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miércoles, 17 de enero de 2018

RESEÑA (by MH) ::: MUERTE DE UN AVIADOR - Christopher St. John Sprigg




Título original: Death of an airman 
Autor: Christopher St. John Sprigg 
Editorial: Siruela (colección Libros del Tiempo)
Traducción: Raquel García Rojas
Páginas: 248
Fecha de publicación original: 1934
Fecha esta edición: septiembre 2016
Encuadernación: cartoné
Precio: 18,95 euros 
Ilustración de cubierta: Japan Air (cortesía de The Advertising Archives)

 
George Furnace, prestigioso instructor de vuelo en el Aeroclub Baston, muere en el acto cuando su avión se estrella en la campiña inglesa. Aunque aquellos que lo conocían están desconcertados, pues era un excelente piloto y el aparato estaba en perfecto estado, la instrucción forense archiva el caso con el veredicto de muerte accidental. Pero un inesperado visitante, el australiano Edwin Marriott, obispo de Cootamundra, que ha llegado al club para aprender a pilotar y poder así ejercer su ministerio en las zonas más remotas de su diócesis, sospecha que la verdadera historia es algo más complicada: podría tratarse de un suicidio o incluso de un asesinato. Junto con el inspector Bray, de Scotland Yard, el intrépido ministro tratará a toda costa de desenmascarar la verdad.

«Una trama ingeniosa y apasionante, repleta de agudos rompecabezas y geniales hallazgos, y resuelta con un variopinto elenco de entretenidos personajes».  DOROTHY L. SAYERS


 **Esta reseña fue colgada hace justo un año, pero por cosas raras de blogger al querer editar una errata la ha actualizado como si fuera una nueva entrada. Por eso a estas alturas vuelve a aparecer aquí en primer plano. Sentimos las molestias**

Desde que Siruela comenzó a lanzar esta biblioteca de clásicos policíacos, en mí tienen a una compradora compulsiva de cada título que saquen en ella, porque los colecciono cual cromos de Panini.

El que hoy os traigo es Muerte de un aviador, de Christopher St. John Sprigg, autor muy admirado por Dorothy L. Sayers que es más conocido por sus textos políticos, y al que solo le dio tiempo a publicar siete novelas de misterio (o whodunit) englobadas en la Golden Age británica antes de morir en la guerra civil española. Si no me equivoco esta es la cuarta de esas siete novelas de detectives publicadas, la primera traducida al castellano, y la primera también que leo suya (algunos de sus libros son casi imposibles de encontrar incluso en inglés). 


La trama de inicio está perfectamente planteada. El doctor Marriott, obispo protestante de Cootamundra (Australia), está en Inglaterra para asistir a unas clases de vuelo para aprender a pilotar (le han ofrecido una avioneta para desplazarse por su diócesis, pero no sabe pilotarla), y para ello acude al Aeroclub Baston, regentado por Sally Sackbut con aparente mano de hierro (y buen corazón). Al poco de llegar allí muere en un accidente uno de los mejores profesores con los que cuenta el complejo (Furnace, antiguo piloto de combate durante la Gran Guerra), y aunque todos lo catalogan como eso, un accidente, nuestro obispo, con conocimientos médicos, detecta algo que le hace ponerlo en duda. Cuando se lo comunica al forense, comienza una investigación que ya solo por la ambientación se antoja bastante más compleja de lo habitual en el género para la época en que fue escrita (sobre esto, y aunque ya sabemos que muchas veces los profanos son más listos que los investigadores en este tipo de historias, en este caso tiene su explicación que el forense no lo hubiese detectado primero por sí mismo).

