Título original: Omicidi in pausa pranzo
Autora: Viola Veloce
Editorial: Suma de Letras
Traducción: Patricia Orts
Ilustración de cubierta: Cover Kitchen
Páginas: 328
Fecha publicación original: 2014
Fecha publicación original: 2014
Fecha esta edición: junio 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,90 eurosIlustración de cubierta: Cover Kitchen
Que te despidan no es lo peor que puede pasarte en esta empresa
Su vida amorosa es un caos, su trabajo la aburre y su jefe la odia...
¿Qué más le puede pasar?
Francesca Zanardelli se prepara para afrontar otra aburrida tarde en su oficina de Milán. Está delante del espejo del baño, cepillo de dientes en mano, cuando ve dos pies asomarse por debajo de la puerta de un retrete. En el suelo descubre el cadáver de Marinella Sereni, su insoportable compañera de mesa. La han ahorcado con una soga blanca, que todavía le cuelga del cuello. Y todo ha sucedido durante la pausa de la comida.
Francesca se convierte así en la principal testigo de las investigaciones sobre la muerte de Marinella, pero el asesino se ha cuidado de no dejar pistas. Podría ser cualquiera, incluso el más insospechado de sus colegas. El pánico se apodera de la empresa mientras la vida de Francesca entra en caída libre. Su novio la ha dejado en vísperas de su boda, con 223 regalos que devolver, y sus padres le insisten en que se despida antes de que el criminal se fije en ella. Pero uno no renuncia a un trabajo fijo así como así. Ni aunque tu vida dependa ello.
De modo que Francesca se verá obligada a convertirse en detective improvisada porque el asesino no tardará en volver a actuar... Y ella es la única que puede detenerlo.
Hay libros que llegan a tu vida por la razón que sea pero que lo hacen en el momento preciso. Que atraviesas determinada situación personal que te hace coger un libro de entre cientos por el título, por lo que representa la portada o por la promesa que subyace de la combinación de ambas cosas.
A mí me pasó con este título. Y no hablo en general, de título como epítome de la novela en sí. Hablo del título-título (me lo podría tatuar en la frente como lema, para que nos entendamos). Si luego le doy la vuelta, y empiezo a leer la sinopsis, y me ofrecen-prometen una comedia negra ambientada en un entorno laboral deprimente real como la vida misma, y tal... pues tengo que leerlo. Estoy en ese momento. Y tenía ganas de comprobar si realmente me hacía gracia, porque yo soy de sonrisillas y tal leyendo, pero reírme, lo que se dice reírme, ya tiene que ser gracioso el libro... y conectar con mi tipo de humor, que esa es otra. Me sacan de lo british o lo irónico/negro/mezcla de los dos, y me cuesta.
Nos ponemos en situación. Francesca Zanardelli trabaja en la unidad de Planificación y Control de una multinacional asentada en Milán. Está indefinida, y eso es lo único que tiene de bueno su soporífero trabajo: un contrato fijo. Por lo demás, odia su trabajo, odia a su jefe supremo, no soporta a sus compañeros...
Cuando un día al volver del almuerzo Francesca se dispone a lavarse los dientes en el cuarto de baño, ve las piernas de Sereni despatarradas por debajo de la puerta de uno de los compartimentos y descubre que ha sido asesinada. Aquí comienza la historia, la investigación, el destripe interno de la empresa y sus trapos sucios, el jefe que le echa mucho cuento al "dolor" que siente, la pobre Francesca que se convierte en la testigo estrella, la muerta que no había por donde cogerla cuando estaba viva... Lo que me he reído en las primeras 80 páginas, que hacen honor sin duda a la vitola de novela brillante, satírica y mordaz que la precede. Pero...
Pues eso, que hay un pero. Grande. ¿Iba a ser esto una reseña totalmente positiva? Sí... al principio. Que sí, que el título-título llegó en el momento preciso, y esas primeras 80 páginas son fantásticas... pero ay, la cosa se tuerce. Mucho. Todo iba bien, muy bien, hasta que llegamos al principio del fin. Ahí comienza la historia a dar bandazos. Desde el preciso instante en que abandonamos el primer acto, y con él la oficina, sus idiosincrasias, sus trapos sucios (el cotilleo "oficinil", vamos, que da mucho juego si se maneja bien), el asesinato, la presencia de los detectives, la visita a comisaría y la fiscalía, las sospechas sobre los demás compañeros... cuando nos salimos del "crimen en la oficina", la historia derrapa.
