historia que se beneficia de la acción rápida, la economía de los hechos relevantes y directos y un conocimiento milimétrico por parte del autor de lo que quiere contar y como quiere contarlo.
Poco más os puedo decir de la lectura (¡muy recomendable, por si no había quedado claro!) salvo comentaros mi impresión sobre la adaptación tras revisionarla. Hacía sus buenos veinte años que no veía la película de Truffaut y, solo puedo decir que me quedo con la novela sin lugar a dudas. Sé que puedo estar cometiendo sacrilegio, pero me da igual xD. La novela es muy negra, muy estadounidense, y la película es tan tan francesa... es que se pierde por el camino buena parte del trabajo que hace Goodis con sus personajes, tanto con Eddie como con Lena. Que Charles Aznavour dé vida a Eddie tampoco me ha convencido nada, no me parece buen actor y además eliminan una parte importantísima del pasado de Eddie (que converge precisamente en el presente) porque nadie se la creería viéndolo a él. Y no sé, es que se añaden muchas escenas que no vienen a cuento (y que además contradicen por completo al personaje original y sus circunstancias), otras humorísticas pegan menos todavía... En fin, que cuando la ves sin conocer la historia original pues está bien (aunque yo la considero una obra menor de Truffaut), pero como adaptación no me ha gustado, la verdad. Punto de vista totalmente personal, huelga decirlo. Os dejo el tráiler por si os interesa :)
David Loeb Goodis (Filadelfia, 1917-1967) es considerado, junto con Jim
Thompson, uno de los mejores escritores de novela negra de su
generación. Tras ejercer de periodista y publicar su primera novela, se
trasladó a Nueva York y escribió a destajo para revistas pulp. El éxito
de Senda tenebrosa (1946), cuya adaptación cinematográfica
protagonizaron Lauren Bacall y Humphrey Bogart, le permitió establecerse
como guionista en Hollywood. Sin embargo, en 1950 regresaría a la casa
familiar de Filadelfia y cuidaría de su hermano esquizofrénico Herbert.
Autor de culto en Francia y Estados Unidos, David Goodis publicó una
veintena de novelas, varias de ellas adaptadas a la gran pantalla por
directores como François Truffaut, Jacques Tourneur o Samuel Fuller. Murió poco antes de cumplir los cincuenta años en su Filadelfia natal.









Hola guapísima, pues no me suelen gustar las novelas de gagnsteres, pero como esta parece cortita igual la apunto.
ResponderEliminarUn besazo