viernes, 31 de enero de 2020

RESEÑA (by MH) ::: EL CLUB DE LECTURA JANE AUSTEN - Karen Joy Fowler





Título original: The Jane Austen Book Club
Autora: Karen Joy Fowler 
Editorial: El Aleph
Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera 
Páginas: 322
Fecha publicación original: febrero 2005
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18,90 euros 
Diseño de cubierta: Pilar Gorriz / Manel Font

 
El club de lectura Jane Austen es un puzle literario que gira en torno al valor de la lectura y al compromiso que aceptamos en el momento de empezar a leer cualquier libro. Los lectores amantes de Austen se deleitarán sacando a la luz las resonancias austenianas que pueblan esta novela, y muchos otros lectores disfrutarán sencillamente de la visión y la voz que, a pesar de los dos siglos que nos separan, unen a dos escritoras sublimes de comedia social. Sin duda, ésta es la novela que Jane Austen habría podido escribir de haber vivido en el siglo XXI. Seis personas, cinco mujeres y un hombre, se reúnen una vez al mes para discutir sobre las novelas de Jane Austen. Es gente ordinaria, no son infelices pero tampoco felices; cada uno de ellos arrastra una herida interior y tienen un desorden considerable en sus vidas sentimentales y familiares. A lo largo de los seis meses intentarán, mediante la obra de Austen, entender e interpretar su historia personal. Poco a poco cada uno creará su propia Jane Austen y harán suyas alguna de sus novelas y personajes. 

Al final del libro se incluye un resumen de las seis obras de Jane Austen que aparecen en esta novela y comentarios de gente diversa sobre la autora Austen y sus novelas.

Ayayayay... ¿por dónde empiezo?

Resulta que tengo este libro en la estantería hace... ¿ocho años? ¿Nueve? Vi la adaptación antes de leer el libro (¡sacrilegio!), me pareció muy floja, y decidí dejar languidecer la novela hasta que las ranas criasen pelo... pero me estoy tomando muy en serio lo de los pendientes, y cuando saqué un papelito de la lata de los susodichos, lo abrí y vi el título del libro, supe que mi destino al fin me había alcanzado, que debía enfrentarme a él en un duelo con desenlace nada incierto y que mi suerte estaba echada. El resultado fue el esperado (seguro que a estas alturas no dudáis si esta reseña va a ser positiva o negativa), y si voy a dedicar parte de mi escaso tiempo a cantar las no virtudes de esta novela es para que aquellos que oigan cantos de sirena al leer "club de lectura" y "Jane Austen", todo junto en la misma frase, no se dejen engañar y corran en sentido contrario. Lo hago por el bien común en detrimento de mi salud mental. Esto de ser bloguera literaria no está pagado (literalmente xD).

La historia, narrada por no se sabe quien (volveré a esto luego), cuenta la idea de este club de lectura dedicado a Jane Austen nacido para tratar de animar a una amiga que se acaba de separar de su marido debido a una infidelidad (él se ha ido con una mujer más joven). Para formar el club decide reunir a diversas personas (cinco mujeres y un hombre, no todos se conocen entre ellos antes de comenzar el club), y se juntan una vez al mes en la casa de uno de ellos para hablar sobre cada uno de los seis libros principales de Jane mientras lo divino y lo humano se interponen en el camino... porque eso es lo que realmente hace la autora, usar de excusa el gancho de Jane Austen para contarte otra historia que no interesa ni a las plantas. Pobre Jane, ojalá pudiera demandar en tu nombre a todos esos desalmados que usan tu persona en vano.
Extracto de la sinopsis: Sin duda, ésta es la novela que Jane Austen habría podido escribir de haber vivido en el siglo XXI. Sin cortarse un pelo, oiga... Que no, ni caso a la sinopsis, que no os la cuelen. Jane, querida, deja de revolverte en tu tumba, que vas a espantar a los turistas. Keep calm y deja que despotrique yo.

Ains, en serio, ¿por dónde empiezo?

