Título original: The man in the brown suit
Autora: Agatha Christie
Editorial: Molino
Traducción: Guillermo López Hipkiss
Páginas: 256
Fecha de publicación original: 1924
Fecha esta edición: 1985
Encuadernación: rústica
Precio: Descatalogado
La bella y joven Anne llega a Londres en busca de aventura, y la
encuentra rápidamente en los andenes de la estación de metro, donde un
hombre flaco, apestando a naftalina, pierde el equilibrio y se
electrocuta sobre las vías. El veredicto de Scotland Yard es de muerte
accidental, pero Anne no está convencida. Después de todo, ¿quién era
ese hombre del traje color castaño que examinó el cadáver? ¿Y por qué desapareció dejando tras de sí este mensaje: 17.1 22 Kilmorden Castle?
Vamos con reseña dominguera y tardía, horario raro en Netherfield, pero es que estoy muy dedicada a la causa (he tenido más tiempo libre estos días, todo hay que decirlo) y mi reto de Agatha está muy retrasado, así que lo importante es avanzar e ir dejando constancia de mis lecturas en el reto :) Hoy toca el cuarto libro publicado por ella, El hombre del traje color castaño, y aunque antes de ponerme con él dudaba si lo había leído ya o no, creo que puedo certificar que no lo había leído nunca. Además me ha parecido muy diferente a cualquier otro libro que he leído de esta autora, y son ya unos cuantos.
Tras un prólogo narrado en tercera persona (en el que asistimos al encuentro entre dos personajes, un hombre y una mujer, de los que no llegamos a saber nada salvo que trabajan para una mastermind criminal apodada el "Coronel", al que, al menos uno de ellos, quiere estafar) pasamos al relato en primera persona de Ana Beddingfeld, que ya será la forma de narración a la que asistamos durante casi todo el libro. Ana es hija del profesor Beddingfeld, una eminencia en el terreno del Hombre Primitivo que no sabe vivir en el mundo del Hombre Moderno de principios del siglo XX. Ana vive supeditada a la vida errante y muy pobre de su padre, y cuando este muere repentinamente, decide que ya es hora de vivir un poco la vida y, a ser posible, que sea con muchas aventuras... Dicho y hecho. Se traslada a Londres a casa de un amigo de su padre, y mientras está esperando el metro en el andén, es testigo de cómo un hombre parece asustarse ante algo, retrocede y cae a las vías muriendo en el acto, y de cómo otro hombre, vestido con un traje de color castaño, dice ser médido y se acerca a él, alejándose después entre el gentío y perdiendo un papel en su aparente huida, papel que será el que sumerja a Ana en la aventura que tanto desea y que hará que se suba a un barco y ponga rumbo a Ciudad del Cabo con la esperanza de desvelar el misterio que se esconde tras esa muerte en el metro y ese escurridizo hombre vestido de marrón.
No puedo explicar la sinopsis en menos palabras, así que perdonad la longitud. Solo añadiré que, tal y como digo, casi toda la narración corre a cargo de Ana en primera persona, pero de vez en cuando aparecen fragmentos del diario/libro de sir Eustace Pedler, uno de los personajes que Ana conocerá a bordo de ese barco, y que son muy curiosos por el punto de vista de la trama que ofrecen. Más allá de eso, tal y como decía al principio, esta novela se aleja de las novelas de detectives e incluso de las novelas de misterio sin detective más famosas de la Christie, porque aunque seguimos estando ante un misterio que resolver, la historia tiene tintes ligeros de espionaje y muy acentuados de aventuras, y por ahí avanzarán los derroteros de la narración.
Así, partiendo de una narradora e investigadora que nada tiene que ver con el mundo de la deducción profesional, nos sumergimos en una historia en la que nunca hay que perder de vista, por mucho que parezca que nos alejamos por otros derroteros, que ya comienza con un prólogo protagonizado por aparentes criminales, y lo recalco porque es fácil olvidarse de ellos tras el incidente del metro y cuando acompañamos a Ana en su aventura de subirse a un barco con destino a Sudáfrica solo porque sí, porque no tiene nada que perder ni nadie que le espere en casa. Los distintos personajes que conoce en ese barco estarán, como pronto descubrirá, y como no podía ser menos, relacionados en mayor o menor medida con el misterio que ella se propone resolver, y a bordo de ese barco ya empezarán a suceder cosas que tendrán su continuación cuando por fin llegue a Ciudad del Cabo. Ana se ha metido en asuntos que le quedan muy grandes y con gente que no tiene escrúpulos, como no tardará en darse cuenta.
