miércoles, 30 de septiembre de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA TERCERA TENTACIÓN - Emilio Carreira Ruiz





Título original: La tercera tentación
Autor: Emilio Carreira Ruiz
Editorial: Rubric
Páginas: 298
Fecha de publicación: 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 15 euros
Diseño de cubierta: Rubric




Jorge Ramales, un joven estudiante universitario, siente la necesidad de buscar un futuro distinto al que la sociedad le ofrece. Una tarde, el azar le coloca ante una inesperada disyuntiva, ofreciéndole la posibilidad de hacer realidad su sueño de abandonar la rutina, para explorar un mundo al alcance de unos pocos.

El precio que debe pagar por su elección le oprime de tal manera que decide, en medio de la desesperación y el delirio, romper con ese presente de un modo traumático. A partir de ese instante, busca el reencuentro con su pasado, abrumado por un debate interno que poner en cuestión cualquier fundamente moral.

El amor de una mujer excepcional, la mansedumbre y la fuerza de una naturaleza virgen y la amista de un viejo cura de pueblo fueron finalmente sus asideros para encaramarse al refugio donde encontrar el ansiado reposo.
Más bien la posibilidad de la "nada", como destino final, era lo que le había emborrachado de esa misma vida y lo que le había apremiado a ocupar su tiempo como una oportunidad, una única oportunidad para realizar "algo".
Jorge Ramales
es joven (todavía no ha cumplido veintiún años) y se encuentra en su primer año de carrera en la maravillosa Universidad de Salamanca durante los años de la Transición, en los que su despertar natural converge con el despertar social y político que surgió en aquel tiempo. 

Al contrario que sus compañeros comienza su carrera sin demasiado interés e ilusión, embargado de una apatía existencialista y contestataria que le hace realizarse demasiadas preguntas que no le son replicadas ni respondidas con la necesaria profundidad argumental. Esto hace que el joven estudiante profundice, aun más si cabe, y busque otros caminos, misiones o proyectos de vida.

Lo anterior autojustifica a Jorge en cierto modo para no estudiar una carrera que parece que no le motiva lo suficiente, e invierte su tiempo en relaciones sociales formando una pandilla, un grupo de amigos con el que salir, reunirse, debatir e incluso enamorarse. Esta será su pequeña sociedad antes de que entienda que la universidad no es su camino.
Hay personas que son capaces de percibir lo que podríamos denominar como "vibraciones" con más intensidad que otras. Es como si su alma tuviese una antena que captase señales que para otros son absolutamente inaudibles.
En esta primera etapa Emilio Carreira Ruiz relata la cotidianidad de la vida universitaria en la que, al margen de sus dudas y elucubraciones, Jorge se integra. Es un chico popular, rodeado de personas que lo aprecian, lo aman y, sobre todo, le escuchan; lo sabe y lo entiende, pero al mismo tiempo su voz interior le dicta unos pasos distintos que deben conducirle al camino de la gloria, a la eternidad.
 
Aquellos días serán decisivos y determinantes sin que él sea consciente de ello, ya sea por sus comentadas dudas o por unos terribles acontecimientos sobrevenidos en los cuales, sin saber por qué, se verá inmerso.
A los pocos días, Jorge volvió a la residencia y uno a uno les fue comentando a sus amigos sus planes. Unos los recibieron con cierta sorpresa, excepto Primi, que siempre esperó de Jorge una decisión de ese jaez.
Abandona sus estudios en pro de la gran huella sin mirar atrás; en sus maletas guarda también las preguntas sin respuesta. Toma como destino la luz y el mar de la Costa del Sol y, después de un tiempo dedicándose a la dolce vita, Jorge retoma por casualidad el contacto con un antiguo conocido de la universidad que le propone hacer negocios en esa ciudad, en la cual abundan las posibilidades y las oportunidades.

