Título original: La isla del Coco
Autora: Bianca Aparicio Vinsonneau
Editorial: Círculo Rojo
Páginas: 435
Fecha de publicación: diciembre 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 2,99 euros (kindle) + 14 euros (papel) Diseño de cubierta: Rocío Marroquí Girona
Amparado por las sombras de la noche, el mayor tesoro de la Corona
española abandona las costas del Perú escondido en las entrañas de un
navío mercante bajo la amenaza de la pérdida del virreinato. Es, sin
duda, una carga demasiado tentadora para el capitán William Thompson.
Con las manos manchadas de sangre, huye hasta la isla del Coco para
ocultar el gran Tesoro de Lima. Lo que debía haberle traído riqueza y
fortuna, acaba resultando ser una maldición que le aleja de su hogar y
le lleva a perder a sus seres queridos. Tras su muerte, tan solo su hija
sabe de la extraña historia de una lejana isla deshabitada, en cuyas
profundidades se oculta un inmenso tesoro. Acompañados de un diminuto
plano dibujado por la temblorosa mano de su padre, Clara y su esposo
August deciden iniciar un viaje cargado de esperanzas. No imaginan que,
tras el brillo del oro español, no hay más que oscuridad.
Una magnífica novela histórica que transcurre durante el siglo XIX, recorriendo lugares tan fascinantes como Lima (Perú), Kona (Hawái) y la isla del Coco (Costa Rica), para desvelarnos la magnitud de los anhelos y temores de los hombres.
Una magnífica novela histórica que transcurre durante el siglo XIX, recorriendo lugares tan fascinantes como Lima (Perú), Kona (Hawái) y la isla del Coco (Costa Rica), para desvelarnos la magnitud de los anhelos y temores de los hombres.
Creo que soy de las últimas en colgar la reseña dentro de la lectura conjunta de esta novela, así que imagino que ya habéis leído numerosas opiniones sobre ella y ya tenéis todo el mundo una idea general sobre la historia que se cuenta en ella. Aun así, intentaré aportar mi granito de arena con mi opinión, que es de lo que se trata (y añado, con la reseña terminada, que me ha quedado un poco larga. Mil perdones).
La sinopsis describe a la perfección el devenir de la historia. William Thompson es capitán de un barco mercante, el Mary Dear, en Lima (Perú). Trabajador y muy honesto, con apenas treinta años cumplidos es viudo y padre de una niña de cinco años a la que adora con toda su alma, pero a la que apenas ve al verse obligado a pasar embarcado la mayor parte del año para conseguir ahorros que le permitan un futuro mejor junto a ella. Una noche recibe una propuesta en su barco cuyas consecuencias se llevarán por delante su honradez y honorabilidad, así como la vida de casi toda su tripulación: en las bodegas de su barco viaja el tesoro de Lima, cajas y cajas llenas de monedas de oro, lingotes y joyas, protegidas por varios soldados españoles que estorban a un capitán que de pronto se ve arrasado por la codicia y la perspectiva de una existencia en tierra junto a su hija llena de lujos, riquezas y tranquilidad. Desde entonces, la así llamada maldición del tesoro de Lima, que está a buen recaudo en la isla del Coco, perseguirá a William durante toda su larga, larguísima, existencia.
El avance de la historia en La isla del Coco queda dividido en tres partes que abarcan casi 90 años de historia, y esas tres partes no tienen nada que ver las unas con las otras en cuanto a localizaciones e hilo narrativo. En ese sentido la novela te va llevando por derroteros muy distintos; cuando crees que estás ante un tipo de historia, te cambia de escenario, circunstancias y ritmo y comienzas una nueva parte de la aventura. Esta diferenciación entre partes creo que hace que, aunque la historia, toda ella, sea muy, muy interesante y se lea del tirón, cada lector que se enfrente a la trama siempre tendrá partes favoritas que sobresalgan por encima de las demás.
Lo explicado arriba en cuanto a la aparición del tesoro y la caída en desgracia de William no ocupa más de 70 páginas del libro; es decir, que las acciones que definen la existencia misma de la historia, el futuro de William, ocurren a un ritmo vertiginoso. Conocemos a William y de que nos queremos dar cuenta su vida está del revés y llega a la ciudad de Kona. Esta primera parte se lee de un suspiro, es muy interesante y supone un comienzo estupendo de la historia, además de contar con un muy buen prólogo. Parece que nos hallamos ante una auténtica historia de piratas, es lo que crees que vas a encontrar en el libro... pero no. En la segunda parte cambiamos de tercio.
