Título original: Tres mil noches con Marga
Autor: Pedro Ramos
Editorial: Destino
Páginas: 304
Fecha de publicación: septiembre 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18,90 euros Ilustración de cubierta: Planeta Arte & Diseño
Marga es una joven bióloga gallega, brillante en su profesión, que
trabaja como investigadora en Alaska desde hace seis años. Desde
entonces nunca ha vuelto a A Coruña para visitar a su familia, y el
vínculo se reduce a las pocas llamadas telefónicas con su madre.
Pero en su última conversación recibirá la noticia de la enfermedad de su padre y, a pesar del miedo a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, decidirá regresar de inmediato. El rencuentro familiar abrirá inevitablemente heridas mal curadas, y Marga se debatirá entre contar aquello que la hizo alejarse de todos sin dar más explicaciones o mantenerlo en secreto, y seguir viviendo en un extraño equilibro entre el sentimiento de culpa y la responsabilidad de amparar a los suyos.
Esta es la historia de cómo M. perdió sus letras hasta convertirse en una única consonante libre y liberada de prejuicios y de pasado, concentrada y adicta a su trabajo con una vida más o menos resuelta y más o menos llena. M-A-R-G-A-R-I-T-A... eran muchas las vocales y consonantes que componían su nombre, y necesitó muchas noches y días, más de tres mil, para descomponerlo, comprenderlo y quedarse con su esencia, con lo importante y principio de todo, condensado en una única letra, la M.
Arrancamos la historia en 1986 con una Margarita adolescente de 15 años, esa edad en que la vida y la libertad son cantadas por cada célula. Todo es ritmo, ilusión y vértigo, y ella quiere probarlo y vivirlo, sentir el anhelo, dejarse llevar por las emociones y por todo ese torrente de energía que está transformando sus días y sus noches. Para ello qué mejor periodo que las vacaciones en el pueblo, con todos los tíos, primos y abuela incluida, donde las distintas familias se desconcentran para fijar sus focos en sus propias vivencias e infancias.
Así andaba nuestra Margarita, viviendo y probando con esa sana inconsciencia envuelta en la magia de la juventud. Ella sabía diferenciar lo que era importante de lo que simplemente lo parecía; su foco estaba en vivir y vivir a pesar de su autoritario y machista padre, Miguel, de sus primos cansinos y su hermano pegajoso. Por eso puede decir que el verano de sus 15 años fue su mejor verano, cuando puso los alambres de su personalidad unidos y pegados por un amor incondicional e incomprendido hacia su familia.
Han de pasar unas tres mil noches con sus días y llegar al año 1997 para que Margarita se quede en Marga, superada adolescente y joven madura que ha sabido luchar por lo que quería y conseguir lo que nadie más en su familia fue capaz de conseguir, su libertad intelectual, tal y como demuestra su título de doctora en Biología. Solo su madre, Ana, mujer claudicada al confort que su autoritario marido le proporciona, siente cierto orgullo por su hija; todos los demás le hacen saber y entender que, cuando vuelva al rebaño familiar, ser doctora no le posicionará ni alzará a un estatus superior. Más bien lo contrario: será la rara de la familia, la que no se somete a sus normas y estándares.
Marga ha salido y ha crecido fuera de la familia, pero eso no significa que no los ame; todo lo contrario, valora lo que tiene por lo que es. Cuando vuelve con los suyos para ayudar y preparar la boda de su hermano Carlos, todos ellos de alguna manera intentan apagar esa luz que emana de ella, tan distinta y brillante a las suyas. Se encuentra con mentes recias y necias que ni ven ni dejan ver, y solo la humildad de nuestra Marga hace que su luz y su visión superior pasen desapercibidas... y, aun así, no puede ni debe hacer lo que los demás esperan de ella solamente porque así lo quieran, y más si eso va en contra de su esencia y su ser.
Con todo lo anterior volvemos a la Marga del presente, la que ya ha perdido todas sus vocales y consonantes para concentrarse en una sola letra, la M. Nos encontramos con una mujer muy alejada de los suyos, con otra vida y otra identidad; únicamente la llamada de su madre será capaz de abrir el arca donde encierra sus secretos inconfesables, su dolor, su culpa y su enterrada incomprensión.
Cuando vuelve una última vez, junto al amor por los suyos afloran todos los sentimientos y recuerdos menos buenos, haciéndole volver con más o menos éxito al hogar y a su familia, esa que no la entiende ni comprende en su destierro autoimpuesto pero que, a pesar todo, y a su manera, la quiere e intenta amar. M. ha perdido su letras, pero en el proceso ha crecido y reconstruido una o varias vidas, y comprende la suerte que tiene por todo lo que posee. Hay cosas y sucesos que deben quedar enterrados y así es como ella lo entiende; esas son sus conclusiones y, si ella lo quiere así, ahí lo dejo yo.