La noche oscura, aquella que comenzó con elucubraciones transcendentales y pasó a alimentar su ego mientras se desapegaba de la conciencia, también forma parte de la vida de Jorge. Entre botellas de champán, lujos y lujuria, se le pasan los años... hasta llegar a un nuevo despertar: la decisión final, la aceptación de la insignificancia.
"Hace un rato este hombre parecía un monstruo, capaz de dominar medio mundo. Ahora parece un estúpido muñeco de trapo".
En
La tercera tentaciónEmilio Carreira Ruiz narra la vida de Jorge Ramales mostrando cómo las señales y el pasado crean lazos y respuestas
en ella, sembrando valores supremos como el amor, la amistad, la empatía y, en cierta forma, la humildad. En las tres partes en que se estructura el libro descubrimos las relaciones y los hilos que unen y condicionan el destino, y cómo este habla y guía a quien quiere escucharle. 

Es una obra adictiva, desconcertante y conmovedora, pues los sentimientos y las emociones insuflan de vida a unos personajes que parecen salirse del guión que les marca el autor. La inmersión para el lector es completa, quedando totalmente absorbido por una historia enriquecida y llena de contrastes ya que, junto al perdón, el amor, la amistad y la honestidad, encontramos asfixia, desesperanza, remordimientos... que crean un reflejo de la vida y la realidad en sus diferentes versiones.

Un descubrimiento, impresionante novela.
Emilio Carreira Ruiz es natural de un pueblo costero de la comarca de la Trasmiera en Cantabria, si bien reside en Ceuta desde hace más de tres décadas, considerándose un ceutí más.

Ha dedicado buena parte de su vida a la política en Ceuta, ocupando diversos cargos en el Gobierno Autónomo, compaginando esta actividad con publicaciones en diferentes medios de comunicación, y desde hace varios años con su dedicación a la creación literaria.

Formado en la Universidad de Salamanca durante los años de la Transición, recrea a travXXXirc Carreira RuizCarreira sigue residiendo en su querida Ceuta, alejado de la actividad polde en Ceuta desde hace mpueblo fueés de alguno de sus personajes lo que el denomina como el “mal español”, que no acaba con la dictadura porque tiene raíces más profundas que se hunden en el “defecto” de partida del propio ser humano.

Actualmente, Emilio Carreira sigue residiendo en su querida Ceuta, alejado de la actividad política.

lunes, 28 de septiembre de 2020

RESEÑA (by MH) ::: LOS AÑOS LIGEROS (CRÓNICAS DE LOS CAZALET I) - Elizabeth Jane Howard





Título original: The Light Years
Autora: Elizabeth Jane Howard
Editorial: Siruela
Traducción: Celia Montolio
Páginas: 436
Fecha publicación original: 1990
Fecha esta edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 24,95 euros 
Ilustración de cubierta: @NMR / Science & Society Picture Library


El de 1937 y el de 1938. Dos veranos inolvidables, a salvo bajo la dorada luz de Sussex, donde los días se consumen en una sucesión de juegos infantiles y pícnics en la playa. Tres generaciones de la acomodada familia Cazalet reunidas en su finca natal. Los quehaceres de dos abuelos, cuatro hijos, nueve nietos, innumerables parientes políticos, criados y animales domésticos que abarcan desde lo cotidiano hasta lo más trascendental: el chófer conduce demasiado despacio, los niños rescatan a su gato de lo alto de un árbol, los adultos hablan de la amenaza de una nueva guerra, y los sueños y pasiones que acechan bajo su charla ligera apenas opacan la indolente rutina de los últimos años felices que en mucho tiempo conocerá Inglaterra.

Cuando en 1990 Elizabeth Jane Howard publicó la primera novela de las Crónicas de los Cazalet, puso la piedra de toque de lo que se convertiría en un inmediato clásico contemporáneo y en la novela-río más importante escrita en Gran Bretaña desde Una danza para la música del tiempo de Anthony Powell. En Los años ligeros, la autora perfila con exquisitez la geografía íntima de una familia y de un modo de vida que, irremisiblemente, pertenecían ya al mundo de ayer.
Fueron tales la alegría e ilusión que sentí cuando me enteré de que ¡por fin! podríamos leer la serie de los Cazalet en castellano que salí corriendo a comprar su primera entrega, Los años ligeros, nada más estar disponible en las librerías allá por la primavera de 2017. No os engaño: conservo el ticket de compra dentro del libro (es una práctica que he ido adquiriendo en los últimos años para que la vergüenza me golpee cuando me decido a leerlos años después. No tengo compasión de mí misma). ¿Qué ha pasado entonces para que a la editorial Siruela le haya dado tiempo a publicar toda la serie completa de cinco libros y que no haya sido hasta ahora que yo he leído el primero? La vida, supongo. Las circunstancias, supongo. Los cientos de pendientes en la estantería, supongo. Que soy un desastre, seguro. Pero desde luego no ha sido por falta de ganas. Ni por pensar que me iba a desilusionar. Así que estas alturas, cuando ya muchos habéis terminado incluso de leer la serie, viene la menda lerenda diciendo que acaba de leer Los años ligeros y que le ha entusiasmado. A buenas horas mangas verdes, diréis. Nunca es tarde si la dicha es buena, me atrevo a decir yo. El segundi refrán me gusta más: me deja en mejor lugar :)

