Título original: Beate und Mareile
Autor: Eduard von Keyserling
Editorial: Nocturna (colección Noches Blancas)
Traducción: Carlos Fortea
Editorial: Nocturna (colección Noches Blancas)
Traducción: Carlos Fortea
Páginas: 160
Fecha de publicación original: 1903
Fecha esta edición: mayo 2011
Fecha esta edición: mayo 2011
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16 euros Ilustración de cubierta: Ante el espejo (Georg Friedrich Kersting, 1827)
Del autor de Princesas, Otoño en Berlín (Beate y Mareile) es considerada su obra más representativa, una novela sobre pasiones y transgresión social.
Estamos en las postrimerías de 2021 y eso implica la recta final del proyecto de Reseñas Cruzadas, pero me alegra enormemente que antes de terminar hayamos podido hacerle hueco a un escritor del que apenas oigo hablar y que tanto a Undine como a mí nos gusta muchísimo. Además, ya que estamos en otoño, hemos decidido ponernos creativas y vamos a hablaros de Otoño en Berlín, de Eduard von Keyserling (ahí, hilando fino... que no se diga xD). Esta es la segunda vez que Keyserling pone sus pies en Netherfield, y sin esperar a que leáis la reseña os digo desde ya que he vuelto a disfrutar muchísimo leyéndolo. Por cierto, ya os hablé de ella en mi anterior reseña de Keyserling, pero quiero
volver a recomendar la selección de clásicos que Nocturna publica dentro
de la colección de Noches Blancas. No es muy extensa, pero pasa tan
desapercibida entre el resto de sus colecciones que creo que bien merece
que se llame la atención sobre ella de vez en cuando. ¿Qué contiene?
Pues además de casi toda la obra disponible en castellano de Eduard von
Keyserling, también tienen un par de libros de Dickens que no se pueden
encontrar en ninguna otra editorial, por poner un par de ejemplos
(actualmente estoy leyendo uno de ellos, Nicholas Nickleby, en una
edición fantástica).
Eso
sí, una de cal y otra de arena, como la vida misma. Con respecto a
Otoño en Berlín tengo que pegarles un pequeño tirón de orejas. Ni se os
ocurra leer la sinopsis de la editorial, porque las pocas frases que
contiene desvelan las 30-40 últimas páginas. La sinopsis misma es un
spoiler como una catedral del final del libro. Por mi parte la he
borrado entera arriba, pero considero mi deber avisar. Yo la leí, y me
pasé todo el libro esperando precisamente lo que se cuenta en ella. Anda
que no había cosas para poner en la sinopsis sin necesidad de destripar nada...
Volviendo a Otoño en Berlín, la historia nos lleva hasta Kaltin, una casa solariega situada en la campiña. Allí viven el matrimonio formado por Günther y Beate junto a la madre y la tía de ella. Günther y Beate se conocen desde niños, pero hasta el momento de contraer matrimonio han vivido unas existencias muy diferentes. Él, brillante militar del ejército báltico hasta el momento de dejar el servicio a muy temprana edad, se ha paseado por la vida sin privarse absolutamente de nada, y tantos son los placeres gozados y las mujeres conquistadas que llega un punto en que se cansa de todo y decide sentar cabeza. Ahí es donde entra Beate, compañera de juegos en la infancia, virtuosa, religiosa, sosegada y criada para refrenar sus pasiones. En ella cree encontrar la tranquilidad que necesita y, tras casarse, se van a vivir a Kaltin. Günther no puede ser más feliz, por fin tiene lo que quiere, encuentra belleza en todo lo que mira, embelesa a todo aquel que se propone y cree haber encontrado por fin su sitio... hasta que su naturaleza veleidosa, frívola y hedonista se hastía de tanta tranquilidad y echa de menos las pasiones que reinaban en su vida tiempo atrás. Es entonces cuando aparece Mareile, la tercera en discordia en aquellos juegos infantiles de tantos años atrás; Mareile, tan distinta a Beate; Mareile, rebosante de sensualidad y deseosa de complacer sus instintos; Mareile, que siempre estuvo enamorada de Günther.