En esta segunda parte, ambientada como digo en Kona (ciudad de la islas Sándwich, Hawái), cambia el ritmo de narración, se hace más pausado. Dejamos a un lado la novela de aventuras para centrarnos en la vida de William, en su día a día en esta pequeña isla mientras se enfrenta como puede a las consecuencias de sus actos, a sus remordimientos y a su lucha por sobrevivir y ganarse la vida. Aquí conocemos a dos de los personajes más interesantes de la novela, Guadalupe y Orlando, que aportan un toque muy humano, lleno de cariño, a los escasos protagonistas principales de la novela, cuyas acciones siempre son mucho más discutibles.
En la tercera, ya ambientada en la isla del Coco, estamos ante la propia búsqueda del tesoro, además de algo que a mí me ha resultado muy, muy interesante, que es el intento de colonización de aquella isla gracias a la emigración de ciudadanos alemanes, que abandonaron la comodidad de su tierra en busca de algo parecido a una utopía en medio del océano Pacífico (con la ayuda de la promesa de riqueza y muchas monedas de oro, también es verdad). La personificación de la fiebre por la búsqueda de tesoros escondidos combinado con la creación de la nada de una sociedad en ciernes, con la convivencia de personas de lo más variopintas enfrentadas a situaciones muy adversas en medio de la nada, para mí ha sido de lo mejorcito del libro. Sé, por lo que les he leído, que a otras compis de la lectura conjunta esta parte se les ha hecho un poco reiterativa en ocasiones, pero la verdad es que no ha sido mi caso. Ha sido la que con más interés he leído junto con la primera.
Dicho esto, resulta evidente que la parte que menos he disfrutado es la segunda, y además soy muy consciente de que probablemente la única razón sea mi falta de empatía con el personaje de William y su historia. Su evolución es poco menos que sorprendente en las primeras páginas del libro, y desde ahí en adelante ya no he conseguido conectar con él. Que conste que entiendo a la perfección lo que la autora quiere decirnos (creo), el cómo la avaricia corrompe los corazones más nobles y que las consecuencias de nuestros actos nunca quedan impunes, pero quizás si no hubiese sido tan blanco el personaje en su presentación, si hubiese tenido algún claroscuro, se hubiese comprendido más la negrura que lo inunda todo en apenas 3 páginas. Pero es tan, tan bueno y honesto que no sé, es un cambio demasiado drástico que el lector no creo que llegue a comprender del todo (o yo no lo he hecho, tampoco voy a generalizar). Y de ahí en adelante, se me han hecho un poco repetitivos tanto él como personaje como su desarrollo. No es algo importante, ni es algo que me haya impedido disfrutar de la historia, pero sí que es verdad que es un personaje principal que a mí nunca me ha llegado a calar. Los dos personajes secundarios que comparten protagonismo con él en Kona son mucho más cercanos y creíbles, empatizas con ellos. Guadalupe y Orlando se comen a William como personaje cuando aparecen en escena (por cierto, con respecto a William, no sé si será solo cosa mía, que supongo que sí porque me fijo en cosas muy raras, pero no me cuadran los años que transcurren según el título de la segunda parte y los años que transcurren según la propia narración).
El avance de la historia en La isla del Coco queda dividido en tres partes que abarcan casi 90 años de historia, y esas tres partes no tienen nada que ver las unas con las otras en cuanto a localizaciones e hilo narrativo. En ese sentido la novela te va llevando por derroteros muy distintos; cuando crees que estás ante un tipo de historia, te cambia de escenario, circunstancias y ritmo y comienzas una nueva parte de la aventura. Esta diferenciación entre partes creo que hace que, aunque la historia, toda ella, sea muy, muy interesante y se lea del tirón, cada lector que se enfrente a la trama siempre tendrá partes favoritas que sobresalgan por encima de las demás.
Lo explicado arriba en cuanto a la aparición del tesoro y la caída en desgracia de William no ocupa más de 70 páginas del libro; es decir, que las acciones que definen la existencia misma de la historia, el futuro de William, ocurren a un ritmo vertiginoso. Conocemos a William y de que nos queremos dar cuenta su vida está del revés y llega a la ciudad de Kona. Esta primera parte se lee de un suspiro, es muy interesante y supone un comienzo estupendo de la historia, además de contar con un muy buen prólogo. Parece que nos hallamos ante una auténtica historia de piratas, es lo que crees que vas a encontrar en el libro... pero no. En la segunda parte cambiamos de tercio.