El caso es que Los años ligeros, como bien sabéis, narra las vidas de los miembros de la familia Cazalet en una franja de tiempo muy concreta que la autora divide en dos partes: la primera, que transcurre durante unas semanas del verano de 1937, y la segunda, durante el mismo periodo vacacional pero de 1938. La autora escoge estos periodos porque es cuando se juntan todos en la casa familiar, Home Place, situada en el campo a 15 kilómetros de la costa; allí viven el anciano matrimonio Cazalet (formado por el Brigada y la Duquesita), y su única hija soltera, Rachel, además del servicio que incluye criadas, cocinera, jardinero, chófer, mozo de cuadra, ayudantes varios... El resto de la familia está compuesto por los tres hijos varones, sus respectivas esposas, sus correspondientes hijos, las niñeras de rigor, las profesoras particulares, las familias de las esposas... Os nombro al personal de servicio y empleados porque en esta novela todo el mundo tiene su porción de protagonismo y también les acompañamos a lo largo de la narración, pero por cuestión de espacio, comprensión y mi propia salud mental a la hora de organizar esto, aquí solo hablaré de los Cazalet... que no es poco.
 
¿Quiénes son los tres hijos varones? Hugh, Edward y Rupert. Los dos primeros trabajan en la empresa familiar dedicada al sector maderero; el más pequeño es profesor y pintor frustrado. Hugh, el mayor, salió vivo pero muy malherido de la Primera Guerra Mundial; además de perder una mano tiene fragmentos de metralla en la cabeza que le provocan fuertes dolores de cabeza. Casado con Sybil, enamorados como el primer día, forman una pareja tan, tan bonica... tienen dos hijos, Simon y Polly, y están esperando el tercero. El segundo hermano, Edward, también luchó en la guerra pero salvo algunas molestias respiratorias por el gas mostaza, salió indemne de la contienda. Es el guaperas de los tres hemanos, la serpiente que encanta a todas las mujeres con dos palabras y mucho charming. Está casado con Villy y tienen tres hijos (Teddy, Louise y Lydia). Rupert era muy joven cuando estalló la Gran Guerra, así que es el único de los tres que no ha pasado por esa experiencia. Viudo de su primera esposa, está casado con Zoë, una jovencísima belleza locamente enamorada de él. También tiene dos hijos, Clary y Neville (los dos de su mujer fallecida), y dada su profesión alejada del mundo empresarial de sus hermanos, es con diferencia el que más apuros económicos pasa de los tres.

Como presentación rápida y superficial yo creo que basta para introducir a los personajes, y
creo que me las he apañado bien teniendo en cuenta que en la novela al principio cuesta ubicar a tanta gentePero lo dicho, solo al principio, porque la autora hace filigranas y, gracias al cambio constante de puntos de vista y a lo bien definidos que están cada uno de ellos enseguida te haces con todos y, lo que es más importante, los conoces, los diferencias en su individualidad y destacan por sus características y singularidades. Qué difícil me parece lo que hace Howard en esta novela y con qué genio y brillantez lo consigue. Los Cazalet como concepto está muy bien, la piña familiar e indestructible que conforman es la base de la historia, pero aquí lo que realmente interesa es la parcela íntima de cada uno de ellos por separado, los destellos que asoman a las páginas cada vez que asumen el protagonismo en la narración y les acompañamos durante un determinado espacio de tiempo, porque esos sueños, pasiones, sentimientos, frustraciones, miedos, dudas, indecisiones... son determinantes en la dinámica que se establece entre todos ellos y los que realmente deciden el camino por el que transitan sus vidas. En esta novela se dice mucho pero se calla más todavía, y eso facilita y favorece la empatía del lector con los personajes... salvo alguna excepción. Madredelamorhermoso, que no lo vi venir... Se me ha quedado grabado el número de la página, y no creo que se me olvide. No estaba preparada.
 