El título del capítulo culpable es de lo más esclarecedor, "La vida continúa", y es justo en ese instante en que Francesca comienza a contarnos sus cuitas y penas: que si le dejó el novio casi en el altar, que si lo pasó muy mal y se tiró cuatro meses en la cama, que si tuvo que devolver los regalos de boda, que si citas en serie a ciegas, que si amistades raras de su madre... sinceramente, no me interesaba nada de nada (soy una insensible, lo sé) porque todo esto no está implementado en la historia, parece relleno para sumar páginas a una trama en la que la autora lo da todo en los primeros capítulos y luego se queda sin gas. Y además la protagonista pierde mucho... muchísimo. Cuanto más sabemos de ella, más tonta nos parece. Tiene salidas de juzgado de guardia. El histrionismo y comportamiento infantil de sus padres tampoco ayuda. Y si luego hubiese retomado la trama cómico-negra como es debido le hubiese perdonado el desliz, pero es que no, a partir de ese momento resulta imposible encontrar el espíritu del inicio... y no será porque no lo intenta, pero no, la chispa para entonces ya está agotada. La oficina comienza a matar... pero de aburrimiento.
Viola Veloce, la autora, no existe como tal. Es un seudónimo de una bloguera italiana que no ha desvelado su identidad (al parecer trabaja en una oficina en Milán parecida a la de su libro) y esta novela fue en un primer momento autopublicada, siendo publicada después por una editorial ante su éxito. Sinceramente a mí me ha parecido una historia muy irregular que hubiese necesitado más trabajo y pulir muchos aspectos; está escrita como con retazos que no tienen una cohesión como trama. Al terminar te quedas con la sensación de que era una buena idea, que empieza desarrollándola como un vendaval, pero que llega un momento que se queda sin recursos ni ideas suficientes para continuarla, y es cuando empieza a meter morralla a mansalva. Que yo la entiendo, vamos que si la entiendo. La idea de base de esta novela la tenemos en la cabeza mucha gente (yo misma pienso todos los días en una de similiar temática, solo que las patejas despatarradas serían las del hijo de mi jefe... o las de la madre del hijo de mi jefe... o las de... uff, tengo patejas despatarradas para 500 páginas xD), pero para escribir una historia completa hacen falta más cosas, no solo una idea. Y en eso es donde creo que falla.
En fin, que resulta arrolladora en el comienzo, pero está perdida en cuanto deja a un lado la idea inicial que da vida al libro. Tiene un primer tercio fantástico que merece mucho la pena, un tercio intermedio totalmente prescindible, y un último tercio, el de la resolución del caso, en el que por muy congruente que pueda ser la identidad del culpable (porque lo es, aunque sus razones son completamente absurdas), ya solo tienes ganas de que todo termine porque Francesca ha perdido mucho, mucho el norte y lo de la "vida real" ya no lo ves por ningún sitio. El culpable no podía ser otro, cierra la historia, pero estás deseando que el libro se termine. Y mira que me ha dado pena, que tenía pinta de que me iba a reír un montón durante todo el libro... Menos mal que lo pillé de oferta.
A mí me pasó con este título. Y no hablo en general, de título como epítome de la novela en sí. Hablo del título-título (me lo podría tatuar en la frente como lema, para que nos entendamos). Si luego le doy la vuelta, y empiezo a leer la sinopsis, y me ofrecen-prometen una comedia negra ambientada en un entorno laboral deprimente real como la vida misma, y tal... pues tengo que leerlo. Estoy en ese momento. Y tenía ganas de comprobar si realmente me hacía gracia, porque yo soy de sonrisillas y tal leyendo, pero reírme, lo que se dice reírme, ya tiene que ser gracioso el libro... y conectar con mi tipo de humor, que esa es otra. Me sacan de lo british o lo irónico/negro/mezcla de los dos, y me cuesta.
Nos ponemos en situación. Francesca Zanardelli trabaja en la unidad de Planificación y Control de una multinacional asentada en Milán. Está indefinida, y eso es lo único que tiene de bueno su soporífero trabajo: un contrato fijo. Por lo demás, odia su trabajo, odia a su jefe supremo, no soporta a sus compañeros...
Claro que hay días en que me tiraría del Duomo ante la perspectiva de pasar treinta años más en este puesto, pero, cuando menos, me tiraría con el estómago lleno...En toda la empresa solo tiene un amistad propiamente dicha, Michele, con el que come todos los días y que le resulta cómodo como amigo porque solo tiene un tema de conversación y por lo demás la deja tranquila. Su unidad es el lugar de la empresa donde van a parar todos los trabajadores indefinidos que no pueden despedir pero que son nulos y no saben qué hacer con ellos. Claro ejemplo es Marinella Sereni, que se dedica a jugar al solitario y a regar las plantas, pero está fija desde hace años y si el jefe no quiere un (nuevo) problema con el sindicato, tiene que mantenerla aunque sea un cero a la izquierda y no sepa ni abrir el procesador de textos.
