Título original: Panorama-tō Kidan (パノラマ島奇談)
Autor: Edogawa Rampo
Editorial: Satori
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
Epílogo: Jesús Palacios
Páginas: 176
Fecha de publicación original: 1926
Fecha esta edición: abril 2016
Fecha esta edición: abril 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17 euros Ilustración de cubierta: Suehiro Maruo
Hirosuke Hitomi lleva una vida apática y mediocre. Su carrera como
escritor no termina de despegar y vive obsesionado con la idea de crear
una obra de arte colosal, grandiosa, incomparable, un paraíso utópico
perfecto en el que recluirse del mundo. Lamentablemente, semejante
proyecto, sin recursos económicos que lo sustenten, no es más que un
loco sueño inalcanzable. Sin embargo, el destino se aliará con la muerte
para darle a Hirosuke una oportunidad. El fallecimiento de un antiguo
compañero de universidad con el que guarda un inquietante parecido
físico pondrá a su disposición una inmensa fortuna. Solo es preciso
suplantar al muerto fingiendo una suerte de entierro prematuro a causa
de una catalepsia no diagnosticada, hacerse con el control de sus
finanzas y ponerse manos a la obra con la realización de su delirante
utopía. Un plan perfecto en el que solo hay un pequeño detalle puede dar
al traste con todo: Chiyoko, la hermosa viuda que se convertirá para
Hirosuke en la fruta prohibida de su depravado paraíso.
Bienvenidos a una utopía perversa y exquisitamente malsana,
un paraíso artificial donde el amor, el sexo y la muerte se funden y
confunden para deleite de su tirano creador y de los lectores más
retorcidos.
No hace falta que me repita, me dejo llevar por las portadas, y la de este libro me llamó con campanillas desde su sitio en la librería. Tiene un algo desasosegante, turbador, a pesar de todo ese colorido. Cuando le di la vuelta y leí la sinopsis, vi que era un clásico japonés de la primera mitad del siglo XX... no sé, tuve que llevármelo. Al acercarme a la caja, el librero me dijo que cuando lo leyera tenía que contarle qué tal, porque tenía una pinta "rara, rara, rara". Palabras textuales. Una vez leído, raro no es quizás la palabra que lo define. Siniestro o espeluznante quizás lo define mejor. O morboso. Escabroso. Bueno, vale, sí... también raro (a ratos). Y eso que la primera mitad del libro no hace presuponer esos adjetivos.
Para quien esté un poco in albis con este autor, tal y como me sucedía a mí, y para que os hagáis una idea de por donde van los tiros, Rampo está considerado el creador de la moderna literatura policial, detectivesca y criminal japonesa. Nada menos. Admiraba mucho a Poe, él está considerado como el Poe japonés, y de hecho Edogawa Rampo, que en realidad es un seudónimo, suena fonéticamente igual que el nombre del escritor norteamericano. Pero el libro que yo reseño hoy no pertenece a su obra detectivesca, sino a uno de los géneros de los que también fue impulsor, el ero-guro nansensu; es decir, el género erótico-grotesco-absurdo (muy habitual hoy en día en mangas y animes y que resulta que en los años 20 ya daba sus primeros pasos).
Nuestro protagonista es Hirosuke Hitomi, un joven que supera los treinta que ni trabaja ni quiere trabajar, que vive de aprovecharse de sus amistades, y que pasa el día tumbado en la cama soñando con la vida que le gustaría tener. Está harto del mundo, de la sociedad, y vive obsesionado con la utopía de vivir en un paraíso terrenal creado por él a su medida, conforme a sus ideales estéticos, en el que pudiese jugar a ser Dios y destruir, crear y modelar a su antojo. Y esto es precisamente eso, una utopía, hasta que se le presenta una oportunidad descabellada: Genzaburo Komoda, compañero de la universidad, enormemente rico y tan parecido a él que solían confundirlos durante aquellos años, ha fallecido. Ni corto ni perezoso Hitomi simula que Komoda ha "resucitado" de entre los muertos, cosa que nadie pone en duda (y esto es lo menos peculiar del libro aunque no lo parezca) pues son casi iguales físicamente y se diagnostica una suerte de catalepsia para explicar la circunstancia, y una vez ocupado el lugar del fallecido, utiliza su enorme fortuna para construir ese paraíso utópico en el que aislarse de la humanidad: la isla Panorama.
