Título original: The camera fiend
Autor: Ernest William Hornung
Editorial: Defausta (colección Cosecha Negra)
Traducción: Susana Prieto Mori
Páginas: 224
Fecha de publicación original: 1911
Fecha esta edición: marzo 2017
Fecha esta edición: marzo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19 euros Imagen de cubierta: orbandomonkos
Diseño de cubierta: Alicia Geijo
Pocket
Upton, estudiante en un internado inglés, soñador, asmático, sonámbulo y
fascinado por las historias de crímenes y aventuras, recibe permiso
para pasar el día en Londres, ocasión que aprovecha para comprar un
revólver en una casa de empeños. Pero las cosas no salen como él espera y
pierde el último tren de regreso al internado. Sin saber a dónde ir, se
decide a pasar la noche a la intemperie. El ruido de un disparo lo
despierta de madrugada: está caminando dormido, con el revólver en la
mano, un cadáver en el suelo cerca de él y un misterioso extranjero que
se ofrece a ayudarlo. Pocket, asustado, lo sigue a ciegas hasta su casa,
donde descubrirá que no todo es como se lo han hecho creer y tendrá que
desentrañar el misterio de la cámara diabólica.
¿Cuál es una de esas cosas que me hacen feliz de la literatura? Los clásicos inéditos, jamás traducidos al castellano, que algunas editoriales se están encargando de recuperar del baúl del olvido y ofrecernos en ediciones bonitas y cuidadas (qué portada más bonita para alguien como yo que adora Londres). Creo que ya habrá quedado claro a estas alturas que me encanta conocer a autores que en su día tuvieron un nombre, que en su país de origen siguen teniéndolo, pero que en España, por la razón que sea, ni llegaron en su época ni lo han hecho después. Pues eso es La cámara diabólica, recuperada en este caso por Defausta en una nueva colección de crimen y misterio, Cosecha negra.
Por cierto, espero no ser la única que no sabía que Arthur Conan Doyle tenía un cuñado también escritor, pero debo admitir (y admito) que no conocía de nada a E. W. Hornung y mucho menos su parentesco con sir Arthur, y ha resultado una muy grata sorpresa. Ah, aquellos que os dé cosilla el género de terror no os desaniméis por lo que pueda dar a entender el título porque nada que ver. Es una novela de misterio, con una investigación de por medio (sin excesivo peso en la trama) y algo (muy poco a pesar de lo que pueda parecer en un principio) de esoterismo u ocultismo.
Tony "Pocket" Upton es un joven de dieciséis años interno en una escuela pública (que en Inglaterra significa todo lo contrario que por aquí, son escuelas privadas, de pago... England is different). Sufre de unas crisis terribles de asma que le obligan a ir de tanto en tanto a Londres para acudir a la consulta del médico que le trata la enfermedad, y cuando eso ocurre debe hacer noche en la capital londinense. Tiene varias posibilidades donde quedarse, y si esas posibilidades se tuercen, debe volver al colegio. Pero Pocket tiene una forma muy peculiar de ser, y en esta ocasión no solo le deniegan la cama en los dos sitios que tenía pensados, sino que pierde el tiempo como solo él sabe hacerlo y no llega a coger el tren de vuelta. Podría pasar la noche en un hotel, pero a media tarde tiene la brillante idea de hacerse, por puro capricho, con una pistola y una caja de balas en una casa de empeños, así que tampoco tiene ni un penique en el bolsillo.
Os estaréis dando cuenta de que Pocket, llamado así por ser una edición de bolsillo de sus perfectos hermanos (sobran las explicaciones), es un personaje poco resolutivo, aventurero de pensamiento pero un tanto vago, con tendencia a perder el tiempo, a no prever el alcance de sus actos y a no preocuparse mucho por nada hasta que se lleva los sustos. Pues sumemos que es sonámbulo, que decide pasar la noche a la intemperie en Hyde Park... y que a la mañana siguiente se despierta paseando en sueños por el parque tras escuchar un disparo y con la pistola en la mano. Un médico que casualmente estaba por allí haciendo fotos, el siniestro alemán Baumgartner, se ofrece a ayudarlo cuando ve que comienza a sufrir una crisis asmática y se lo lleva a su casa.
Este espeluznante médico no solo le dice que le ha visto hacer algo en el parque que Pocket no recuerda y que debe esconderse en su casa hasta que pase un tiempo, sino que le explica que con su cámara fotográfica intenta capturar el espíritu de los muertos en el mismo instante en que abandona sus cuerpos. Muestra un desprecio absoluto por la vida humana en pos de un conocimiento supremo, manipula la mente del joven e influenciable adolescente para aterrorizarle ante la sola idea de abandonar la casa, y Pocket pronto se da cuenta de que no le resultará fácil escapar de las garras del médico y que las cosas no son como parecen o le quieren hacer creer. Por otro lado, y ante la falta de noticias del joven, su padre acude a un detective londinense, Eugene Thrush, quien, con la ayuda de su mayordomo y agente de campo en sus pesquisas, Mullins, intentará encontrar al muchacho.
