lunes, 17 de marzo de 2025

RESEÑA (by MH) ::: SE ANUNCIA UN ASESINATO - Agatha Christie





Título original: A Murder is Announced
Autora: Agatha Christie
Editorial: Espasa
Traducción: Guillermo López Hipkiss
Páginas: 288
Fecha de publicación original: 1950
Fecha esta edición: octubre 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 15,90 euros




 
 
 
Bastante después de lo que era mi intención (y un café derramado sobre el libro para darle vidilla al asunto), retomo mis lecturas del reto de Agatha Christie. Os iba a hablar de él allá por diciembre, pero bueno, en fin, ya sabéis... no os creáis nada de lo que digo cuando intento poner fechas para reseñas, no soy de fiar xD. El caso es que volvemos nada menos que con miss Marple en su cuarta aparición en la literatura (sip, la cuarta... y llevo leídos unos cincuenta libros en este reto. Ya os he dicho alguna vez que la Marple literaria es mucho menos prolífica de lo que dan a entender las adaptaciones televisivas). Bueno, el caso es que retomamos a Jane en un caso la mar de interesante. Os cuento.
 
En el pequeño pueblo de Chipping Cleghorn todo el mundo lee la Gaceta para enterarse de todo lo que pasa entre sus vecinos y, en fin, para cotillear lo más grande. Un día se anuncia que se va a cometer un asesinato, y unos cuantos vecinos, pensando que es algún tipo de juego, se lo toman a pitorreo y deciden presentarse como quien no quiere la cosa a la hora convenida. ¿Lugar? Little Paddocks, la casa de la señorita Blacklock, en la que además viven unas cuantas personas más por circunstancias varias. Llega la hora convenida, se apagan las luces, alguien grita "¡Manos arriba!", se oyen disparos, los presentes chillan, se tropiezan, se chocan... y cuando consiguen encender la luz de nuevo, hay un muerto, sí, pero es el propio asaltante. ¿Cómo se ha podido pegar él solo un tiro? Porque no tiene pinta de un suicidio en unas circunstancias tan raras. ¿A quién quería matar? Pues parece que a la señorita Blacklock, pero eso tampoco está claro. ¿Por qué querría matarla? A saber, pero es el conserje de un hotel cercano sin relación aparente con ella y tampoco hay nada de valor que merezca la pena robar en la casa. Y más extraño todavía... ¿por qué narices iba a anunciar el asesinato complicándose la vida con tanta gente metida en la habitación pudiendo pegarle un tiro en cualquier otro momento sin testigos? Todo esto no tiene ni pies ni cabeza...

«Se anuncia un asesinato que tendrá lugar el viernes, 29 de octubre, en Little Padocks, a las seis y media de la tarde. Amigos todos, acepten este único aviso».

Bueno, pues aquí estamos de nuevo, con la Christie echándole imaginación al asunto y poniendo sobre la mesa un enredo bastante complicado de solventar. Y es que no solo es raro el modo en que plantea todo (¿qué asesino anuncia que va a asesinar reuniendo a un montón de gente que va a entorpecer el crimen?) sino que en casa de miss Blacklock vive mucha gente y también entra y sale quien quiere cuando quiere. Si tenemos en cuenta que parece que la ayuda desde dentro es evidente y que alguien ha tenido que preparar la casa para el momento del crimen, todo se resume en que alguien miente.... sí, el muerto iba a asesinar y acaba él mismo en el otro barrio, y como no tiene pinta de que se haya quitado él mismo la vida, hay dos cuestiones que solventar: a quién quería matar y quién lo ha matado a él.
 
Veamos quien vive en esa casa. Por un lado tenemos a la propia dueña, Letty Blacklock, que trabajó en su día como secretaria para un millonario y que ya está jubilada. Junto a ella vive Dora Bunner, compañera de la escuela que tras verse prácticamente en la calle se fue a vivir con Letty hace cosa de un año; Julia y Patrick, una especie de primos lejanos que cursan sus estudios en la cercana Milchester; Philippa Haymes, viuda de guerra que trabaja para una vecina pero se aloja en casa de Letty; y Mitzi, una refugiada del este de Europa que trabaja de criada en la casa y los trae a todos de cabeza con sus miedos y paranoias. Todos ellos estaban en la escena del crimen, claro, pero hay que sumar a todos los vecinos que se apuntaron a lo que creían que era un juego y también estaban en la habitación: el coronel Easterbrook y su joven esposa; la señora Sweetenham y su hijo, Edmund; miss Hinchcliff y miss Murgatroyd, dos solteronas que viven juntas; y la señora Harmon, esposa del vicario. Si contáis, había unas trece personas en la escena del crimen cuando aparece el enmascarado, así que la policía tiene trabajo.
 
La época en la que está ambientada la historia es muy determinante en la trama, ya no solo por como afectó la posguerra concretamente a Inglaterra, sino porque la facilidad para desaparecer del mapa si uno quería en el caos que era Europa en aquel momento, el intercambio de identidades o la dificultad de saber donde estaba alguien (si es que ese alguien seguía estando en algún sitio y no había muerto), facilitaba todo tipo de situaciones.
 
