viernes, 13 de julio de 2018

RESEÑA (by MH) ::: EL VENGADOR - Thomas de Quincey




Título original: The avenger 
Autor: Thomas de Quincey  
Editorial: Eneida
Traducción: Pilar López Losada 
Páginas: 90
Fecha publicación original: 1838
Fecha esta edición: noviembre 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 11,95 euros
Ilustración de cubierta: Estudio para la balsa de la medusa (1819, Théodore Géricault)

 

Aquella serie de terroríficos acontecimientos que estremecieron a nuestra tranquila ciudad universitaria situada en el nordeste de Alemania, durante el año de 1816, posee en sí misma algo demasiado memorable para ser relegado al olvido sin su correspondiente crónica [...]

Así comienza El vengador, novela inédita en España del genial y heterodoxo Thomas de Quincey, cuyo espíritu transgresor queda reflejado en las siguientes irónicas palabras:Si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes

Thomas de Quincey es de esos autores que hay que conocer más allá de sus novelas, sus ensayos y, en definitiva, su obra como escritor. Él, en sí mismo, podría ser el personaje de muchas novelas de su época. Nacido en una familia adinerada, y con una educación a la altura de grandes eruditos (de hecho fue un gran erudito), en un acto de rebeldía se escapó de casa con 17 años renunciando a todos sus privilegios. Fue un adolescente fugitivo, siendo rico malvivió donde pudo en la pobreza absoluta, convivió con una prostituta de la que se enamoró perdidamente, y alimentó una aversión a las grandes ciudades como Londres que le duraría toda la vida. Tras su regreso a casa se marchó a estudiar a Oxford, se convirtió en un adicto al opio tras un terrible dolor de muelas, dilapidó su fortuna y comenzó a trabajar como periodista para sobrevivir, convirtiéndose en un excelente observador crítico de la sociedad y el tiempo en los que le tocó vivir. Y lo más curioso es que cada aspecto de su vida lo conocemos gracias a él, porque él mismo se encargó de contarlo todo con pelos y señales. Lo de radiar la vida propia hasta el tuétano y sin vergüenza alguna, esa lacra de la sociedad actual donde la intimidad es una utopía, ya lo hizo de Quincey hace sus buenos 200 años. Todo un precursor de lo peor de la modernidad.

El caso es que de Quincey es conocido sobre todo por sus artículos y sus ensayos, unas veces autobiográficos y otros dando muestras de su profundo conocimiento sobre criminología, entre otras muchas cosas. Tengo intención de leerlo todo más pronto que tarde, pero es que tenía ganas de leer algo suyo y lo primero que se me cruzó por delante fue esta novela corta de ficción, El vengador, inédita en España hasta esta misma edición que os traigo. Y os lo digo desde ya: la he disfrutado muchísimo.

Nuestro narrador es un profesor universitario de una ciudad situada en la campiña alemana. La historia que nos cuenta transcurrió años atrás, en 1816, y los hechos fueron tan extraordinarios que se ve en la necesidad de ser su cronista. Al tratarse de un lugar tan pequeño, nuestro narrador conoció a todos los implicados: asesinos y víctimas... y creedme, hubo muchas víctimas. Os cuento con toda tranquilidad que son diez los casos de asesinato que vamos a conocer en esta historia porque se dice desde el principio, pero en algunos de esos casos hubo múltiples víctimas... en algunos de esos casos de asesinato se exterminaron a familias enteras... Diez casos de asesinato, pero más del doble de muertes. El desconcierto, el pavor, el terror y la desconfianza se apoderaron de este pequeño municipio, hasta que un día los asesinatos cesaron. Solo nuestro narrador sabe por qué, y esa es la historia que se dispone a contarnos.

Imaginaos: esta historia tiene sus correspondientes introducción-nudo-desenlace, se nos presentan a ciertos personajes e incluso tenemos alguna escena de sociedad, se narran diez casos de asesinato, el terror social que provocan y además se resuelve la historia y acabamos conociendo la identidad de los asesinos... y tenemos por delante la exigua cantidad de 80 páginas que no piden ni una sola más, porque se queda todo cerrado y perfectamente explicado. En serio, me quitaría el sombrero si llevase uno. Estas novelas cortas de menos de cien páginas que te narran más que otros libros de quinientas me fascinan.