En esta segunda parte, ambientada como digo en Kona (ciudad de la islas Sándwich, Hawái), cambia el ritmo de narración, se hace más pausado. Dejamos a un lado la novela de aventuras para centrarnos en la vida de William, en su día a día en esta pequeña isla mientras se enfrenta como puede a las consecuencias de sus actos, a sus remordimientos y a su lucha por sobrevivir y ganarse la vida. Aquí conocemos a dos de los personajes más interesantes de la novela, Guadalupe y Orlando, que aportan un toque muy humano, lleno de cariño, a los escasos protagonistas principales de la novela, cuyas acciones siempre son mucho más discutibles.
En la tercera, ya ambientada en la isla del Coco, estamos ante la propia búsqueda del tesoro, además de algo que a mí me ha resultado muy, muy interesante, que es el intento de colonización de aquella isla gracias a la emigración de ciudadanos alemanes, que abandonaron la comodidad de su tierra en busca de algo parecido a una utopía en medio del océano Pacífico (con la ayuda de la promesa de riqueza y muchas monedas de oro, también es verdad). La personificación de la fiebre por la búsqueda de tesoros escondidos combinado con la creación de la nada de una sociedad en ciernes, con la convivencia de personas de lo más variopintas enfrentadas a situaciones muy adversas en medio de la nada, para mí ha sido de lo mejorcito del libro. Sé, por lo que les he leído, que a otras compis de la lectura conjunta esta parte se les ha hecho un poco reiterativa en ocasiones, pero la verdad es que no ha sido mi caso. Ha sido la que con más interés he leído junto con la primera.
Dicho esto, resulta evidente que la parte que menos he disfrutado es la segunda, y además soy muy consciente de que probablemente la única razón sea mi falta de empatía con el personaje de William y su historia. Su evolución es poco menos que sorprendente en las primeras páginas del libro, y desde ahí en adelante ya no he conseguido conectar con él. Que conste que entiendo a la perfección lo que la autora quiere decirnos (creo), el cómo la avaricia corrompe los corazones más nobles y que las consecuencias de nuestros actos nunca quedan impunes, pero quizás si no hubiese sido tan blanco el personaje en su presentación, si hubiese tenido algún claroscuro, se hubiese comprendido más la negrura que lo inunda todo en apenas 3 páginas. Pero es tan, tan bueno y honesto que no sé, es un cambio demasiado drástico que el lector no creo que llegue a comprender del todo (o yo no lo he hecho, tampoco voy a generalizar). Y de ahí en adelante, se me han hecho un poco repetitivos tanto él como personaje como su desarrollo. No es algo importante, ni es algo que me haya impedido disfrutar de la historia, pero sí que es verdad que es un personaje principal que a mí nunca me ha llegado a calar. Los dos personajes secundarios que comparten protagonismo con él en Kona son mucho más cercanos y creíbles, empatizas con ellos. Guadalupe y Orlando se comen a William como personaje cuando aparecen en escena (por cierto, con respecto a William, no sé si será solo cosa mía, que supongo que sí porque me fijo en cosas muy raras, pero no me cuadran los años que transcurren según el título de la segunda parte y los años que transcurren según la propia narración).
Al final la autora nos desvela que dentro de las licencias narrativas y argumentales, algunos de los personajes de la novela así como el robo de Lima, su escondite en la isla del Coco y su posterior búsqueda, fueron reales, y los hechos que se narran con respecto a ellos también. Admito que a mí esto no me ha sorprendido porque cuando vi el título de la novela lo primero que hice fue googlear si existía para enterarme de su historia, y vamos, lista de mí, me tragué yo solita sin ayuda de nadie unos cuantos spoilers (hacía estas cosas cuando solo existían las enciclopedias, así que ahora con google es un vicio como cualquier otro). Lo que sí me ha sorprendido mucho, muchísimo, es enterarme de que lo que sucede en el epílogo también es verídico porque, honestamente, me parecía mucho más irreal que cualquier otra cosa que se hubiese narrado a lo largo la novela... Si me hubiesen preguntado, hubiese puesto la mano en el fuego asegurando que era una de las partes noveladas. Y no, sucedió de verdad. Sorprendente.
La narración de Bianca es muy buena, fluida, ágil... el libro se lee casi sin darse uno cuenta, y mucha culpa la tienen la naturalidad y la facilidad con la que la autora esboza tanto las descripciones, muy abundantes sobre todo en la isla del Coco, como los diálogos, que no chirrían en ningún momento. Es una narración muy limpia; todo un descubrimiento, y me apetece mucho leer su anterior novela, Las sombras de África.
