Título original: Das Café der kleinen Wunder
Autor: Nicolas Barreau
Editorial: Suma
Traducción: Carmen Bas Álvarez
Páginas: 352
Fecha publicación: septiembre 2017
Fecha publicación: septiembre 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16.90 euros Diseño de cubierta: Lidia Villamajó
Nelly tiene 25 años, vive en París, le gusta la vida
tranquila, adora los libros antiguos, desconfía de los hombres
atractivos, está enamorada en secreto de su profesor de filosofía, cree
en los presagios y nunca jamás se subiría a un avión. Desde luego no es
el tipo de persona que cogería todos sus ahorros una mañana fría de
enero, se compraría un bolso rojo y se montaría en un tren a Venecia.
Pero
a veces las cosas ocurren. Cosas como un catarro, un amor inesperado o
una inscripción misteriosa en un viejo libro... Y a veces hay que perder
el suelo bajo los pies para llegar al séptimo cielo.
Nicolas
Barreau vuelve con una novela deliciosa que lleva al lector del norte
al sur para conducirlo a un pequeño café en el que aguardan los secretos
y los milagros son posibles.
Nelly tiene 25 años, vive en París, le gusta la vida tranquila, adora los libros antiguos...Estas son las palabras que intentan definir a Nelly en la sinopsis del libro. Sí, nuestra protagonista vive y estudia en París pero, a mi entender, son palabras que solo aportan meros datos superficiales y para nada nos dan a conocer a esta chica bretona con una personalidad complicada y profunda, que se ha enriquecido con todas las experiencias vividas desde que era una niña, experiencias que le han marcado unas veces para bien y otras, que son las más, para menos bien.
Cuando intentas profundizar un poco en su mente, descubres que Nelly es de esas personas que poseen una personalidad férrea, forjada por todas esas experiencias de las que hablo arriba y, sobre todo, por su abuela Claire, bretona de pro y mujer fuerte y audaz, como las tierras que la vieron nacer. Ella es la inspiradora de toda su vida.
Claire siempre ha estado dentro de Nelly y ha sabido interpretarla en todas sus versiones. Así pues, una vez que sus padres salieron de la vida de su nieta, a la abuela le correspondió marcar su rumbo y sus rutas, fortaleciéndola al mismo tiempo con su calor y su temperamento. Para Nelly, su abuela es su faro, la que siempre la ha animado y aconsejado... pero, a pesar de todo, nuestra protagonista tiene sus carencias, manías, fobias e inexperiencias, que le impiden madurar y avanzar en la vida del modo que a ella le gustaría.
Nelly vive en un bucle y, ya sea por las teorías que estudia o por su mera imposibilidad, procrastina su vida todo el tiempo, sobre todo en las facetas del corazón. Es una verdadera romántica, y vive conscientemente un amor platónico que alimenta con deseos, situaciones mal interpretadas y trabajos de postgrado que, si algo tienen de bueno, es que le llenan las horas, los días e incluso algún año de su existencia. Viviendo así, en su zona de confort, rumiando todo el rato sobre ella y su amor platónico, solo ve la luz cuando ese mundo imaginario choca con su realidad, esfumándose esa etérea e inexistente vida. Es entonces cuando se descubrirá (o no) todo el potencial de nuestra protagonista.
Pero, como creemos saber, para construir algo antes tenemos que tener el valor de destruir todo lo que nos impide seguir con nuestra creación y, solo cuando recibe el baño frío y duro de cruda realidad, es cuando Nelly encuentra las motivaciones para romper con toda esa procrastinación, que tanta ansiedad y culpa le aportan a su inmutable vida parisina.
Para todo lo anterior es necesario salir de su ambiente o, mejor dicho, cambiarlo. Así, de París viajaremos a la bella Venecia, que no sé cuál de las dos ciudades me gusta más. Como Nicolas Barreau nos envía a Venecia, pues con esta me quedo, aunque solo por esta vez.
A partir de su llegada a la ciudad de los canales, acompañamos a Nelly en su despertar a la vida, al autoconocimiento. Al mismo tiempo que subimos y bajamos puentes, unos conocidos y otros no tanto, somos participes de ese despertar pues, como bien es sabido, no hay nada como el buen ejercicio, en un escenario único y maravilloso, para apreciar las cosas buenas de la vida y empezar nuevas etapas dejando atrás todos los pensamientos negativos... esas lastras que nos impiden madurar y, en definitiva, alcanzar esos cachitos de felicidad que todo ser humano anhela de alguna manera.
Oyendo e interpretando las señales que la vida le pone delante, vemos como Nelly es capaz de florecer y madurar, equilibrando sus percepciones con las realidades que la rodean, ya sean las típicamente cotidianas o, si queremos profundizar más, esas realidades románticas que le permitan identificar a ese amor carnal, real, que nada tiene que ver con el forjó en su mente allá en París a base de fantasías y deseos fatuos.
Nicolas Barreau construye, con un lenguaje sencillo, ágil y dinámico, una novela romántica donde encontramos buenas dosis de amor real y no tan real, casualidades casi imposibles, y unos tintes sensibles un tanto subidos.