Venga, por lo obvio: un club de lectura dedicado a Jane Austen. O algo así. O nada así. O... Puntos a considerar:
  • Tenéis que tener una cosa muy clara: esto es un club de lectura de Jane Austen porque a nivel de markéting era un bombón. Jane Austen es un caramelo y una máquina de vender cualquier libro que lleve su nombre. Nada más. En lo que respecta a la novela, a su contenido, al modo en que la autora intenta implementar las novelas de Jane en las historias de los protagonistas, podría funcionar exactamente igual cualquier otro autor porque la narración ofrece un trabajo desganado y carente por completo de talento e ingenio para hilar la obra de Jane con las vivencias de los personajes. Que algunos de esos hilos están cogidos con pinzas es un axioma. Que otros son tan evidentes y facilones que resultan hasta torpes, también.
  • Las valoraciones de este club de lectura son de una profundidad tal que así: ¿Por qué Knightley no es más atractivo?; Con el señor Knightley es difícil imaginar sexo; En realidad, el libro no es tanto sobre la señora Dashwood como sobre sus jóvenes y bellas hijas (¡acabáramos! Veréis qué impresión cuando se enteren de que el caballo blanco de Santiago es blanco). Pues así todo... y eso cuando hablan sobre los libros de Jane, excusa para que este libro exista.
  • MUY IMPORTANTE. Ni se os ocurra leer este libro si no habéis leído los seis libros principales de Jane, porque no hay filtros en cuanto a lo que se cuenta sobre ellos. Dicen poco, pero lo poco que dicen es un destripe detrás de otro sobre acontecimientos esenciales que ocurren en las novelas y los mismísimos finales.
Siguiente: los personajes. Si miráis en el diccionario encontraréis sus nombres en la entrada cliché. Si tenéis un diccionario molón que ponga cliché con patas, ahí estará todo más detallado. Y encima son clichés aburridos y anodinos. Puntos a considerar:
  • Para que entendáis el concepto de la novela, lo que hace la autora es titular cada capítulo con el nombre del mes en que se reúne el club, el libro de Jane que leen, en casa de quien se reúnen y dedicar el capítulo a ese miembro del club haciendo, supuestamente, guiños en la historia de ese personaje con respecto al libro del que se habla ese mes. Esas historias de verdad que son muy aburridas y completamente olvidables... me da una pereza tremenda hablar de libros que no me han gustado, en serio.
  • Los personajes son todos sosos y estereotipados en grado sumo: la solterona que vive para sus perros, la casi septuagenaria que se ha casado treinta veces y es muy marchosa, la profesora de francés estirada y remilgada que mete frases en francés constantemente en su conversación, la que le ha dejado el marido por una jovencita... sus vidas son aburridas, las conexiones con Jane Austen aburridas y, sinceramente, te dan todos igual. Que yo no necesito empatizar con los personajes, pero te tienen que transmitir algo, darte algo, para que conectes con la historia. Estos son todos un pan sin sal y sus vidas un helado sin cucurucho.

El remate: el narrador... seas quien seas. Y la calidad en sí misma del libro, justita y con sifón (ya, ya, para mí... lo de siempre). Puntos a considerar:
  • La autora se puso innovadora cuando se sentó a escribir el libro. Me explico. Tenemos un narrador en primera persona del plural, un "nosotros". En ese "nosotros" no hay nadie detrás que se pueda identificar, no es un personaje concreto que hable en plural porque esté hablando del club de manera colectiva pero que conozcamos su identidad a nivel personal... no, ese "nosotros" habla de todos los demás en tercera persona, es decir, que el narrador habla de sí mismo, sea quien sea, también en tercera persona. Algunos diréis "uy, pues mira, raro de narices, pero qué original...". Sigo.
  • Ese "nosotros" de repente pasa a un narrador omnisciente cuando cuenta las vidas de los personajes porque, evidentemente, si no es así, no puede contártelas. La mezcla, opinión personal, no funciona en absoluto. Porque lo mejor de todo es que de repente te suelta frases tipo "cuando se quedó solo, le habló a no sé quien de nosotras por teléfono" (y cambia a omnisciente para contar la conversación que tuvo lugar por teléfono cuando estaba solo y nadie le estaba escuchando), "esta es la historia de la que nunca supimos nada porque no nos la contó" (y cambia a omnisciente para contar la historia que nunca supieron con pelos y señales)... A ver, cántaro soul, no puedes quedarte dentro de la narración cuando te viene bien y fuera cuando el recurso ya no te funciona. O vas a por todas o no inventes.
  • Estoy muy espesa, no sé si estoy consiguiendo transmitir el despropósito que es este libro. Me pasé la lectura frunciendo el ceño y renegando por lo bajini xD.
Venga, puntos positivos a considerar:
  • Se lee rápido.
  • Lo he terminado, y creedme, este es un punto muy positivo.
  • Ya. Si se me ocurre algo más editaré y lo añadiré. No alberguéis esperanzas al respecto.
Podría enrollarme más, pero he agotado mi reserva sarcástica de hoy. Os diría que este libro es una decepción absoluta, pero si lo he tenido esperando ocho o nueve años en la estantería ha sido porque sabía lo que se me venía encima. De verdad, pensaba ahorrarme la reseña, pero es que me dan un poco de rabia estas cosas: es una historia mediocre que usa el nombre de Jane Austen para atraer, primero, a una editorial, y después al lector que se deja llevar por lo que promete ese uso del nombre de Jane en vano. No lo he odiado porque odiar está muy feo (xD), pero dudo que tengáis alguna duda (redundando...) en lo que concierne a mi opinión sobre el libro. 