Hitomi se encuentra un único problema en su proyecto, uno con el que no contaba: la esposa de Komoda, Chiyoko, de la que se enamora perdidamente. Y esta es la base de la historia, la que se puede contar. Luego está la otra mitad, la que no te esperas una vez comienza a cobrar vida la isla Panorama y ves lo que Hitomi tiene en mente, lo que construye, el paraíso sobre el que quiere reinar como un dios absoluto y autoritario... Hitomi, a pesar de su desidia existencial impregnada del aburrimiento más absoluto, se revela como un ser maléfico, desequilibrado, abocado a la crueldad con tal de hacer realidad su sueño. Erige un mundo cuyas descripciones bambolean entre la fantasía y lo surrealista, un mundo tan saturado y sombrío a pesar de la explosión de colores y del influjo encantador que produce, que seríamos incapaces de soportar su mera visión durante mucho tiempo.
Es difícil explicar esta segunda parte, la de la extravagante isla y sus panoramas y la de la complicada relación entre Hirosuke y Chiyoko, sin entrar en detalles que no puedo dar. Baste decir que si la lees no te dejará indiferente. Es imposible que lo haga. Y eso puede tomarse tanto en el buen sentido como en el malo, dependiendo de la disposición del lector.
Esta es de las lecturas retrasadas en las reseñas, y sin embargo tengo todavía pululando por la cabeza las impresiones que me provocó. Es además un libro sorprendentemente moderno para los 91 años de vida que tiene. No parece en absoluto escrito en la década de los años 20. También admito que no es un autor que pueda recomendarse a todo el mundo. Yo al menos no me atrevería a hacerlo, porque es muy inquietante... no voy a decir desagradable, porque no es la palabra, pero sí que construye tramas muy retorcidas. Aun así, y si hablo por mí a nivel personal, me he quedado con muchas ganas de seguir conociendo a este autor. Tanto que de hecho ya me he comprado otro libro suyo, El lagarto negro, que pertenece a la vertiente criminal y detectivesca que menciono arriba, y que promete una historia a lo Sherlock-Moriarty, pero a la japonesa y, rizando el rizo, a lo Rampo... veremos qué me encuentro.
Edogawa Rampo (1894-1965) es el pseudónimo literario de Hirai Taro,
creador de la moderna literatura policial, detectivesca y criminal
japonesa y máximo representante del ero-guro nipón.
Nació en Nabari,
prefectura de Mie y se graduó en ciencias económicas en la Universidad
de Waseda en 1916. En su juventud desempeñó los más variopintos trabajos
antes de alcanzar el éxito en su profesión definitiva: escritor y
crítico. Durante las décadas de 1920 y 1930, Rampo se convirtió en el
más prolífico y popular de los autores de crimen y misterio, alternando
numerosos relatos, novelas por entregas y artículos, y revelándose como
el escritor más dotado para el género.
Tras sufrir la censura durante la
guerra, se dedicó al estudio y la promoción de la literatura criminal
en su país, propiciando la creación de la Asociación de Escritores de
Misterio de Japón, y a escribir una serie de novelas detectivescas
juveniles protagonizadas por su emblemático investigador Kogoro Akechi y
el Club de los Chicos Detectives.
Falleció en 1965 dejando tras de sí
un prolífico legado literario de historias retorcidas, fascinantes y
morbosas de las cuales, El extraño caso de la isla Panorama es uno de sus más refinados logros.