Y es que como viene siendo habitual en muchos de los libros que Agatha publicó después de 1945, aquí también tenemos muchas alusiones a cómo vivió Inglaterra los años de posguerra, y lo hace además con comentarios que mucha gente encontrará ofensivos contra los extranjeros pero que forman parte de la idiosincrasia británica antes de aquel momento, durante y después (el germen del Brexit viene de mucho tiempo atrás, vaya). En fin, que los extranjeros no hemos sido nunca muy bien vistos por allí, y fueron muchos los europeos que buscaron refugio en las islas tanto en los inicios de la contienda (e incluso desde unos años antes cuando se veía venir lo que iba a pasar) como después de la guerra, y en la novela no se privan de culpar a esos extranjeros de todo lo que va mal en las zonas rurales (son mentirosos, delincuentes, no se pueden fiar de ellos... los soportan porque no les queda otra pero si se comete un delito, el dedo acusador siempre va en la misma dirección). Buen ejemplo de como veían los ingleses a los refugiados extranjeros es el personaje de la cocinera, Mitzi, una refugiada del este de Europa que es retratada como una histérica que miente más que habla, que se inventa la mitad  de las cosas horrorosas que le han pasado durante la guerra, que chilla como un cerdo, que está siempre gritando y protestando y haciéndose la víctima... es un personaje exagerado, histriónico y embustero, pero también encierra una gran verdad de muchos emigrantes: en su país tenía un trabajo muy cualificado y en Inglaterra tiene que trabajar de criada porque todos sus estudios no le sirven para nada. Todo esto os lo digo porque son comentarios muy presentes en la novela y sé que hay lectores que tienen muy en cuenta este tipo de cosas.
 
Pero aparte de esto se tratan otros temas de la posguerra, como las viudas de guerra, que se vieron obligadas a dejar sus casas y sus ciudades buscando trabajo y una forma de ganarse la vida en las zonas rurales... o viudas que realmente no eran viudas, pero que preferían pasar por lo que no eran antes que desvelar al mundo vergüenzas que no les correspondían. También se habla del racionamiento, que se extendió en el tiempo mucho después de finalizada la guerra y no terminó hasta 1953 (la novela fue publicada en 1950). Como no podía ser menos, la gente se buscó sus mañas para saltarse este racionamiento y los vecinos hacían sus trapicheos para salir adelante (trapicheos que eran ilegales, claro, pero supongo que en zonas pequeñas harían bastante la vista gorda). Y no solo eso, sino que los vecinos se cuidaban entre ellos, y el que tenía de sobra de algo lo compartía, y a cambio recibía otro producto que no tenía y que otro podía compartir... era una rueda en la que al final todos tenían de todo en la medida de las posibilidades y aportando cada uno lo que podía. Todo lo que cuenta Agatha en la novela fue el día a día de la población durante muchos años y es un testimonio de primera mano que muchos lectores creo que pasan por alto cuando leen este tipo de novelas y que para mí, a nivel histórico, me parece un tesoro. Estas tramas ambientadas en la campiña inglesa son, al fin y al cabo, muy costumbristas dentro de los misterios y los asesinatos, y están ambientadas en unos años convulsos que cambiaron Europa y, por tanto, la forma de vivir de la gente. Leyendo los libros en orden resultan muy muy evidentes los detalles y las transformaciones que acompañaban los nuevos tiempos.
 
Pero bueno, dejando a un lado todo esto, vosotros queréis que os hable de miss Marple, ¿verdad? Pues aparece a partir del capítulo 8 porque, qué casualidad, se aloja en la vicaría de Clipping Cleghorn. Pero antes de que aparezca ya habíamos oído hablar de ella en el libro porque el policía encargado del caso, el detective inspector Craddock, es ahijado de sir Henry Clathering, excomisario de Scotland Yard que ha aparecido hasta ahora en todas las novelas protagonizadas por Jane Marple y también en el libro de relatos del que os hablé hace algún tiempo (Miss Marple y trece problemas). El caso es que sir Henry define así a quien los lectores sabemos que es miss Marple cuando todavía no ha aparecido en las páginas:
 
No desprecies a las gatas viejas de ese pueblo, muchacho. Pues si este resultara ser un misterio de esos que hacen época, cosa que en realidad no espero, ten presente que una mujer soltera, entrada en años, que hace ganchillo y se entretiene en el jardín, le da ciento y raya al sargento detective más pintado. Es capaz de decirte lo que puede haber ocurrido, lo que debería haber ocurrido y hasta, quizá, ¡lo que ha sucedido en realidad! Y también por qué ha ocurrido.
 
Y luego, cuando finalmente hace acto de presencia, no se mueve de su papel habitual: aparece poco, muy poco, pero resuelve el misterio (quien piensa que Marple investiga a pie de calle cual Poirot de la vida está muy equivocado... eso solo pasa en la tele xD). Ya lo he dicho alguna vez, pero esta anciana detective apenas aparece en sus propios libros y solo se mueve del sillón para ir a tomar el té a alguna parte. Ella sigue con su muy falsa modestia, quitándose importancia, diciendo que no es muy inteligente y confirmando que todo lo que ve a su alrededor siempre le recuerda a algo o alguien (de hecho sir Henry se ríe de esto en varias ocasiones). El caso es que para ella la gente es muy parecida en todas partes porque la naturaleza humana lo es, y eso es lo que le lleva a tirar del hilo gracias a sus propias experiencias personales, las de sus vecinos o las de sus familiares. Siempre hay algo que le recuerda a tal cosa y ¡bum! empieza a resolver misterios que policías altamente cualificados no saben por donde atacar.
 
La verdad es que no tengo dotes..., ninguna dote, salvo, quizá, cierta experiencia de la naturaleza humana. La gente, me parece a mí, tiende siempre a ser confiada en exceso. Me temo que mi tendencia, en cambio, es pensar siempre lo peor. No es una característica muy agradable, pero ¡los acontecimientos la justifican con tanta frecuencia!
 
