Título original: Salem's Lot
Autor: Stephen King
Editorial: DeBolsillo
Traducción: Marta Isabel Gustavino Castro
Páginas: 528
Fecha publicación original: 1975
Fecha esta edición: julio 2019
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 15,95 euros
Veinte años atrás, por una apuesta infantil, Ben Mears entró en
la casa de los Marsten. Y lo que vio entonces aún recorre sus
pesadillas. Ahora, como escritor consagrado, vuelve a Salem's Lot para
exorcizar sus fantasmas.
Salem's Lot es un pueblo
tranquilo y adormilado donde nunca pasa nada..., excepto la antigua
tragedia de la casa de los Marsten. Y el perro muerto colgado de la
verja del cementerio. Y el misterioso hombre que se instaló en la casa
de los Marsten. Y los niños que desaparecen, los animales que mueren
desangrados... Y la espantosa presencia de Ellos, quienesquiera que sean Ellos.
.


Os cuento. Durante mi adolescencia leí a Stephen King compulsivamente... cogía sus libros y los devoraba con un apetito lector que pocos autores han provocado en mí. Abría libros como It y los leía en menos de una semana (era verano, vacaciones... pero aun así son 1500 páginas). Para mí este señor es un clásico, el único que he conocido en vida, el único que sigue transitando por estas viñas terrenales a día de hoy y el único autor vivo al que puedo señalar como germen de mi pasión por la lectura (los demás están todos muertos...porca miseria). El caso es que en cierta época, por lo que sea, me aparté un poco de lo que estaba publicando King. Creo que hasta El cazador de sueños los leí todos (desordenados), pero hubo un periodo de unos diez años que no me acerqué a un solo libro suyo. Un día se cruzó en mi camino La cúpula y volví a reengancharme a él. No con la pasión de la adolescencia, no he leído todos los libros que ha publicado desde entonces, pero sí unos cuantos. El caso es que llevo como cinco años detrás de comenzar un nuevo reto de estos atemporales y desquiciantes que me planteo de vez en cuando: leer/releer a King en orden de publicación, igual que estoy haciendo con Agatha Christie, entre otros. Lo dicho, un lustro... hasta que el año pasado, aprovechando el 50 aniversario de la publicación de su primer libro, Carrie, decidí que era ahora o nunca. Y en ello estoy. El misterio de Salem's Lot fue su segundo libro (es decir, que este año es también su 50 aniversario, aunque no parece que nadie le esté dando mucho bombo ni tiene pinta de que salgan ediciones especiales), y aunque en absoluto tengo pensado traeros aquí las reseñas de mis lecturas en este nuevo desafío, sí me apetecía hablaros de esta novela en particular porque además me sirve para mi reto. Así que después de esta intro larga y sin ningún interés para vosotros, os cuento de qué va (por si hay algún despistado en la sala que viva debajo de una piedra).
Ben Mears es un escritor que llega a Jerusalem's Lot atraído por algo que le ocurrió muchos años atrás, cuando era apenas un adolescente y vivía allí con su tía. Tuvo una experiencia aterradora en la tétrica y espeluznante casa de los Marsten que le ha acompañado toda la vida, y en cierto modo tiene pensado escribir sobre esa casa, aunque no comparta esa información con nadie. En cualquier caso es un forastero en Salem's Lot, pero no es el único, porque curiosamente al mismo tiempo que llega él también se establecen en la ciudad dos hombres misteriosos que no solo compran la casa de los Marsten, sino que deciden abrir una tienda de antigüedades en pleno centro de la localidad... al menos uno de ellos, porque el otro de momento no parece que haya llegado todavía. Lo que sí llegan son muertes y desapariciones inexplicables y demasiado numerosas para un lugar con una población de apenas 1500 habitantes, y solo unos pocos atan cabos y parecen darse cuenta de lo que ocurre por las noches en las calles de Lot.
