Título original: Crónica ministerial
Autora: Teresa Hernández
Editorial: Palabras de agua
Páginas: 256
Fecha de publicación: 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 15 euros Ilustración de cubierta: Kike Alapont
La vida de Ángela resulta de lo más convencional. Es madre de dos
hijos, una adolescente y un pequeño, esposa de un fiscal y funcionaria
del ministerio de hacienda. En el trabajo pasa el tiempo tramitando
expedientes de compras y lidiando con compañeros peculiares que casi
siempre resultan molestos. El ministerio es un lugar aburrido y casposo a
menos que se vea a través de un cristal especial, por eso ella prefiere
ponerse unas gafas que convierten lo que es gris en azul turquesa.
Crónica ministerial es un relato que muestra la cara más divertida de la vida cotidiana.
Mirándola con los ojos que las primeras impresiones plasman y retienen en nuestro cerebro, podemos pensar: "Ángela solamente es la funcionaria que nos puede tramitar un expediente". Así es cómo se nos presenta y cómo nos la encontramos en la primera página: enclavada en el puesto ministerial correspondiente (fijo, inamovible, calentito y confortable), pero soñando con el más allá, esa realidad que existe al otro lado del cristal de su ventana.
Ángela es todo eso y más. No es solo una figura hierática, estable y estancada que no siente ni padece, sino todo lo contrario. Es mujer, esposa, madre, hija, compañera, jefa... y así hasta llegar a su esencia, esa que está libre de todo juicio y pensamiento: es Ángela, la persona.
En Crónica ministerial se nos invita a pasar al otro lado de la mesa de un funcionario, descubriendo así que de alguna manera estos no son seres uniformados, iguales y con un pensamiento único, residentes del Olimpo o habitantes a otro planeta. Pertenecen, como todos nosotros, a la especie de los humanos, y, como el resto de los mortales, sienten y padecen en mayor o menor medida, estando determinados y limitados sus sentimientos y sus sufrimientos por sus correspondientes egos, los cuales de alguna manera dirigen y encauzan sus acciones y decisiones de su día a día.
Todo ello lo descubriremos y reconoceremos a través de los ojos privilegiados de Ángela. Y cuando digo esto me refiero a que, gracias a esos ojos curiosos y observadores, seremos participes de todas las historias encerradas en las vidas de las personas que pululan por su universo particular, ya sea este el ministerial o el familiar. Ante nosotros se irán describiendo los distintos personajes, ya sean estos compañeros de mayor o menor nivel estatutario, de diferentes tallas, medidas, edades y sexo, a la vez que nos introducirá en su ambiente familiar, abriéndonos las puertas de su casa.
La familia es la otra cara indivisible e inseparable de su yo. En ellos se fraguan los pequeños dramas, los fuegos cotidianos que tiene que apagar nuestra protagonista. Esto tiene un lado positivo, pues a la vez que todos, en mayor o menor medida, la preocupan, causándole angustia y zozobra continuadas en el tiempo, también la retroalimentan al descolocarla y sacarla siempre de su zona de confort. En estas situaciones es cuando vemos a la mujer inteligente, la que sabe elegir el momento y el lugar para argumentar, dirigir y direccionarlos a todos sin perder con ello su humor y su gracia; es decir, la idiosincrasia intrínseca de su ser.
Esa gracia y comicidad es la que se desprende de la interpretación de sus distintas realidades. Ella sabe como nadie sacarnos en cada página una sonrisa... ver y hacernos mirar el lado amable de la vida. En la cotidianidad de las pequeñas cosas está su felicidad; todos, ya sea en el lado ministerial o en el familiar, le aportan los ingredientes necesarios para que, a pesar de los años, sepa fluir, avanzar y adaptarse donde otros se han quedado obsoletos, estancados o derivados a una especie de locura.
Con su narrativa sencilla y ágil, Teresa Hernández nos abstrae y reconduce en Crónica ministerial hacia las cosas cotidianas, haciéndonos mirarlas desde otro ángulo. Con su destreza narrativa aligera y alivia las particulares tragedias que inundan nuestras rutinarias vidas, reencontrándonos a través de su lectura con el humor, el pensamiento positivo y el amor, al tiempo que alegramos nuestra mente y enriquecemos nuestro cuerpo, todo ello digno de agradecimiento en estos días.
Por cierto, la ilustración de Kike Alapont es preciosa. Es mirarla y trasladarme al Santa Clara de Enid Blyton.
Teresa Hernández es
doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid,
trabaja en investigación y sus publicaciones se han situado de forma
prioritaria en el ámbito científico.
Comenzó a escribir cuentos desde muy joven, y ha sido galardonada en numerosas ocasiones en certámenes de relatos y microrrelatos, algunoa de especial relevancia por el elevado número de obras presentadas, como el I Concurso Internacional de Microrrelatos "Latin Heritage Foundation" o el I Concurso Mundial de Microrrelatos de la "Internacional Microcuentista".