Que nadie se ofenda si le gusta esta novela, porfaplis. Cada cual con sus gustos y Jane Austen en la casa de todos :)


Karen Joy Fowler (Indiana, Estados Unidos, 1950) es licenciada en ciencias políticas por la Univerdad de Berkeley y reconocida autora de ciencia-ficción. Hasta el momento ha publicado Sister Noon, finalista del PEN/ Faulkner, Sarah Canary, The Sweetheart Season y de la colección de relatos Black Glass. El club de lectura Jane Austen es su primera novela no enmarcada en el género con el que se dio a conocer. Actualmente vive California.

miércoles, 29 de enero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA LIBRERÍA DE MICHELLE - Verónica Fernández





Título original: La librería de Michelle 
Autora: Verónica Fernández
Editorial: Espasa 
Páginas: 288
Fecha de publicación: mayo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 5,95 euros 
Ilustración de cubierta: Marta R. Gustems



Verano de 1977. Jaime Olalla, un tímido adolescente amante de la literatura y el cine, regresa a su pueblo después de pasar el año estudiando en los jesuitas de Burgos. En septiembre se mudará a Madrid para empezar la carrera de Medicina. Suárez acaba de tomar posesión, el país despierta como puede de su letargo mientras en la radio triunfan a partes iguales Rafaella Carrá y Jarcha.

Michelle, una enigmática francesa, hija de emigrantes españoles, llega a Vinuesa con una furgoneta cargada de libros con la intención de abrir una librería en la antigua taberna de su abuelo. Michelle contrata a Jaime como dependiente y convierte su negocio en un lugar donde se dan clases de francés, se lee poesía, se habla de política, se pintan pancartas y se sueña.

La librería de Michelle cuenta la educación sentimental de Jaime, pero también el retrato de un momento de cambio en España, con sus luces y sombras, vibrante y profundamente estremecedor.
De lo que habíamos heredado de nuestros progenitores, él se había quedado con la altura de mi padre y el don de gentes de mi madre; yo, con la cobardía  del primero y la delgadez de la segunda. No era justo. Nada se podía hacer por equilibrar una balanza tan desequilibrada.
Jaime Olalla y Moi Sangüesa por fin dan carpetazo a su internado de Burgos. Ha llegado el verano, han finalizado su secundaria (en aquellos tiempos su COU) y les queda un largo y no tan tórrido verano en el pueblo soriano de Vinuesa, donde pasarán unas vacaciones que les cambiarán la vida.

Jaime es el protagonista y narrador omnisciente del verano que le ayudó a dejar su niñez, le abrió los ojos al mundo de los adultos y le descubrió que la realidad no era ni blanca ni negra, sino más bien una amplia gama de grises que pendulan hacia lo claro o lo oscuro según el cristal con que se miren. Jaime es hijo de José María Olalla, médico del pueblo y pilar importante de su comunidad junto al alcalde-farmacéutico, Rodolfo Sangüesa (padre de Moi). Jaime es un joven sensible e intuitivo que, como todos, solo quiere encontrar su lugar en el mundo y, durante este verano, ese lugar será la librería de Michelle.

Michelle es una joven y bella francesa, hija y nieta de emigrantes vecinos del pueblo que se fueron a Francia a construir otra vida. Michelle llega en su furgoneta de color verde, una Volkswagen Samba con matrícula francesa (este vehículo será un protagonista más de aquel verano de 1977); porta como equipaje una biblioteca entera (en la que los autores franceses prevalecen aunque convivan con otros) que quiere vender en la taberna de sus abuelos, ahora convertida en librería.