Los whodunit de la época muchas veces se restringían a asesinatos e investigaciones en casoplones de la campiña, en pequeños pueblos o villas, y con tramas que dentro del enredo y meticulosidad de la trama, seguían un modelo muy predeterminado. En el caso de Muerte de un aviador no solo innova en la ambientación de la trama y la complejidad del mundo del pilotaje de la época, sino que la investigación toca temas poco vistos por aquel entonces en este género (como el tráfico de drogas) y sale del país para trasladarse también a Francia, llegando en algunos momentos a estar implicados en el caso hasta 3 detectives o policías además del obispo (aunque el peso lo llevan sobre todo los dos detectives ingleses). Eso otorga a la trama varios giros que en unos casos son impredecibles y en otros un tanto rocambolescos, aunque mantiene bien la intriga hasta casi el final (con algún bache muy breve y sucinto en cuanto a la agilidad de la trama hacia la mitad de la historia). Y por si fuera poco, una vez resuelto el caso aún nos espera alguna sorpresa (bueno, realmente son dos, aunque una de ellas es de esas que te dejan con cara de ¿ein? ¿a qué viene esto?... la otra sí que está a la altura de la historia y le da un estupendo colofón).

La ambientación, ese aeroclub en el que confluyen tanto pilotos de combate reciclados en profesores de aviación, gente normal que quiere pilotar, miembros de la nobleza cuyo hobby es tener una avioneta privada, así como celebridades del aire conocidas en todo el mundo por sus proezas recorriendo grandes distancias, dan buena muestra de la época en que fue escrita la novela. A mediados de los años 30, los pilotos (tanto hombres como mujeres) copaban titulares por sus marcas de vuelo y existía una gran rivalidad en un mundillo en el que no por conseguir grandes proezas eras considerado mejor aviador. El autor parecía estar muy documentado y conocer bien de lo que hablabla, pues además de Muerte de un aviador escribió dos novelas más con esta temática o ambientación.

En cuanto a los personajes, son muchos, y eso conlleva que algunos estén muy definidos y otros pasen más desapercibidos. A pesar de lo que pueda parecer, el obispo empieza muy fuerte y con mucho protagonismo, pues no obstante es él quien posibilita que haya una investigación por asesinato y que tengamos libro policíaco entre manos, pero una vez llevado esto a cabo, se diluye entre los demás personajes pasando a un plano secundario hasta el mismo final, donde el autor parece que quiere otorgarle el lugar de honor que parecía que iba a tener al comienzo de la historia aunque luego no sea así. Sobre los demás, aparte de los habituales del club de aviación, que conforman un grupo de sospechosos de al menos seis o siete personas, tenemos a los dos investigadores principales: uno local, el inspector Creighton, que se hace cargo de la investigación en primer término, y el inspector Bray, del Scotland Yard londinense, a quien acude Creighton en busca de ayuda en un determinado momento del caso. Este último, Bray, protagoniza alguna de las escenas más inverosímiles de la novela, pero hay que ponerse en el contexto y época en que fue escrita, y tener en cuenta que el género estaba empezando y que realmente esta historia y su ambientación fueron totalmente novedosas para la época.  

A título personal, he disfrutado mucho de la lectura y me ha entretenido, giros rocambolescos incluidos, aunque admito que se me ha quedado por debajo de Un hombre muerto, de Ngaio Marsh, también perteneciente a esta colección y que reseñé hace unos meses. Este último tenia una chispa que lo hacía muy especial, además de contar con un detective muy carismático (Siruela lanza a finales de enero Un asesino en escena, el segundo volumen del inspector Alleyn... muero de impaciencia).

No puedo terminar la reseña sin dejar de comentar que las portadas de esta colección son todas maravillosas. Mi más profunda admiración y reverencia a quien esté encargad@ de seleccionarlas. Y muy prontito, reseñas de Misterio en blanco y Muerte en la rectoría, que forman parte de esta misma colección.

Christopher St. Johnn Sprigg (1907-1937), escritor, poeta, intelectual y teórico político británico. Escribió siete novelas policíacas en los años treinta. Además fue un destacado pensador marxista, cuyas obras políticas publicaría bajo el seudónimo de Christopher Caudwell. La mayor parte de su obra política fue publicada de manera póstuma.

