Título original: El sueño de Creta
Autor: José Vicente Alfaro
Editorial: Autopublicado
Páginas: 280
Fecha de publicación: abril 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 2,99 euros (kindle) + 11,39 euros (papel)Diseño de cubierta: Juan Luis Torres Pereira
Mucho antes del nacimiento de la Grecia Clásica, hubo otra civilización
extraordinaria emplazada en Creta, que alcanzó un alto grado de
desarrollo cultural y artístico debido al dominio incontestable que
poseía sobre el mar. Desde el fabuloso palacio de Cnosos, el rey Minos
gobierna sobre su pueblo centrado en mantener la paz, tras haber
promovido el desarrollo del comercio y haber limpiado de piratas las
aguas del Egeo. Su hijo, el príncipe Androgeo, sueña con convertirse en
un gran héroe; mientras su hija, la princesa Ariadna, siente la
repentina llamada de la vida religiosa a causa de una desgracia.
Entretanto, una modesta aldeana llamada Melantea rescata a un misterioso
joven que ha naufragado en las costas de Creta, que no tardará en
enamorarse perdidamente de ella pese a las numerosas circunstancias en
su contra. Amor, intriga y mitología confluyen en la presente aventura,
situada en el marco histórico de la espléndida civilización minoica.
Tras dos semanas en las que no solo he descansado yo de escribir reseñas sino vosotros de leerme, aquí vuelvo, y además lo hago con un clásico del blog. Lo de leer un libro de José Vicente Alfaro todos los años se ha convertido en tradición desde que abrimos las puertas de Netherfield. Siempre los saca por las mismas fechas, y Laky siempre organiza en su blog una lectura conjunta cuando salen, así que más fácil y organizado, imposible. Lo de adivinar qué civilización desaparecida será la protagonista de cada novela es el acertijo anual que yo nunca resuelvo, y con El sueño de Creta me ha sorprendido... además ha sido cosa de meigas, porque justo estaba leyendo la Odisea de Homero cuando supe que finalmente la civilización minoica había sido la elegida.
Estamos en el siglo XV a.C.. En Creta gobierna el rey Minos sobre un pueblo avanzado que vive sobre todo del comercio. Tienen pleno dominio sobre el mar, y por ello su defensa está concentrada en la flota de barcos que rodean la isla, careciendo de un ejército de tierra o de cualquier otro tipo de defensa que se les antoja innecesario. A una playa de Creta llega Tisandro, náufrago con amnesia que, salvo su nombre, no recuerda absolutamente nada más. Lo que sí parece claro por su aspecto es que no es cretense. Le encuentra Melantea, quien lo lleva a su casa, donde es acogido por su familia hasta que sea capaz de recordar quién es. Por otro lado, la paz y tranquilidad que viven en la isla se ve amenazada por los aqueos, que no solo quieren apropiarse de las rutas comerciales cretenses, sino conquistar sus tierras... sin olvidarnos de ciertas ansias de poder internas que amenazan con derrocar a Minos del trono.
Tal y como comentaba en el primer párrafo, la civilización que José Vicente Alfaro nos trae en esta ocasión es la minoica, y más concretamente sus últimos coletazos, su último aliento como la civilización extraordinaria que fue. Para ello construye una trama en la que tienen cabida diversos elementos que el lector, a poco que conozca su obra, reconocerá como habituales en las historias del autor.
Por un lado tenemos todo el componente histórico, un elemento que Alfaro siempre cuida mucho y que mete en vena al lector sin que este se dé cuenta. Incluyendo detalles aquí y allá nos desvela el tipo de gobierno por el que se regían los minoicos, sus estamentos sociales, la fe minoica con sus sacerdotisas y predicciones, su cultura, la pintura al fresco desconocida fuera de la isla... Es la seña de identidad de este escritor: descubrir ante el lector la cultura que retrata de una manera sencilla, sin sobredosis de datos ni petulancia informativa. Todo esto, eso sí, poniendo por delante que la civilización minoica (auge y caída) sigue siendo un misterio hoy en día, y que no fue hasta principios del siglo XX que se descubrió que, lo que se pensaba que solo había existido en la imaginación de Homero y su Odisea, tenía una base real: se encontró el palacio real de Cnosos, y con él, esta cultura que sentaría los cimientos de la futura civilización griega.