Pues me ha pasado como a tu librero, que estaba leyendo la sinopsis y ya pensaba "qué pintas de raro-raro que tiene este libro". ¿Pero de dónde sacas estas maravillas, amiga mía? Boquiabierta me has dejado. Es cierto que desconozco mucho la literatura oriental, pero menuda rareza nos traes hoy. Me tienta, pero me da miedo lo que dices de la trama perversa, trágica... ya sé que aclaras que no es exactamente desagradable pero, no sé... ¿Me la recomiendas? ¿O mejor empiezo por la vertiente criminal del autor? Desde luego, después de tu reseña siento que quiero leer algo de este escritor sí o sí. Bss
ResponderEliminar¿Has visto alguna en vez en una librería a alguien que va mirando libro por libro en las estanterías, que se agacha, retuerce y hace doble giro mortal para llegar hasta el que se encuentre abajo, abajo del todo? Esa soy yo... jajaja.
EliminarNo es desagradable pero sí que es una trama un poco retorcida y malsana. Déjame que lea "El lagarto negro", que quiero leerlo antes de verano si es posible, y te digo cuál veo más para ti :)
¡Besote!
Madre mía, estoy igual que Mónica en su comentario... según iba leyendo la reseña iba pensado, ¿lo leo? ¿me gustará o será lo contrario? Mira que a veces me llama estas rarezas literarias... así que lo dejaré apuntado... e iré pensado a ver si me convenzo a mí misma. Jeje.
ResponderEliminarUn besazo
Pues cuando llegues a una conclusión ya me cuentas... jajaja. Es peculiar, y la segunda parte del libro no creo que sea para todo el mundo, pero creo que a ti sí te haría tilín. Ve pensándotelo :)
Eliminar¡Besote!
Me ha entrado curiosidad, me parece una lectura interesante, a lo mejor no para todo el mundo pero a mí no me importaría leerla.
ResponderEliminarBesos
Pues si se te cruza dale una oportunidad y nos cuentas qué tal :)
Eliminar¡Besote!
Pues ya me ha pillado, la lista no solo se alerga si no que mi saldo se acorta, jajajaja. La curiosidad mató al gato, pero a este, el Trotero le encantan estas rarezas literarias.
ResponderEliminar¡Un besazo! me lo llevo.
Pues si te encantan las rarezas dale una oportunidad a ver qué te parece :)
EliminarMi lista parece la muralla china, el saldo está bajo mínimos, y aun así dale que te suma... jajaja.
¡Besote!
El problema que le veo es que lo mismo se pasa de raro, y claro ya sé yo lo que pasa. Me atrae mucho porque creo que es un libro que sorprende y no sabes por dónde va a salir y lo malo es que salga por peteneras. Pero me causa mucho morbo, no sé, y toda la historia de la compra también, en plan, llévatelo y ya te apañarás. A ver si lo pillo por la biblio.
ResponderEliminarBesos
Realmente por peteneras no sale, y el final yo creo que es perfecto para la dinámica que coge el libro, así que en ese aspecto no creo que te defraude. Más que raro yo lo definiría como una rareza, un libro que si no conoces el autor te sorprende el giro que tiene. Si se te cruza por la biblio dale una oportunidad a ver qué tal :)
Eliminar¡Besote!
No conocía al autor. Este libro lo veo demasiado raro, pero sí siento curiosidad por sus libros detectivescos, así que me apunto su nombre.
ResponderEliminarBesotes!!!
Os traeré la reseña de "El lagarto negro" en cuanto pueda, que es de su vertiente detectivesca y supongo que, aunque por lo que he leído Rampo es Rampo, el género es muy distinto y os convencerá más . Ya os contaré :)
Eliminar¡Besote!
No había escuchado hablar de este autor. Pero veo El libro demasiado extravagante como para cogerlo ahora mismo. Además tengo empacho de novela negra.