Aun así, giros inesperados incluidos, imagino que muchos lectores incluirían esta novela en el grupo de esas "en las que no pasa nada", definición que suelen recibir muchas novelas costumbristas británicas, y supongo que será porque disfruto mucho de estas historias, pero no lo veo de la misma manera. Sí, la trama es aparentemente sencilla, pero en absoluto simple, ya no solo porque a mi parecer donde transcurre la vida misma en todas sus inesperadas vertientes no se puede decir que no pasa nada, sino porque Howard sitúa la trama en un contexto histórico muy importante. El periodo de entreguerras es fascinante y trascendental por muchas razones, y los Cazalet ejemplifican a la perfección a la familia de clase media-alta británica que sigue lamiéndose todavía las heridas de la Primera Guerra Mundial y va de cabeza hacia otra guerra mucho más sofisticada tecnológicamente hablando que añade otro miedo a la ya de por sí aterradora certidumbre de tener que enviar familiares al frente: el de saber que esa misma tecnología puede llevar la guerra a la mismísimas puertas de sus casas. Howard traslada toda esta inseguridad a la novela, y así, además de todo el fresco íntimo y sentimental que nos pinta de cada uno de los personajes, nos prepara para una guerra que en 1938 ya muchos anticipaban y para la que comenzaban a prepararse.
 
A todo esto hay que añadir que
Los años ligeros
está tan, tan bien escrita, y es tan preciosista en los detalles, tan milímetricamente descriptiva en muchos pasajes, tan perfeccionista en la construcción y pormenores de los escenarios que describe, que a mí particularmente no me ha quedado otra que enamorarme de la elegancia y aparente facilidad con la que Howard ejecuta algo que no está al alcance de muchos autores. La lectura es pausada porque la autora no quiere que leas sin más, quiere que cierres los ojos y que, cuando los abras, seas capaz de hacer tuyo cada mínimo detalle a tu alrededor... pero en absoluto se hace pesada. Al contrario,
las páginas empiezan a volar una vez te haces con todos los personajes y tienes bien situado a todo el mundo en tu cabeza, y de que te quieres dar cuenta has llegado al final sabiendo que no te queda otra que volver a acompañarles en la siguiente novela. 

Supongo que a estas alturas ha quedado claro que me ha encantado. Soy muy consciente de que es una novela que puede aburrir, gustar sin más o entusiasmar casi a partes iguales, dependiendo del tipo de lector que la tenga entre manos y sus gustos personales (vamos, lo que viene siendo la relación entre cualquier libro y cualquier lector desde que se inventó la imprenta), pero yo me alegro muchísimo de estar en el último grupo. Quiero (¡espero!) leerlos a partir de ahora más o menos seguidos sin dejar pasar mucho tiempo entre uno y otro para evitar que las sensaciones y los sentimientos que me inspiran cada personaje se pierdan entre una lectura y otra. Algo bueno tiene que tener haber esperado a que estén los cinco libros ya publicados.
Elizabeth Jane Howard (Londres, 1923-Suffolk, 2014) escribió quince novelas que recibieron una extraordinaria acogida de público y crítica. Los cinco volúmenes de Crónica de los Cazalet, convertidos ya en un hito inexcusable dentro de las letras inglesas, fueron adaptados con gran éxito a la televisión y a la radio por la BBC. En el año 2002, su autora fue nombrada Comandante de la Orden del Imperio Británico.

viernes, 25 de septiembre de 2020

RESEÑA (by MH) ::: UNA BODA EN LYON - Stefan Zweig



 

Título original: Die Hochzeit von Lyon / Die Wanderung / Ein Mensch, den man nicht vergisst / Zwei Einsame
Autor: Stefan Zweig
Editorial: Acantilado
Traducción: Berta Vias Mahou
Páginas: 80
Fecha publicación original: 1927 / 1901 / 1946 / 1902
Fecha esta edición: febrero 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 10 euros
Ilustración de cubierta: Leonard Beard



Durante el Terror jacobino, una joven, que espera su ejecución en el oscuro sótano de una cárcel, se reencuentra con su prometido, al que creía muerto en un levantamiento de las fuerzas partidarias a la monarquía. Sólo la compasión de sus compañeros de infortunio ayudará a los amantes a cumplir su mayor deseo, presentarse ante Dios como marido y mujer, y a su vez ofrecerá un momentáneo consuelo a todos los presentes. 
 