¿Qué hace una furgoneta cargada de libros (mayormente) franceses en un pueblo soriano de 1977, cuya mayoría de habitantes no habla francés? Aunque esto pueda parecernos a priori un tanto marciano, si se piensas un poco no lo es tanto. Aquel año se celebraron en España las primeras elecciones democráticas, y queriéndolos unos y no queriéndolos otros, se produjo un cambio de paradigma social y político que trajo nuevos aires aires y un nuevo rumbo. Todo esto se ve representado de alguna manera en esa maravillosa bibliofurgoneta cargada de autores que antes no hubieran tenido cabida, como fue el caso de mi bienamado Antonio Machado

Con un lenguaje claro y sencillo, Verónica Fernández construye un retrato social y político de Vinuesa (Soria) en 1977, cuando los cambios llegaron para quedarse, a través de la mirada de un adolescente de diecisiete años que impresiona por los muchos libros que ha leído pero que, como casi todos a su edad, no conoce las verdaderas caras de aquellos que conforman su círculo vital y social: solo ve lo que otros quieren que vea, y gracias a este despertar adulto y mediante la observación de la realidad se desprenderá para siempre de la inocencia inherente a su niñez.

Al cabo de los años, Jaime Olalla recuerda con una pátina nostálgica cómo transcurrió aquel maravilloso verano entre cuentos de Jean-Paul Laforet, misteriosos acontecimientos, fiestas desbordadas, manifestaciones y correteos en pandilla. Aquel fue un periodo en el que Vinuesa se llenó de personas de diferente clase y condición que, al igual que le ocurrió a nuestro joven protagonista, quedaron atrapados como polillas en la luz que desprendía La librería de Michelle.

Una novela en cuya sencillez está su grandeza.


Verónica Fernández (Vinuesa, Soria,1971) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y graduada en Guion por la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid). Ha desarrollado su actividad profesional como guionista de cine y de televisión, participando en numerosos proyectos a lo largo de veinte años. Su pasión por la escritura se extiende también al campo teatral y a la narrativa.

lunes, 27 de enero de 2020

RESEÑA (by MH) ::: UN FIN DE SEMANA - Peter Cameron





Título original: The Weekend  
Autor: Peter Cameron
Editorial: Libros del Asteroide
Traducción: Álvaro Marcos 
Páginas: 248
Fecha publicación original: 1994
Fecha esta edición: septiembre 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18,95 euros
Imagen de portada: Andrés Chaparro

Un fin de semana de verano, en una casa en el campo, tres amigos se reúnen en el primer aniversario de la muerte de Tony. Son su hermano, John, su cuñada, Marian, y su antiguo compañero, Lyle.

El apacible reencuentro se ve perturbado por la presencia de un extraño, el joven pintor que ahora sale con Lyle. Lo quieran o no, los rituales del verano —un baño en el río, una cena al fresco con invitados o un paseo nocturno— estarán marcados por la figura del amigo ausente y cada uno de los tres deberá buscar su manera de encajar la pérdida.

Peter Cameron combina como pocos autores la sátira social con la intimidad y la ternura, y lleva al lector a reflexionar sobre la propia experiencia, la dificultad de conocer verdaderamente a alguien o lo ambiguo de las relaciones sociales. Publicada originalmente en 1994, Un fin de semana sigue siendo, sin duda, una de las mejores novelas de su autor.

Un fin de semana llegó a mis manos hace ya cosa de año y medio en forma de regalo de una amiga con un gusto lector impecable, pero como siempre pasa, mucho por leer y no todo el tiempo que a una le gustaría para dedicárselo a la lectura. Este año, por fin, voy a ir a por todas con los pendientes, y una de mis primeras lecturas de 2020 ha sido esta novela publicada inicialmente en 1994 pero que a España no llegó hasta 2018 editado por Libros del Asteroide, editorial de cuya mano ya podemos disfrutar de buena parte de la obra de Peter Cameron.

El fin de semana del libro es un fin de semana especial para los protagonistas de la novela. Tony murió hace justo un año en la casa de campo en la que tiene lugar la historia. Los propietarios de la casa son John (hermanastro de Tony) y su mujer, Marian. Lyle, pareja de Tony durante años, sigue lidiando con su duelo. Ha sido incapaz de pisar la casa de campo desde la muerte de Tony y este fin de semana de aniversario decide por fin volver a ella, pero no lo hace solo: pocas semanas atrás conoció a un joven aspirante a pintor, Robert, con el que ha iniciado una relación, y decide llevárselo a este reencuentro. Marian no acaba de entender ni aprobar que justo este fin de semana tan especial aparezca en la casa con otro hombre, y un fin de semana en principio tranquilo acaba cogiendo su propio rumbo al verse mancillado por la presencia de una persona ajena al duelo y conmemoración de la memoria del fallecido Tony.

