Título original: Una semana de libertad
Autor: Rubén Harrysson
Editorial: Caligrama
Páginas: 670
Fecha de publicación: 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 24,95 eurosImagen de cubierta: Shutterstock
En el Toledo del año 1266, un judío prestamista de la ciudad hace un
trato con un noble toledano. El noble le ha ofrecido una información
secreta para llevar a cabo un negocio que involucra al arzobispado y que
le hará inmensamente rico. A cambio de este favor, el prestamista le ha
prometido entregarle a su hija en matrimonio. Pero a una semana de la
boda, la sefardí, que lleva toda su vida retenida en la judería, decide
escapar seducida por un cartero mozárabe. La salida de la judía de la
aljama se convierte en todo un acontecimiento que no solo pondrá patas
arriba la vida del cartero y el cura de la apacible parroquia de San
Román, sino de toda la ciudad. A cada paso irán descubriendo las capas
ocultas de una urbe plagada de secretos. El más importante de sus
hallazgos: la conspiración que está tramando la nobleza junto a la
iglesia para deponer al rey Alfonso X El Sabio.
Juan Quirino sabía que, a pesar de religiones, incluso a pesar de oficios y, desde luego, a pesar de apellidos con más o menos tradición, en la ciudad de Toledo, todos y cada uno de sus habitantes poseían o alma de militar o alma de poeta.La historia nos traslada a la Iglesia de San Román de Toledo un domingo de junio de 1266 mientras nos cobijamos de la lluvia de piedras que se precipitan sobre su tejado y campanario. No se trata de una tormenta u otro fenómeno meteorológico parecido, son piedras y cantos recogidos de la calle que los soldados arrojan bajo el mando de Juan de Dios Arriza; reclaman al párroco Manuel de Oligugues Pandueza que les entregue a la joven pareja formada por Adira, hija de Ashir, el prestamista judío, y Barroso, el hijo de Juan Quirino, escriba y mozárabe, que se han fugado para al final recalar y refugiarse en la susodicha parroquía.
Tal es la tesitura en la que se ve envuelto el buen párroco, y así es como Rubén Harrysson comienza su novela, Una semana de libertad.
El destino, con la inestimable ayuda de los humanos, ha puesto sus engranajes a funcionar. Adira no es una mujer libre (su padre la ha prometido a Garemberto, un noble franco), y aunque ella entiende que debe cumplir con el compromiso, pide que se le dé una semana de libertad, semana que compartirá con el joven Barroso.
Barroso era un ser tan adorable como sumiso. Su alma de poeta la guardaba tan adentro que muchos le consideraban tonto, pues no escribía sobre el cauce del río ni tampoco hacía grandes discursos sobre las nieblas de diciembre que escondían Toledo del mundo como si fuera una fantasía. El mozárabe se dedicaba a contemplar y observar; por eso muchos le llamaban el Iluminado.Queriéndolo o sin querer, durante su semana sabática Adira pone a la ciudad de Toledo y a sus vecinos patas arriba: desde el momento en que cruza el umbral de San Román, todas las personas que entran en contacto con ella se ven envueltas en una vorágine de circunstancias y situaciones que a primera vista sugieren estar inconexas y ser diferentes, pero rascando un poco se descubre que todas tienen un nexo de unión, independientemente de la religión o religiones que profesen o del estatus social en que se encuentren. Son piezas que se mueven con hilos invisibles y que, con sus decisiones o actuaciones, tejen una telaraña que, más que envolverlas, las atrapa. Todos tienen una misión o un destino atado y guiado por no se sabe quién que los dirige meticulosa y sabiamente para conseguir un propósito, un fin.
En un primer momento don Manuel solo aspira a que no le derrumben su iglesia a pedradas. Para ello entiende que debe alejar a la joven pareja de su recinto y devolverla a sus familias, pero esta empresa, que no asemeja muy difícil, se convierte en toda una odisea que le cambiará la vida. Fuera todo son persecuciones y conjuras que no llega a entender, y los tres, en su retorno, tropiezan con el mudéjar Al Hasan, el único que está dispuesto a ayudarles.
