Título original: Death in the Devil's Acre
Autora: Anne Perry
Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Gemma Moral Bartolomé
Páginas: 312
Fecha publicación original: 1986
Fecha esta edición (1ª): junio 1998
Encuadernación: bolsillo
Precio: descatalogadoDiseño de cubierta: Judit Commeleran
Fotografía de cubierta: Mary Evans Picture Library
«Dos horas más tarde, el inspector Pitt cerraba la puerta del
matadero e iluminaba el patio con su linterna. Miró el cadáver, que
yacía tal como lo había encontrado el agente. Su aspecto a la tenue luz
del amanecer incipiente era grotesco. Lo observó. El muerto no tenía
el menor rastro de sangre en las manos. Incluso las uñas estaban
limpias, lo que resultaba muy curioso en cualquier persona que
frecuentara una zona como aquella...»
En las brumosas calles del Londres victoriano se cometen varios asesinatos inexplicables cuyo turbio móvil remite a oscuras pulsiones sexuales. Solo el inspector Pitt, con la ayuda de su perspicaz esposa, conseguirá esclarecerlos.
En las brumosas calles del Londres victoriano se cometen varios asesinatos inexplicables cuyo turbio móvil remite a oscuras pulsiones sexuales. Solo el inspector Pitt, con la ayuda de su perspicaz esposa, conseguirá esclarecerlos.
Como no podía ser menos, la historia comienza con la aparición de un cadáver, en este caso en Devil's Acre, un barrio marginal atestado de burdeles de todo tipo, casas de juegos, ciudadanos que es mejor no frecuentar y mejor todavía no llamar su atención. Este cadáver podría ser un cadáver más, pero si uno se acerca a él y echa un buen vistazo, verá que además de apuñalarle por la espalda, le han arrancado los genitales de un tajo y se los han colocado sobre las rodillas. La escabechina es ciertamente desagradable. El fallecido no parece de por allí, va limpio y su profesión parece respetable... pero ya sabemos todos que precisamente este tipo de gente es la que suele frecuentar sitios como Devil's Acre. Y cuando empiecen a aparecer más cadáveres, todos con el mismo modus operandi, resultará evidente que o estamos ante un asesino en serie o ante una vendetta en toda regla. ¿Tendrán algo en común todas estas personas o son escogidas al azar? ¿Estamos ante un loco que mata sin escrúpulos o ante una persona que elige deliberadamente a sus víctimas por un motivo concreto? Algo tan específico como mutilarlos genitalmente (con saña, además) nos dice que hay mucha rabia detrás... pero en Devil's Acre no quieren a la policía, así que la investigación no resultará nada fácil.
Antes de hablaros del libro quería confirmaros que Devil's Acre ciertamente existía durante la época victoriana colindando con la abadía de Westminster, aunque si la información que yo he encontrado es correcta, se desalojó y desapareció en los años 70 del siglo XIX tras reubicar a sus vecinos en viviendas sociales de nueva construcción, y si tenemos en cuenta que las novelas de Pitt están ambientadas a finales de la década de los 80, parece que nos encontramos ante una licencia histórica de la autora. Aun así, en lo que no hay ninguna licencia creativa es en la pobreza, criminalidad, insalubridad y vicio que reinaban en aquella zona. Eran su seña de identidad.
Así pues, tenemos unos cuantos asesinatos ejecutados de forma harto desagradable, y unas víctimas que van desde un proxeneta hasta un médico pasando por un primogénito de la alta sociedad londinense. Sus cuerpos lo mismo aparecen ante una casa de caridad situada en el corazón de este suburbio que ante un burdel homosexual, y al no existir ningún vínculo aparente entre ellos, el trabajo de Scotland Yard se aventura complicado. Hasta la mitad del libro parece que será Pitt el encargado de llevar la investigación hasta el final y de encontrar al culpable, pero ¡oh, sorpresa!, la detective Charlotte vuelve a hacer de las suyas y a ser más lista que su marido que, dicho sea de paso, en este libro ya empieza a dar muestras de estar un poco harto de que sea su mujer la que resuelva la mitad de los casos que le asignan. Es una rivalidad muy soslayada, no tiene ninguna repercusión en la trama ni en el matrimonio... simplemente es un pensamiento que tiene de vez en cuando: que necesita demostrarse a sí mismo que es un buen policía y que no necesita que su mujer ande resolviéndole los casos (es que, honestamente, no sé cómo ascendió Pitt a inspector si desde que está casado con Charlotte la que parece policía es ella... pero bueno, la autora sabrá).
Por otro lado, y como siempre os digo, en los libros de Pitt suele haber siempre algún apunte o denuncia de la corrupta sociedad victoriana, y también suelen aparecer personajes de entregas anteriores.
Si comienzo por lo último, en Venganza en Devil's Acre (o Parcela del Diablo, como se traduce en su interior aunque no esté traducido en el título) recuperamos algunos personajes de Los cadáveres de Callander Square, segunda entrega de la serie y ambientado tres años antes de lo que sucede en este libro. Nos adentramos nuevamente en casa del general Balantyne, su esposa lady Augusta y su hija, Christina, ya casada. No os puedo decir mucho más sobre esta familia sin desvelaros cosas que pasaron en la trama ambientada en Callander Square, pero digamos que cosas que se intuían en ese libro adquieren consistencia en este, y además descubrimos a qué se dedicaban las señoras jóvenes de clase alta increíblemente aburridas en sus matrimonios y con ganas de aventura.
