lunes, 13 de enero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LAS ISLAS DE PONIENTE - Julio Alejandre





Título original: Las islas de Poniente
Autor: Julio Alejandre
Editorial: Pamiés
Páginas: 544
Fecha de publicación: mayo 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 21,95 euros
Ilustración y diseño de cubierta: CalderónSTUDIO


Álvaro de Mendaña parte del Perú a la conquista de las islas Salomón y el descubrimiento de las Regiones Australes al mando de una flota. Un aprendiz de cirujano, preso de la justicia virreinal, se enrola, para escapar a su condena, en uno de los navíos: la nao Santa Ysabel. A bordo también viajan la dama por cuyo amor había sido apresado; un marinero fanático que, iluminado por una visión, confecciona una lista de los bienaventurados que se habrán de salvar en la travesía, y una tripulación de soldados y marineros, mujeres recatadas, atrevidas busconas, hidalgos aventureros y familias de colonos, todos en busca de fama, fortuna y una vida mejor en el otro confín del mundo.

Pero en medio del Pacífico una sublevación contra el capitán hace que la nao cambie el rumbo, se separe de la flota e inicie un viaje tan incierto como apasionante por mares y tierras desconocidos.

Las islas de Poniente es una apasionante novela de viajes y descubrimientos —entre ellos, el del continente australiano—, pero también una historia marcada por las traiciones, los crímenes, las penurias y las aventuras de un puñado de expedicionarios que, perseguidos por una fatídica profecía, luchan por el poder, la codicia o la mera supervivencia.
La madrugada del dieciséis de junio de 1595, si la memoria no me falla, aprovechando el fuerte terral que soplaba a aquella hora, hiciéronse por fin a la mar los cuatro navíos de la flota de Mendaña con rumbo a las islas de Poniente.
Julio Alejandre nos invita en Las islas de Poniente a embarcarnos en la nao Santa Ysabel, uno de los cuatro navíos que parten del puerto peruano de Cherrepe rumbo a las Islas Salomón en la segunda expedición de Álvaro de Mendaña y Neira, general en jefe de la flota y adelantado de las islas de Poniente.
El más heterogéneo de los los estamentos que poblaban las cubiertas de la Santa Ysabel eran los pasajeros, pues entre ellos viajaban ricohombres, hidalgos más o menos acomodados, segundones de noble abolengo o comerciantes con sus criadas mestizas o mulatas, aventureros, tahúres, mujeres de partido y un grupo de familias de colonos pobres que habíanse embarcado con la ilusión de medrar en las islas de Poniente.
En esta novela histórica de viajes y descubrimientos, las ilusiones y anhelos se mezclan con las zonas más oscuras, brutales y mezquinas de los hombres y mujeres embarcados en esta travesía; un universo particular donde el derecho marítimo, civil y eclesiástico intenta regular las vidas (tanto las que sobrevivieron como las que no) de los que un día salieron del puerto peruano de Cherrepe hacia las islas Salomón (Las islas de Poniente), en los mares del Sur.
Viajábamos en la armada casi cuatrocientas almas, de las que la Santa Ysabel embarcaba ciento ochenta y dos, que formábamos tres estamentos muy diferenciados. Por un lado, estaba la gente de guerra, que éramos setenta y ocho; por otra, la gente de mar, que hacían cuarenta y dos; y por último los pasajeros, que sumaban sesenta y cinco entre hombres, mujeres y niños.
A todos ellos hay que sumarles tres más: en total ciento ochenta y cinco almas grandes, medianas y pequeñas, y ningún equipaje.
Al día siguiente de haber hallado a la Mulata, aparecieron otros dos polizones, unos muchachos pálidos y hambreados que recibieron unos vergajazos antes de que el contramaestre los reclutara como pajes sin sueldo.
Juan Torres (exconvicto, escribano, soldado y ayudante de barbero) es el narrador en primera persona. Desde su punto de vista relata esta extraordinaria odisea pues, queriendo o sin querer, ya sea por los oficios que desempeña en la nao, por su interés particular o por las grandes casualidades que escapan a su entendimiento, se involucra en los diversos y numerosos acontecimientos que van surgiendo a lo largo de la dificultosa travesía.