Cuando un día al volver del almuerzo Francesca se dispone a lavarse los dientes en el cuarto de baño, ve las piernas de Sereni despatarradas por debajo de la puerta de uno de los compartimentos y descubre que ha sido asesinada. Aquí comienza la historia, la investigación, el destripe interno de la empresa y sus trapos sucios, el jefe que le echa mucho cuento al "dolor" que siente, la pobre Francesca que se convierte en la testigo estrella, la muerta que no había por donde cogerla cuando estaba viva... Lo que me he reído en las primeras 80 páginas, que hacen honor sin duda a la vitola de novela brillante, satírica y mordaz que la precede. Pero...
Pues eso, que hay un pero. Grande. ¿Iba a ser esto una reseña totalmente positiva? Sí... al principio. Que sí, que el título-título llegó en el momento preciso, y esas primeras 80 páginas son fantásticas... pero ay, la cosa se tuerce. Mucho. Todo iba bien, muy bien, hasta que llegamos al principio del fin. Ahí comienza la historia a dar bandazos. Desde el preciso instante en que abandonamos el primer acto, y con él la oficina, sus idiosincrasias, sus trapos sucios (el cotilleo "oficinil", vamos, que da mucho juego si se maneja bien), el asesinato, la presencia de los detectives, la visita a comisaría y la fiscalía, las sospechas sobre los demás compañeros... cuando nos salimos del "crimen en la oficina", la historia derrapa.
El título del capítulo culpable es de lo más esclarecedor, "La vida continúa", y es justo en ese instante en que Francesca comienza a contarnos sus cuitas y penas: que si le dejó el novio casi en el altar, que si lo pasó muy mal y se tiró cuatro meses en la cama, que si tuvo que devolver los regalos de boda, que si citas en serie a ciegas, que si amistades raras de su madre... sinceramente, no me interesaba nada de nada (soy una insensible, lo sé) porque todo esto no está implementado en la historia, parece relleno para sumar páginas a una trama en la que la autora lo da todo en los primeros capítulos y luego se queda sin gas. Y además la protagonista pierde mucho... muchísimo. Cuanto más sabemos de ella, más tonta nos parece. Tiene salidas de juzgado de guardia. El histrionismo y comportamiento infantil de sus padres tampoco ayuda. Y si luego hubiese retomado la trama cómico-negra como es debido le hubiese perdonado el desliz, pero es que no, a partir de ese momento resulta imposible encontrar el espíritu del inicio... y no será porque no lo intenta, pero no, la chispa para entonces ya está agotada. La oficina comienza a matar... pero de aburrimiento.
Viola Veloce, la autora, no existe como tal. Es un seudónimo de una bloguera italiana que no ha desvelado su identidad (al parecer trabaja en una oficina en Milán parecida a la de su libro) y esta novela fue en un primer momento autopublicada, siendo publicada después por una editorial ante su éxito. Sinceramente a mí me ha parecido una historia muy irregular que hubiese necesitado más trabajo y pulir muchos aspectos; está escrita como con retazos que no tienen una cohesión como trama. Al terminar te quedas con la sensación de que era una buena idea, que empieza desarrollándola como un vendaval, pero que llega un momento que se queda sin recursos ni ideas suficientes para continuarla, y es cuando empieza a meter morralla a mansalva. Que yo la entiendo, vamos que si la entiendo. La idea de base de esta novela la tenemos en la cabeza mucha gente (yo misma pienso todos los días en una de similiar temática, solo que las patejas despatarradas serían las del hijo de mi jefe... o las de la madre del hijo de mi jefe... o las de... uff, tengo patejas despatarradas para 500 páginas xD), pero para escribir una historia completa hacen falta más cosas, no solo una idea. Y en eso es donde creo que falla.
En fin, que resulta arrolladora en el comienzo, pero está perdida en cuanto deja a un lado la idea inicial que da vida al libro. Tiene un primer tercio fantástico que merece mucho la pena, un tercio intermedio totalmente prescindible, y un último tercio, el de la resolución del caso, en el que por muy congruente que pueda ser la identidad del culpable (porque lo es, aunque sus razones son completamente absurdas), ya solo tienes ganas de que todo termine porque Francesca ha perdido mucho, mucho el norte y lo de la "vida real" ya no lo ves por ningún sitio. El culpable no podía ser otro, cierra la historia, pero estás deseando que el libro se termine. Y mira que me ha dado pena, que tenía pinta de que me iba a reír un montón durante todo el libro... Menos mal que lo pillé de oferta.