Y eso me lleva al apunte de la sociedad victoriana que os decía antes, aunque no sé hasta qué punto está basado en hechos reales o simplemente forma parte de la trama de ficción (si me atengo a la obra en general de Perry, siempre suele haber consistencia real cuando se trata de recrear hábitos de la alta sociedad de la época). En Devil's Acre hay burdeles de todo tipo, de toda calaña, con todo tipo de prostitutas y todo tipo de clientes, y además parece haber una guerra entre burdeles y proxenetas por llevarse a las mejores trabajadoras y los mejores asiduos. Pues al parecer, entre esas trabajadoras podían encontrarse de manera mucho más habitual de lo que pueda parecer a mujeres muy respetables, en unos casos buscando ganar un dinero extra del que no tener que dar explicaciones, y en otros casos buscando nuevas y excitantes emociones en la cama, emociones que no podían o no querían encontrar en la propia alcoba de su casa... mujeres de la alta sociedad aburridas y frustradas que, en definitiva, se prostituían en busca de nuevas experiencias. Por pasar un rato con estas señoras se pagaba una gran cantidad de dinero, y el burdel que contaba con ellas despuntaba en prestigio y estatus. Todo esto en secreto y petit comité, claro. Una cosa era sospecharlo, saber que ocurría, incluso creer poder señalar a las que lo hacían, pero las aventureras en cuestión se guardaban bien de ser descubiertas, porque eso suponía su suicidio social.
A la sociedad le encantan los espejos de su rostro y su atuendo, pero no muestra la menor estima por un reflejo de su moral ni de su alma.
Dejando a un lado el eterno tema de "yo quiero que dejen a Pitt hacer su trabajo, ¡basta ya de intromisiones, Charlotte!", todavía no he encontrado ningún libro de la serie Pitt que no me haya gustado. Supongo que la ambientación, el esfuerzo que hace la autora por pincelar el retrato de una época muy oscura que hoy en día tenemos demasiado idealizada (solo vemos la parte bonita de vestidos, casas, carruajes y bailes, cuando eso conformaba un 5% de la era victoriana), los detalles tan concretos que aprendo sobre aquellos días y que soy una fan entusiasta de los misterios de época... pues eso, que hacen muy difícil que no disfrute de estas lecturas. Unas más y otras menos, como es normal, pero siempre me parecen muy entretenidas. En Venganza en Devil's Acre, además tenemos un final agitado (al menos para lo que Perry nos tiene acostumbrados) e inesperado en cuanto a una de sus consecuencias, así que misión cumplida.
¿Siguiente? Envenenado en Cardington Crescent, que os traeré antes de que acabe el año como que me llamo MH :)
Anne Perry nació en Blackheath, Inglaterra, en 1938. Su
escolarización fue interrumpida en varias ocasiones por los frecuentes
cambios de domicilio y sucesivas enfermedades, que la llevaron a
dedicarse apasionadamente a la lectura. Su padre trabajó como astrónomo,
matemático y físico nuclear. Él fue quien la animó a dedicarse a la
escritura. Tardó veinte años en publicar su primer libro. Durante todo
ese tiempo realizó diferentes trabajos para ganarse la vida y dedicarse
a lo que realmente era su pasión: escribir. Su primera novela sobre la
serie del inspector Pitt, editada en 1979, fue Los crímenes de Cater Street.
Anne Perry se ha consagrado como consumada especialista en la
recreación de los claroscuros, contrastes y ambigüedades de la sociedad
victoriana. Su serie de novelas protagonizadas por el inspector Pitt y
Charlotte, su perspicaz esposa, es seguida por millones de lectores en
todo el mundo.
He leído algún libro de esta autora y de Pitt pero entregas sueltas por ahí. Tampoco me gusta tanto como para leer la serie entera
ResponderEliminarBesos
Es cierto lo que comentas tenemos muy idealizada la época así que no me importaría descubrir algo más oscuro sobre ella así que gracias por el descubrimiento =)
ResponderEliminarSabía que en cuanto entrara a vuestra casa me sentiría como en la mía, como si nada hubiera cambiado ¡Y efectivamente, entro y quiero un libro! hay cosas que nunca cambiarán...jejejeje.
ResponderEliminarMil besitos reinas moras.
Pues aunque parezca mentira no he leído nada de la autora y, aunque no lo descarto, ahora mismo no entra en mis planes meterme en líos de series superextensas.
ResponderEliminarBesos.
Hola guapísima, pues creo que ya te lo he dicho en todas las ocasiones que nos traes a Pitt, me gusta la idea, pero no tenga ninguna gana de ponerme a leer una saga que me parece tremenda...
ResponderEliminarUn besazo enorme.
Querida MH:
ResponderEliminarSi envidia me daba tu reto de leer a la Chritie en orden, más aún me sucede con la serie de Pitt. A mí este detective me encanta. He leído algunos títulos protagonizados por él, pero sin seguir ningún orden. Estoy dispuesta a copiar tu iniciativa e ir haciéndolo poco a poco. A ver si lo consigo.
Como siempre, fantástica reseña, ¡enhorabuena!
Un beso.
A mí en este libro me pareció que la autora había olvidado por completo el anterior donde aparece la familia del general Balantyne. Da a entender que el general no sabía nada de la "relación" que tuvo Max con Christina, cuando de hecho se lo dijo su mujer Augusta y fue la trama de más de la mitad del libro, el motivo por el que casaron tan rápido a Christina y despidieron a Max. De hecho Alan Ross también lo sabía, y lo hablaron él y el general, que llegó a decir que Alan era mejor hombre de lo que se merecía Christina. Así que no entiendo por qué en este libro insinúan todo el tiempo que ni el general ni Ross conocían el desliz de Christina con Max, es absurdo. También choca bastante que durante todo el libro la supuesta soltería de Charlotte no se comente, cuando ella misma le dijo al general en el anterior que estaba casada. Queda muy absurdo esta parte también.
ResponderEliminar