Formó parte del Batallón Británico de las Brigadas Internacionales, que combatieron a favor de la República durante la Guerra Civil española.

Murió en combate en el Frente del Jarama. 

viernes, 28 de julio de 2017

MES JANE AUSTEN (by MH) ::: TV ::: EMMA (2009, BBC)



Título original: Emma
Año: 2009
Duración: 4 capítulos x 50 minutos
País: Reino Unido 
Director: Jim O'Hanlon
Guión: Sandy Welch
Basada en una novela de: Jane Austen

Reparto: Romola Garai, Jonny Lee Miller, Michael Gambon, Rupert Evans, Louise Dylan, Jodhi May, Blake Ritson, Tamsin Greig

Miniserie de TV de 4 capítulos. Emma Woodhouse (Romola Garai), una joven hermosa, inteligente y rica, está convencida de que tiene un don especial para ejercer de casamentera después de haber apoyado los felices matrimonios de su hermana mayor y de su institutriz. No le importa que el Sr. Knightley intente demostrarle que ella, en realidad, no tuvo nada que ver con esas bodas. Ofuscada por ese don inexistente, se enzarza en un juego peligroso y persuade a su amiga Harriet Smith (Louise Dylan), una joven hermosa, pero de clase social inferior, para que rechace la atractiva propuesta de matrimonio de un granjero del pueblo.
 
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He dudado mucho sobre qué versión traeros; si alguna de las dos que se hicieron en 1996 (una cinematográfica, la otra una adaptación para la televisión británica), o esta miniserie de 2009, que hasta la fecha es la última versión de la novela. Y las dudas vienen porque ninguna es perfecta, todas tienen cosas mejores y peores, y si de mí dependiese, haría una mezcla de todas y cada una de ellas para formar mi adaptación ideal. De hecho llegué a plantearme traeros las tres, pero los milagros con el tiempo tienen un límite :)
Al final me he decidido por esta porque al ser miniserie quizás es la más completa y es una excelente adaptación, aunque tiene unos cuantos "peros". Voy al grano.

¿Cosas buenas que tiene esta adaptación? Muchas, muchísimas. Sus 4 capítulos y 200 minutos de metraje dan para mucho y para abarcar el 90% de lo que ocurre en la novela, que es lo que más se echa de menos en las películas de apenas 90 minutos. Todo lo que tiene que estar, está, e incluso aparecen diálogos exactos al libro. Hay muchísima luz, la fotografía es fantástica, y si se me permite la nota friki de turno, en este caso confieso mi adoración por los vestidos de Regencia, y el vestuario de esta miniserie es absolutamente f-a-b-u-l-o-s-o; los vestidos que luce Romola Garai son todos para llevártelos a tu casa de lo bonitos que son. En cuanto a la historia, en su mayor parte se ajusta a la perfección a la novela, y solo introduce algunos cambios: unos me han gustado, otros no tanto (de estos os hablo más abajo). Lo que me ha gustado sobre todo es que han sabido plasmar en pantalla la evolución de la relación entre Emma y el señor Knightley, porque en el libro hace falta una relectura para captar muchos detalles en este aspecto, y aquí lo hacen más evidente... sigue siendo sutil, pero evidente. Puede parecer contradictorio, pero no.

Los actores en su mayor parte están muy bien escogidos. Michael Gambon sobre todo como el señor Woodhouse está soberbio. Blake Ritson como el señor Elton también está fantástico, y la actriz que hace de Harriet Smith también cumple muy bien con su papel. Me gustan menos Jodhi May como la señora Weston (que se pasa la miniserie con una media sonrisa torcida en la boca, sea cual sea la circunstancia), y la actriz que hace de Jane Fairfax, que se parece a la de la novela en básicamente nada. Hay otro personaje que no me gusta ni un pelo, pero vuelvo a emplazaros a leer más abajo para descubrirlo xD.