Pero no solo de conocimientos históricos vive el hombre (o el lector), y a este suculento guiso se unen intrigas palaciegas, romances, secretos del pasado, rivalidades entre aldeas, planes de derrocamiento del gobierno, intentos de invasiones extranjeras... y un final que a mí me ha recordado a algunas películas que no voy a nombrar aquí porque daría pistas de por dónde va, pero es como muy cinematográfico. Lo dejo ahí.
Como en cada una de sus novelas, la trama es coral en cuanto a personajes, cumpliendo cada uno de ellos papeles totalmente distintos que hacen que la historia se mueva por estamentos muy diferentes dentro de la isla. Así, el autor entremezcla en la historia personajes ficticios con personajes que forman parte de la mitología griega y que a día de hoy no se sabe a ciencia cierta todavía hasta qué punto fueron (alguno de ellos) reales. Por un lado tenemos a Tisandro y Melantea, que podrían denominarse los dos personajes más importantes de la novela, y cuya trama amorosa mueve los hilos de varias subtramas que hacen que avance la historia. Por otro tenemos la trama palaciega, que tiene muchas ramificaciones: el rey Minos es un rey pacífico que intenta mantener la quietud en la que vive la isla desde que él asumió el gobierno, pero no todos sus gobernadores están de acuerdo con esta falta de beligerancia y conspiran en su contra; sus hijos, Androgeo y Ariadna, también buscan caminos muy diferentes en la vida, y mientras uno sueña con ir a la guerra y ser un héroe, la otra quiere ser sacerdortisa y retirarse de la vida social; Sibila, profetisa y Suma Sacerdortisa, no hace más que ver en sus visiones el final de la vida tal y como la conocen, pero es incapaz de anticipar cuándo y de qué manera se cernirán sobre la isla la destrucción y la muerte.
Todos estos personajes, tanto los de baja escala social como los de alta, acaban coincidiendo en la historia en un momento u otro, y nos pasean de la mano por lo que podría haber sido la vida en Creta hace 3500 años a lo largo de unas páginas repletas de romance, misterio, mitología e historia. Sin querer adentrarme nada más en la trama, sí que debo dejar constancia del órdago que el autor se atreve a lanzar en un posfacio final, donde asocia precisamente el final de su historia con otra cosa que no os voy decir y que dejo ahí en suspense para quien se lance a leer el libro. ¿Quién sabe hasta qué punto podría ser posible? Hay muchas cosas que jamás sabremos ni descubriremos.
Debo apuntar un pero: admito que me ha flojeado la parte romántica, porque demasiado a menudo parecía la única motivación de alguno de los protagonistas y, aun así, no fluía todo lo resultona o convincente que pedía la historia (Tisandro y Melantea me han parecido un poco ñoños a ratos, me hubiese gustado que tuviesen más motivaciones aparte de su relación). Es solo una opinión personal, pero me ha dado la sensación de que el autor se sentía mucho más cómodo con la vertiente histórica (y de acción hacia el final) que con la trama sentimental, aunque también reconozco que en este tipo de libros la trama romántica normalmente es la que menos me atrapa, así que entono el mea culpa por la parte que me toca.
En cualquier caso, este es el cuarto libro que leo de José Vicente, y todo lo que define su literatura, todo lo que la hace tan entretenida, está también presente en estas páginas. El sueño de Creta sigue esas premisas que sabes que siempre vas a encontrar en sus historias: una lectura entretenida que se lee casi del tirón, una prosa sencilla pero cuidada, alto componente histórico explicado con naturalidad y sin grandilocuencias, subtramas de misterio, intrigas políticas... En pocas palabras, una lectura muy apropiada para estos días de verano en los que apetecen historias que atrapan pero no empachan, que aúnan un poquito de varios géneros y que además enseñan cosas que entran solas conforme las lees.
Ahora a barruntar dónde nos hará viajar, espacial y temporalmente, en el próximo libro. Yo no acierto nunca ni a la de tres, pero la gracia está en intentarlo xD.