Otoño en Berlín es una historia de personajes tan imperfectos como la vida misma, y a ojos del lector eso hace que brillen con sus muchos claroscuros. Günther, que vive para ser adorado, que se deprime si no es el centro de atención y si una mujer hermosa está con cualquier hombre que no sea él, que existe por y para sus pasiones, ejemplifica a esas personas que siempre quieren lo que no tienen y siempre quieren estar en cualquier otra parte. Vive una vida privilegiada y licenciosa, se cansa, se busca una mujer recatada, se convence de que lo que más le conviene es la vida tranquila en el campo, y cuando se aburre de tanto idilio pastoril, se entrega a sus deseos sin detenerse a pensar en nadie que no sea él mismo. Beate es una mujer pura, ingenua y virtuosa que aparece y desaparece en la narración con la misma prudencia y recato con la que se conduce en su matrimonio: sin ánimo de molestar, interiorizando todo lo que le duele, siempre agazapada. Y luego tenemos a Mareile, esa hija del mayoral de la finca que siempre tuvo envidia de los señores de la casa, que se ha convertido en una belleza adorada por todos los hombres que la rodean y que un buen día decide vivir una vida sin velos en búsqueda constante de la felicidad, plena de sensualidad y anteponiendo sus deseos a cualquier convención social o sentimientos de terceras partes afectadas.
Si algo me gusta de Keyserling es que casi siempre consigue que me repatee uno de sus personajes. En Otoño en Berlín ese personaje ha sido Günther; ese andar por la vida como si fuese el ombligo del mundo, totalmente sometido a sus instintos y ciego ante el egoísmo de sus actos, le ha convertido en carne de cañón para mis ojos en blanco y mis velas negras. Y que Mareile, tras proclamar su dedicación a una vida sin tapices que coarten el autoconocimiento de su erotismo, tan orgullosa, salvaje, libre... se deje mangonear por este señor, ha hecho que nos llevemos regulero algunas veces. No sé si os pasa a vosotros esto de cerrar un libro, pensar en los más y los menos que has tenido con los personajes en muchos tramos de la lectura y descubrir que lo has disfrutado todo de tal manera que no cambiarías absolutamente nada. Que lo que está en las páginas tiene su razón de ser y que los sentimientos que te ha producido son los correctos. Keyserling gustaba de crear personajes moralmente cuestionables, no le gustaban los personajes facilones que andaban en línea recta, y esos desvíos de lo socialmente aceptable son los que justifican sus tramas y los que convierten en palpitantes unas historias que languidecerían en otras manos con menos talento.
Nostálgica,
vulnerable, sensual... como todas las obras de Keyserling, es una
historia de personajes que refleja a la perfección las contradicciones
de la época en que fue escrita, ese cambio de siglo en el que las
transgresiones sociales se daban la mano con el aferramiento a las
antiguas costumbres. Eso es Otoño en Berlín: la contraposición entre la
mujer que decide vivir su sensualidad sin ataduras y el sexo con
libertad, y la que ha sido educada para controlar sus pasiones e
inhibirse ante su marido. El personaje masculino en esta historia
(narcisista, egocéntrico, inmaduro) tiene mucha presencia pero solo como hilo conductor entre las dos mujeres. Ellas son
las protagonistas y ellas monopolizan el título original: Beate y
Mareile, Mareile y Beate. Dos visiones diferentes de cómo era la
realidad de las mujeres en la decadente aristocracia alemana de finales del siglo XIX y principios del XX; la insatisfacción de la mujer en el matrimonio, la liberación de la mujer fuera de él, la búsqueda de la felicidad aislada de las convenciones sociales... temas recurrentes en la historia de la literatura que seducen bajo el amparo de la excepcional prosa de Keyserling.
Así que reitero lo dicho al principio de la reseña: he disfrutado mucho de la lectura y me parece una obra muy notable tanto por la forma como por el contenido, pero no creo que sea una novela para todo el mundo (algo que, todo sea dicho, creo que puede aplicarse a toda la bibliografía de Keyserling). Otoño en Berlín es una historia pausada preñada de esa melancolía que no puede achacarse a nada en concreto pero que impregna cada una de las líneas como una bruma persistente imposible de disipar. Avanzas en la lectura, y los actos y decisiones de los personajes te parecen mundanos, vivos, inherentes al ser humano y a sus muchos defectos, pero al tiempo entrevés ese segundo escenario que Keyserling esconde tras el primero, como un cuadro al que hay que quitarle la capa superficial de pintura para acceder a la imagen que realmente quiso pintar su autor. Aquí nada es tan evidente como parece, los personajes callan más de lo que dicen y algunos viven en un mundo interior que les cuesta mostrar ante el lector. No es que le impidan verlo, sino que le piden que se esfuerce en comprenderlo. Por eso es de esas historias en las que parece que ocurren pocas cosas, o que ocurren despacio, o que semejan insustanciales de cara al conjunto de la trama, pero esas mismas cosas forman un entramado de gran inteligencia narrativa que no tiene ni un hilo suelto. Y no puedo dejar de mencionar la naturaleza, ese personaje siempre presente en la obra del autor que él siempre describe de un modo exhuberante y visual como parte intrínseca de todo lo que ocurre en ella.