Debería hablar de Romola Garai, que para eso es Emma, protagonista absoluta, ¿no? Es que debo confesar que ninguna de las tres Emmas más famosas me parecen Emma al 100%, pero bueno, si tengo que escoger entre Kate Beckinsale, Gwyneth Paltrow y Romola Garai, obviamente la Emma de Romola gana por goleada. A ver, que es una buena Emma, no me entendáis mal, pero a veces peca de un poco exagerada en sus gestos, sobreactúa un pelín en algunas escenas. Pero sí, en líneas generales le doy un 8 sobre 10 :)

Vamos con los "peros".

¿Cuáles son los "peros" que comentaba arriba? Bueno, los hay chiquitines y uno no tan chiquitín. Los chiquitines son más bien cosas mías, cambios que no me gustan: el señor Elton no se avergonzaba de su esposa como se muestra en esta versión, sino más bien todo lo contrario, se enorgullecía de ella; la relación entre Emma y Jane Fairfax ni de lejos es tan buena y cercana como se muestra aquí, sino también todo lo contrario (de hecho buena parte de los remordimientos de Emma a lo largo de toda la novela son sobre este asunto), y más bien parece que quieren hacer a Emma más agradable y empática de lo que realmente es, quieren que le caiga mejor al espectador... Son tonterías sin importancia, pero teniendo en cuenta lo muchísimo que se ajusta la miniserie al libro en general, no veo necesarios estos cambios, la verdad.

Estos son los "peros" chiquitines... ¿cuál es el "pero" gordo? Jonny Lee Miller como el señor Knightley. No veo al señor Knightley en este actor... actor que reconozco que nunca, jamás, me convence en nada de lo que hace, y para mi desgracia sale en varias adaptaciones de Jane Austen. Quizás es prejuicio mío, no lo negaré, pero no me gusta, sorry. Parece de la misma edad que Emma/Romola, en ningún momento se ven esos 16 años de diferencia que le deberían otorgar una madurez y una sensatez que ella no tiene, ni se ve la adustez que tiene el personaje original... es como muy "guay", muy "molón", para ser el señor Knightley, no sé cómo explicarlo. También creo que si no se conoce al Knightley original pocas pegas se le pueden poner, las pegas vienen cuando sí se conoce al personaje literario y se percibe la poca semejanza... o también puede ser que al resto del mundo le dé igual que no se parezcan y solo me toque las narices a mí. El caso es que no me gusta... jajaja.

En las otras dos versiones que comento al principio, el personaje está interpretado por Mark Strong (que se pasa de severo pero me sigue gustando más que Miller), y Jeremy Northam, para mí el mejor Knightley ever. Esta miniserie que hoy reseño, con un Knightley como el de Jeremy Northam, rozaría la perfección... Jeremy, siempre serás Mr. Knightley en nuestros corazones austenitas :)

Me dejo de tonterías... jajaja. En resumen, que estas peguillas no opaquen mi opinión sobre la serie, que me parece maravillosa, totalmente recomendable y que debe ser visionada por todo aquel que le guste no solo Jane Austen, si no las producciones de época en particular y una buena serie en general. La BBC es sinónimo de calidad en cuanto a este tipo de adaptaciones, y se lucen siempre que da gusto. Creo que esta es la tercera vez que la he visto, y la veré las veces que hagan falta.