Publicado originalmente en 1927, «Una boda en Lyon» es un retrato sobrecogedor de la persecución política y religiosa, uno de los mayores fracasos de la humanidad según Stefan Zweig. La presente edición incluye otros tres relatos: «La caminata», «Un ser humano inolvidable» y «Dos solitarios».

Jamás os he traído a Stefan Zweig al blog, y  teniendo en cuenta lo muchísimo que le admiro desde hace muchos, muchos años, la verdad es que me da hasta vergüenza. Lo conocí como biógrafo, y leí sus obras sobre María Estuardo, María Antonieta y Balzac casi una detrás de otra. Luego ya vino su faceta como novelista y especialista en novelas cortas y relatos, y me terminó de enamorar. Cuando este verano me regalaron Una boda en Lyon por mi cumpleaños, me decidí a traerlo al blog. Me hubiese gustado hacerlo con un libro de más "peso" dentro de su bibliografía, pero ya habrá tiempo para eso.
 
Aunque el libro se llama Una boda en Lyon, en realidad es una compilación de cuatros relatos (publicados originalmente entre 1901 y 1946), siendo el que da título al volumen el principal de ellos. Los otros tres relatos son La caminata, Un ser humano inolvidable y Dos solitarios. Estos cuatro relatos se reparten las apenas 60 páginas que contiene la edición, así que os doy una pincelada sobre cada relato y mi opinión sobre él sin extenderme demasiado (espero).
 
Una boda en Lyon está ambientado durante la Revolución Francesa, concretamente durante los días de noviembre de 1793 en que Lyon fue tomada por asalto tras ser considerada ciudad traidora a la Asamblea Nacional, y en los que se ordenó su total destrucción además de una masacre ciudadana. En este contexto de decenas de fusilamientos diarios conocemos la historia de dos jóvenes que se reencuentran en los sótanos del Ayuntamiento donde pasan la noche antes de su ejecución al amanecer. Tenían previsto casarse justo el día en que las tropas de la Asamblea irrumpieron en la ciudad, y su máxima ilusión sigue siendo morir como marido y mujer.

Un relato conmovedor y muy emocionante, narrado con esa sensibilidad y esa elegancia a las que Zweig nos tiene siempre acostumbrados, y a las que además se suma esa precisión narrativa que ya de por sí brilla en sus novelas cortas y que en este relato arrulla al lector. Apenas necesita veinticinco páginas para pellizcarte el corazón y dejar en él la huella de esta humilde, preciada y triste historia. Es mi favorito de los cuatro relatos, sin lugar a dudas, y es del que menos os voy a hablar porque no debo hacerlo. Así son las cosas.

La caminata
nos traslada a los tiempos en que Jesucristo, aquel al que llamaban el Maestro, obraba milagros en unas tierras que esperaban la llegada del Mesías. Había esperanza en los corazones, y nuestro protagonista es uno de esos jóvenes piadosos llenos de expectación. Un día, tras un funesto sueño, decide ponerse en camino y ver en persona el rostro de su Señor. Camina angustiado, con prisas, ¿y si ocurre algo que le impida conocer al Redentor? 

Quizás es el que más me ha sorprendido del libro ya no solo por la ambientación sino por la historia en sí misma. Es el más original de todos, te imaginas perfectamente desde el principio el momento concreto y preciso hacia el que se encamina el protagonista, y Zweig consigue crear hasta cierta intriga por saber si llegará o no llegará a tiempo, todo aderezado por los entretenimientos y retrasos varios que sufre el protagonista en su andadura. Tiene un final curioso que da para debatir sobre él y su significado, y del que, sin adentrarme más allá, se deduce un trasfondo filosófico más acusado del que aparenta a primera vista.