Además de ser el cronista de esta historia, Juan Torres nos introduce con su lenguaje en un siglo XVI lleno de descubrimientos en el que la tierra parecía ilimitada. Gracias a su narración conecta al lector con pueblos y civilizaciones aisladas desde el confín de los tiempos, encuentros que casi nunca resultaban halagüeños pues, junto a la aventura y el romanticismo, en el equipaje viajaban privilegios, esclavitud y brutalidad... 

Valiéndose de hechos históricos reales, Julio Alejandre ha dado vida a una odisea extraordinaria dividida en tres partes: Sin tierra a la vista, Las islas de Poniente y La vuelta del sur. En ellas se dibujan y reescriben los mapas del mundo intentando conocer sus límites y confines, al tiempo que el lector es partícipe de las vidas, aventuras y desventuras de aquellos que se subieron a la nao; un impresionante elenco de personajes muy bien construidos y diseñados que viven y se desarrollan en cada página de la novela. 

Si algo me ha maravillado de este libro es el modo en que el autor ha sabido pulir tanto el lenguaje como el estilo con los que ha narrado la novela para que al lector le llegue sencilla y clara, integrando tecnicismos marineros y las normas que regían aquella época con los diferentes estamentos que convivían y habían unido su destino en este viaje. Las diferentes y numerosas subtramas apuntalan la trama principal, la gran odisea de la Santa Ysabel (protagonista y personaje principal de la historia), un viaje donde los embarcados (ya sean marineros, soldados o pasajeros) viven mil aventuras y mil amores. Nada está escrito ni es definitivo, y solo podrán sobrevivir aquellos que metan en su equipaje la capacidad de adaptación y la resiliencia.

En este viaje el lector es un pasajero más que se involucra en las vidas de estos grandes personajes (ya sea Juan Torres o uno de tantos que lo acompañan) y en las existencias de los diversos capitanes que dirigen la nave y que interfieren en las de todos los demás. En definitiva, en la de todos aquellos que se subieron a la Santa Ysabel y vieron que el mundo era infinito, lleno de paraísos y naturalezas extraordinarias, y lo contemplaron con los ojos del que ve por primera vez y la mentalidad de una época extraordinaria.

Impresionante.


  
Julio Alejandre nació en Madrid, donde estudió Magisterio y más tarde Pedagogía. Después de unos años dedicado a la enseñanza, se marchó a Centroamérica para trabajar como cooperante con refugiados de guerra, y allí permaneció más de una década. En la actualidad reside en Extremadura y forma parte de un equipo de Orientación Psicoeducativa.

Ha obtenido premios literarios en certámenes nacionales e internacionales, y ha publicado los libros Héroes, tumbas y libros perdidos, Seis mil lunas y Reporte de una boda y un entierro, y es autor del blog «La otra literatura».

10 comentarios:

  1. Parece una muy interesante lectura, no es mi tipo de libro pero me lo anoto para comentarlo con un familiar fan del género.

    Besos =)

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  2. Aquí ya tropiezo. La verdad es que estos relatos de travesías históricas no me llaman nada. Es que soy muy perezosa con la histórica. Lo dejo pasar a pesar de que esté tan bien armado.
    Besos

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  3. No lo veo para mí, estas temáticas no suelen resultarme atractivas.
    Besos.

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  4. Justo lo he recibido hoy, así que he leído tu reseña por encima para no saber mucho. Me quedo con que lo has disfrutado mucho, lo que me alegra un montón.
    Besotes!!!

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  5. Por lo que nos comentas en tu reseña, me resulta una lectura interesante. Por lo que nos comentas, me da la sensación de que es una novela de aventuras de corte clásico. No me importaría leerla. Besos.

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  6. Hace poco empecé una lectura de esta índole y la tengo a medias. No es porque no me gustara, sino porque tuve que dejarla aparcada. ESpero poder retomarla y creo que, con esa, de momento, voy servida. Besos

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  7. No entra dentro del género que suelo leer pero tras leer tu reseña creo que puede gustarme.
    Besos

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  8. Hola MB tengo que reconocer que los libros de aventuras me gustaban más antes. Este le dejo pasar...
    Un besazo

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  9. Hola! Me ha parecido súper interesante tu reseña y de hecho no descarto el libro para más adelante.
    Besos

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  10. La histórica suele costarme, pero creo que le daría una oportunidad a este sin pensármelo, la premisa inicial ya me llama.

    Besotes

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