Y la gran reflexión de Jane Marple en esta novela hila perfectamente con todo lo que os he dicho más arriba: antes de la guerra, todos conocían a todos en sus pequeñas poblaciones, sus habitantes pertenecían a familias que vivían en los alrededores desde hacía varias generaciones y, si alguien nuevo llegaba al pueblo, lo hacía con carta de presentación y sabiendo en todo momento quien era y de donde venía... pero en la Inglaterra de 1950 eso ya no existe, las zonas rurales están llenas de gente que no tiene lazos con el lugar, ni se sabe quienes son salvo lo que ellos quieran contar (que puede ser verdad o mentira), y en definitiva, ya no sabían quienes eran sus vecinos porque era muy fácil falsificar documentación e inventarse un pasado cualquiera. Lo resume diciendo que los eslabones que mantenían unida la vida rural han desaparecido... y, si me preguntáis a mí, esa es la verdadera historia de esta novela, lo que realmente quería contar Agatha en ella, no el asesinato (ya digo siempre que la Christie lleva unos años con su propia agenda).

Lo dejo aquí. Como veis hablo mucho sin decir nada del misterio, que es algo que tengo por norma en este reto. Craddock es quien investiga (todos los testigos cuentan cosas diferentes, algunos incluso han visto cosas que no pudieron ver), miss Marple es la que hace ¡chas! de vez en cuando para ir cogiendo miguitas que ella convierte en hogazas de pan en cuanto a información y hechos, y entre una cosa y otra llegamos a un final que, en lo que respecta al asesinato anunciado desde el principio (que hay unos cuantos más), es consistente y, si piensas en ellas a toro pasado, las pistas sobre lo que podría estar pasando están presentes durante toda la novela. Sí es cierto que al final descubres alguna casualidad que, bueno, en fin, con lo grande que es Europa... pero como es sobre un personaje secundario y no afecta para nada a la resolución del caso, tampoco le he dado mayor importancia. Y por cierto, en esta novela Agatha está más irónica que de costumbre... sus novelas, en mayor o menor medida, siempre adolecen de ese humor tan británico, pero parece que lo saca a pasear con más frecuencia en los libros de Marple que en los de Poirot. 


Agatha Christie (1891-1976) es conocida en todo el mundo como la Dama del Crimen. Es la autora más publicada de todos los tiempos, tan solo superada por la Biblia y Shakespeare. Sus libros han vendido más de un billón de copias en inglés y otro billón largo en otros idiomas. Escribió un total de ochenta novelas de misterio y colecciones de relatos breves, diecinueve obras de teatro y seis novelas escritas con el pseudónimo de Mary Westmacott.

Probó suerte con la pluma mientras trabajaba en un hospital durante la primera guerra mundial, y debutó con El misterioso caso de Styles en 1920, cuyo protagonista es el legendario detective Hércules Poirot, que luego aparecería en treinta y tres libros más. Alcanzó la fama con El asesinato de Roger Ackroyd en 1926, y creó a la ingeniosa miss Marple en Muerte en la vicaría, publicado por primera vez en 1930.
 

lunes, 10 de marzo de 2025

RESEÑAS MINUS by MH (2025) #1 ::: MISTERIO (EN SUS MUY DIVERSAS FORMAS...)

Hola a todos!
 
Que llevo unos años lidiando con las reseñas es notoriamente evidente, pero mi ritmo lector es el de siempre, y eso quiere decir que os hablo de una cuarta parte de lo que leo, porque además, visto lo visto, decidí centrar mis esfuerzos en reseñar solo libros que quisiera utilizar para los diversos retos en los que participo. ¿Cuál es el problema? Bueno, dejando a un lado el poco movimiento que hay en el blog, me da mucha pena que luego lleguen algunos retos donde hay que recomendar lecturas que estén reseñadas y tener que dejar fuera mis libros favoritos del año precisamente por no haberlos traído aquí. Así que me he liado la manta a la cabeza y me comprometo a hablaros de casi todo lo que lea durante el año a través de entradas donde agruparé varias opiniones al vuelo con las que intentaré ir un poco al día; en ocasiones serán temáticas (por ejemplo de audiolibros, libros de no ficción, etc...) y otras veces será todo un poco random. Lo que vaya saliendo. Y no os creáis, que lo que puede parecer fácil para mí es un suplicio porque tengo que condensar en apenas dos párrafos lo que normalmente me lleva diez, pero bueno, ya le iré cogiendo el ritmo; esto va de dejar constancia de las lecturas sin más. Es que, para que os hagáis una idea, en el momento en que escribo esto he reseñado cuatro libros y ya llevo leídos unos veinticinco (ahí van incluidos unos cuantos audiolibros, que conste, que paso mucho tiempo en la calle todos los días y eso da para escuchar mucho), así que me da pena que se quede tanta lectura sin comentar. A esto hay que añadir que me da la sensación de que no se me conoce como lectora, porque yo leo de (casi) todo aunque aquí solo traiga clásicos y la gente se sorprende cuando me oye hablar de un libro que no lo es (y yo me sorprendo de que se sorprendan... O_O). En fin, que ya está. Lo hago. En resumen: reseñas algo más largas para lecturas de retos, minirreseñas (por llamarlas de alguna manera) para todo lo demás.

 



He decidido empezar estas miniopiniones con una edición de misterio en sus muy diversas formas y subgéneros (y todos leídos en formato físico). Y por cierto, dado que voy a escribir solo dos párrafos por libro y no me voy a poder extender sobre muchas cosas, voy a dejar la puntuación que les he dado en Goodreads, algo que no hago en las reseñas largas porque no lo considero necesario.
 
¡En marcha! 
 