La historia en sí misma puede parecer sencilla, y en realidad lo es en la forma porque el tema que aborda es tan cotidiano que contarlo de manera grandilocuente o excesivamente dramática no funcionaría y echaría a perder el grado de autenticidad que inunda cada una de las páginas. El fondo es otra cosa, porque de sobra sabemos que en las relaciones personales nada es sencillo, y una cosa es la superficie de lo que hacemos y decimos y otra muy distinta lo que ocultamos bajo esa superficie. Esa es la bruma que envuelve todo lo que ocurre en Un fin de semana, por mucho que la lectura parezca inundada de diálogos que no aportan nada o de escenas que no nos llevan a ninguna parte.
 
Si tuviera que ponerle nombre a los dos temas principales que engloba la narración, uno sería sin duda el duelo y las diferentes formas en que cada cual lo sufre y lo canaliza, y el otro sería la dinámica que se vive en un grupo (ya sea de amigos o familia, que en el caso de este libro está entremezclado) cuando una de esas personas desaparece del cuadro (en este caso por fallecimiento) y entra otra persona a ocupar su lugar, un intruso que tiene todas las de perder y mucho trabajo por delante si quiere ser aceptado, trabajo que estará dispuesto a hacer... o tal vez no.
 
El conflicto está presente desde su mismo inicio. Lyle decide aparecer con, Robert, su nuevo novio, y Marian quiere que su amigo siga adelante, que supere lo de Tony, que rehaga su vida... pero al mismo tiempo le parece una falta de respeto que se presente con él justo el fin de semana en que se cumple un año del fallecimiento, y lo paga con Robert. No a la cara, no hace nada concreto, ni siquiera nada consciente, pero Robert percibe esa hostilidad... una animosidad que en algún momento es algo que más que una percepción. Teniendo en cuenta que ya de por sí se siente fuera del grupo, de sus bromas, de ese mundo propio repleto de complicidad que suele rodear las conversaciones de personas que son uña y carne desde hace años, empieza a arrepentirse de estar allí. Su pareja, Lyle, tampoco se lo pone fácil. Es la primera vez que Lyle conecta con alguien desde que murió Tony, y lo está intentando, pero eso no quiere decir que haya superado su muerte. Al lector pronto le resulta evidente que en esa relación sus dos miembros están en planos diferentes, que buscan cosas diferentes, y queda a la expectativa de si al final de la lectura los propios personajes habrán llegado a la misma conclusión o seguirán engañándose a sí mismos.
Es extraño ver a alguien con quien hasta entonces solo has estado a solas interactuando con otras personas, porque ese alguien conocido por ti desaparece y es reemplazado por otra persona diferente, más compleja. Lo ves girar en esa nueva compañía, revelando nuevas facetas, y no hay nada que puedas hacer, salvo desear que esas otras caras te gusten tanto como la que parecía ser la única cuando te miraba solo a ti.
Por su parte, John, el marido de Marian, vive el mundo a su manera. Os decía antes que el libro hablaba de las diferentes maneras de vivir el duelo, de sufrirlo, y John es de los esculpidos en piedra por fuera que lo vive todo hacia dentro. Un personaje serio, moderado, paciente, solitario, introvertido... Cuando Tony falleció, John perdió a su hermano, un hermano que era todo lo opuesto a él, que se comía el mundo a bocados, pero al que adoraba. Se adoraban mutuamente. Y no expresa ese dolor, no lo manifiesta: se limita a trabajar agachado durante horas en su huerto, a levantarse para contruir muros sin sentido y volver a agacharse para trabajar la tierra. Así transcurren sus días, así se aísla del mundo, no necesita más. No es hostil ni maleducado, todo lo contrario, pero tampoco le hace falta nadie salvo su mujer y su hijo.

Un fin de semana transcurre entre conversaciones para ponerse al día, siestas para sobrellevar el calor, comidas animadas y sobremesas en las que se intenta simular que nada ha cambiado, que la tragedia no ha golpeado sus vidas... baños en el río, paseos por el bosque, momentos tranquilos sentados al sol, cenas con invitados sorpresa de los que no os he hablado porque el autor los usa para dinamitar esa calma impostada y que por ello ofrecen algunas de las mejores escenas del libro, y flashbacks, no demasiados, los justos y necesarios para que el lector reciba un destello de quién era Tony en realidad, de lo que significaba para cada una de las personas que protagonizan la historia, de lo que fue en vida para que entendamos el vacío que ha dejado en cada uno de ellos tras su muerte. 