ResponderEliminarSi ves que no te tira a otra cosa entonces :) De todos modos no es novela negra, va por otro lado la trama... es un poco indefinible, pero novela negra no. Quizás surrealista-grotesca-impactante la define mejor... jajaja.
Eliminar¡Besote!
¡Ay, madre! No sé, no sé. La portada me resulta igual de atractiva que a ti pero esa extravagancia de la que hablas... esa rareza... no sé si irá conmigo. Si me lo topo en la biblioteca igual me atrevo con él porque el ser reacio a determinadas lecturas a veces te hace perderte historias de las que disfrutar pero... no entrará en mis pendientes, jeje
ResponderEliminarUn besin
A mí es que me encanta leer rarezas y además me lo paso pipa buscándolas y descubriéndolas, pero hay que ir muy predipuesta, si no lo mismo el libro te tira para atrás. Así que si ves que no te hace mucho tilín, pues a por otro... :)
Eliminar¡Besote!
Madre mía...sí que es raro sí. Pero yo a estas rarezas no me niego nunca, sino no sabría si me hubiera gustado o no.
ResponderEliminarCreo que un autor interesante, al que hay que tener en cuenta...y precisamente, que hayas dicho que tiene cierto toque perverso me ha recordado a que, justo hoy, escuché la misma palabra para definir "Máscaras femeninas" de Fumiko Enchi y me lo apunté enseguida. Así que este no iba a ser menos ;)
Besitos y buen finde
Pues eso me pasa a mí, que yo lo leo, y si luego no me gusta, pues no me gusta. Pero me encanta descubrir libros y autores de esta manera. Me encantan las rarezas :) ¡Y me apunto el libro de Enchi!
Eliminar¡Besote!
Jijiji me encanta cuando traéis cositas de estas... A mí no me disgusta lo raro, no sé qué tal podría digerir esa segunda parte pero como dicen en mi pueblo, me habéis picado el billete.
ResponderEliminarBesos.
Y a mí me encanta traerlas... jajaa... sé que son libros un poco minoritarios, pero me encanta :) Pues si no te digusta lo raro y te he picado el billete, tira p'alante y a ver qué te parece :)
Eliminar¡Besote!
Todo lo que lleve aroma japonés me gusta. Y este libro no puede pasar desapercibido. Gracias.Un beso.
ResponderEliminarPues si te tira mucho todo lo que huela a japonés no lo dejes pasar :)
Eliminar¡Besote!
A mí en esta ocasión no me habéis picado lo suficiente. No termino de verme con él, jajajaja. No será porque no está bien reseñado...
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, guapa :) A ver si con el siguiente consigo picarte entonces... jajaja.
Eliminar¡Besote!
Hola, MH:
ResponderEliminarLlevo teniendo guardada esta reseña en favoritos desde que la publicaste, esperando a tener un hueco para leerla porque me parecía un título que podía estar interesante. Y he acertado. Me lo llevo directamente a la lista de pendientes (ya te vale, ¿eh?)
Me ha parecido super curioso lo de que el pseundónimo del autor suene igual que "Edgar Allan Poe". Respecto al punto de inflexión de la novela, la verdad es que parece algo inusual, pero precisamente por eso tengo más ganas de leerlo. ¡Muchas gracias por la reseña!
Un saludo imaginativo...
Patt
¡Hola, Patt! Qué alegría leerte por aquí :)
EliminarA mí me parece un título muy, muy interesante, me gustó mucho, pero tal y como digo no es para recomendárselo a todo el mundo.
Sobre el nombre, te prometo que desde que lo supe lo practiqué en voz alta para ver cómo sonaba, y es verdad... jajaja.
¡Besote!
Sin duda, cuando he leído la sinopsis también he pensado que era raro. Al principio me llamaba la atención, pero por lo que cuentas es el tipo de protagonista no el que no lograría empatizar, me recuerda a Mr. Ripley, un personaje que no me gustó. Así que no, esta vez, no me has convencido.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
PD: Jajaja, muy buena la observación de Patt, es cierto xD