Por mucha intriga que haya querido poner en la sinopsis, todos sabemos que esta es una historia de vampiros, así que seguimos adelante teniendo eso en mente :)
Desde el prólogo sabemos qué dos personajes principales (y algún que otro secundario) han sobrevivido a lo ocurrido en Salem's Lot, y aunque creo que es algo que la gente critica mucho por la anticipación, a mí honestamente me ha dado siempre igual, tanto ahora en la relectura como la primera vez que lo leí. Sabes que ellos viven y por tanto sabes que aquellos con los que comparten estas aciagas semanas no lo hacen, pero en esta historia lo importante es el camino y no los golpes de efecto. Son muchos los personajes que maneja King (algo que ha mantenido en toda su bibliografía), pocos de ellos son agradables y casi todos se comportan como lo que son: gente de miras estrechas que cuando empiezan a ver cosas raras se limitan a cerrar las ventanas, echar las cortinas y coger todo lo que tenga pinta de crucifijo o medalla. No hacen lo sensato, no hablan entre ellos de sus sospechas, no buscan refugio donde deberían y son carne de cañón para unos vampiros neófitos que tampoco es que sean muy inteligentes (lo que no dice nada bueno de los habitantes de Salem's Lot y la facilidad con la que caen uno tras otro). Vamos, que son personas normales enfrentándose a una situación muy anormal y terrorífica para la que no están preparados. Y es que a ver, ¿qué es lo básico? No les invites a entrar en tu casa, no los mires a los ojos, agua bendita, ajo, la luz del sol, recinto consagrado, clavarle una estaca en el corazón, cortarle la cabeza... pero nada, como casi ninguno ha leído Drácula, lo llevan crudo. Crudísimo :)

Y sí, King siempre ha dicho que se le ocurrió la idea de este libro después de leer el Drácula de Bram Stoker, y que su intención era trasladar una historia como esa a los Estados Unidos de mediados de los años 70 en un lugar pequeño, donde todos se conocen; nada de grandes ciudades y personajes que transitan entre multitudes desconocidas... y si estás familiarizado con la obra del escritor irlandés ves las similitudes y los homenajes a Drácula a lo largo de muchas de las páginas. No puedo entrar en detalles por no destripar ni un libro ni el otro, pero King sigue a Stoker sin lugar a dudas tanto en personajes como en situaciones y maneras de resolver ciertas escenas. En realidad esta historia tira más para lo clásico que para la idea del vampiro moderno; es una novela a la antigua, siguiendo los conceptos de la literatura clásica vampírica y transitando por caminos muy parecidos a los que lo hicieron Van Helsing y compañía allá por finales del siglo XIX. Eso quiere decir que hay que leerlo precisamente con ese espíritu añejo, vintage, sin pedir escenas de acción trepidantes, carnicerías en pos de vampiros estaca en mano ni héroes de esos que no saben que son héroes pero que salvan el día y no cuestionan nada de lo que ocurre a su alrededor. No, ni héroes, ni acción a raudales ni caza de vampiros: solo personajes normales y asustados que lo van a pasar mal y que no tienen más que unos cuantos libros de biblioteca sobre vampiros y lo que se cuenta en ellos sobre maneras de matarlos para intentar salvar a todo un pueblo... y claro, las cosas van saliendo como salen.
King coge su Maine del alma para ubicar la historia en un pueblo estándar de aquellos lares, de esos que parecen todos iguales entre sí, que muchos cruzan de camino a cualquier otra parte sin fijarse en nada y que esconde muchos, muchos secretos tras las paredes de cada hogar, cada negocio y cada relación personal. Porque encima en este pueblo siempre han ocurrido cosas, muertes extrañas, desapariciones inexplicables... pero nunca en tan poco tiempo y sin ninguna relación aparente entre sí. Que no hacen falta vampiros para que la violencia campe a sus anchas tanto a la vista como en la intimidad, que para eso ya nos bastamos los humanos, vaya... Y King se toma su tiempo para llevarte de un personaje a otro, de una casa a otra, de un suceso a otro para recordarte una verdad universal: que no tenemos ni idea de lo que pasa en la casa del vecino, de como es la intimidad del matrimonio de enfrente o quien está liado con quien y le pone los cuernos al churri. De hecho quienes más oportunidades tienen de sobrevivir aquí son aquellos que no hablan con nadie, que no se relacionan con nadie, que no tienen amigos ni familia en el pueblo y son fantasmas entre sus propios vecinos. Esos están tan felices en sus casas mientras el armageddon campa a sus anchas. Criaturicas...