Y luego está lo que se dice y lo que no se dice, lo que se calla y lo que se transmite sin abrir la boca. El difícil equilibrio entre tener una opinión propia y no querer hacer daño, lo complicado que resulta aceptar a gente nueva cuando ocupa el lugar de alguien a quien amábamos porque eso significa aceptar de manera definitiva que esa persona ya no va a volver y que el mundo sigue girando... la revelación que supone creer que conoces a alguien y descubrir que no lo conoces en absoluto y que ni siquiera sabes qué quiere de ti. Lo que somos como personas individuales y lo que somos cuando formamos parte de un grupo, la amistad, la confianza, el dolor, la muerte, el duelo, la soledad, la sinceridad... Os lo decía arriba, parece una historia sencilla, está contada como una historia sencilla, pero la vida nunca es sencilla, y estas 250 páginas son una ventana a la vida de unas personas cualesquiera durante un fin de semana cualquiera lidiando con todos sus demonios mientras intentan aparentar que todo va bien.

La narración de Peter Cameron para mí ha supuesto una sorpresa muy positiva. Tiene un estilo cuidadoso, pulcro y franco, sin florituras ni aspavientos varios; simplemente nos invita a esta casa y nos presenta a sus ocupantes y su devenir durante dos días, y es lo único que necesita para atrapar al lector. Aquí no hay ningún misterio, ningún giro en la trama, y sin embargo el lector pasa las páginas con fruición intentando saber un poco más, averiguar un poco más, intuyendo que los conflictos no necesitan ser extraordinarios para hacer daño y que en los pequeños detalles será capaz de ver a través de tanta cortesía y tanta contención, de ver más allá de unos personajes que, por mucho que se esconden de sí mismos, no consiguen esconderse del lector.

Muy recomendable.



Peter Cameron nació en Pompton Plains, Nueva Jersey, en 1959 y se graduó en el Hamilton College de Nueva York en Literatura Inglesa. Ha trabajado en el mundo editorial y ha sido profesor en varias universidades norteamericanas, como Columbia, Sarah Lawrence o Yale.

Antes de publicar su primer libro, una colección de relatos titulada De un modo u otro (1986), había publicado varios cuentos en The New Yorker. Desde entonces ha publicado siete libros que le han consolidado como un escritor de fama internacional, entre ellos destacan las novelas: Año bisiesto (1990), Un fin de semana (1994), Andorra (1997), Aquella tarde dorada (2002), Algún día este dolor te será útil (2007) y Coral Glynn (2012).

viernes, 24 de enero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: EL DICCIONARIO DE JLFJ - José Luis Fernández Juan





Título original: El diccionario de JLFJ
Autor: José Luis Fernández Juan
Editorial: Círculo Rojo
Prólogo: Fernando Ortega
Páginas: 140
Fecha esta edición: marzo 2017 
Encuadernación: rústica con solapas
Fotografía de cubierta: Fotolia



Ficcionario divertidísimo con casi 1.800 palabras en donde se valoriza la belleza del lenguaje mediante un ejercicio de puro divertimento creativo para alegrarnos los tiempos acelerados, prosaicos y fugaces que vivimos.

Un glosario lleno de lirismo sugerido, acepciones semánticas novedosas, matices apasionados e imaginación poliédrica que configura un nuevo cosmos codificado que irás descubriendo a medida que lo vayas leyendo y saboreando.

En este alucinante libro solo hay dos reglas inquebrantables: la belleza y la comicidad, y el único fuera de juego posible es el de la falta de imaginación. JoseLuismo en estado puro.


O
La humildad simplifica la vida. La vida justifica la alegría. La alegría fortalece la compañía. La compañía favorece la autonomía. La autonomía potencia la inteligencia.
Narrador en "Druso. Zócalos de magnetismo"

Primero fue Pinceladas de Harmonía, una novela llena de imaginación y colorido que en principio me resultó un tanto raruna y chocante. Este es un extracto de mis palabras en la reseña de esa novela...
Reconozco que esta lectura no la he realizado en soledad, pues a mi lado, siempre y en todo momento, he tenido mi móvil. No es algo que suela hacer, más bien al contrario: cuando hay un libro en mis manos, el móvil desaparece de mi vista y, lo más importante, de mi oído. Pero si quería ser justa con el libro y comprender lo que me quería contar, necesitaba a San Google para que diera significado a todos (y eran muchos) los términos que no entendía.
Ahora, José Luis Fernández Juan nos trae una compilación de palabras ordenadas alfabéticamente donde cada capítulo es una letra introducida por un fragmento de su novela Pinceladas de Harmonía. Esta recopilación está recogida bajo el título de El diccionario de JLFJ, aunque no sé si este código lingüístico diferenciado me hubiera servido para no coger el móvil, tal y como dije en la reseña. 