Os dejo con el opening, que es requetebonito hasta decir basta :) y siento si sale mal estructurada la reseña, pero no sé por qué blogger está hoy peleón y no me cuadra las imágenes :(

                            

lunes, 10 de julio de 2017

MES JANE AUSTEN (by MH) ::: RESEÑA ::: JUICIO Y SENTIMIENTO



Título original: Sense and sensibility
Autora: Jane Austen
Editorial: Alba (colección Clásica)
Traducción: Luis Magrinyá
Páginas: 472
Fecha publicación original: 1811
Fecha esta edición (2ª): septiembre 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 23 euros 
Ilustración de cubierta: Retrato de Elle y Mary MacIlvaine (1834, Thomas Sully)


«Ninguna de las dos tiene nada que decir; tú, porque no te comunicas, y yo, porque no escondo nada», le dice Marianne Dashwood a su hermana mayor Elinor en uno de los pasajes más célebres de Juicio y sentimiento (1811), la primera novela que consiguió publicar Jane Austen.

Lo no dicho, el secreto deliberado o impuesto, la verdad oculta y la mentira, el pacto de silencio dictado por la lealtad o la piedad, son en efecto los temas principales de esta novela que traza un cuadro tan hilarante como patético de las desventuras de dos hermanas casaderas, hijas de la gentry pero apartadas –en su condición de mujeres- de la fortuna familiar. Sus tropiezos en el camino del matrimonio, a veces empujadas por la mezquindad de sus propios parientes, las alegres presiones de sus vecinos o los mismos «principios» de su carácter y moral, las llevan a conocer todos los extremos que el «terror a la pobreza» o los estragos de una vida inútil pueden ocasionar en el destino de los hombres. Marianne, locuaz y ultrarromántica, y Elinor, prudente y reservada, componen una descompensada balanza de caracteres que finalmente se habrá de equilibrar.

Ingeniosísima en su trama, cáustica en su pintura de ambientes y personajes, grave en su espíritu moral, ésta es la primera de las obras maestras de Jane Austen.

Ainssss, creo que me va a quedar largo, pero qué ilusión me hace hablaros de Sentido y sensibilidad :)

O Juicio y sentimiento. O Sensatez y sentimiento... No quiero empezar guerrera. Sé que cuando Alba decidió cambiar el título dijo que Sentido y sensibilidad era/es un disparate de traducción, que a la sensibilidad del corazón se le denomina sentimiento... Yo todo eso lo entiendo. Pero estoy segura de que a día de hoy habrá gente que lea Juicio y sentimiento y piense que se ha descubierto un nuevo libro de Jane Austen o algo así. Es casi preferible decir el título en inglés y ya está (y eso voy a hacer yo a partir de ahora). A mí, y tengo este título en la estantería desde hace ocho años, sigue sin salirme llamarlo Juicio y sentimiento, y eso que soy de lo menos purista que pulula por ahí en cuanto a esta autora y su obra. Tendrán toda la razón, pero...

Debates aparte sobre el continente, procedo con lo que importa, el contenido. ¡Vamos que nos vamos! :)

Cuando hace unos meses reseñé la novela Persuasión, creo que no dejé lugar a dudas de que era mi favorita de la autora que homenajeamos este mes de julio. Podría haber intentado moderarme un poco, pero no tenía por qué: la adoro. Así que mejor o peor, quedó como quedó: objetividad (seguramente) bajo mínimos, sinceridad y pasión a raudales.

Hoy el reto no es menos peliagudo, porque reseño mi segunda novela favorita de Jane Austen, pero como ya eché el resto en cuanto a Jane como mujer además de escritora, hoy intentaré no excederme mucho. También aviso, aunque imagino que se sobreentiende, que es solo mi opinión personal, como siempre. Adoro todas sus obras, todas tienen cosas que me maravillan... pero no puedo evitar ordenarlas en mi cabeza según la historia, sus personajes y lo que me transmiten. Y tengo muy claro que no sigo el orden establecido y habitual, pero es mi orden y a estas alturas no va a cambiar, qué se le va a hacer :)

La narración comienza con la muerte del señor Henry Dashwood, de Norland Park, que deja tras él a su esposa, tres hijas adolescentes y un hijo más mayor, fruto de su primer matrimonio, que es quien lo hereda casi todo, casa familiar incluida. Este hijo, John Dashwood, tiene muy buenos propósitos y a una bruja como esposa, que le convence de que no le dé a sus hermanastras ni un penique más de lo que se estipula en el testamento. Así pues, las hermanas Dashwood (Elinor, Marianne y Margaret), junto con su madre, se ven obligadas a abandonar Norland Park sin apenas renta con la que subsistir, y se mudan a la lejana Devonshire, a un cottage que un primo lejano, sir John Middleton, amablemente pone a su disposición.