Viola Veloce trabaja de verdad en una oficina en Milán y quizá por eso ha decidido publicar su novela bajo seudónimo. Dice de sí misma en su blog:
«Un par de notas biográficas sobre el autor siempre queremos todos, así que aquí están las mías: mujer trabajadora, ahora soltera, con un niño en edad escolar. Cuando vuelvo a casa por la tarde ordeno un poco, cocino cualquier cosa, meto los platos sucios en el lavavajillas y después hago los deberes con mi hijo. Cuando hemos terminado enciendo el ordenador. ¿A dónde voy a ir a las once de la noche en Milán? ¿Y el niño? ¿Lo dejo solo? Por supuesto que no. Ya está. No tengo nada más que declarar».
«Un par de notas biográficas sobre el autor siempre queremos todos, así que aquí están las mías: mujer trabajadora, ahora soltera, con un niño en edad escolar. Cuando vuelvo a casa por la tarde ordeno un poco, cocino cualquier cosa, meto los platos sucios en el lavavajillas y después hago los deberes con mi hijo. Cuando hemos terminado enciendo el ordenador. ¿A dónde voy a ir a las once de la noche en Milán? ¿Y el niño? ¿Lo dejo solo? Por supuesto que no. Ya está. No tengo nada más que declarar».
Ohhh. No me acordaba de la novela, la vi en novedades cuando salió y me pareció que tenía que estar bien, pero luego la deje pasar y hoy me la has recordado. Creo que no hice mal, según lo que cuentas. La dejo pasar, hay muchas novelas por leer.
ResponderEliminarBesos
Pues eso mismo, hay mucho y bueno por leer, y de verdad que no creo que esta novela e concreto merezca la pena realmente. Empieza genial pero luego la autora no sabe para donde tirar...
Eliminar¡Besote!
Aiiinnnsss, mira que cuando comenzaba a leer la reseña me decía esta novela es para mí. Cuando dijiste que te reíste muchísimo dije "guay" y al llegar a la parte en que no te ha convencido nada,me desinfle! Y la verdad es que es una pena, como dices tú, que al final no llegue a ser lo que perfilaba al principio. Así que nada, la dejo pasar.
ResponderEliminarUn besazo
Eso pensaba yo durante las primeras 80 páginas, que esa novela era para mí. Fíjate cómo decaerá la cosa para que cambiase tan radicalmente de opinión en las 250 páginas restantes... jajaja.
Eliminar¡Besote!
Este no me llama mucho y si además no te ha convencido del todo...
ResponderEliminarUn beso
No me ha convencido nada de nada, así que a por otra, que hay mucho bueno a la espera de ser leído... jajaja.
Eliminar¡Besote!
A mí sí que me habéis matado con vuestra reseña!!! Me ha hecho gracia alguno de vuestros comentarios... Yo tampoco soy muy reírme a carcajada... un libro tiene que ser muy bueno o el autor tener un gran don para ello... sonreír, sí, muchas veces... pero reír, reír, ya no tanto.
ResponderEliminarPues parecía prometedor... creo que que te ha pasado algo similar a lo que a mí me pasó con Patricia Brent, Solterona... me prometieron una historia desternillante e hilarante y no sé, no me convenció (aunque el argumento sí era fiel a lo que se nos presentaba en la sinopsis).
Un saludo!! ;)
Ains, si es que si yo te contara de mi curro... jajaja. En el caso de "Patricia Brent" es un humor más sutil, más ligero, no es de buscar la risa fácil ni de carcajada, pero este de la oficina es que se nota que sí va buscando eso, y fracasa estrepitosamente en dos tercios del libro (para mi gusto).
Eliminar¡Besote!
Pues qué rabia y qué ganas te habrán entrado de darle con el libro en la cabeza a la bloguera escritora.
ResponderEliminarDe mano no me llamaba mucho el tema oficina y queja vital de qué rollo es mi vida. Pero cuando empezaste con el entusiasmo de las 80 páginas me apuntaba. Pero de las mismas que me apunté me borro porque vaya tela. Uf. Ni me lo planteo que menudo cabreo has debido coger. Es lo que pasa con eata gente que maneja las redes sociales tan bien, que se hacen con la gente, su s seguidores los encumbran y aunque no lean el libro lo ponen por las nubes y ya está le éxito en la puerta. No digo que siempre pase esto porque a veces sí que son libros muy buenos pero otras...
Besos
Oye, desahógate y escribe esa novela, yo me apunto a leerla.
No lo sabes tú bien... jajaja.