Es autora, además, de ocho novelas, de las que dos de ellas han sido finalistas en premios literarios. Tiene publicados cuatro títulos que se enmarcan en géneros tan dispares como la comedia y el drama bajo diferentes sellos editoriales.
Las esquinas de mi cabeza es su quinto trabajo de larga extensión y obtuvo el accésit en el II Premio de Narrativa de la editorial Libros Mablaz. Con La galería de los susurros resultó ganadora del III premio de narrativa de la misma editorial.
Comenzó a escribir cuentos desde muy joven, y ha sido galardonada en numerosas ocasiones en certámenes de relatos y microrrelatos, algunoa de especial relevancia por el elevado número de obras presentadas, como el I Concurso Internacional de Microrrelatos "Latin Heritage Foundation" o el I Concurso Mundial de Microrrelatos de la "Internacional Microcuentista".
Es autora, además, de ocho novelas, de las que dos de ellas han sido finalistas en premios literarios. Tiene publicados cuatro títulos que se enmarcan en géneros tan dispares como la comedia y el drama bajo diferentes sellos editoriales.
Las esquinas de mi cabeza es su quinto trabajo de larga extensión y obtuvo el accésit en el II Premio de Narrativa de la editorial Libros Mablaz. Con La galería de los susurros resultó ganadora del III premio de narrativa de la misma editorial.
http://bhavnika.wixsite.com/thernandez
No tiene mala pinta...
ResponderEliminarBesos
Parece una lectura divertida pero yo no me veo con él.
ResponderEliminarBesos
Esta vez no termina de convencerme y es un alivio ¿eh? Uno menos para la lista.
ResponderEliminarBesos.
Sinceramente no debe estar mal, pero las lecturas de vidas cotidianas no son lo mío. En cualquier caso, agradezco la recomendación. Saludos.
ResponderEliminarLa estoy leyendo, me queda poco para acabarla!!! Hoy no me entretengo...😁
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
Pues a mí me parece una propuesta de lo más curiosa, desarrolla una idea que a mí personalmente se me pasa muchas veces por la cabeza, eso de inventarle una vida a esas personas con las que te cruzas...
ResponderEliminarBesos.
Curioso libro, ¿no? Me parece una idea original, si me topo con él quizás le doy una oportunidad
ResponderEliminarhola! muy interesante por todo lo que nos has contado y tu forma de hacerlo es tan maravilloso que seguro lo leeremos! saludosbuhos
ResponderEliminarDe Teresa Hernández leí La galerīa de ĺos susurros, novela que me encantö. Me sorprendiò este cambio de registro. Pero, por tu reseña, veo que el entretenimiento está asegurado. A ver si me reconozco en alguno de los personajes, pues pertenezco a este gremio, a los que muchos nos toman como privilegiados. Pues, nada, prepárense unas oposiciones, porque es la forma habitual paea formar parte de este cuerpo de "élite". Besos.
ResponderEliminarAnda, si no pensé que sería un libro de Esther de Purita Campos... Bueno, vale ya, que sí, que me gusta sobre todo por esos personajes que atraviesan la barrera y se convierten en personas. Son los que diferencian unos libros de otros en este tipo de historias íntimas. Me lo guardo para más adelante, ahora no estoy por el realismo, prefiero que me cuenten cosas raras, oye. No miro para nadie.
ResponderEliminarBesos
Pues me parece de los más divertido ver el mundo a través de los ojos de Ángela! La mezcla de humor y positivismo creo que es perfecta para intercalar entre tanta novela negra, así que tomo nota de tu recomendación ;)
ResponderEliminarBesitos
Esta no me atrae especialmente así que la dejo pasar y no creas que me apena, jajaja
ResponderEliminarBs.
Pese a ver que la has disfrutado, no termina de atraerme, así que la dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues vuelve a ser una novela que desconocía y aunque la trama en principio no encaja con mis apetencias actuales (Que ando yo muy quisquillosa últimamente) sí que creo que podría disfrutarlo, así que no lo descarto. ¡Y como siempre, gracias por descubrirnos títulos nuevos! :)
ResponderEliminarUn abrazo
Pues ahora mismo, con todo lo que tengo pendiente, lo dejo pasar aunque no pinta nada mal la verdad. Besos
ResponderEliminarNo me lo llevo, lo siento. Aunque es un Alivio para mi con tanto pendiente. Besinos.
ResponderEliminarLa veo entretenida pero no me tira lo suficiente como para levantarme por ella.
ResponderEliminarBesis
Bueno, reconozco no conocer este libro hasta que os he leído.
ResponderEliminarNo tiene mala pinta pero ñññiii, me chirría un poco e igual en otro momento me encajaría, de hecho me la apunto, pero ahora mismo, como que no.
Besos y gracias por traer títulos super distintos.
Besos.
Vale, eso ya lo había puesto. ;)
Holaaa!
ResponderEliminarAunque no parece que el libro tenga mala pinta, no me termina de llamar la atención así que lo dejo pasar, creo que no disfrutaría de su lectura.
Un beso