jueves, 21 de julio de 2016

RESEÑA (by MH) ::: EL GRAN MISTERIO DE BOW - Israel Zangwill




Título original:  The big Bow mystery
Autor: Israel Zangwill 
Editorial: Ardicia
Traducción: Ana Lorenzo 
Páginas: 200
Fecha publicación original: 1892 
Fecha esta edición: enero de 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,50 euros
Ilustración de cubierta: Dadu Shin


 

Aún no ha amanecido en el distrito londinense de Bow, que descansa envuelto en una vieja conocida: la niebla. Sin embargo, no todos duermen en el número 11 de Glover Street. La señora Drabdump se afana en su cocina, malhumorada porque empieza el día con retraso ya que, por una casualidad, se ha levantado algo más tarde de lo habitual. Curiosamente, todo apunta a que, en el piso de arriba, a su nuevo inquilino le ha ocurrido lo mismo: sigue en la cama a pesar de los sucesivos intentos de su patrona por despertarle. Pero el señor Constant nunca más volverá a ponerse en pie….

Con fina comicidad, El gran misterio de Bow (1892) se inscribe en la brillante tradición de relatos detectivescos de «cuarto cerrado». El enigma lógico y el juego inductivo servirán asimismo para que Zangwill convoque para su resolución a los más variopintos tipos sociales: detectives ególatras, sindicalistas de intachable reputación, poetas vividores, filósofos charlatanes, impresionables amas de casa… Todos tienen su papel en el esclarecimiento de tan sensacional suceso.


Tenía pendiente leer este libro hace tiempo, y por unas cosas u otras nunca encontraba el momento adecuado. Por fin he sacado el hueco, y me lo he pasado tan bien leyéndolo que no sé si alegrarme de haberlo leído en el momento preciso, o arrepentirme de no haber intentado leerlo antes. Casi que voto por lo primero.

Y cuando digo que me lo he pasado bien es en el sentido más general de la palabra. He disfrutado mucho de la historia, de la investigación de asesinato, de la resolución del misterio... pero es que además, en cuanto me descuidaba, Zangwill me hacía reír. Hay mucho humor en este libro, mucha fina ironía al más puro estilo británico, y no deja de ser sorprendente porque no te la esperas. Bueno, corrijo: yo al menos no la esperaba, porque mira que lo pone bien claro en la sinopsis... pero soy muy incrédula, de las de "hasta que no lo veo, no lo creo", y eso de la fina comicidad como que lo pasé un poco de largo. Así que la primera vez que sonr creí que sería pasajero, la segunda vez que no era algo casual, la tercera empecé a pensar que qué guasa tenía el tal Israel, y ya la cuarta me rendí ante el más que evidente tono cómico que le imprime el autor a la novela. Y le da un aire, una personalidad, que hace que sea única con respecto a otras novelas del género de aquella época. Y a mí me encantan las novelas que se desvían un poco de los nones habituales.

Me estoy extendiendo demasiado en el humor y estoy dejando de lado el misterio. Pecado mortal. El autor nos presenta un caso de "habitación cerrada", que tan de moda había puesto Edgar Allan Poe cincuenta años antes de esta novela con "Los crímenes de la calle Morgue". Es tan evidente la referencia que Zangwill decide atacarla de frente, y la saca a colación en la historia usando como excusa las cartas que en aquella época tanto gustaban de enviar los lectores a los periódicos resolviendo desde sus sillones los casos de asesinato más rocambolescos de aquellos años. Todo el mundo tenía una opinión, todo el mundo era más listo que la policía, todo el mundo veía pistas claras donde los ineptos de los agentes no veían nada... y ahí aprovecha el autor para desglosar, analizar y finalmente desechar un asesino parecido al que descubrió Dupin en la historia de Poe (y que no detallo aquí para quien no lo haya leído).

