Título original: The Notting Hill Mystery
Autor: Charles Warren Adams
Editorial: Alba Clásica
Páginas: 200
Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
Prefacio: Mike Ashley
Fecha publicación original: 1862-63
Fecha esta edición: 2015
Encuadernación: Tapa dura
Precio: 18,50 euros«Como en la serie del detective Colombo, conocemos la identidad del villano, pero aún hay que cuadrar cómo el investigador fundamentará su caso.» Jake Kerridge, The Telegraph
Hasta hace muy poco El caso Lerouge (1863) de Émile Gaboriau y La Piedra Lunar
(1868) de Wilkie Collins se disputaban el honor de ser la primera
novela de detectives. Hoy, sin embargo, especialistas en el género como
Julian Symons y Paul Collins conceden ese privilegiado puesto a una
novela publicada por entregas en 1862 (luego, en forma de libro, en
1865), El misterio de Notting Hill, escrita bajo seudónimo por
el abogado Charles Warren Adams. En ella, el investigador de una empresa
aseguradora debe aclarar las circunstancias de la muerte de la esposa
del barón R., que al parecer se envenenó con ácido prúsico después de
entrar sonámbula en el laboratorio de su marido. Mediante la reunión de
una serie de documentos −diarios, cartas, declaraciones, informes
científicos y hasta un plano de la «escena del crimen»−, la novela
plantea el misterio anticipándose a la técnica objetivista de Wilkie Collins y recrea con profusión y gran habilidad un mundo de extremos y
oscuridades en la tradición del género gótico: herencias codiciadas,
hermanas separadas en la infancia, sensibilidades mórbidas, espíritus
maquiavélicos, hipnosis, sonambulismo y crimen. La resolución del caso
le parecerá al mismo investigador tan imprevisible como «insondable».
"4 de octubre. Esta pobre muchacha me está calando en lo más hondo de una forma extraordinaria. Empiezo a soñar con ella por la noche [...]"
Esta frase, extraída de la novela, nos deriva hacia la gran protagonista de la historia, la percepción extrasensorial, que crea entre dos personas un vínculo especial y unos lazos que escapan del rigor científico; están ahí y condicionan la vida, en este caso, de nuestras protagonistas: Madame R. y la Señora Alderton.
Charles Warren Adams escribió El misterio de Notting Hill bajo el seudónimo de Charles Felix, publicándolo en la editorial de la que era propietario, Saunders, Otley & Co, en 1865. Sin embargo, y si nos atenemos a la información que proporciona el prefacio del libro, el libro había sido publicado antes por entregas, tal y como era costumbre en la época.
"... pero no fue esta la primera vez que vio la luz. Se había publicado antes, por entregas y sin firma del autor, en Once a Week, del 29 de noviembre de 1862 al 17 de enero de 1863"
Para ponernos en situación, a Ralp Henderson se le encarga la investigación de la extraña muerte de Madame R.; durante el trascurso de la lectura, a través de los datos e informaciones que se nos ofrecen y mediante una labor ardua, analítica y minuciosa, se va dibujando ante nuestros ojos una fantástica y, a priori, inverosímil historia que contiene todos los tintes oscuros y victorianos de la época en que se escribió: tristeza, melancolía, destinos inciertos y trágicos... A esto hay que añadir otros elementos como la hipnosis y el sonambulismo (que más tarde también se verían en obras como La piedra lunar, de Wilkie Collins), aderezado todo con la siempre presente codicia humana, que lamentablemente no se restringe tan solo a la era decimonónica. Al final, aunque tenemos entre las manos una obra del siglo XIX, se podría trasladar a nuestros tiempos sin problemas, pues todos estos elementos siguen omnipresentes en nuestra época: la avaricia, la codicia y la falta de escrúpulos siguen siendo un eslabón más de nuestra cadena de ADN.
Adams nos construirá una trama exquisita, gracias a todos los detalles y minuciosidad con que nos llegan los datos. Estamos en los comienzos del incipiente género literario detectivesco, y en ella no encontraremos a un policía o un detective al uso (eso vendría después, con los ya mencionados Gaboriau o Collins), sino que será un agente de seguros, tal y como he comentado antes, quien nos guíe a través de las páginas. Gracias a la recopilación de datos tan minuciosa conoceremos las vidas de nuestras protagonistas, Madame R. y la señora Alderton; sus tristes destinos, sus diferentes clases sociales y los diferentes personajes que pululan en ellas, con los diálogos adaptados a las mismas. Poniendo especial énfasis en las conexiones psíquicas y genéticas, seremos testigos de cómo algo tan extraordinario como es "la percepción extrasensorial" hilo conductor de toda la historia, es utilizado por Adams como un elemento de conexión gracias al cual edificará toda la obra.