No os he hablado todavía de los personajes principales y tampoco voy a extenderme sobre ellos, pero aquí los dejo una breve relación: Ben Mears, escritor que regresa al pueblo tras quedar viudo; Susan, una joven que vive en el pueblo con sus padres pero que anhela marcharse a Nueva York y perseguir sus sueños artísticos; Matt, un profesor de instituto que adora su trabajo tanto como la literatura; el padre Callahan, un sacerdote irlandés católico que le da a la botella con crisis de fe y en busca del Mal en mayúsculas; el doctor Cody, que ve cosas raras en las analíticas y los historiales de algunos de los fallecidos en su hospital; Mark, un niño de doce años muy aficionado a los monstruos clásicos del terror y muy puesto en el tema; Straker, uno de los dos extraños que llega a la casa de los Marsten y abre una tienda de antigüedades; y Barlow, el otro extraño que se deja ver mucho más tarde y si no te lo cruzas, mejor. Y estos son solo los principales, que si nos ponemos con los secundarios no acabamos porque tenemos de todo: policías, camareros, agentes inmobiliarios, niños varios, adolescentes varios, matrimonios varios, el encargado de mantenimiento de los cementerios, el encargado del vertedero, los que hacen trabajillos sueltos, la dueña de la casa de huéspedes, los huéspedes de la susodicha casa, los padres de Susan, un antiguo novio de Susan, la cotilla del pueblo, el conductor de autobús, el ama de llaves del sacerdote... al más puro estilo Dickens, King hace malabarismos con decenas de personajes, y ninguno se le queda suelto, todos tienen su cierre en la historia (o su mordisco, que para el caso es lo mismo).

Y encima todo está contextualizado en una época de los Estados Unidos muy concreta, esa en la que no solo había muchos veteranos de Vietnam en montones de hogares a lo largo y ancho de todo el país, sino que también vivían todavía muchos veterano de la Segunda Guerra Mundial, ya de mediana edad o ancianos. Eso implica no solo traumas, estrés postraumático y oscuridad jamás superada, sino que aquellos que consiguieron salir indemnes psicológicamente de todo aquello han visto de todo, han vivido de todo, han caminado en el infierno y han sobrevivido para contarlo y deberían ser capaces de enfrentarse a lo que se les viene encima... pero no, nada puede prepararlos para el terror primigenio, ese que se te mete en los huesos y del que no hay escapatoria. En cualquier caso King describe a la perfección lo que era un lugar cualquiera del país en aquellos años, con miles y miles de veteranos intentando reincorporarse a a vida normal en la medida de sus posibilidades y monumentos memoriales en la plaza homenajeando a los que no consiguieron volver con vida para tener esa misma oportunidad.
En fin, lo dejo aquí, que todo el mundo conoce esta historia y no tengo nada realmente interesante que aportar. Que un libro como este sea solo el segundo de un autor como Stephen King dice mucho de las razones que hacen que cincuenta años después sea uno de los autores más famosos del mundo. Tiene escenas míticas que no os puedo desglosar aquí, pero han quedado en el imaginario de sus lectores para siempre, y esta relectura, muchos muchos años después de la anterior, me ha parecido igual de buena y la he disfrutado incluso más. Le he dado vueltas a alguna cosa que no terminaba de encajar o que creo que no queda del todo clara tal y como está narrado, pero es de esos libros que me da igual si alguna cosa me cojea. Y repito, lo he dicho varias veces, estamos hablando del segundo libro de King, EL SEGUNDO, después de Carrie, nada menos, y justo antes de El resplandor, ahí es nada. Me cuesta pensar en escritores contemporáneos con un comienzo de carrera literaria como este. No os voy a hablar de su estilo literario, de su prosa ni de tal y pascual... O te gusta o no te gusta. Yo lo adoro mucho, por si no os había quedado claro.
Stephen King (1947) es autor de más de sesenta libros, todos ellos best sellers internacionales. Sus títulos más recientes son Holly, Cuento de Hadas, Billy Summers, Después, La sangre manda, El Instituto, Elevación, El visitante (cuya adaptación audiovisual se estrenó en HBO en enero de 2020), La caja de botones de Gwendy (con Richard Chizmar), Bellas durmientes (con su hijo Owen King), El bazar de los malos sueños, la trilogía Bill Hodges (Mr. Mercedes, Quien pierde paga y Fin de guardia), Revival y Doctor Sueño. La novela 22/11/63 (convertida en serie de televisión en Hulu) fue elegida por The New York Times Book Review como una de las diez mejores novelas de 2011 y por Los Angeles Times como la mejor novela de intriga del año. Los libros de la serie La Torre Oscura e It han sido adaptados al cine, así como gran parte de sus clásicos, desde Misery hasta El resplandor pasando por Carrie, El juego de Gerald y La zona muerta.
En
reconocimiento a su trayectoria profesional, le han sido concedidos los
premios PEN American Literary Service Award en 2018, National Medal of
Arts en 2014 y National Book Foundation Medal for Distinguished
Contribution to American Letters en 2003.
Vive en Bangor, Maine, con su esposa Tabitha King, también novelista.