 
 

  

Título original: The Alienist
Autora: Caleb Carr
Editorial: Ediciones B
Traducción: Antoni Puigrós
Páginas: 679
Fecha de publicación original: 1994
Fecha esta edición: 2017
Encuadernación: tapa dura
Precio: descatalogado

Nueva York, 1896. John Schuyler Moore, reportero de sucesos del New York Times, recibe en plena madrugada la llamada de un antiguo compañero de estudios en Harvard, el famoso psicólogo (o alienista) Laszlo Kreizler. Este le cita en el puente de Williamsburg, donde se ha cometido un horrible crimen. Ambos amigos deberán colaborar con la policía y trazar, utilizando cada uno sus habilidades, el perfil psicológico del asesino.
 
 
No sé la de años que hace que estaba detrás de leer este libro, ni siquiera he visto la serie esperando a leerlo, y el tiempo pasa volando. Pero ya por fin puedo decir que lo he leído, y me ha gustado tanto que me he comprado la segunda parte, El ángel de la oscuridad. ¿De qué va El alienista? Pues creo que es de sobra conocido, de un asesino en serie que a finales del siglo XIX azota Nueva York con unos crímenes horrendos tanto en la ejecución como en la elección de sus víctimas. Un grupo de personas (dos forenses, una mujer policía y un periodista, que es el narrador), bajo el mando del alienista Laszlo Kreiser, se encargan al margen del cuerpo policial de hacer un perfil psicológico del asesino con el fin de averiguar su identidad. ¿Por qué al  margen? Porque los alienistas no estaban bien vistos por la policía (y la sociedad en general) en aquella época y no creían en la psicología dentro de la investigación criminal. ¿Quién es el jefe de policía en ese momento? Theodore Roosevelt nada menos (antes de ser presidente de los EEUU, claro), pero es amigo tanto de Laszlo como del narrador y por eso les pide su colaboración sotto voce.
 
Me ha gustado mucho (tanto como esperaba), pero es un libro que hay que leer con calma, sin prisas y dedicándole tiempo, así que quien busque una novela rápida que se lo piense dos veces. No es una historia que trate la psicología criminal de manera superficial o como reclamo; no, esto va de lo que promete: el nacimiento de una especialidad que en aquella época estaba todavía en pañales, que apenas se usaba y en la que se andaba un poco a ciegas, con la que se teoriza una y otra vez, se avanza un paso y se dan dos atrás, se evalúa, examina y desmenuza toda la bibliografía que existía en aquella época sobre el tema... Hay mucha teoría de la criminología en la novela, y Caleb Carr no le ahorra al lector ni un solo proceso de pensamiento porque quiere que hile todo igual que los personajes. Así que lo dicho, se toma muy en serio el contexto histórico y las muchas trabas que existían en cuanto al tema. Por mi parte, como ya he dicho, lo he disfrutado mucho y tanto los personajes como la ambientación, de diez. El final no me encantó, pero nobody is perfect.
 
 
Puntuación: 4/5


 

Título original:
Elementary, She Read
Autora: Vicki Delany
Editorial: Alma
Traducción: Robert Falcó
Páginas: 336
Fecha de publicación original: 2017
Fecha esta edición: 2024
Encuadernación: rústica
Precio: 16,95 euros

Gemma Doyle regenta, junto a su gato Moriarty, la Sherlock Holmes Bookshop, una librería especializada en el famoso detective y ubicada en el número 222 de Baker Street de Cape Cod. Tras la visita de un grupo de jugadoras de bridge, Gemma encuentra una revista rara y muy valiosa que contiene la primera historia de Sherlock Holmes. Un hallazgo trascendente que deja de parecer fortuito cuando una de las mujeres que visitaron la tienda aparece muerta. Desde el principio, Gemma será la principal sospechosa, pero, con ayuda de su amiga Jayne, que dirige el Salón del Té de la Señora Hudson, se pondrán manos a la obra para investigar y limpiar su nombre siguiendo las pistas de un atractivo experto en libros raros.

 
 
El boom de los misterios cozy que ha invadido España desde hace unos años es un subgénero en sí mismo totalmente asentado desde hace décadas en el mercado anglosajón (vamos, que llegamos tarde a todas las fiestas). Y eso quiere decir que hay mucho, muchísimo donde elegir a la hora de traducir series y traerlas a nuestro idioma... y eso también quiere decir que se está publicando un poco a lo loco y no todo es bueno. Resumen: que si hablo concretamente de lo que he leído de Alma en esta colección, me he encontrado de todo, pero esta serie de Vicki Delany ambientada en una tienda dedicada por completo a Sherlock Homes y toda su memorabilia, situada en la Baker Street de una ciudad costera norteamericana, es quizás de lo que más me ha gustado

Muchos de estos libros tienen un patrón muy predecible: la detective aficionada resolutiva y valiente que se mete donde no le llaman y donde le llaman también, los dos intereses amorosos (uno de ellos casi siempre de su pasado), la amiga que finalmente se ve involucrada... a ver, el patrón suele repetirse de unos libros a otros, así que el éxito siempre radica en estos cuatro puntos: que la protagonista te caiga bien y te la creas (que no sea insufrible, vaya... que de esas hay muchas), que el misterio sea apañado y esté bien construido, que no se saque cosas de la manga y que los diálogos y las interacciones entre los personajes sean buenos y tengan chispa. No hace falta que el libro sea fantástico (pocos en este género lo son), pero sí que te entretenga mucho y te mantenga interesada en la historia aunque veas venir de lejos el tomate (que suele pasar siempre cuando ya has leído mucho igual). Elemental, querida lectora cumple, y además me regalaron la segunda parte estas pasadas navidades, así que pronto seguiré con la serie.
 