¿Y qué podemos encontrar en El vengador? Ciertamente no es una novela de asesinatos ni de un asesino en serie, y sé que puede parecer incongruente dada la carnicería que sugiere la sinopsis que os he hecho. Se cataloga a esta novela como de terror, pero a mí me parece más una novela con tintes góticos modernos donde el autor explora temas que fueron recurrentes en sus ensayos y en su obra: la violencia, la crueldad, el derramamiento de sangre, la venganza, la reacción a lo desconocido dentro de una comunidad pequeña, los motivos del asesino, la justicia con su balanza y su espada y la desigualdad con que usa ambas cosas... De Quincey era experto en criminología y en esta novela resulta evidente, pero lo curioso es la forma que tiene el autor de exponerlo.

La narración de los hechos bien podría estar sacada de un periódico de la época. Como el periodista que era, de Quincey da voz precisa y contenida a su narrador a la hora de explicar los crímenes: lo hace en detalle pero de forma desapasionada y profesional, como un atestado policial en el que hay que explicar por dónde entraron los asesinos, qué hicieron, en qué orden; cómo reaccionaron las víctimas, qué hicieron, en qué orden; cómo salieron los asesinos de la casa; cómo se descubrieron los asesinatos... Por eso comento arriba que nadie espere un libro de sangre y muerte, porque la narración es mucho más aséptica. No es hasta el final, cuando conocemos las razones de la mente criminal detrás de todos estos asesinatos (porque su identidad la intuimos casi desde el principio), que la narración gira hacia lo que realmente buscaba el autor: el enfrentamiento entre la ética, la ley y la justicia, ya sea impartida por métodos legales o tomada por la propia mano, además de la denuncia de ciertos hechos que no os puedo desglosar aquí porque os contaría mucho más de lo que puedo contar.

¿Es lícito tomarse la justicia por la mano, por mucho que los motivos lo justifiquen, si la verdadera justicia, esa que se supone que nos ampara a todos, lo que hace en realidad es actuar en nuestra contra? De Quincey plantea el dilema moral y leyéndolo bien pareciese que toma postura, pero eso ya lo dejo a criterio de quien se adentre en sus páginas.

La prosa del autor es preciosista pero pulcra y sencilla de leer, y la narración te va atrapando conforme se va desglosando el día a día de esta comunidad envuelta en el terror, en la que el caos y el miedo a lo desconocido se apoderan hasta de la misma policía. A mí me ha gustado mucho la narración, que está escrita del tirón sin división alguna entre capítulos, y la historia me ha absorbido. Algunos de los asesinatos se detallan de tal manera que seguramente están inspirados en otros muchos casos de asesinatos reales que el autor conocía. ¿El final? Me ha sorprendido por la temática que aborda, no era la que esperaba en absoluto, y es más moderna, más actual, de lo que podría parecer.

Me quedo con muchas ganas de seguir leyendo a de Quincey. Seguramente lo próximo sea un ensayo que hace años que tengo en el punto de mira y para el que nunca saco tiempo, Del asesinato considerado como una de las bellas artes. Me pirra el título, porque deja intuir el espíritu transgresor e independiente de su autor, y además creo que dice mucho del enfoque con el que narra los asesinatos en la historia que hoy os traigo.


Thomas de Quincey (Manchester, 15 de agosto de 1785-Edimburgo, 8 de diciembre de 1859), hijo de un acomodado comerciante, recibió una esmerada educación, con una especial incidencia en las disciplinas clásicas (a los trece años escribía griego), a cargo de preceptores particulares. A los 17 años se escapó de casa y vivió en Gales y Londres. De regreso estudió en el Worcester Collage de Oxford. De allí arranca su proverbial adicción al opio. Las necesidades económicas (había dilapidado su fortuna) y la numerosa prole a la que tenía que alimentar (tuvo ocho hijos) le obligaron a trabajar como periodista. La mejor biografía de Thomas de Quincey nos ha sido legada por el propio escritor en tres entregas: Confesiones de un inglés comedor de opio (1821), Suspiria de profundis (1845) y Apuntes autobiográficos (1853).
 