Dejando aparte el misterio que rodea al muerto del metro, al hombre misterioso del traje castaño, a los personajes que vamos conociendo en el barco y de los que vamos sospechando uno tras otro... a mí me ha gustado mucho cómo Agatha no desaprovecha la oportunidad de situar la historia en un contexto histórico muy determinado para hablar de la situación en aquella zona de África en los años 20 que, en el momento de publicarse el libro era lugar de destino turístico de los británicos más aventureros (sigue siendo hoy en día la ciudad más turística de Sudáfrica) y lugar de enriquecimiento de los más aprovechados y criminales tras el descubrimiento durante la segunda mitad del siglo XIX de las minas de diamantes y oro que escondía en sus entrañas.
No os debo contar mucho más sobre la historia pero, sobre todo cuando llegan a Sudáfrica, es cuando la narración va dejando atrás los tonos de misterio/espionaje y se adentra en el género de aventuras casi puro y duro. Me ha parecido tan diferente a todo lo que he leído de Agatha que lo he disfrutado mucho. Y eso que cuanto más leo estas ediciones antiguas que tengo de Agatha Christie, más me doy cuenta de lo reguleras que son las traducciones (por no hablar de los nombres traducidos y demás, cosa que me horripila bastante xD).
El siguiente en el turno es Poirot investiga, una colección de relatos de Hercules Poirot, y ese sí que estoy segura de que no lo he leído, así que a ver cómo se apaña el paciente y tranquilo de Poirot ante la escasez de páginas :)
Tras un prólogo narrado en tercera persona (en el que asistimos al encuentro entre dos personajes, un hombre y una mujer, de los que no llegamos a saber nada salvo que trabajan para una mastermind criminal apodada el "Coronel", al que, al menos uno de ellos, quiere estafar) pasamos al relato en primera persona de Ana Beddingfeld, que ya será la forma de narración a la que asistamos durante casi todo el libro. Ana es hija del profesor Beddingfeld, una eminencia en el terreno del Hombre Primitivo que no sabe vivir en el mundo del Hombre Moderno de principios del siglo XX. Ana vive supeditada a la vida errante y muy pobre de su padre, y cuando este muere repentinamente, decide que ya es hora de vivir un poco la vida y, a ser posible, que sea con muchas aventuras... Dicho y hecho. Se traslada a Londres a casa de un amigo de su padre, y mientras está esperando el metro en el andén, es testigo de cómo un hombre parece asustarse ante algo, retrocede y cae a las vías muriendo en el acto, y de cómo otro hombre, vestido con un traje de color castaño, dice ser médido y se acerca a él, alejándose después entre el gentío y perdiendo un papel en su aparente huida, papel que será el que sumerja a Ana en la aventura que tanto desea y que hará que se suba a un barco y ponga rumbo a Ciudad del Cabo con la esperanza de desvelar el misterio que se esconde tras esa muerte en el metro y ese escurridizo hombre vestido de marrón.
No puedo explicar la sinopsis en menos palabras, así que perdonad la longitud. Solo añadiré que, tal y como digo, casi toda la narración corre a cargo de Ana en primera persona, pero de vez en cuando aparecen fragmentos del diario/libro de sir Eustace Pedler, uno de los personajes que Ana conocerá a bordo de ese barco, y que son muy curiosos por el punto de vista de la trama que ofrecen. Más allá de eso, tal y como decía al principio, esta novela se aleja de las novelas de detectives e incluso de las novelas de misterio sin detective más famosas de la Christie, porque aunque seguimos estando ante un misterio que resolver, la historia tiene tintes ligeros de espionaje y muy acentuados de aventuras, y por ahí avanzarán los derroteros de la narración.
Así, partiendo de una narradora e investigadora que nada tiene que ver con el mundo de la deducción profesional, nos sumergimos en una historia en la que nunca hay que perder de vista, por mucho que parezca que nos alejamos por otros derroteros, que ya comienza con un prólogo protagonizado por aparentes criminales, y lo recalco porque es fácil olvidarse de ellos tras el incidente del metro y cuando acompañamos a Ana en su aventura de subirse a un barco con destino a Sudáfrica solo porque sí, porque no tiene nada que perder ni nadie que le espere en casa. Los distintos personajes que conoce en ese barco estarán, como pronto descubrirá, y como no podía ser menos, relacionados en mayor o menor medida con el misterio que ella se propone resolver, y a bordo de ese barco ya empezarán a suceder cosas que tendrán su continuación cuando por fin llegue a Ciudad del Cabo. Ana se ha metido en asuntos que le quedan muy grandes y con gente que no tiene escrúpulos, como no tardará en darse cuenta.