 
Puntuación: 3,5/5




Título original:
Les Mains d'Orlac
Autora: Maurice Renard
Editorial: Siruela
Traducción: Mauro Armiño
Páginas: 296
Fecha de publicación original: 1920
Fecha esta edición: 2021
Encuadernación: tapa dura
Precio: 19,95

Durante su viaje de regreso a París, el mundialmente reconocido pianista Stéphen Orlac sufre un terrible accidente ferroviario en el que pierde su don más preciado: las dos manos. Será el controvertido doctor Cerral ―héroe de los pioneros trasplantes en heridos de la Primera Guerra Mundial― el encargado de practicar una arriesgada cirugía en la que se le injertarán al virtuoso músico las manos de un hombre recién fallecido. Y si bien en un primer momento la operación se revela como todo un éxito, Orlac no tardará en verse dominado por unos extraños y terribles impulsos: esas manos que ahora ocupan el lugar de las suyas están manchadas de sangre, son las de un convicto ejecutado por asesinato...
 
 
La mayor decepción en lo que va de año, y no sabéis cómo me ha dolido. De hecho lo iba a reseñar para mi reto de clásicos y lo descarté porque tengo tan poco tiempo que no me apetecía malgastarlo en quejarme. Y eso que el comienzo de la novela es muy interesante: todo lo que rodea al accidente ferroviario, lo que la protagonista ve en el escenario del siniestro, los días en los que Orlac se debate entre la vida y la muerte, el Orlac que sobrevive a esos días... Pero conforme avanzan las páginas todo se convierte en un bucle sin fin que no va a ninguna parte y, sobre todo, que aburre (o que a mí me ha aburrido, vaya), y no será porque no se introducen cosas interesantes: los diferentes elementos sobrenaturales, las amenazas de alguien (o algo) desconocido... Pero de verdad, muy pesado. Y luego llega la última parte de la novela, la que podemos denominar policíaca, que lo termina de estropear todo.
 
Una novela que aúna ciencia ficción, fantasía, elementos sobrenaturales, subtrama policíaca, misterio... En definitiva, la idea es fantástica (no me extrañan en absoluto las diversas adaptaciones al cine), pero no me ha gustado la parte central de la historia, en el último tercio aparece un personaje que hace totalmente incoherente toda la narración que ya hemos leído, el final es todo lo que no debe ser una novela policíaca, la totalidad de la historia se sustenta en dos personajes que deciden no comunicarse entre ellos y el elemento paranormal se despacha en unas líneas y chimpún. A estas alturas de la vida tengo muy claro lo que me gusta y lo que no, y este libro no ha sido para mí. Lo que no quiere decir que sea malo, ni mucho menos, seguro que será del gusto de muchos, pero yo le he visto costuras por todos lados.
 
 
Puntuación: 2/5
 



Título original:
The Villa
Autora: Rachel Hawkins
Editorial: Umbriel
Traducción: Icíar Bédmar
Páginas: 320
Fecha de publicación original: 2023
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros

DE NIÑAS, EMILY Y CHESS ERAN INSEPARABLES. Pero, con los años, ese vínculo se ha ido desgastando a causa de las exigencias de la vida adulta. Así que, cuando Chess sugiere hacer un viaje de chicas a Italia, Emily no duda en aceptar, ansiosa por recuperar ese lazo con su vieja amiga. Villa Aestas, en Orvieto, es ahora una casa vacacional de lujo, pero en 1974 era conocida como Villa Rosato. Aquel verano fue alquilada por la infame estrella del rock Noel Gordon, quien, desesperado por recuperar la chispa creativa, invita al músico Pierce Sheldon, a su novia y a su hermanastra a unirse a él. Pero ello desencadena una serie de sucesos que llevan a Mari, la novia de Sheldon, a escribir una de las mejores novelas de terror de todos los tiempos; a Lara, su hermanastra, a componer un álbum, y que acaban con el brutal asesinato de Pierce. A medida que Emily indaga en la complicada historia de la villa, comienza a sospechar que hay algo más detrás de la historia de aquel fatídico verano de 1974. Que, quizás, el asesinato de Pierce no fue solo una historia de sexo, drogas y rock and roll que se fue de las manos, sino que pudo haber ocurrido algo mucho más siniestro. Y que, tal vez, la respuesta se encuentre en los icónicos trabajos de Mari y Lara, que nacieron aquel verano. Cuando los secretos comienzan a salir a la luz, Emily se da cuenta de que la historia tiene una curiosa forma de repetirse y, tal vez, ese verano, Villa Rosato reclame una nueva víctima

El marketing de este libro hace alusión al grupo Fleetwood Mac, a los crímenes de la secta de Charles Manson y al verano que pasaron Mary y Percy Shelley con lord Byron, John Polidori y Claire Clairmont en Villa Diodati (ese verano en el que se gestó Frankenstein). Muchos elementos resultan muy obvios en la novela; otros, como lo de los crímenes de Manson, no sé donde salen, la verdad, porque yo no los he visto por ninguna parte, pero bueno, ellos sabrán. El caso es que tenemos dos marcos temporales: uno, el del presente, con las dos amigas escritoras con una historia complicada entre ellas que se van a Villa Rosato de vacaciones y a escribir, y otro, el del pasado, con este grupo de gente que son músicos pero que siguen casi paso a paso a los Byron, Shelley y compañía. ¿Adivináis qué marco temporal me ha gustado más? Sip, seguro que habéis acertado... con diferencia, además. Nada nuevo bajo el sol, soy muy predecible.
 