Un ser humano inolvidable nos invita a conocer a Anton, un hombre que vive su vida acorde a dos premisas muy difíciles en esta sociedad: una es que no se somete a ese poderoso dios que es don dinero, y la otra es que vive entre sus semejantes sin haberse creado ni un solo enemigo. Siempre parece saber lo que necesita la gente, siempre está dispuesto a ayudar a todo el mundo y todas sus buenas acciones le son recompensadas. No tiene un solo penique que pueda llamar suyo, pero no acepta más dinero que el que vaya a necesitar para comer ese mismo día, y si ese día ya tiene el dinero que necesita, no acepta pago alguno. No se preocupa por el mañana, se limita a confiar en Dios... y todas las puertas están abiertas para él.

Estamos ante una reflexión sobre la sociedad en que vivimos subyugada al poder del dinero. Y no me refiero al dinero en grandes cantidades ni a aspiraciones de riqueza, sino al día a día de un ciudadano normal con pequeñas preocupaciones monetarias, facturas que pagar y plazos que cumplir. El narrador, un vecino observador de las andanzas de Anton, es un narrador optimista que tiene fe en sus semejantes y en que estos están siempre a la altura de una persona generosa y desinteresada como Anton. Reflexiona sobre cómo sería nuestra sociedad si todos confiáramos en los demás, si fuesemos altruistas de corazón y elimináramos el dinero de nuestras vidas. Nunca vienen mal meterse en vena estas dosis de fe en la humanidad, y aunque fue publicado de manera póstuma en 1946, no sé en qué época fue escrito... duele pensar en Zweig escribiendo esto y perdiendo desesperadamente esa confianza años después.

Dos solitarios
narra el momento en que se conocen un hombre y una mujer. De él no conocemos el nombre; a ella la llaman "la birriosa Jula". Ambos son compañeros en una fábrica pero jamás han hablado. Él tiene un pie tullido y ella una fealdad tan llamativa que es objeto de burla constante por parte
de sus compañeros. Jula llora la última humillación cuando él se acerca a consolarla y esa conversación, aun siendo practicamente extraños, desahoga sus almas doloridas tras toda una vida sufriendo por sus físicos.

Este relato, que cierra el libro, es muy, muy breve, y también el más sencillo de todos en cuanto a la historia que narra. No es más que el encuentro entre dos seres que sufren por su físico y las limitaciones que les impone en su día a día (en un caso físicas por cuestiones de movilidad, en el otro psicológicas a causa de las humillaciones y el rechazo social), pero Zweig lo cuenta bonito, lo cuenta tierno, y sabes cómo va a terminar desde que empieza, pero eso es lo de menos. A Zweig se le escapa aquí otro poquito de fe en el ser humano y su buen corazón... otro poquito de fe en que las cosas van a salir bien.

No os he reiterado en cada relato lo bien que escribía este señor porque ya lo he dicho en el primero y no hace falta repetirse cuando es algo que se sobreentiende. Aun así (y obviamente es una opinión muy personal), yo creo que Una boda en Lyon es un librín para lectores habituales de Zweig, más que para aquellos que quieran adentrarse en su obra por primera vez, porque para quienes no lo hayan leído nunca, quizás la lectura les sepa a poco. Sin embargo, para quienes sí están habituados a su obra y no van buscando formarse una opinión sobre él en base a estos pocos relatos, Una boda en Lyon supone una ración de caviar reducida pero muy sabrosa... un tentempié de lujo que sabes de antemano que vas a saborear y con el que matar el gusanillo cuando el hambre por leer algo suyo es apremiante y no es momento para un plato más contundente.
 
Huelga decir (antes de que alguien me diga que el caviar no le gusta xD), que lo podéis sustituir por el alimento que más gustéis, pero la conclusión es la misma: Una boda en Lyon es una delicatessen que se degusta con mucho cariño. O yo la he degustado con mucho cariño, que para el caso es lo mismo.

Stefan Zweig (Viena, 1881 – Petrópolis, Brasil, 1942) fue un escritor enormemente popular, tanto en su faceta de ensayista y biógrafo como en la de novelista. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas. En Acantilado se ha publicado la mayor parte de su obra narrativa y ensayística.