EliminarEs que las primeras ochenta páginas de verdad que me hicieron reír, de esto de estar leyendo a las tantas de la noche y tener que contener el sonido de la risa porque no eran horas... por eso luego el chasco fue tremendo. Hay libros autopublicados maravilloso (qué te voy a contar a ti), pero hay otros que por lo que sea caen en gracia, son encumbrados a unas cotas que no merecen ni de lejos, y las editoriales ven solo el dinero muchas veces, no la calidad del libro en cuestión (y de esos ya he reseñado alguno por aquí en el blog).
Y no me des ideas con la novela, no me las des, que me quedaba más ancha que larga, menuda escabechina... ni King en sus momentos más gore... jajaja.
¡Besote!
Uy, creo que si la cosa derrapa tan dramáticamente, a pesar de ese comienzo tan bueno, lo dejo pasar. Besos
ResponderEliminarDerrapa muchísimo, pasa de ser graciosa a intentar serlo sin conseguirlo cuando se queda sin ideas y empieza a meter tonterías... A por otro :)
Eliminar¡Besote!
Vaya, pues qué mal, porque ya casi me habías convencido con la primera parte. También yo es raro que me haga reír un libro, tiene que ser muy bueno. Así que por ahí me has dejado con curiosidad, pero claro, si luego se empieza a desinflar... Pues nada, a otra cosa. Gracias por la no recomendación.
ResponderEliminarUn beso, feliz finde ;)
Pues yo creo que es lo que peor me ha sentado, que a mí también me cuesta mucho reírme con un libro y en las primeras páginas lo había conseguido. Por eso la decepción luego fue mayor... Ainsss...
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Es una pena que decaiga tanto al final, pues solo el título y la portada te dan ganas de leerlo, da la impresión que sea una de esas novelas frescas y divertidas que te lees de cabo a rabo en un santiamén. De todas maneras la anotaré por si acaso, aunque seguro que de momento no la vaya a leer.
ResponderEliminarUn besito ❤️❤️❤️
Es lo que esperaba, una novela fresca y divertida con tintes de comedia negra en un ambiente laboral que se presta mucho a ella, pero de verdad que no... la autora se quedó sin ideas. Si al final decides leerlo espero que lo disfrutes algo más que yo :)
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Hola, en su día estuve a punto de leer esta novela, pero lo fui dejando y las primeras reseñas que leí me desanimaron. Ahora, tu reseña me confirma que hice bien en descartar esta lectura, porque no creo que vaya a gustarme mucho. Gracias por compartir :)
ResponderEliminarPues yo no leí ni una sola reseña antes de leerlo, y después tampoco. Lo compré y lo leí porque me llamaba un montón, y después me desilusionó tanto que sin ganas de leer otras opiniones me quedé... Prescindible, de verdad :)
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La verdad es que podría firmar el título sin ningún pudor, jajaja pero la dejo pasar. Gracias por no hacer que me la anote :)
ResponderEliminarBs.
Pues eso mismo me pasó a mí, que podría (y puedo) firmar el título sin pudor ninguno y en letras de neón, y por eso lo compré... jajaja. Pero luego nada de nada, prescindible, y más con todo lo bueno que hay pendiente por leer.
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Una pena que decaiga tanto. Tampoco es un libro que me llamase y después de leerte...
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues a por otro, este no merece la pena ni da tanta diversión como promete (opinión personal, claro).
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Yo no trabajo en una oficina (soy la eterna opositora jaja) pero entiendo tus sensaciones y el porqué te atraía tanto su historia. Y la verdad es que la premisa prometía mucho, una pena que decayera hacia su final...hay libros que, efectivamente, meten historia para rellenar y al final el conjunto no funciona. Además yo tampoco podría con una protagonista histriónica...
ResponderEliminarBesitos y buen finde
Ains, es que es morralla a mansalva de cosas que no solo no tienen interés sino que no tienen gracia (o por lo menos a mí no me la han hecho). Y sí, es que el título me lo podría tatuar cada vez que vengo al curro... jajaja.
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A mí no me llamaba mucho y luego se ve que no es para ir corriendo a por el. Lo dejo pasar.
ResponderEliminarNo, ni corriendo ni andando... jajaja. Me ha desilusionado mucho, aunque creo que eso ya no se nota en la reseña :)
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La recuerdo de cuando salió y no me llamaba nada así que la dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes.
Pues si ya no te llamó de primeras, no te lo recomiendo, la verdad. Haces bien en dejarlo pasar.
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Es un libro con el que me habías convencido, porque soy de risa difícil, pero cuando has dicho que pierde gas...Una lástima, pintaba bien, pero veo que no es para mí.
ResponderEliminarPD: Curiosa la biografía de la autora.