Estamos en el siglo XV a.C.. En Creta gobierna el rey Minos sobre un pueblo avanzado que vive sobre todo del comercio. Tienen pleno dominio sobre el mar, y por ello su defensa está concentrada en la flota de barcos que rodean la isla, careciendo de un ejército de tierra o de cualquier otro tipo de defensa que se les antoja innecesario. A una playa de Creta llega Tisandro, náufrago con amnesia que, salvo su nombre, no recuerda absolutamente nada más. Lo que sí parece claro por su aspecto es que no es cretense. Le encuentra Melantea, quien lo lleva a su casa, donde es acogido por su familia hasta que sea capaz de recordar quién es. Por otro lado, la paz y tranquilidad que viven en la isla se ve amenazada por los aqueos, que no solo quieren apropiarse de las rutas comerciales cretenses, sino conquistar sus tierras... sin olvidarnos de ciertas ansias de poder internas que amenazan con derrocar a Minos del trono.
Tal y como comentaba en el primer párrafo, la civilización que José Vicente Alfaro nos trae en esta ocasión es la minoica, y más concretamente sus últimos coletazos, su último aliento como la civilización extraordinaria que fue. Para ello construye una trama en la que tienen cabida diversos elementos que el lector, a poco que conozca su obra, reconocerá como habituales en las historias del autor.
Por un lado tenemos todo el componente histórico, un elemento que Alfaro siempre cuida mucho y que mete en vena al lector sin que este se dé cuenta. Incluyendo detalles aquí y allá nos desvela el tipo de gobierno por el que se regían los minoicos, sus estamentos sociales, la fe minoica con sus sacerdotisas y predicciones, su cultura, la pintura al fresco desconocida fuera de la isla... Es la seña de identidad de este escritor: descubrir ante el lector la cultura que retrata de una manera sencilla, sin sobredosis de datos ni petulancia informativa. Todo esto, eso sí, poniendo por delante que la civilización minoica (auge y caída) sigue siendo un misterio hoy en día, y que no fue hasta principios del siglo XX que se descubrió que, lo que se pensaba que solo había existido en la imaginación de Homero y su Odisea, tenía una base real: se encontró el palacio real de Cnosos, y con él, esta cultura que sentaría los cimientos de la futura civilización griega.
Pero no solo de conocimientos históricos vive el hombre (o el lector), y a este suculento guiso se unen intrigas palaciegas, romances, secretos del pasado, rivalidades entre aldeas, planes de derrocamiento del gobierno, intentos de invasiones extranjeras... y un final que a mí me ha recordado a algunas películas que no voy a nombrar aquí porque daría pistas de por dónde va, pero es como muy cinematográfico. Lo dejo ahí.
Como en cada una de sus novelas, la trama es coral en cuanto a personajes, cumpliendo cada uno de ellos papeles totalmente distintos que hacen que la historia se mueva por estamentos muy diferentes dentro de la isla. Así, el autor entremezcla en la historia personajes ficticios con personajes que forman parte de la mitología griega y que a día de hoy no se sabe a ciencia cierta todavía hasta qué punto fueron (alguno de ellos) reales. Por un lado tenemos a Tisandro y Melantea, que podrían denominarse los dos personajes más importantes de la novela, y cuya trama amorosa mueve los hilos de varias subtramas que hacen que avance la historia. Por otro tenemos la trama palaciega, que tiene muchas ramificaciones: el rey Minos es un rey pacífico que intenta mantener la quietud en la que vive la isla desde que él asumió el gobierno, pero no todos sus gobernadores están de acuerdo con esta falta de beligerancia y conspiran en su contra; sus hijos, Androgeo y Ariadna, también buscan caminos muy diferentes en la vida, y mientras uno sueña con ir a la guerra y ser un héroe, la otra quiere ser sacerdortisa y retirarse de la vida social; Sibila, profetisa y Suma Sacerdortisa, no hace más que ver en sus visiones el final de la vida tal y como la conocen, pero es incapaz de anticipar cuándo y de qué manera se cernirán sobre la isla la destrucción y la muerte.