En algunas de sus palabras reconocemos los morfemas derivativos haciendo de prefijos:

In-hospital: Sanatorio desapacible.
Per-fumar: Propagar el humo aromático del tabaco.

También añade sufijos, para los que se ha inventado un significado particular.

Mistér-ico: Enigmáticamente alterado.

Y otras están formadas por los dos, prefijos y sufijos.

Em-vecin-arse: Encapricharse de una moradora limitada.

Algunos términos parecen estar influenciados por los dialectos meridionales del castellano, como aquellos en que se ha sustituido la l por la r:

Averigua(l): Indagar con identidad.

Además, conjuga significados de otras lenguas con la propia:

Ad-kissi-ción: Compra de besos.

Para no convertir la reseña en una clase de gramática del particular lenguaje de nuestro humilde autor, os digo que, al igual que los buenos chefes, descompone y desestructura las palabras para dar y aportar una semántica peculiar, creando una acepción cómica y un sentido gracioso (la mayor parte de las veces ilógico) que sin duda hace sonreír al lector. 

En las, si no he contado mal (que puede ser, porque yo era de letras puras), 1758 palabras, El diccionario de JLFJ combina y juega con las distintas normas gramaticales para construir los vocablos, obteniendo siempre ironía, comicidad y humor en los significados de sus acepciones semánticas, reinterpretándolas y adjudicándoles el sentido más positivo.

Tal y como comento al principio, no sé si esta compilación de palabras ordenadas alfabéticamente me hubiera servido para aligerar la lectura de su novela. De todas formas, hay que reconocerle al autor el vasto léxico que posee, pues solo así se entiende este diccionario, sus palabras y sus acepciones. Me ha encantado leerlo y, si tengo que ponerle algún pero, se lo pongo a la portada, en la que otro marco en la foto (menos dorado y vintage) hubiera dado más protagonismo a las letras que salen de esta gran obra. 

Recomendable cien por cien.



José Luis Fernández Juan. Inclasificable autor. Su peculiar estilo a caballo entre el humor absurdo y el surrealismo retórico envuelve todas sus obras en un universo alucinante que te seduce y te atrapa a las primeras de cambio. Sus contenidos nacen de la impostura de la ficción para acabar aterrizando en la realidad más vigente. La estructura profunda de sus producciones te lleva irremediablemente a la reflexión desde la más inocente y magnética ludolingüística.

Ha dirigido obras de teatro vanguardista colegiales como Abracadabrante (1999), Entremés psicodélico (2002), Entremés caleidoscópico (2003) y Esto no tiene remedio (2005). Ha participado como actor de teatro en Sweet home Transilvania (2015), Pinceladas de Jarmoni en Praga (2016), Prolepsis, analepsis y variedades varias (2016) y en la obra cómico-musical de 11 actos Pinceladas de humor y harmonía (2018). Ha publicado tres libros: Pinceladas de Harmonía (2014) (la primera entrega de la trilogía), El diccionario de JLFJ (2017) y Pinceladas de Harmonía.Con (2019).

El canal de youtube joseluisfernandezjuan da cuenta de sus diferentes actividades artísticas como actuaciones, entrevistas, firmas de libros o presentaciones.


                                    http://www.pinceladasdeharmonia.com/

miércoles, 22 de enero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA EPIDEMIA DE LA PRIMAVERA - Empar Fernández





Título original: La epidemia de la primavera 
Autora: Empar Fernández
Editorial: SUMA
Páginas: 440
Fecha de publicación: septiembre 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,90 euros 
Diseño de cubierta: Sandra Dios






Corre el año 1918 y la Primera Guerra Mundial está desmoronando Europa cuando Gracia Ballesteros se ve obligada a abandonar precipitadamente Barcelona.

En Burdeos conoce a Carter Irvine, un joven americano que se ha alistado como voluntario para luchar en el Viejo Continente, y entablan una relación que deberá superar la distancia y los peligros que les acechan. Mientras tanto, a su alrededor, cada vez más personas aparentemente sanas mueren por culpa de la gripe, una epidemia que aterrorizará al mundo.
╾Con la tía Leonor estaremos bien ╼había asegurado Fiña Griñán a sus hijos al entregar la llave de la casa a su propietario y echar a andar hasta alcanzar la calle Mayor de Cantavieja, donde un carro los esperaba para acercarlos a a la carretera general.
Fina sale de su pueblo aragonés con sus dos hijos, Gracia y Simón después de que su marido Lorenzo, empleado desde su niñez en una fábrica de harinas, se desplomara y muriera en pocos minutos. Leonor Griñán, hermana de Fina, y su marido, Agustín Gratacós, sastre y propietario de un taller en la calle de la Cadena de Barcelona, son los que de alguna manera se ocupan de darles cobijo y facilitarles un porvenir.