Aquí comienza el cambio de vida para esta familia, aunque para cada una de las dos hermanas mayores lo hace de manera distinta. Elinor llega a Devonshire con el corazón ocupado: el hermano de la bruja anteriormente citada, Edward Ferrars, se parece poco a su hermana, y con su carácter honesto, sencillo, tímido y nada pretencioso, se gana el afecto de Elinor durante los meses en que se tratan antes de abandonar Norland Park. Solo hay un problema: Elinor ahora es pobre, y de Edward Ferrars, primogénito de una familia de la alta sociedad, se espera que haga un buen matrimonio, y aparentemente a causa de esto la cosa no acaba de concretarse. 

Por su parte, Marianne, quien cree que el amor solo llega una vez en la vida, que espera a un caballero andante que le robe el corazón, que cree que cuando estás enamorada hay que expresarlo a los cuatro vientos y que se entere todo el mundo, encuentra a su amado ideal en Willoughby, un apuesto y elegante joven que pasa temporadas en Devonshire en casa de su tía, y que no solo la rescata cual hidalgo bajo la lluvia, sino que lee poesía, ama la música, y es igual de imprudente que ella a la hora de expresar sus sentimientos. El pobre coronel Brandon, que se enamora de la joven casi a primera vista en casa de sir John (¡y que ya tiene la ¡ancianísima! edad de 37 años!), poco puede hacer a ojos de la enamorada Marianne.

Con todo esto la trama está servida. El personaje que sostiene esta novela es Elinor Dashwood... la novela, la historia y a su propia familia. Es prudente, práctica, tiene sentido común, nunca da nada por hecho y no emite juicios previos. Toda su familia le recrimina su forma de ser, su compostura y prudencia ante los eventos de la vida, pero la vida siempre acaba dándole la razón. Siente, sufre, padece, se mortifica como todo el mundo, pero no ve la necesidad de cargar con sus sufrimientos a quienes le rodean. Su dolor es suyo, de nadie más. Siempre es la confidente de sus conocidos, quienes la sobrecargan con sus secretos y pesares, y siempre antepone la confianza que en ella depositan a su propio bienestar y beneficio. Tanto en sus propias penas como en las ajenas, es el sostén de los demás. Marianne es todo lo contrario. La reina del drama: si ella sufre, todos los demás deben saberlo y sufrir con y por ella; solo ella siente, solo ella padece, si no muestras tus sentimientos como ella es porque no los tienes, porque no lo estás pasando mal... su ligereza y afectación son el modo adecuado de comportarse; quien se modera es porque realmente no siente nada, y no tiene mérito alguno. Demuestra prejuicios, hace escarnio de los demás, menosprecia... presume de personalidad pero en muchos momentos parece que solo sigue la senda de su amado Willoughby.

Es difícil no empatizar más con una hermana que con la otra, y a mí, sintiéndolo mucho, creo que se me está viendo el plumero. Son uña y carne, se adoran, solo quieren lo mejor la una para la otra, y Jane Austen escribió una verdadera relación entre hermanas que, por experiencia propia, conocía muy bien. Eso que siempre decimos de "yo me meto con él/ella porque es mi hermano/a pero ya te guardarás tú bien de decir algo malo sobre él/ella" se puede aplicar perfectamente a esta historia... pero aun así, a pesar de adorarla y respetarla, Marianne es muy injusta con Elinor a lo largo de todo el libro: se cree superior a ella en sentimientos, en capacidad de amar, y se lo reprocha constantemente a lo largo de las páginas. Realmente como personaje la evolución de Marianne es mayor que la de Elinor; llega un punto en el que compara su comportamiento con el de su hermana y se avergüenza por no querer ni poder ser capaz de afrontar sus desdichas como ella, pero el final de su trama en particular para mí da mucho sobre lo que hablar. Mucho. Pero es un final del que no se puede hablar sin desvelarlo, así que me quedo con las ganas.