Una vez dejado esto atrás, Zangwill nos ofrece un desarrollo del misterio de un modo un tanto alejado de convencionalismos, y además usa la historia para hacer un certero (y poco habitual en este género) retrato de la situación social que se vivía en la Inglaterra de finales del siglo XIX. La Revolución Industrial trajo consigo los trabajadores insatisfechos, el sindicalismo, las huelgas y los hombres que se erigían en portavoces e imagen de la lucha y el descontento de una clase social a la que se atraía a las ciudades con promesas de prosperidad que luego se llevaba el viento, y que veneraba a aquellos que daban la cara por ellos ante el gobierno y los empresarios. Era la lucha de la burguesía contra la clase obrera, y el cadáver en nuestra historia es, curiosamente, un burgués con conciencia social: buena persona, con los bolsillos llenos de dinero pero que vive modestamente en una habitación alquilada, y que lucha por los desfavorecidos como si fuese uno de ellos. Todo el mundo le quería, todo el mundo le respetaba... ¿quién le ha matado? ¿O es que no lo han asesinado? ¿Es un suicidio o un asesinato? Es que no puede ser un suicidio pero tampoco un asesinato... ¿o sí? ¿Cuál de las dos cosas? ¿O ninguna? Así nos tiramos todo el libro.... jajaja. Yo me lo he pasado pipa, lo reconozco. También admito que siento predilección por este tipo de novelas, así que supongo que no soy muy objetiva.

La novela comienza con el descubrimiento del cuerpo, después asistimos a la investigación policial de rigor, pero una vez solventadas estas dos cosas en las primeras cincuenta páginas, no es hasta el final que asistimos a una detención y a la posterior resolución del caso. Entre medias, Zangwill se esmera en darnos a conocer a todos esos personajes que han ido apareciendo a lo largo de la narración de pasada y de los que poco hemos sabido hasta entonces, perfilando (y caricaturizando en un par de ocasiones con fina ironía... predilección total por ese hombre sencillo llamado Crowl) todos aquellos implicados que pueden ser de interés para resolver el misterio. Bien es cierto que la novela se publicó por entregas en un periódico, como era habitual en muchos casos en aquella época, y que muchas veces los capítulos se escribían según la respuesta de los lectores a determinados hechos o personajes (tal y como confiesa el propio autor en el posfacio, tuvo que reescribir el argumento varias veces), pero si no se supiera esto de antemano, en la lectura no se aprecia en absoluto esa toma de decisiones por capítulos que se vio obligado a ir tomando. La historia fluye compacta, se desmelena en algunas escenas, se saborea a sí misma en otras... mientras nos vamos acercando al final.

Sobre ese desenlace, creo que a ciertos lectores les ha decepcionado o les ha parecido que no estaba a la altura. Sinceramente creo que no existía otro final posible. Sin poder entrar a valorarlo sin destrozar la lectura de nadie, el desarrollo de la investigación, de la historia, del misterio en sí, queda tan cerrado, tan perfectamente y milimétricamente cerrado, que solo existe ese final posible. Cualquier otro final, si nos atenemos a las pruebas y conclusiones, no tiene cabida. Quizás se cerró el propio autor demasiado el camino (y me remito a lo que comento arriba de ir cambiando el argumento para que nadie pudiese adivinar el final), pero visto lo visto, creo que el final elegido es plausible y posible dentro de la narración, y única alternativa tras haber desechado todas las demás conjeturas.

Y aquí es donde hago mi confesión personal del día: sé que de las ediciones de Ardicia (maravillosas, por cierto... ¿quién elige esas portadas? Fan suya soy), la más famosa en cuanto a novelas de misterio, la que llama la atención de todo el mundo, la que lleva un montón de ediciones, es En la niebla... pues considero El gran misterio de Bow muy superior a la novela de Richard Harding Davis. Muy superior. Y me quedo tan ancha.  

Israel Zangwill nació en Londres en 1864. Procedente de una familia judía de emigrantes rusos, trabajó como periodista y profesor. Todas sus obras, que gozaron de una enorme popularidad en su momento, retratan de manera tragicómica la vida y las inquietudes de la comunidad hebrea en la que se crió. Además de las novelas Children of the Ghetto (1892) y The King of Schnorrers (1894), escribió varias piezas teatrales, entre las que destaca The Melting Pot (1908), que entusiasmó a Theodore Roosevelt. 

El gran misterio de Bow es, junto con Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe, y El misterio del cuarto amarillo, de Gaston Leroux, una de las narraciones pioneras del género. A lo largo de toda su vida colaboró de manera activa con el incipiente movimiento sionista.
Murió en Midhurst en 1926.  
Miss Hurst

21 comentarios:

  1. Yo también me lo pasé genial con esta lectura, en especial con los líos de criadas y mujeres que se traía.
    El final no me molestó.
    Besos

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    1. Pero sí que es cuestionable ese final. Puede dar impresión de que fue un asesinato gratuito.
      Besos

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    2. Es que yo creo que fue gratuito totalmente. Sin querer entrar en detalles, es un capricho total y absoluto. A lo que yo me refería es a que es el único final posible tal y como está argumentada la trama.