Realmente las dos partes tienen un misterio. La parte actual de las dos amigas en Villa Rosato (una recuperándose todavía de su divorcio y la otra con mucho cuento que se ha hecho millonaria con los libros de autoayuda) basa su misterio en las dudas que una tiene sobre las buenas intenciones de la otra, si le está intentado robar una idea para un libro y la relación que tiene realmente con su ex y en un manuscrito que aparece de la nada... La del pasado se asenta en un asesinato célebre ocurrido en los años 70 en esa misma villa donde los personajes ejercen la función de alter ego de los Byron, Shelley y compañía pero en un entorno de drogas, rock and roll y sexo libre. Y claro, entre estas dos premisas, me tengo que quedar con la segunda, porque además se nota el esfuerzo de la autora por encajar los hechos y relaciones reales entre los personajes tal y como fueron en el siglo XIX con lo que cuenta en su historia (y creo que lo hace bastante bien). Que por cierto, sabes desde el principio quien va a morir porque solo murió una persona durante la estancia de los escritores en Italia (que no en Villa Diodati, son dos hechos ocurridos en tiempos y lugares distintos, pero no os digo más por si acaso), pero si os hablo de un asesinato podéis imaginar que las cosas en ese aspecto se cuentan en este libro de una manera distinta. En resumen, entretenido y sobresaliendo con diferencia en el marco temporal del pasado.
 
 
Puntuación: 3,5/5
 
 

Título original:
The Last Murder at the End of the World
Autora: Stuart Turton
Editorial: Ático de los Libros
Traducción: Marta Rebón
Páginas: 432
Fecha de publicación original: 2024
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 22,95

Fuera de la isla no hay nada: una niebla que mata todo lo que toca destruyó por completo el mundo. En la isla, sin embargo, ciento veintidós aldeanos y los tres científicos que los gobiernan viven en un paraíso idílico gracias al sistema de seguridad que los protege de la niebla. En la isla, los días son plácidos y los isleños viven felices pescando y cultivando la tierra hasta que, para horror de todos, descubren que uno de sus tres amados científicos ha sido brutalmente asesinado. Y eso no es todo: el asesinato ha desencadenado una cuenta atrás que hará que, si el crimen no se resuelve en las próximas 107 horas, el sistema que los protege se desactive y la niebla inunde la isla y acabe con todos los qu
e están en ella. Para colmo, el sistema de seguridad ha borrado la memoria de todos los lugareños sobre lo que pasó la noche del asesinato, así que ¡uno de ellos es un asesino y ni siquiera lo sabe! Solo tienen 107 horas para encontrar al culpable y salvarse, y el tiempo no deja de correr.

 
 
Que vaya por delante: soy muy fan de Stuart Turton. Escribir los libros que él escribe requiere no solo mucha inteligencia, sino una forma de encajar todo que, sinceramente, no creo que esté al alcance de muchos autores actuales. ¿Su principal talón de Aquiles? Que los finales no siempre están a altura de la genialidad que ha tramado durante el resto de las páginas, pero si le perdonamos esto a Stephen King, no sé por qué no vamos a perdonárselo a Turton xD. En definitiva, tenía muchas ganas de leer El último asesinato en el fin del mundo a pesar de las críticas un tanto dispares que había leído/escuchado. Y qué queréis que os diga, he vuelto a disfrutar mucho leyéndolo: es muy diferente de sus otras novelas (todas sus historias son muy distintass entre sí), pero su arquitectura a la hora de levantar las tramas está ahí.
 
En El último asesinato en el fin del mundo tenemos una novela de misterio de lo más clásica (con su detective aficionada y todo) enmarcada en un mundo postapocalíptico (con aspiraciones de utopía) y con muchos elementos de ciencia ficción. Y sí, como digo me ha quedado alguna cosa un poco colgada sin explicar, pero en el desarrollo te hace trabajar de lo lindo buscando explicaciones a lo que ocurre... Y es que no sé como será leer esta novela del tirón, pero yo la leí conjuntamente con una amiga y avanzábamos solo unas veinte páginas al día (los capítulos son tan cortos que daba para leer varios), y eso nos daba no solo margen para teorizar muuucho (no sabéis la de hipótesis locas que se pueden inventar cuando avanzas tan despacio y con todas las posibilidades que va dando la historia). sino para hilar también todo lo que se iba diciendo buscando cabos sueltos... y al final alguno se cuela. No es extremadamente importante pero si piensas en ellos, están. Pero es que me ha dado igual, os lo digo de verdad. He disfrutado mucho del proceso de lectura, y aunque veo los defectos me pueden las virtudes y el entretenimiento. Siempre con Turton, escriba lo que escriba. Hasta la dedicatoria inicial es buena. Y tengo el libro dedicado por él. Todo bien.


Puntuación: 4/5 
 (quizás un 3,5 sería más ajustado, pero he redondeado a 4, porque me lo pasé pipa durante la lectura a pesar de los flecos sueltos)



lunes, 3 de marzo de 2025

RESEÑA (by MH) ::: EL MAESTRO DEL JUICIO FINAL - Leo Perutz


 
Título original: Der Meister des Jüngsten Tages
Autor: Leo Perutz
Editorial: Libros del Asteroide 
Traducción: Jordi Ibáñez
Páginas: 232
Fecha publicación original: 1923
Fecha esta edición: marzo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,95 euros 
Diseño de cubierta: Duró

 
Viena, 1909. El célebre actor Eugen Bischoff aparece muerto en extrañas circunstancias. A pesar de que parece un suicidio, todas las sospechas se centran en el barón Von Yosch, oficial del ejército y antiguo amante de la mujer del difunto. Al verse repentinamente involucrado en el caso, el barón Von Yosch deberá emprender una investigación para poder demostrar su inocencia. Sus pesquisas le llevarán a investigar otras extrañas muertes acaecidas en las mismas fechas y a descubrir el extraño motivo que las relaciona: un misterioso asesino que parece, en realidad, un espectro surgido en tiempos inmemoriales, un «terrible enemigo» que está latente en cada uno de nosotros y siempre dispuesto a despertar de su letargo.
 