Mientras vemos a la pareja fugada y al párroco peregrinar por la ciudad, esta se carga de un ambiente y una atmósfera electrificados, una energía anticipadora de unos hechos hábilmente orquestados que no auguran nada bueno. Aunque a simple vista solo se preparan una conversión y una boda, tras esta pantalla se esconden más misterios y secretos que otra cosa.
Por otro lado aparecen y surgen más personajes que engrandecen la narración: la novicia Velasquita, Gabriela la monja, Alonso de Osorio, el espadero, Fashir, el cautivo, Faldún, Sancho de Aragón, Nuño González de Lara... que junto a tantos otros formarán parte de ese caleidoscopio espacial y temporal del Toledo de Alfonso X el Sabio.
El sefardí le había ordenado vigilar a la muchacha durante los primeros días fuera de la aljama. Temía que, al sentir el viento de la libertad por primera vez, esta sintiera la tentación de escapar. También había insistido en que estuviera al tanto de la actitud de Garemberto, hombre imprevisible, capaz de dar al traste con su plan maestro.Rubén Harrysson nos invita a recorrer la ciudad medieval cuando la identidad castellano-manchega ni se imaginaba. Durante el espacio temporal de una semana, que más bien parecerá una vida, no habrá calle empedrada que no recorramos ni casa (ya sean sus moradores judíos, musulmanes o cristianos) a la que no entremos. Cada personaje entrega y demuestra todo lo que tiene dentro, pues tanto en los más jóvenes como en los más viejos solo hay movimiento y dinamismo: aunque no lo sepan todos tienen un fin, una misión que cumplir. Con la ayuda del balsero Aguinalde, el alegría, cruzamos el Tajo y transitamos por cada uno de los escalones sociales y religiosos, donde personajes históricos conviven con ficticios al tiempo que conspiran y pululan por la ciudad, unas veces movidos por grandes y profundas pasiones y otras por el brillo dorado de las monedas que alguno atesora en sus baúles.
A lo largo de los breves 170 capítulos, el autor nos imagina su peculiar y particular visión de la ciudad de las tres culturas cuando esta se hallaba en su máximo esplendor, encontrando en ellos una narración llena de ritmo, circunstancias y acción, en la que el punto final no es equivalente al fin de la historia, sino más bien el comienzo de otras tantas nuevas.
Rubén Harrysson ha vivido la mayor parte de su vida en Madrid. Ha trabajado en radio como actor de doblaje, locutor comercial y de documentales. Desde el año 2013 reside en Estocolmo, donde compagina la escritura y la batería, que toca en dos bandas de rock.
Ha estado trabajando en Una semana de libertad durante los últimos cinco años, proyecto que finalmente ha visto la luz el 7 de junio de 2020.
¡Hola! Parece una novela con unos personajes muy interesantes, pero la verdad es que la premisa en sí no consigue atraparme, así que en esta ocasión lo más probable es que la deje pasar.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola, la época en que se desarrolla la novela me gusta y la trama me parece interesante no la descarto para cuando disminuyan un poco mis pendientes. Besinos.
ResponderEliminarHola MB pues es que ultimamente me llenan menos las novelas históricas... la dejo pasar...
ResponderEliminarUn besazo
Hola. Este tipo de novelas son casi libros de aventuras, pasan muchas cosas, pero el componente histórico me echa para atrás. No me atrae lo suficiente.
ResponderEliminarBesos
Parece una lectura que disfrutaría sí o sí, así que gracias por el descubrimiento =)
ResponderEliminarMe encantan este tipo de libros. Este confinamiento desistí de mi viaje a Toledo. Y lo tengo pendiente. Creo que me leeré este libro antes. Besos
ResponderEliminarCreo que acabo de hacer un buen descubrimiento. Tomo nota. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarMe gusta que transcurra en Toledo. No he leído muchas novelas ambientadas en esta ciudad. No me importaría echarle un ojo. Besos
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