      Lo de las criadas y los líos de faldas es genial... jajaja.

      ¡Besote!

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  2. No me importaría nada leerlo, pinta muy bien. Un beso ;)

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    1. Es una muy buena lectura. A quien le gusten los clásicos de misterio lo disfrutará sin ninguna duda.

      ¡Besote!

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  3. Mira que quería dejar el misterio para más adelante. Esto no se hace jajaj. Un beso.

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  4. Pues no tiene mala pinta, lo apunto!

    Besos

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    1. ¡Genial! Hay que dar a conocer libros que son bastante desconocidos pero que tienen una calidad estupenda.

      ¡Besote!

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  5. La verdad te he visto tan entusiasmada en tu reseña que no puedo más que ponerla en mi lista de pendientes! Así que nada, ahí queda. Un saludo!

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    1. Ains, si es que a mí cuando algo me entusiasma se me nota a tres leguas... jajaja.

      ¡Besote!

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  6. ¡Me lo pasé en grande con "El gran misterio de Bow"! Bueno, ya lo sabes porque te pasaste por la reseña. Que divertido, por favor, tengo un montón de frases geniales del poeta, ¿te acuerdas? "Hay tres razones por las cuales los hombres de genio tienen el pelo largo. Una de ellas es que se olvidan de que les está creciendo. La segunda es que les gusta. La tercera es que resulta más barato, de modo que lo llevan así por la misma razón por la que no cambian de sombrero." Jajajajaja
    Y yo venga a pensar, ¿qué tendrá este hombre con las criadas?
    En fin, un libro genial de una editorial genial. Por cierto, tengo apuntadísima "En la niebla" de la misma editorial, que tú comentas que es el plato fuerte de su catálogo pero en cambio te quedas con Zangwill. Tengo que leerla y hablamos ;-)
    Otra lectura en la que coincidimos 100%. Bss

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    1. Siiiiii, conforme lo leía recordaba que tú también lo disfrutaste mucho. Pero de verdad que lo divertido que es me pilló totalmente por sorpresa. No lo esperaba y tiene frases y salidas geniales. Lo del poeta y su santa belleza era de juzgado de guardia (¡lo de las criadas es un puntazo!), lo pesado que era con su sencillez el casero más de lo mismo...

      Si al final lees "En la niebla" ya leeré qué opinas, y te comentaré por qué este me parece mejor. Sé que voy un poco a contracorriente porque ese libro entusiasma, y a mí me gustó mucho también... pero este es otra cosa.

      ¡Besote!

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  7. Pues me has dejado con muchas ganas de leer este libro. A ver si tengo suerte y lo encuentro en la biblio.
    Besotes!!!

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    1. A ver si es verdad que tienes suerte y disfrutas de su lectura. ¡Ya contarás!

      ¡Besote!

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  8. Pues debo confesar que ni me suena el autor ni el título pero, hija, me has dejado con las ganas. Me lo apunto sin duda. Tiene muy buena pinta lo que cuentas :)

    Bs.

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    1. Si es que ni el autor ni el título son muy conocidos (por no decir nada, por lo menos en España), pero el libro merece mucho la pena. Si al final te decides a leerlo ya contarás.

      ¡Besote!

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  9. Buenos días chicas, os he nominado a los BEST BLOG AWARDS para blogs de menos de 200 seguidores http://huellalibrosicc.blogspot.com.es/2016/07/nominacion-best-blog-awards.html
    Besos para las dos.

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    1. ¡Ains, Inés, muchísimas gracias! Lo que pasa es que estamos tan liadas que con estas cosas nos cuesta mucho ponernos, pero si sacamos un huequín lo hacemos, ¿vale?

      ¡De verdad, montones de gracias!

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  10. Lo tengo en mi lista de deseos!! Coincido completamente contigo sobre el tema de las portadas, son todas una pasada.

    Besos.

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    1. ¿Verdad que sí? Es que son preciosas hasta decir basta.

      ¡A ver si pronto se cumple ese deseo y tienes el libro! Seguro que lo disfrutas mucho.

      ¡Besote!

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