Dejando aparte el misterio que rodea al muerto del metro, al hombre misterioso del traje castaño, a los personajes que vamos conociendo en el barco y de los que vamos sospechando uno tras otro... a mí me ha gustado mucho cómo Agatha no desaprovecha la oportunidad de situar la historia en un contexto histórico muy determinado para hablar de la situación en aquella zona de África en los años 20 que, en el momento de publicarse el libro era lugar de destino turístico de los británicos más aventureros (sigue siendo hoy en día la ciudad más turística de Sudáfrica) y lugar de enriquecimiento de los más aprovechados y criminales tras el descubrimiento durante la segunda mitad del siglo XIX de las minas de diamantes y oro que escondía en sus entrañas.
No os debo contar mucho más sobre la historia pero, sobre todo cuando llegan a Sudáfrica, es cuando la narración va dejando atrás los tonos de misterio/espionaje y se adentra en el género de aventuras casi puro y duro. Me ha parecido tan diferente a todo lo que he leído de Agatha que lo he disfrutado mucho. Y eso que cuanto más leo estas ediciones antiguas que tengo de Agatha Christie, más me doy cuenta de lo reguleras que son las traducciones (por no hablar de los nombres traducidos y demás, cosa que me horripila bastante xD).
El siguiente en el turno es Poirot investiga, una colección de relatos de Hercules Poirot, y ese sí que estoy segura de que no lo he leído, así que a ver cómo se apaña el paciente y tranquilo de Poirot ante la escasez de páginas :)
Agatha Christie
(1891-1976) es conocida en todo el mundo como la Dama del Crimen. Es la
autora más publicada de todos los tiempos, tan solo superada por la
Biblia y Shakespeare. Sus libros han vendido más de un billón de copias
en inglés y otro billón largo en otros idiomas. Escribió un total de
ochenta novelas de misterio y colecciones de relatos breves, diecinueve
obras de teatro y seis novelas escritas con el pseudónimo de Mary
Westmacott.
Probó suerte con la pluma mientras trabajaba en un hospital durante la primera guerra mundial, y debutó con El misterioso caso de Styles
en 1920, cuyo protagonista es el legendario detective Hércules Poirot,
que luego aparecería en treinta y tres libros más. Alcanzó la fama con El asesinato de Roger Ackroyd en 1926, y creó a la ingeniosa miss Marple en Muerte en la vicaría, publicado por primera vez en 1930.
¡Hola!
ResponderEliminarLeí esta historia hace años, en la biblioteca tenían una gran colección de Agatha Christie y leí muchos. Recuerdo que este me gustó mucho, ya que como dices es muy diferente a las historias de Poirot o miss Marple. Con tu reseña me apetece releerlo...
Besos
Uf, los nombres traducidos es como las traducciones que hacen a veces de los títulos de las películas, terrible.
ResponderEliminarSiempre digo que la.Christie y yo no nos entendemos porque me agobian los escenarios cerrados y hablan mucho. Pero aquí a pesar del inverosímil inicio hay aventura y viaje así que está bien como algo diferente. Podría ser. Veré si lo tienen en la biblio.
Besos
Buenaas!
ResponderEliminarTengo muy pendiente a esta autora, no creo que empiece por este libro pero nunca se sabe ^^
Gracias por la reseña <3
Es uno de mis libros favoritos de Agatha, casi me están dando ganas de releerlo a mi también. Besinos.
ResponderEliminarYa sabes que me encanta Agatha y este libro no lo he leído, así que me quedo con tus buenas impresiones, no me importaría leerlo.
ResponderEliminarBesos
Joe siempre te comento lo mismo...pero con Agatha necesito tomarme un tiempo aún para volver a probar. Acabaré volviendo a ella seguro ;)
ResponderEliminarbesitos
Buenas noches!!
ResponderEliminarCasi se me pasa esta reseña...no puedo seguir tu ritmo :)
Yo no conocía este título de Aghata, y por lo que cuentas, verdaderamente no parece a lo que la autora nos tiene acostumbrados. Echaré un ojo a ver si lo tengo entre mi colección de la autora.
De verdad que admiro muchísimo este reto que te has marcado!!
Un beso!!
Hola! Pues este todavía no lo he leído y tomo nota porque no quiero dejarme ninguno de Agatha sin leer (a ver si algún día lo conseguiré porque fue taan prolífica..)
ResponderEliminarBesotes
Ay qué me gusta cuando me habláis de Christie y me descubrís títulos nuevos. BEsos
ResponderEliminarDices que no, pero a mí me parece que llevas bastante bien el reto. En cuanto al libro, es lo que dices, se sale del estilo de libros de esta autora, pero no sé, no termina de llamarme la atención. Lo pensaré.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
Se me pasó comentar este libro. Es diferente a los anteriores. Más aventurarero, sí, más peliculero. La protagonista es Ana y es una muchacha que no se la pone nada por delante y se desenvuelve muy bien en los momentos más delicados y peligrosos; a veces con ayuda, claro.
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