Leo Perutz, uno de los grandes narradores del siglo xx, firmó con El maestro del juicio final una apasionante novela, a medio camino entre el relato policiaco y la literatura fantástica, que acabaría dándole fama internacional y lo convertiría en un autor admirado por escritores como Graham Greene, Ian Fleming o Jorge Luis Borges.

  
 
Han pasado casi seis años desde que os hablé de una novela de Leo Perutz. En aquel entonces os traje De noche, bajo el puente de piedra, una novela histórica ambientada en la Praga de finales del siglo XVI y principios del XVII con un elevado componente fantástico. Me gustó tanto que ese mismo año (2019) compré este libro que os traigo hoy,
El maestro del juicio final, y mi intención era leerla enseguida... pero bueno, ya sabéis. La vida. El caso es que ambas novelas son completamente distintas entre sí y al tiempo comparten algunos elementos muy marcados, así que primero os cuento de qué va y después os comento brevemente.
 
Estamos en Viena en 1909. ¿Lugar? La casa del actor Eugen Bischoff, toda una celebridad. Allí también están su esposa, Dina, su cuñado Felix, un ingeniero militar que se presenta a media velada llamado Solgrub y dos amigos que, acompañados de sus instrumentos, están dando un pequeño concierto acompañados de Dina al piano. Uno de estos dos amigos, el barón Gottfried Von Yosch, es el narrador de esta historia, que se tuerce esa misma noche cuando Bischoff aparentemente se suicida mientras todos sus invitados están esperando a que la cena esté preparada. Y digo aparentemente porque justo antes el propio Bischoff les había contado una extraña historia sobre dos hermanos que también se habían suicidado en unas circunstancias muy extrañas y que él creía que había algo más siniestro detrás. La cosa se complica cuando el propio Von Yosch es acusado por Felix de haber sido el causante de ese suicidio, y todo se convierte en una cuestión de honor en la que, si no se descubre pronto qué misterio se esconde tras la muerte del actor, Von Yosch se verá obligado a quitarse su propia vida. 

Puede parecer un resumen un poco enrevesado, pero es la única manera de plantear aunque sea por encima la trama de la novela. 

Se dice en la sinopsis que esta historia anda a medo camino entre el relato policíaco y la literatura fantástica, y entiendo el por qué del símil... tengo que puntualizar y dejar muy claro que NO es una novela policíaca. No lo es y no os acerquéis a ella buscando eso porque os vais a llevar un chasco enorme. ¿De dónde viene entonces esa alusión al relato policíaco? De la búsqueda por parte de varios de los personajes de la razón o los motivos que impulsaron al actor Bischoff a suicidarse. Y sí, investigan, pero de una manera muy particular y muy alejada de los cánones del misterio policial. De hecho por parte de la policía no hay ninguna investigación porque se declara suicidio y ya está; lo que impulsa la novela realmente es la situación en la que queda el narrador, el barón Von Yosch.
 
Por resumir la situación, debéis tener en cuenta que la novela está ambientada en una época en la que el honor lo era todo, y si la persona cuyo honor estaba en cuestión era además militar, la situación se convertía en asunto de vida o muerte. ¿Qué ocurre en la historia? Pues que el barón Von Yosch es militar y, cuando Bischoff muere, es acusado de haber provocado ese suicidio (por circunstancias que no os voy a contar aquí, claro). El cuñado del fallecido está convencido de su culpabilidad y el honor exige el propio suicidio del barón; de hecho le amenaza con contarle a los mandos de su regimiento su "participación" en el suicidio si en el plazo de x días no se ha quitado la vida. Así que, ya sea de un modo u otro, la vida del barón está acabada y, en cualquier caso, él ha empeñado su palabra de honor (que para el caso es lo mismo), así que o averiguan lo que ha ocurrido o, por muy inocente que sea, tendrá que morir por su propia mano. ¿Qué ocurre? Pues que otro de los presentes, el ingeniero militar Solgrub, es el único que parece tener una ligera idea de lo que pasa y de la inocencia del barón, pero demostrarlo en el escaso plazo que tiene es muy complicado. La madeja de la que tirar es la historia que el actor contó antes de morir, y Solgrub pone todo su empeño en ello. ¿Morirá más gente en el camino? Podéis dar por hecho que sí, porque es un asunto muy complicado y de lo más extraño.
 
Claro, contado así puede parecer que los cauces de la investigación, dentro de sus peculiaridades, pueden discurrir de una manera más o menos convencional, pero lo cierto es que lo que convierte esta historia en algo totalmente diferente es precisamente el estilo de Leo Perutz y su forma de abordar una trama que puede sonar a manida. El maestro del juicio final es una novela muy psicológica, introspectiva, en la que, al ser el narrador el objeto de las sospechas y sobre el que recae el peso del honor, asistimos a la espiral que se cierne sobre él en cuanto a lo que piensan de él, las acusaciones, todo lo que se le viene a la cabeza cuando piensa que tendrá que dejar este mundo si no consiguen averiguar qué se esconde tras esos suicidios inducidos. Qué duda cabe que, solo por el hecho de estar narrando su historia con bastante posterioridad (algo que deducimos desde las primeras línea) sabemos que no tuvo que llevar a cabo ninguna acción irremediable, pero el proceso reflexivo de recordar su situación durante aquellos días es el que predomina durante toda las páginas. Y es que por culpa de una acusación absurda y sin sentido se convierte en protagonista de unos hechos con los que no tiene nada que ver, todo le resulta tan sorprendente que de primeras no es capaz de reaccionar ni de defenderse, pero poco a  poco lo vemos pasar de la aceptación pasiva a la acción proactiva, y ahí es donde la trama con tintes policiales se asoma ligeramente por las páginas... pero lo dicho, tomad esto con una pizca de sal.
 