Erudito, original, transgresor, imaginativo, laberíntico y crítico, no sólo literario sino de la sociedad de su tiempo, constituye una referencia fundamental para la estética del Decadentismo.

Su biblioteca, integrada por más de 5.000 volúmenes, contenía obras de Homero, Sófocles, Píndaro, Horacio, Tito Livio, John Milton, Robert Burton, John Donne, Francis Bacon, Jonathan Swift, Francois Rabelais, Laurence Sterne...

De ella dijo: Los libros son los únicos artículos de propiedad en los que soy más rico que mis vecinos.

15 comentarios:

  1. Hola.Acabo de abrir un blog sobre libros, serie y cine. Me gustaria que te pasases. Un saludo

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  2. ¡Hola!

    No sé las veces que os he dicho ya que me encantan vuestras reseñas y hoy no va a ser menos; yo tampoco llevo sombrero pero si llevara, me lo quitaría ante esta reseña. No conocía el libro y al autor solo de oídas pero no dudéis en que lo voy a apuntar y subrayar porque después de leeros me han entrado muchas ganas de leerla.

    Un besote

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  3. Hola! Me acabas de dejar bien intrigada con este autor, me encantaría conocerlo! Gracias por la recomendación.

    Besitos

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  4. Qué violento todo. No estoy ahora para estas cosas, tanta muerte brutal aunque sí que tiene su punto saber qué pasó y la pregunta tiene tela. Yo qué sé, pero a todos nos sale la vena justiciera cuando pasa algo así y encima la Justicia hace lo que hace. Pero es complicada, da mucho que pensar. Bueno, ni que decir tiene que del autor no sé nada ni he leído nada. Me parece muy curiosa su historia personal. Pero este libro no me lo llevo.
    Besos

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  5. Otro libro más a mi lista... No sé yo si es bueno leéros... para mí sí que conozco libros muy interesantes, pero no tanto para mi tarjeta.
    Besos

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  6. Hola guapas, la verdad es que siempre que entramos acabamos pillando algo. A mí, como poco, me habéis picado la curiosidad y veré si me hago con él. Ya os contaré.
    Un besazo

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  7. Uys, que ni conocía a este autor... Bien apuntado me llevo este título, que me gusta mucho lo que nos habéis contado. Y desde luego el título de ese ensayo que indicáis, es de lo más tentador también.
    Besotes!!

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  8. ¡De Quincy! ¡Cuánto tiempo sin leerlo! este libro fue uno de los que entraron en la materia de sociología, y me frusté mucho porque por entonces lo leímos en inglés, creo que no había edición en español, me parece recordar, y mi inglés deja mucho que desear a nivel lectura, otra cosa son las pelis y las series, y creo que no pude sacarle el jugo...tendré que releerlo ¡Ya me habéis vuelto a liar! ¡Lo sabía! jajajajaaj.

    Besitos carinyet.

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  9. Si os digo que no conocía ni al escritor, ¿me pegáis? El mundo de la literatura es inabarcable.....
    Desde luego, con solo noventa páginas, podría ser una manera acertada de descubrir algo de su obra.
    Anoto.

    Besotes.

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  10. Yo estoy como Esther, no tenía ni idea de quién era este escritor. Pero una de las cosas que siempre he querido estudiar es criminología, así que no me puedo resistir a un libro así. El otro que comentas tiene titulazo, echaré un ojo en Amazon ;)

    Besitos

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  11. Hola! Sinceramente no conocíamos la historia de este autor ni sus libros. Nos ha parecido muy interesante lo que comentas y no lo descartamos, además siendo tan breve...
    Un beso

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  12. No lo conocía, y aunque tengo mis dudas, creo que puede ser muy buena opción, así que tomo nota, para mí y para regalo en breve. Un besote!

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  13. hola! siempre nos llevamos un titulo bajo las alas, gracias Miss Hurst!! saludosbuhos

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  14. Un autor que tengo pendiente desde hace
    un montón. Gracias por recordármelo. Aunque no se cuando podré hacerle un hueco con tanta lectura atrasada. Besinos

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  15. Como siempre, ha sido muy interesante leerte y conocer esta novela pero...no ho sé, no me has terminado de convencer, demasiados asesinatos para mi gusto.

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