Con un lenguaje ágil y sencillo, Pedro Ramos nos sumerge en tres tiempos y tres lugares distintos, Galicia, Madrid y Fairbanks (Alaska), retratándonos una sociedad no tan lejana aunque así nos lo parezca cuando la miramos con la nostalgia y la pátina del tiempo. En ella nos reencontramos con esas familias llenas de tíos y primos en las que primaban la tolerancia y el sentido de unidad a pesar de sus diferencias, envidias u otros sentimientos parecidos... por no decir que quien tenía un primo o una prima tenía un tesoro, y si eran muchos y de tu edad, formaban toda tu comunidad, una fuerte e indisoluble.
Pero, como en todas la buenas familias, encontramos verdades dolorosas, secretos soterrados, culpas y deberes que, junto al amor incondicional que los une, necesitan que se les eche tierra encima para que todo siga y fluya, pues siempre hay verdades que, a pesar del dicho, no los hace libres sino todo lo contrario, y solo el sentido de familia podrá ser la brújula que los guíe y los conduzca a su unidad, a su colectivo.
Con Pedro Ramos repasamos tres décadas con sus luces y sombras, con sus hechos y deshechos y, sobre todo, con sus bandas sonoras (ahí tenemos a Antonio Vega susurrándonos sus canciones en todas las páginas). Por esto, y por todo lo que el autor nos quiere contar, merece la pena leer y entregarse a Tres mil noches con Marga.
Arrancamos la historia en 1986 con una Margarita adolescente de 15 años, esa edad en que la vida y la libertad son cantadas por cada célula. Todo es ritmo, ilusión y vértigo, y ella quiere probarlo y vivirlo, sentir el anhelo, dejarse llevar por las emociones y por todo ese torrente de energía que está transformando sus días y sus noches. Para ello qué mejor periodo que las vacaciones en el pueblo, con todos los tíos, primos y abuela incluida, donde las distintas familias se desconcentran para fijar sus focos en sus propias vivencias e infancias.
Así andaba nuestra Margarita, viviendo y probando con esa sana inconsciencia envuelta en la magia de la juventud. Ella sabía diferenciar lo que era importante de lo que simplemente lo parecía; su foco estaba en vivir y vivir a pesar de su autoritario y machista padre, Miguel, de sus primos cansinos y su hermano pegajoso. Por eso puede decir que el verano de sus 15 años fue su mejor verano, cuando puso los alambres de su personalidad unidos y pegados por un amor incondicional e incomprendido hacia su familia.
Han de pasar unas tres mil noches con sus días y llegar al año 1997 para que Margarita se quede en Marga, superada adolescente y joven madura que ha sabido luchar por lo que quería y conseguir lo que nadie más en su familia fue capaz de conseguir, su libertad intelectual, tal y como demuestra su título de doctora en Biología. Solo su madre, Ana, mujer claudicada al confort que su autoritario marido le proporciona, siente cierto orgullo por su hija; todos los demás le hacen saber y entender que, cuando vuelva al rebaño familiar, ser doctora no le posicionará ni alzará a un estatus superior. Más bien lo contrario: será la rara de la familia, la que no se somete a sus normas y estándares.
Marga ha salido y ha crecido fuera de la familia, pero eso no significa que no los ame; todo lo contrario, valora lo que tiene por lo que es. Cuando vuelve con los suyos para ayudar y preparar la boda de su hermano Carlos, todos ellos de alguna manera intentan apagar esa luz que emana de ella, tan distinta y brillante a las suyas. Se encuentra con mentes recias y necias que ni ven ni dejan ver, y solo la humildad de nuestra Marga hace que su luz y su visión superior pasen desapercibidas... y, aun así, no puede ni debe hacer lo que los demás esperan de ella solamente porque así lo quieran, y más si eso va en contra de su esencia y su ser.
Con todo lo anterior volvemos a la Marga del presente, la que ya ha perdido todas sus vocales y consonantes para concentrarse en una sola letra, la M. Nos encontramos con una mujer muy alejada de los suyos, con otra vida y otra identidad; únicamente la llamada de su madre será capaz de abrir el arca donde encierra sus secretos inconfesables, su dolor, su culpa y su enterrada incomprensión.
Cuando vuelve una última vez, junto al amor por los suyos afloran todos los sentimientos y recuerdos menos buenos, haciéndole volver con más o menos éxito al hogar y a su familia, esa que no la entiende ni comprende en su destierro autoimpuesto pero que, a pesar todo, y a su manera, la quiere e intenta amar. M. ha perdido su letras, pero en el proceso ha crecido y reconstruido una o varias vidas, y comprende la suerte que tiene por todo lo que posee. Hay cosas y sucesos que deben quedar enterrados y así es como ella lo entiende; esas son sus conclusiones y, si ella lo quiere así, ahí lo dejo yo.
Con un lenguaje ágil y sencillo, Pedro Ramos nos sumerge en tres tiempos y tres lugares distintos, Galicia, Madrid y Fairbanks (Alaska), retratándonos una sociedad no tan lejana aunque así nos lo parezca cuando la miramos con la nostalgia y la pátina del tiempo. En ella nos reencontramos con esas familias llenas de tíos y primos en las que primaban la tolerancia y el sentido de unidad a pesar de sus diferencias, envidias u otros sentimientos parecidos... por no decir que quien tenía un primo o una prima tenía un tesoro, y si eran muchos y de tu edad, formaban toda tu comunidad, una fuerte e indisoluble.