Personalmente le doy las gracias a Bianca por recuperar una historia real absolutamente desconocida hoy en día, y saber hilar lo verídico con lo ficticio hasta componer una trama que, aunque tiene algún altibajo, no puedes dejar de leer para saber cómo termina. Me encantan las novelas que cuentan hechos reales sucedidos en siglos pasados. Eran tiempos muy duros y crueles para quienes lo vivieron, pero muy interesantes y atractivos para quienes los contemplamos desde la lejanía que los siglos nos dan.
La narración de Bianca es muy buena, fluida, ágil... el libro se lee casi sin darse uno cuenta, y mucha culpa la tienen la naturalidad y la facilidad con la que la autora esboza tanto las descripciones, muy abundantes sobre todo en la isla del Coco, como los diálogos, que no chirrían en ningún momento. Es una narración muy limpia; todo un descubrimiento, y me apetece mucho leer su anterior novela, Las sombras de África.
Personalmente le doy las gracias a Bianca por recuperar una historia real absolutamente desconocida hoy en día, y saber hilar lo verídico con lo ficticio hasta componer una trama que, aunque tiene algún altibajo, no puedes dejar de leer para saber cómo termina. Me encantan las novelas que cuentan hechos reales sucedidos en siglos pasados. Eran tiempos muy duros y crueles para quienes lo vivieron, pero muy interesantes y atractivos para quienes los contemplamos desde la lejanía que los siglos nos dan.
Tengo que terminar diciendo que la portada me parece una preciosidad, porque además cuando lees el libro, gracias a las descripciones tan preciosistas, la imagen se te viene constantemente a la mente.
Bianca Aparicio Vinsonneau es una joven escritora, hija de padre español
y madre francesa, nacida el 18 de diciembre de 1983 en Alicante. Cursó
estudios superiores diplomándose en Óptica y Optometría y en Magisterio
de Lengua Extranjera.
Ha colaborado como voluntaria en varios proyectos en el continente negro, relacionados, principalmente, con la educación infantil, la sanidad y el empoderamiento de la mujer.
Su primera novela, Las Sombras de África (Círculo Rojo, 2014), nace de esos intensos viajes por cuatro de los cinco continentes. Su relato corto, Fantasmas, es seleccionado para su publicación dentro de la antología De seis a ocho (Ediciones Cardeñoso, 2014). En 2015 resulta ganadora del 2º premio en el VI certamen de microrrelatos Arvikis-Dragonfly, y participó como jurado en el III Concurso de Relatos Cortos de Playa Blanca (Lanzarote). En 2016 obtiene el 2º premio en prosa del II Certamen de narrativa Dolores Ibarruri "Pasionaria".
Actualmente es
miembro activo de La Tertulia Literaria de Guardamar del Segura
(Alicante) y se encuentra inmersa en sus próximos trabajos.
Me sigue atrayendo mucho más el anterior libro de esta autora, pero con tanto por leer no se si me animaré.
ResponderEliminarUn beso
Es que además por lo que vengo leyendo a la gente, todos los que han leído los dos libros prefieren el anterior a este, sobre todo en cuestión de personajes. Será cosa de leerlo y averiguarlo.
Eliminar¡Besote!
No me llama demasiado esta clase de novela. No es mi estilo. Muchas gracias por tu reseña de todas formas.
ResponderEliminarUn besazo.
Pues entonces a por otra, que hay montones donde elegir.
Eliminar¡Besote!
Lo dejo pasar por el género, que no me suele convencer.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues a por otro entonces :)
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Si leo algo de esta autora será Las sombras de África, que me apetece más. Besos
ResponderEliminarYo creo que todos los que han leído los dos libros prefieren "Las sombras de África" a este, y eso me produce también mucha curiosidad. Lo leeré tarde o temprano.
Eliminar¡Besote!
Gracias por léerla con nosotras. Tú punto de vista es muy interesnte y creo que es dado en e clavo con lo de la estructura.
ResponderEliminar¡Uy, las gracias a vosotras por la oportunidad de leer el libro y conocer a la autora!
Eliminar¡Besote!
Pues no sé, no me había animado mucho ese cambio de tercio. A ver, que no me mola eso de que me den el caramelo y luego me lo quiten. Que esté pensando que lo voy a pasar pipa con una historia de piratas y luego hala, me desembarquen y encima me lleven a esa segunda parte que no te ha acabado de convencer o que te ha gustado menos. Me parece que eso es un bache. Me gusta que todas las partes estén igual de bien.