¿La trama fantástica? Pues sobre ella no os puedo decir casi nada porque forma parte de la misma resolución. Sí que se intuye durante toda la novela, fluctúa un aire de algo que va más allá de aquello que conocemos como realidad, se atisba un componente de algo a lo que no se le puede poner nombre pero que al mismo tiempo es lo único que puede explicar tanta muerte en circunstancias parecidas y, sobre todo, con personas relacionadas con el mundo del arte y una sensibilidad muy acusada. Todos parecen haberse suicidado (o intentado hacerlo) porque algo les ha forzado a ello, no porque lo hayan decidido de una manera libre. Todos los casos han sucedido de la misma manera y pronto descubrirán que parece estar detrás la misma persona, aunque el modo en que lo hace no tiene ninguna explicación. Poco más os puedo contar, pero Perutz gustaba mucho de introducir elementos fantásticos en sus novelas; ya fui testigo cuando leí De noche, bajo el puente de piedra, aunque en aquel caso la fantasía era más amable, más cautivadora y ensoñadora, y en El maestro del juicio final tiene fines mucho más siniestros.
 
En resumen, es una novela que comienza de una manera bastante habitual, presentando los hechos, narrando situaciones ordinarias, estableciendo lazos entre los personajes de cara al lector, introduciendo elementos que serán muy importantes en algún momento de la trama, se produce una muerte, unas acusaciones trágicas, unos pensamientos derrotistas... básicamente, un desarrollo normal de la narración, hasta que los factores cambian, aparece el elemento fantástico, la búsqueda casi imposible, el reloj que avanza inexorable, el abatimiento que debe desaparecer en pos de la supervivencia... Y todo contado desde el punto de vista del personaje que está en la picota, del acusado por las causas más peregrinas pero atado por una cuestión de honor que le empuja a la muerte, del que intenta hacerse valer a través de las páginas pero que nos muestra solo su cara buena, la que le interesa, como bien nos queda claro cuando se cuelan las opiniones de otros personajes... Pero que  no sea tan maravilloso como él nos quiere hacer creer no quiere decir que tenga nada que ver con la muerte de su amigo, y ahí radica su objetivo, su reivindicación. Estamos dentro de su cabeza toda la novela, a los demás personajes solo los vemos como él los ve y, aún así, tenemos el cuadro perfecto de cada uno de ellos cuando todo termina. Y a todo esto se suma el retrato de la Viena de principios del siglo XX, cuna y refugio de artistas de todo tipo y en pleno florecimiento cultural.
 
¿Quién es el maestro del juicio final? ¿Hay alguien detrás de ese sobrenombre? Lo hay, pero huelga decir que no puedo comentar nada sobre él. ¿Recomiendo esta novela? Pues dudo. A mí me ha gustado, pero Leo Perutz no es un autor para recomendar así como así. Sus libros son muy cortos pero no lo parece durante la lectura, su narración es melancólica, introspectiva, sobria... se puede hacer lenta pero al tiempo sabes que te están contando algo diferente, original. Yo no lo denominaría apasionante como se dice en la sinopsis del libro porque creo que es un adjetivo que puede llevar las expectativas por derroteros equivocados, pero sí creo que es inteligente y absorbente. Y es un autor muy olvidado al que creo firmemente que hay que leer al menos una vez en la vida. Los dos libros que he leído suyos son completamente distintos entre sí a pesar de sus muchas semejanzas esenciales; este, El maestro de juicio final, es el que le dio fama internacional y que amalgama de una manera personal varios géneros muy distintos entre sí de una manera algo oscura; el otro, De noche, bajo el puente de piedra, es una novela histórica que también mezcla varios géneros pero que me parece más cautivadora y fascinante (y más compleja, si hablamos de arquitectura literaria). Ya decidís vosotros cuál os interesa más (si es que os interesa alguno, claro).
 
 



Leo Perutz (Praga, 1882-Bad Ischl, 1957) nació en una acomodada familia de origen sefardita, estudió matemáticas y trabajó en una compañía de seguros en Viena y Trieste antes de dedicarse por completo a la escritura. Fue uno de los escritores europeos más populares de los años veinte y treinta del siglo XX; sus novelas cautivaron a personalidades tan distintas como Alfred Hitchcock, Italo Calvino, Graham Greene, Theodor Adorno o Jorge Luis Borges, entre otros. Frecuentó a algunos de los escritores e intelectuales más importantes de su época, como Robert Musil, Oskar Kokoschka, Bertolt Brecht, Franz Werfel o Alexander Lernet-Holenia, quien se convertiría en su albacea literario. En 1938, con los nazis en el poder, se instaló en Tel Aviv; en 1950 consiguió regresar por fin a Viena. Desde entonces y hasta su muerte en 1957 viviría a caballo entre Austria e Israel. Entre su obra destacan las novelas Mientras dan las nueve (1918), El marqués de Bolibar (1920), El maestro del juicio final (1923), Turlupin (1924), El caballero sueco (1936) y De noche, bajo el puente de piedra (1953).