Esta, por tanto, es sobre todo la historia de dos hermanas, Elinor y Marianne, pero no hay que quedarse solo en eso, al igual que no hay quedarse solamente en las dos historias de amor/desamor que protagonizan. Nunca, en ninguna de las obras de Jane, hay que quedarse en la vertiente romántica, porque nos estaríamos perdiendo una fantástica recreación de la época y su sociedad, tanto en sus virtudes como en sus defectos. Observamos el poder del dinero y la mezquindad y avaricia que surgían de él; el arribismo de las clases medias sociales dispuestas a todo con tal de medrar; las imposiciones, limitaciones y obligaciones que suponía pertenecer a una determinada clase social, ya fuese alta o baja (las altas por su obligación a hacer buenos matrimonios y las medias-bajas por su imposibilidad de hacerlos); los sacrificios de una moral que en aquellos tiempos regía la vida de muchas mujeres; las consecuencias de ser fiel a uno mismo, ya fuesen propias o sobre los demás.

También, en cierto modo, Jane critica el Romanticismo como movimiento cultural que comenzaba a emerger cuando fue escrita por primera vez la novela a finales del siglo XVIII. Marianne sería la representación de este movimiento en la historia, la lucha por los ideales, la idealización del amor, la búsqueda de la libertad y hacer uso de ella y del libre albedrío alejándose de las restrictivas convenciones sociales... Jane fue mucho más incisiva con una de las vertientes de este movimiento, la literatura gótica, en La abadía de Northanger. Aquí lo hace de un modo más mesurado pero incontestable en cualquier caso, y más viendo cómo se desarrollan los acontecimientos a lo largo de la historia.

Pero que nadie se me asuste, que Jane se puso seria cuando tocaba, pero sacó la fina ironía a pasear cuando quiso contrarrestar las tribulaciones de esta familia. ¡Y cómo me sigue haciendo sonreír este libro! La manipulación que la señora de John Dashwood hace del petimetre de su marido es s-o-b-e-r-b-i-a; todo empieza con un "tienes razón" y termina llevándoselo a su terreno y engatusándolo para que haga lo que ella quiere. El señor Palmer, siempre desganado, apático, nada sociable... es que es genial, no tengo otra palabra para describirlo; es buena gente, pero no quiere que se le note. Un gran personaje humorístico muy a su pesar, y me estoy riendo yo sola mientras hablo sobre él. O Lucy Steele... ay, la mala pécora de Lucy Steele, siempre sibilina, siempre diciendo "lo que no quiere decir" y sus miradillas de reojo a ver si ha dado donde más duele. El incisivo humor de la autora, y el fiel reflejo que hace de las absurdeces de la cortesía, los buenos modos y la conducta a seguir en sociedad, campan a sus anchas a lo largo de toda la historia, e incluso Elinor tiene un humor muy fino que de vez en cuando se le escapa sacándote una sonrisa.

Jane usa contrapuntos constantemente en la historia. El buen juicio de Elinor y la emocionalidad de Marianne; el carácter tímido e introvertido de Edward con la extroversión y encanto de Willoughby; la idiotez e imprudencia de la señorita Steele y la astucia y artería de su hermana Lucy; el matrimonio Palmer es un contrapunto cómico en sí mismo; Edward y su hermano Robert; Willoughby y el coronel Brandon... A través de sus personajes Jane siempre nos muestra todas las facetas humanas, sus blancos, sus negros y también sus grises, con los que busca la redención dentro de la obra y de cara al lector de algunos personajes. Y todo, todo lo que ocurre en la historia tiene su por qué, está relacionado con el contexto general del libro, no sobra nada, no falta nada. Una precisión en la estructura que resulta increíble en una obra novel como era esta.