Así, Fina y sus hijos se  van a vivir con su hermana y su cuñado, y mientras que madre e hija trabajan en la Sastrería Gratacós, Simón, el hijo, busca trabajo por la ciudad. Son aceptados con el mejor de los recibimientos y en principio parece un arreglo beneficioso para la familia, pero desde el primer momento sienten que no son buenos días para emigrar a Barcelona: los conflictos sociales están a la orden del día y los productos de primera necesidad escasean a causa de la guerra que se está librando en Europa, circunstancias que en la ciudad se traducen en hambre, desamparo y empobrecimiento de los ciudadanos, caldo de cultivo para la anarquía y un conflicto que crece y se desarrolla muy rápidamente.

Gracia, la hija de Fina, intenta alejarse de este malestar social diseñándose una carrera y un mapa profesional. Ve la oportunidad que representa vivir en una gran ciudad y, si algo tiene claro, es que no va a trabajar toda la vida en la sastrería de su tío. Por otro lado tenemos a Carter Irvine, joven estadounidense que trabaja en la granja de su familia en Iowa. Carter tiene unos altos principios morales que le dicen que la única manera de cambiar el mundo es alistándose voluntario para combatir en la guerra. 

En La epidemia de la primavera, Empar Fernández relata la vida e historia de Gracia y Carter por medio de unos capítulos alternos que en un principio parecen contar dos historias distintas. No imaginas que tendrá que ver el granjero de Iowa con la hija de Fina Griñán, pero para eso está el destino que  ha imaginado la autora para ellos.

A lo largo de los capítulos vemos cómo Gracia y su hermano Simón deben abandonar Barcelona para viajar e instalarse en Burdeos, donde vuelven a replantearse su futuro y las circunstancias que les han hecho recalar en esta nueva ciudad. Por otro lado, Irvine está totalmente integrado en el ejército que, por casualidades de la vida, llega a la misma ciudad, y allí conoce a Gracia en una boulangerie. Son pocos los días que están juntos, así que los viven con emoción y sentimiento. Para ellos, este tiempo será la semilla de la esperanza de una futura vida juntos, anhelo que crecerá y se consolidará en cada una de sus cartas y les dará fuerzas para esperar lo mejor del futuro. 

Empar Fernández sitúa a unos personajes ficticios en un tiempo y ante unas circunstancias históricas reales, como son la Primera Guerra Mundial y el virus de la gripe española que asoló toda Europa, matando a millones de personas. En 1918 vivir era una verdadera lotería: si no te mataba la guerra morías por una pandemia provocada por el virus de la gripe. La trama, a través de sus capítulos alternos, sigue una cronología lineal y hace participe al lector del desarrollo de los acontecimientos en los que se ven envueltos los diferentes protagonistas y demás personajes. Gracias a un lenguaje claro y sencillo y a la cuidada escenografía y ambientación de las dos ciudades donde se desarrolla la historia, Barcelona y Burdeos, somos capaces de empatizar con ellos e integrarnos en sus vidas, sus miedos, sus sentimientos y sus pesares. Además, no hay nada como una relación epistolar para remarcar y dejar huella en aquellos que escriben y que reciben esas cartas llenas de amor y de emoción. 

Una historia de amor llena de esperanza.



Empar Fernández (Barcelona, 1962) alterna la docencia con la escritura, tanto de ficción como de no ficción. Con su primera novela, Horacio en la memoria, obtiene el Premio Cáceres. En 2004 comienza su colaboración literaria con Pablo Bonell Goytisolo y publican Cienfuegos, 17 agosto; Las cosas de la muerte; Mala sangre y Un mal día para morir. Resulta finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con El loco de las muñecas. Posteriormente publica, entre otros, Hijos de la derrota, La cicatriz (Premio Rejadorada de Novela Breve) y Mentiras capitales. Ha quedado finalista del Premio Medellín Negro 2013 y del Ciudad de Carmona 2014. 
Con La última llamada resultó finalista del premio Valencia Negra 2015. Su anterior novela, Maldita verdad (2016), recibió el Premio Tenerife Noir y fue finalista del Premio Hammet a la mejor novela negra en castellano. EN 2017 publicó Hotel Lutecia (Suma de Letras).