Todos estos personajes, tanto los de baja escala social como los de alta, acaban coincidiendo en la historia en un momento u otro, y nos pasean de la mano por lo que podría haber sido la vida en Creta hace 3500 años a lo largo de unas páginas repletas de romance, misterio, mitología e historia. Sin querer adentrarme nada más en la trama, sí que debo dejar constancia del órdago que el autor se atreve a lanzar en un posfacio final, donde asocia precisamente el final de su historia con otra cosa que no os voy decir y que dejo ahí en suspense para quien se lance a leer el libro. ¿Quién sabe hasta qué punto podría ser posible? Hay muchas cosas que jamás sabremos ni descubriremos.
Debo apuntar un pero: admito que me ha flojeado la parte romántica, porque demasiado a menudo parecía la única motivación de alguno de los protagonistas y, aun así, no fluía todo lo resultona o convincente que pedía la historia (Tisandro y Melantea me han parecido un poco ñoños a ratos, me hubiese gustado que tuviesen más motivaciones aparte de su relación). Es solo una opinión personal, pero me ha dado la sensación de que el autor se sentía mucho más cómodo con la vertiente histórica (y de acción hacia el final) que con la trama sentimental, aunque también reconozco que en este tipo de libros la trama romántica normalmente es la que menos me atrapa, así que entono el mea culpa por la parte que me toca.
En cualquier caso, este es el cuarto libro que leo de José Vicente, y todo lo que define su literatura, todo lo que la hace tan entretenida, está también presente en estas páginas. El sueño de Creta sigue esas premisas que sabes que siempre vas a encontrar en sus historias: una lectura entretenida que se lee casi del tirón, una prosa sencilla pero cuidada, alto componente histórico explicado con naturalidad y sin grandilocuencias, subtramas de misterio, intrigas políticas... En pocas palabras, una lectura muy apropiada para estos días de verano en los que apetecen historias que atrapan pero no empachan, que aúnan un poquito de varios géneros y que además enseñan cosas que entran solas conforme las lees.
Ahora a barruntar dónde nos hará viajar, espacial y temporalmente, en el próximo libro. Yo no acierto nunca ni a la de tres, pero la gracia está en intentarlo xD.
José Vicente Alfaro
(Huelva, 1976), licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla,
irrumpió exitosamente en el panorama literario español en el año 2013
con la publicación de La esperanza del Tíbet,
novela que en muy poco tiempo se convirtió en un fenómeno de ventas,
logrando superar los más de 500 días en el Top 100 de Amazon y
acumulando miles de ejemplares vendidos.
A continuación le siguieron El llanto de la Isla de Pascua y El último anasazi, que contribuyeron definitivamente a consolidar su carrera como escritor.
En mayo de 2016 publicó su cuarta novela, titulada Bajo el cielo de los celtas.
Tras
convertirse en uno de los autores independientes más leídos en lengua
castellana, las novelas de José Vicente Alfaro han sido traducidas a
varios idiomas: inglés, alemán, francés, italiano y portugués, entre
otros. Asimismo, su obra también ha sido editada en formato de
audiolibro.
José Vicente Alfaro
pretende a través de sus novelas contar una historia entretenida,
ofreciendo al mismo tiempo al lector la oportunidad de trasladarse a un
momento clave de otra civilización o cultura, probablemente desconocida
para él.
Al ver las fotos que has puesto me he dado cuenta que la edición en digital no tiene esas imágenes que acompañan al texto en la edición en papel... Tal como dices, es una novela con una gran carga histórica contada de una forma fluida, fácil y amena, lo justo para que descubras otra sociedad, otro momento y otra época.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues fíjate que tengo también la edición en digital porque siempre compro los libros de este autor dos veces (cuando sale en digital, y cuando sale en papel, que es el que leo), pero la verdad es que el kindle ni lo miro... ahora echaré un vistazo. Pero los libros en papel de José Vicente siempre llevan esos detalles cada vez que comienza una parte del libro (una ilustración y una cita literaria sobre la cultura en cuestión).
Eliminar¡Besote!
Yo lo he leído en digital y sí que salen las imágenes... concretamente esa que has puesto la recuerdo perfectamente. ;)
EliminarLeí Bajo el cielo de los celtas y tengo pendiente seguir con otros. La verdad es que me gustan sus ambientaciones y se leen muy bien sus historias.