He intentado no dar ni una mísera indicación de hacia donde se dirige la historia, así que lo dejo aquí por si acaso. Repito lo dicho arriba, apenas se habla de Eduard von Keyserling y no me queda otra que pensar que es porque apenas se leen sus obras. Tengo reparos en recomendárselo a quien prefiera acción sobre personajes, porque no sé si encajaría bien con su forma tan personal de contar las cosas, pero al mismo tiempo me resisto a no intentar que le deis una oportunidad. Me gustaría que le dieseis una oportunidad. Ojalá os guste si le dais esa oportunidad.
Reseña en casa de Undine -> aquí
Eduard Graf von Keyserling nació en el castillo de Paddern, cerca de
Hasenpoth (Aizpute), Curlandia, en 1855. Miembro de una antigua y noble
familia alemana del Báltico, y familiar del filósofo Hermann Keyserling,
estudió en la Universidad de Dorpat, pero fue obligado a abandonar sus
estudios debido a un incidente que le alejó de los círculos
aristocráticos. Tras mudarse a Viena, continuó estudiando y empezó a
familiarizarse con las ideas sociales del naturalismo. Fue entonces
cuando comenzó a publicar.
Posteriormente
se trasladó a Múnich, de donde, a excepción de una corta estancia en
Italia, ya no saldría. Allí frecuentó nuevos círculos artísticos, entre
los que se encontraban L. Corinth, M. Halbe, R. Kassner y F. Wedekind.
Durante esta etapa escribiría muchas obras de teatro, pero lo que le
condujo al verdadero reconocimiento fueron sus novelas.
Ya enfermo de sífilis, en 1904 publicó la novela Un ardiente verano (Nocturna, 2010). En 1908 se quedó ciego y hubo de dictar sus últimas novelas a sus hermanas, hasta su muerte en 1918.
Bravo, querida MH!!
ResponderEliminarHas conseguido plasmar la esencia del libro con gran precisión. Comparto contigo todo lo que comentas sobre la atmósfera y los personajes ( a mí me caen mal todos, aunque ellas sean víctimas), como también el placer que supone leer un texto de Keyserling. Por otro lado, tienes mucha razón con respecto a la sinopsis de esta edición, que yo olvidé eliminar y gracias a ti ýa eliminé de mi reseña.
Como siempre, es un placer leerte y compartir estas Reseñas Cruzadas contigo.
Un besote!!
Un descubrimiento muy intersante, a veces pasa que autores con gran talento pasan desarpecibidos así que gracias por la propuesta =)
ResponderEliminarNo conocía al autor y me alegro de que me lo hayas descubierto. La historia tiene ingredientes que me la hacen muy apetecible. No sé si alguno de los personajes me llegará a caer bien, pero eso no quita para que me guste la novela. Como dices, puede que los sentimientos que nos provocan historia y personajes sean justo los que tienen que ser.
ResponderEliminarVoy a leer a Undine.
Un beso.
Hola!!!
ResponderEliminarLo malo de un personaje es cuando no te provoca ninguna emoción, así que si te cae mal, ya tiene algo a su favor. Supongo que al autor le gustaba crear ese contrapunto entre personajes.
La historia me llama la atención, entiendo que es un libro para ir con paciencia y disfrutar del camino, de los de antes. Ahora estoy leyendo El monje y aunque es otro género, es de ese estilo. Las cosas llevan su tiempo.
Ya me había apuntado por culpa de Undine, ahora me reafirmo. Las sinopsis están para ser ignoradas, completamente.
Besos
Esta tarde me la habéis hecho redonda entre mi querida Undine y vos, Miss Hurst, qué libro tan maravilloso y qué reseñas, da tanto placer leerte como imagino debe ser leer el propio libro.
ResponderEliminarHas puesto muy fácil que podamos visualizar y paladear la historia, ahora sí que estoy envidiosa, pero mucho 😂😂😂
Un absoluto placer que embarga el alma el leerte hoy, y como siempre.
Besos 💋💋💋
Hola querida MH, la verdad es que no conocía al autor y si te digo la verdad no sé si soy de las que les gustan los personajes o las que les gusta la acción... Pero bueno igual algún día me acerco a él...
ResponderEliminarUn besazo
Hola, no sabía muy bien de que me sonaba la editorial y ahora descubro que fue por otra reseña tuya, vuelvo a tomar nota de ella por esos libros de Dickens que comentas. En cuanto al libro que reseñais hoy me lo apunte casi desde el primer momento y es que todo en esta novela me llama, ambientación, personajes e historia, apuntado me lo llevo desde luego. Besos.
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