Pero, como en todas la buenas familias, encontramos verdades dolorosas, secretos soterrados, culpas y deberes que, junto al amor incondicional que los une, necesitan que se les eche tierra encima para que todo siga y fluya, pues siempre hay verdades que, a pesar del dicho, no los hace libres sino todo lo contrario, y solo el sentido de familia podrá ser la brújula que los guíe y los conduzca a su unidad, a su colectivo.
Con Pedro Ramos repasamos tres décadas con sus luces y sombras, con sus hechos y deshechos y, sobre todo, con sus bandas sonoras (ahí tenemos a Antonio Vega susurrándonos sus canciones en todas las páginas). Por esto, y por todo lo que el autor nos quiere contar, merece la pena leer y entregarse a Tres mil noches con Marga.
Para mis primos y primas.
Pedro Ramos (Madrid 1973), escritor y profesor de
escritura creativa, es miembro de la European Association of Creative
Writing Programmes, ha colaborado con los talleres Clara Obligado y
Fuentetaja de Madrid y dirigió la escuela Polisemias en A Coruña. Es
autor de las novelas El coleccionista de besos (Edebé, 2018), La playa de los cristales (Edebé, 2017), Todo es mentira (Trifolium, 2014), Masculino singular (Edaf, 2006) y Tres mil noches con Marga (Destino, 2018), y el libro de poemas Enelpaísdelosméritos
(Noroeste, 2010). También ha escrito guiones, una serie para
smartphones y una obra de teatro, además de haber codirigido un
documental y realizado varios espectáculos multidisciplinares.
Actualmente reside en Málaga.
¡Hola!
ResponderEliminarLa reseña me ha gustado tanto como lo hizo el libro; sin duda es de esas historias que te calan dentro y se quedan en la memoria.
Un beso
Pues mi querida Bingley, no me va a quedar más remedio que ponerme a leerlo, que lo tengo desde hace tiempo, lo que pasa que es que entre que soy perezosa, entre que no veo mucho todavía y unas cosas y otras, que ahí sigue 🙄🙄🙄
ResponderEliminarBesitos cielo 💋💋💋
Hola! En Kindle lo tengo esperando, a ver si me pongo pronto con él porque creo que lo disfrutaré mucho Besitos
ResponderEliminarA mí me transportó en algunas partes a mis años mozos. Me gustó mucho la novela en conjunto. Muy buena reseña.
ResponderEliminarBesos
No me importaría leerla. Me gusta lo que nos cuentas en tu reseña. Besos.
ResponderEliminarCreo que cuando leí la primera opinión de esta novela ya intuí que me gustaría, y ahora estoy más segura. Es verdad que libros tenemos muchos y nos llegan muchísimos estímulos de otros pero este se queda en la lista de posibles y sé que algún día me encontraré con él, lo compraré y lo leeré; eso sí, no sé cuándo, claro, para qué nos vamos a engañar a estas alturas.
ResponderEliminarPor cierto, me ha gustado mucho cómo has enfocado la opinión. Me ha resultado, en cierta manera, poética.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo en todo. Una novela que merece mucho la pena. Y una reseña preciosa.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es maravilloso cómo lo cuenta Pedro, con tanta sencillez y con tanta verdad que logra trasladarte en el tiempo. Bonita reseña.
ResponderEliminarBesos
He visto este libro en muchas listas de mejores lecturas y eso me lo ha hecho replantearmelo. Me está entrando el gusanillo porque tantas personas no pueden estar equivocadas y algo tendrá...
ResponderEliminarUn besote!
Estoy ahora mismo leyendola y de momento va bien aunque me está resultando algo lenta o la lenta soy yo, jaja.
ResponderEliminarBs.
había visto la novela por redes pero no me había parado a leer de que trataba. Y me gusta lo cuentas mucho. Me la anoto por si pudiera hacerme con ella.
ResponderEliminarFeliz año a las dos ;)
Un beso
Me gustó mucho, una novela que merece la pena leer.
ResponderEliminarBesos
Cómo me alegro de que la hayáis disfrutado, a mí me pareció una novela maravillosa que no dudo en recomendar, y por cierto, la reseña os ha quedado a la altura del libro!
ResponderEliminarUn beso
Me encantaría leerlo. Cuestión de tiempo ponerme con él.
ResponderEliminarBesos.
Hola MB la verdad es que todavía sigo dudando con este libro. Veo que os gusta a mucha gente... pero no sé... Lo dejaré reposar.
ResponderEliminarUn besazo
Cómo me gustó esta historia! Y veo que a ti también te ha pasado, porque una reseña así solo es posible cuando se disfruta de la lectura.
ResponderEliminarHa sido un gsutazo rememorar la historia de Marga ;)
Besitos
Muchas son las reseñas que he leído del libro, y todas francamente positivas. Sin duda me gustaría leerlo.
ResponderEliminarUn beso ;)
Prácticamente de acuerdo en todo. Me gustó mucho en general este libro. Me gusta mucho cómo escribe. Besotes!
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