Esto no quita para decir que he saboreado y disfrutado toda la historia todo el tiempo y en toda su extensión, y si en alguna ocasión la trama cae un poquito en la sensiblería se lo perdono por todo lo bueno que me ha aportado la novela. Creo que el personaje de Nelly así se lo pedía; era necesario y congruente para encajar su personalidad, un tanto complicada y profunda, y así poder despegar y madurar en el futuro y en sus nuevas etapas.
Nicolas Barreau (París, 1980), de madre
alemana y padre francés, estudió lenguas románicas y literatura en la
Sorbona. Durante un tiempo trabajó en una librería de la Rive Gauche
hasta que finalmente se dedicó a escribir.
Le encantan los restaurantes y la cocina, cree en el destino, es muy tímido y reservado y, al igual que al escritor protagonista de La sonrisa de las mujeres, no le gusta aparecer en público.
Sus tres novelas, publicadas originalmente por una pequeña editorial alemana, han conseguido un gran éxito, especialmente La sonrisa de las mujeres, que se ha convertido en un verdadero fenómeno editorial en Alemania y en Italia.
Le encantan los restaurantes y la cocina, cree en el destino, es muy tímido y reservado y, al igual que al escritor protagonista de La sonrisa de las mujeres, no le gusta aparecer en público.
Sus tres novelas, publicadas originalmente por una pequeña editorial alemana, han conseguido un gran éxito, especialmente La sonrisa de las mujeres, que se ha convertido en un verdadero fenómeno editorial en Alemania y en Italia.
Madre mía, yo no sabía que el autor es tan joven... si yo tengo un año más que él... por sus historias me imaginaba alguien más "maduro"... por ahora solo he leído de él París es siempre una buena idea y me gustó su manera sencilla de traer una historia bonita, cargada de magia, rodeada de libros, y bien hilada... este lo tengo apuntado, y Me encontrarás en el fin del mundo lo compré de segunda mano hace poco.
ResponderEliminarNo me importaría leerla, se ve que la has disfrutado.
ResponderEliminarBesos
No es un género que me entusiasme. H leído uno del autor, y bueno entretenido.
ResponderEliminarUn beso ;)
Yo, si algo he aprendido, es a no decirle que no a ningún libro. En otra época lo habría rechazado de entrada, pero resulta que hace unos años me animé con este autor y qué te voy a decir, a nadie le amarga un dulce de cuando en cuando, y para eso está Barreau. Son historias ligeritas, de ésas de puro bienestar y evasión. No me importaría nada leerla.
ResponderEliminarBesos.
No he leído absolutamente nada de este autor, y eso que siento algo de curiosidad por su obra, por lo bien que pones esta voy a tomar nota del titulo por si el tabrajo me deja tiempo de darle una oportunidad. Un saludo!
ResponderEliminarEl de la sonrisa lo llevé pero luego atardeció en París y acabó conmigo. Demasiado dulce y purpurina por todas partes. Es que ya sé lo que me va a pasar y este tipo de libros fórmula me acaba enfadando por repetirse.
ResponderEliminarBesos
¡Hola Miss B!
ResponderEliminarSuelen ser lecturas bastante acarameladas para mi gusto, soy una chica ruda y fuertota...jajaja. Pero no se, será tu forma de contárnoslo, pero hay algo en ella que me atrae, le daré una oportunidad. Si si.
Un besito y feliz finde cielo!!
Yo leí La sonrisa de las mujeres... y la verdad es que no recuerdo si me gustó mucho o no... yo creo que es de esos libros románticos y dulces que, al final acaban pareciéndose entre sí... Creo que esta vez lo dejo pasar... y eso que, a veces, me gusta leer estas novelas ligeritas...
ResponderEliminarUn besazo
Jo, con este no puedo.... No me va nada el estilo de Barreau. Es demasiado pastelote para mí, pero la verdad que tiene su público y lo entiendo.
ResponderEliminarBEsotesss
A mí me gustó. Son de esas novelas que no van a a ninguna parte pero que disfrutas mientras lees, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos
A mí no termina de llamarme, no soy mucho de novelas románticas y si son muy pastel no estoy para ellas, así que lo dejo pasar. Besinos.
ResponderEliminarNo termino de animarme con este libro, pese a que veo buenas reseñas de él.
ResponderEliminarBesotes!!!
Barreau está encajado en lo que ahora llaman novela "Feelgood" ¿Verdad? de él leí "París es siempre una buena idea" y recuerdo que me gustó. Aunque no soy muy de este tipo de novela romántica, a veces para desconectar un ratito no está mal. Besos
ResponderEliminarYo me leí los dos primeros del autor y me parecieron tan parecidos que ya no continué. Son lecturas bonitas y entrañables pero no volví a probar con otra novela más. Besos
ResponderEliminarNo he leído nada de él, y es que en principio no me llama. Un besote!
ResponderEliminarNo me gustan los libros tan románticos pero tengo curiosidad por leer uno de este autor.
ResponderEliminarBesos
A mí esta vez es que no me llama absolutamente nada. Lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
No sé, no termino convencida, parece una novela entretenida pero simple, no me convence.
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