Así pues, el drama y la comedia se dan la mano continuamente en una historia de la que Jane Austen concluyó el primer borrador, una novela epistolar, con solo 19 años, reescribiéndola ya en su estructura definitiva un par de años después (aunque la novela tal y como nos ha llegado fue revisada otros 12 años más tarde). El cómo fue capaz de transformarla en la obra que ha llegado hasta nuestros días es algo que siempre me ha maravillado, porque nada en el resultado final hace pensar en la primera estructura de la narración. Se dice que en sus inicios (muy vagamente, eso sí) las dos hermanas representaban a las hermanas Austen: Elinor a  Cassandra y Marianne a Jane misma, y si esto fuese así, con el devenir de la historia Jane dejó bien claro que carácter era preferible para ella. También se notan cambios con respecto a la personalidad de la autora y las edades con las que escribió sus diferentes obras: en esta novela, escrita en la adolescencia tardía de Jane aunque luego fuese revisada años más tarde, Marianne considera a las mujeres de 27 años acabadas sin posibilidad de encontrar ya el amor... muchos años más tarde, Jane Austen le dio a Anne Elliot, protagonista de Persuasión, precisamente 27 años de edad y una segunda oportunidad en la vida y en el amor. ¿Casualidad? Yo no lo creo, Jane hilaba muy fino y revisaba todo lo que escribía hasta la saciedad; yo lo que veo es un guiño, o una compensación, en su última novela finalizada con respecto a la primera que escribió... y si estoy montando una película, pues allá yo con mi felicidad :)

Mi conexión con este libro, por circunstancias que no vienen al caso, es muy superior a la que tengo con obras mucho más queridas a nivel popular como Orgullo y prejuicio. Sé que es difícil competir con Darcy o Lizzy, pero si me preguntáseis a mí por donde seguir después de leer O&P, os diría que lo hiciérais con Sense and Sensibility. Es además mucho menos densa que otras obras suyas como Mansfield Park o Emma, que pueden costar algo más si no se está acostumbrado a la prosa de la autora. Os hará sonreír, os dará en qué pensar, tendréis todo lo mejor de la prosa de Jane Austen y de las singularidades que le han hecho célebre, y os sentiréis identificados en muchas cosas (casi seguro, y a pesar de la distancia que dan más de 200 años de diferencia y una sociedad completamente distinta), con uno o varios personajes, o con pinceladas de todos al mismo tiempo.

Me releo ahora y me doy cuenta de que casi todo el rato digo Jane, así a secas... Jane. Como si fuese amiga mía o algo. O es que quizás lo es y lo ha sido siempre. Para mí, en pocas palabras, la primera novela publicada de Jane Austen ya fue una obra maestra. Poco más puedo decir. Que ya he dicho mucho, pensaréis vosotros... pues no sabéis lo mucho que se me ha quedado en el tintero, pero no quiero abusar de vuestra paciencia :)




Jane Austen (Steventon, 1775-Winchester, 1817). Novelista británica. Séptima hija de una familia de ocho hermanos, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1801, los Austen se trasladaron a Bath y luego a Chawton, un pueblo de Hampshire, donde la escritora redactó la mayoría de sus novelas. Apacible, sereno y equilibrado es su modo de escribir, y describe con sutil ironía el ambiente de la clase alta rural del sur de Inglaterra. El interés de sus obras reside en los diferentes matices psicológicos de sus personajes, y en la descripción, con una buena dosis de crítica, del ambiente social en que sitúa a sus protagonistas, que no es otro que el suyo propio, el de la burguesía acomodada.