ResponderEliminarUn beso ;)
Este no lo he leído pero si otros del autor y me gusta mucho como escribe.
ResponderEliminarHola guapa, qué casualidad yo también publicaré mañana una reseña de El sueño de Creta y eso que no me he sumado a la "campaña" de Laky (yo lo he leído sola, jeje...). La verdad es que me ha hecho gracia porque tú has sido muy discreta con el epílogo final y no has querido desvelar la hipótesis del autor y yo me he lanzado a decirlo así sin más, jeje... (Me estoy replanteado si quitarlo o no, ya veré...).
ResponderEliminarLa verdad es que coincidimos, Alfaro me gusta mucho, y aunque esta vez no he aprendido tanto como en otras (conozco un poquito, no mucho, de la cultura minoica), si que es verdad que lo borda, lo de entretejer la Historia con la trama.
Un besazo
El tema no me anima mucho, es que todo eso de la Grecia antigua me da mucha pereza aunque si el autor lo describe sin petulancia informativa (esto me lo llevo), igual me animaría con otra de sus novelas. Una pena ese romance no vaya como debe pero todo no puede ser.
ResponderEliminarY más que descansar, te hemos echado de menos. Feliz vuelta!
Besos!
Yo lo pasé bien con Bajo el cielo de los celtas, el tema me interesaba y eso colaboró en el disfrute. Aunque este no me llama tanto, no lo descarto.
ResponderEliminarUn beso
Este año José Vicente ha dado de pleno en la diana con la civilización elegida... Me encanta el período y la mitología clásica, así que... Sus dos últimas novelas me encantaron y estoy segura que ésta también lo hará, y con creces...
ResponderEliminarBienvenida!! ;)
Ha sido mi estreno con el autor y la verdad que he salido encantada. Me ha gustado bastante.
ResponderEliminarBesos
Estoy con él ahora mismo y me está gustando mucho, especialmente todo lo que cuenta sobre esa civilización de la que desconocía casi todo, coincido contigo en que el romance, al menos de momento, es más un complemento al resto de la historia, y aunque echo en falta un poco más de pasión, porque me encanta la parte romántica, tampoco me molesta mucho, porque el resto es muy interesante.
ResponderEliminarUn beso
Lo acabé justo ayer y estoy preparando la reseña. El descanso te ha sentado de lujo porque te ha quedado un reseñón. Y eso que la trama romántica no te ha atrapado, que si te atrapa...jajaja.
ResponderEliminarBesos
Esta fue para mi compañero, es más de su estilo y las disfruta más que yo 😉siempre digo que luego las leeré pero se van acumulando y no las leo, sé que no pinta mal y seguramente que hasta me guste pero es que me da perecita tras haber leído varias de este estilo, esta vez chicas me voy de aquí con las manos vacías ¡menos mal! 😂😂😂
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Yo finalmente no llego a la lectura conjunta, pero acabaré leyéndolo. Vicente es verdad que hace que leer histórica sea instructivo y entretenido, algo que se agradece muchísimo ;)
ResponderEliminarBesitos
También he disfrutado más de la parte histórica que la romántica, que me ha parecido más floja. Pero en general, me ha gustado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Leí las dos primeras del autor y me gustaron, la ambientación siempre es genial y esta me atrae especialmente, así que imagino que tarde o temprano me haré con ella
ResponderEliminarUn beso!
Me gusta José Vicente Alfaro pero al pobre, bueno a sus libros, los tengo muy abandonados. Me encantaría encontrar hueco para todo lo que quiero leer. Besos
ResponderEliminarTengo este libro anotado desde hace un tiempo, la cultura griega, en este caso minoica, me pierde. Besitos
ResponderEliminarComo decía hace poquito en una reseña, anotado está, pero por el momento no me apetece, aunque no descarto.
ResponderEliminarVamos, que como el tío Faba, conforme estoy, estaba.
Muaks.
Una buen lectura, quizás con no tanta intensidad narrativa que sus predecesoras. Y lo que se comenta sobre las imágenes que no aparecen en la versión digital, sí aparecen. Besos.
ResponderEliminarHum, tiene cosas que me llaman la atención como la ambientación y el tratamiento de esta cultura, pero al trama no me atrae...Lo pensaré ;)
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