ResponderEliminarSeguramente quedará algún rezagado con la reseña y mientras tanto me lo sigo pensando.
Besos
Para mí, honestamente, en ese aspecto el libro tiene altibajos. Unos lectores empatizamos más con unas partes que otras precisamente porque no son constantes, difieren mucho entre sí. Las partes reales creo que son la primera y la tercera y la autora las enlaza con la segunda que si no me equivoco es la inventada, y que a mí es precisamente la que me ha parecido más floja.
EliminarMe da que tanto pensarlo es que va a ser que no que lo vas a leer... jajaja.
¡Besote!
Pues en este caso no coincidimos, a mi la segunda parte me encantó y la tercera no tanto. Besos
ResponderEliminarSip, creo que soy de las pocas que prefiere la tercera a la segunda, a casi todas os he leído que se os ha hecho un poco pesada... Es que es lo que comento, mi problema está con William, no acabo de ver el personaje. Y la parte de la isla se me ha hecho súper interesante, la verdad. ¡Si es que tiene que haber gustos para todo!... jajaja.
Eliminar¡Besote!
El libro me ha gustado bastante en general, no diría que una parte más que otra pero está claro que a cada uno nos gusta más una parte de la historia.
ResponderEliminarBuena reseña!
Un beso.
¡Gracias! Yo sí que he conectado más con la primera y la tercera... en la segunda es que ni siquiera me cuadran los años que transcurren (además de mi falta de empatía con William). Pero yo creo que en general el libro se disfruta mucho. A mí la historia de fondo en sí me ha parecido un descubrimiento.
Eliminar¡Besote!
Coincidimos en líneas generales. A mi tampoco me ha cuadrado nada el comportamiento de William. Sé que el dinero hace esas cosas pero no en alguien tan bueno como parecía este hombre; creo que la autora debería haberlo dibujado desde el principio un poco más turbio. Tampoco he entendido demasiado la obsesión del matrimonio por la búsqueda del tesoro, me ha parecido enfermizo
ResponderEliminarA mí la parte que más me gustó fue la primera, sin duda. La segunda un poco menos y la tercera menos que la segunda. Aún así, me ha parecido un libro muy entretenido y me ha gustado saber esta parte de la historia. Como se suele decir, la realidad supera la ficción
Gracias por participar en la lectura conjunta y por esta fantástica reseña
Besos
¡Gracias a vosotras por la oportunidad de leer esta novela!
EliminarPues ese es precisamente el problema que yo he tenido con William: no me ha parecido bien construido. No se pasa de la nobleza a lo que hace de un día para otro (literalmente). A partir de ahí lo mío con ese personaje no ha funcionado y me ha lastrado en la segunda parte del libro. Sobre la pareja, fíjate que a mí eso me ha parecido más realista. Hay montones de casos documentados de gente completamente obsesionada en la búsqueda de tesoros o incluso en la fiebre del oro americana... No me ha chocado tanto como os he ido leyendo en las reseñas.
La primera parte, dejando aparte la transformación inexplicablede William, en cuanto a ritmo y demás es sin duda la mejor.
¡Besote!
Tampoco yo he sintonizado con William. Uno cambia a lo largo de su vida pero de la noche a la mañana no lo veo. Ahora la Isla me ha encantado!!!
ResponderEliminarBs.
Pues creo que somos de las pocas que concidimos en las dos cosas, en William y en que preferimos la parte de la isla. Yo lo de William no acabo de verlo, pero bueno, el libro tiene otras muchas cosas muy buenas.
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La novela también me gustó mucho. Besos
ResponderEliminarEs que es una novela que se disfruta y se lee con ganas, a pesar de sus defectillos :)
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Lo compré hace tiempo para el kindle y la verdad es que me ha gustado leeros a todas, veo que en general tenéis partes preferidas y otras que se os han hecho más pesadas, pero todas coincidís en la gran ambientación así que tengo ganas de viajar hasta la Isla del Coco.
ResponderEliminarBesitos
Sip, yo creo que las partes son tan diferentes entre sí que es difícil que gusten todas por igual... la ambientación está muy bien, sobre todo en la isla del Coco. Si al final le sacas hueco espero que lo disfrutes mucho :)
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Pese a las reseñas que voy viendo, no acabo de decidirme. Un beso!
ResponderEliminarPues si ves que no te convence, a otra cosa... ¡será por libros! :)
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