Por ponerle algún "pero", diría que llegamos a conocer todos los elementos de la
historia a través de documentos, y con ello perdemos espontaneidad a lo largo de la lectura. Quizás es mejor la trama que el modo en que está expuesta. Para Adams, el sentido de la intriga en su obra no es lo más importante. No tenemos que responder a la pregunta ¿quién lo ha hecho?, porque está claro desde el principio. El enigma que se nos plantea es responder a las preguntas ¿cómo? y ¿por qué?; estas dos preguntas serán nuestro motor para seguir acompañando hasta el final del libro a Henderson.
En definitiva, es un camino imprescindible que tenemos que seguir todos aquellos a los que nos gusta el género detectivesco, pues sin duda vamos a disfrutar cada paso.
En cuanto a la edición, Alba nos regala las ilustraciones originales de George du Maurier (autor de Trilby (1894) y abuelo de la escritora Daphne du Maurier), y que por primera vez se reproducen aquí; cada vez que abrimos el libro disfrutamos de ellas, dándole sin duda un valor añadido al mismo.
Charles Warren Adams (1833-1903) fue un abogado inglés, editor y antiviviseccionista. Mike Ashley, en el prefacio que acompaña a esta edición, nos dice en relación a la autoría de esta novela: "... la verdadera identidad de su autor no se llegó a conocer hasta principios de 2011, cuando, basándose en pruebas contemporáneas, Paul Collins, coleccionista y bibliófilo estadounidense, publicó en el suplemento de libros del New York Sunday Times que Felix era Charles Warren Adams, el único propietario de Saunders Otley, y por tanto, el autor de El misterio de Notting Hill".
Su labor editorial la inició cuando rescató la editorial londinense de Saunders, Otley & Co, después de que sus propietarios hubieran fallecid. Al final no pudo reflotarla, produciéndose la liquidación de la misma en 1869, pero aún tuvo la oportunidad de publicar dos obras con el seudónimo de Charles Felix: Velvet Cesped (1864) y El misterio de Notting Hill (1865).
Charles Warren Adams se casó en 1861 con Georgina Alethe Polson (nacida en 1838), hija del reverendo Hugh Polson y Georgiana. Contrajo segundas nupcias en 1885 casándose, con la oposición de la familia de ella, con Mildred Coleridge, biznieta del poeta Samuel Taylor Coleridge. Siguieron juntos hasta la muerte de Adams en 1903.
Su labor editorial la inició cuando rescató la editorial londinense de Saunders, Otley & Co, después de que sus propietarios hubieran fallecid. Al final no pudo reflotarla, produciéndose la liquidación de la misma en 1869, pero aún tuvo la oportunidad de publicar dos obras con el seudónimo de Charles Felix: Velvet Cesped (1864) y El misterio de Notting Hill (1865).
Charles Warren Adams se casó en 1861 con Georgina Alethe Polson (nacida en 1838), hija del reverendo Hugh Polson y Georgiana. Contrajo segundas nupcias en 1885 casándose, con la oposición de la familia de ella, con Mildred Coleridge, biznieta del poeta Samuel Taylor Coleridge. Siguieron juntos hasta la muerte de Adams en 1903.
Miss Bingley
Pues fíjate que me ha parecido curioso que los elementos del caso se le vayan presentando al lector a través de documentos de distinta índole. Aunque también os advierto de que no soy mucho de novela de detectives... a no ser que tengan tanto carisma como el incomparable Holmes :-)
ResponderEliminarLa edición de Alba es estupenda, me encantan las ilustraciones originales de du Maurier. Anda que no he soñado veces despierta con poderme comprar todos los libros de Alba... Me encantan los de la colección Clásica Maior, y los rara avis y los... Bueno, me gustan todos :-)
Holmes es que es Holmes, y poco más se puede añadir... jajaja. Realmente esta novela es que no es de detectives porque eso todavía no se había inventado cuando se escribió. Así que si no te tiran mucho, puedes darle una oportunidad porque se desmarca un poco de lo conocemos como "novela de detectives". Y sí, la edición de Alba fantástica, y además de tapa dura. Son editoriales que todos sus libros parecen coleccionables, ¿verdad? Como dÉpoca, Ardicia, Impedimenta... ¡Besote!
EliminarMira! Me ha sorprendido un montón, no me sonaba de nada este clásico.
ResponderEliminarME lo anoto, muchas gracias por compartirlo.
Besotes
Fue uno de los lanzamientos de Alba del año pasado, y se agradece que se recuperen estos clásicos que andan un poco desaparecidos. Si al final te decides a leerlos ya nos contarás qué te parece. ¡Besote!
EliminarPues es un libro que desconocía por completo y que gracias a tu reseña lo voy a meter en mi lista de deseos de Amazon. Gracias!
ResponderEliminarPues si finalmente te haces con él ya nos contarás qué te ha parecido. La edición de Alba es además muy bonita. ¡Besote!
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