Como veis tenemos dos partes diferenciadas en la historia: la que sigue a Pocket Upton en su vagabundeo y posterior ocultación en Londres, y la que se centra en la investigación de la desaparición de Pocket, con el agente de investigación Thrush a la cabeza. Al principio el ritmo es muy distinto entre ambas partes, muy pausado cuando estamos con Pocket y el doctor en los comienzos de la historia, y mucho más dinámico cuando estamos con la familia Upton o el detective Thrush. Pero esta diferencia de tempo solo existe al principio, porque llega un punto en la que la historia de Pocket empieza a coger ritmo y ya no puedes soltar el libro hasta que termina, y en esto tiene mucho que ver el avance como personaje del propio Pocket y la entrada en escena de la joven Phillida. A mi parecer la historia va de menos a más, mucho más, hasta terminar cerrándose todo como es debido y sin fisuras, así que si os decidís a leerlo y veis que el principio os parece lento, dadle una oportunidad y seguid con él, porque Hornung construye una trama más complicada, enrevesada e interesante conforme avanzan las páginas, y acabaréis agradeciendo no haberlo dejado a un lado.
Ah, debo admitir mi ignorancia. Al leer el título pensé en una habitación, una estancia, que fuese diabólica por el motivo que fuese, y con esa idea en la cabeza comencé la lectura... cuál fue mi sorpresa al comprobar que no, que la cámara a la que se hace alusión es una cámara fotográfica (estereoscópica, para más señas... el 3D de hoy en día, para que nos entendamos), y mi interés se multiplicó por mil como apasionada de la fotografía que soy. Muchos son los fotógrafos que presumen de captar metafóricamente el "alma" del retratado a través de una imagen, pero el concepto al que alude la historia, la fotografía psíquica, el que una cámara de fotos sea capaz de captar el espíritu de un muerto mientras abandona el cuerpo al que pertenece justo después de fallecer, es un mito que actualmente sigue vigente y sigue estudiándose. De hecho hay científicos contemporáneos que dicen ser capaces de conseguirlo. Ver este tema tratado hace ya cien años me ha parecido sorprendente y fascinante (que yo comulgue con esto o no es otra cosa).
Termino. Es una historia muy de su época (el espiritismo estaba de moda) y en la que el personaje principal tiene características del propio autor. Incluso diría que la subtrama de la cámara parece sacada de la mente de su cuñado Doyle y su pasión por el ocultismo y el más allá (desconozco si compartían este interés los dos cuñados, aunque tiene toda la pinta de que sí). Por eso, en un principio, el argumento puede parecer un tanto arcano, místico, pero el autor se las apaña de maravilla para no espantar (y de hecho enganchar) a quienes no les guste ese género. Empieza por ahí, termina por ahí, pero entre medias tenemos una narración de misterio cuyo tempo no debe ni puede compararse con el ritmo frenético de este tipo de novelas hoy en día, y que aun así resulta muy, muy interesante y entretenida y un fiel reflejo de un movimiento que abrazaron muchos personajes célebres de la época.
Ernest William Hornung (1866–1921) nació en Middlesbrough, Inglaterra. Aquejado de asma desde la infancia, a los 33 años zarpó con rumbo a Australia, donde pasaría dos años, por motivos de salud, experiencia que inspiró el ambiente de muchas de sus 30 novelas. Es conocido principalmente por el personaje de A.J. Raffles, un ladrón de guante blanco del Londres victoriano, y su compañero Bunny Manders, inspirados en parte por los célebres Watson y Holmes (Hornung era cuñado de Arthur Conan Doyle) y en parte por Oscar Wilde y lord Alfred Douglas.
Tiene buena pinta, me ha llamado la atención.
ResponderEliminarUn beso ^^
Tranquila yo tampoco sabía lo del cuñado ;) Suena divinamente este libro.
ResponderEliminarUn beso
Que buena pinta. Me ha picado la curiosidad por leerlo.
ResponderEliminarUn beso.
Vaya!!! Otro descubrimiento...
ResponderEliminarVale... primero: la sinopsis me parece muy "psico-gótica" (es un término que me acabo de inventar). Segundo: ¿cuñado de Conan Doyle? Creo que no debió de ser fácil para él, seguramente se debió de sentir eclipsado...
Dos buenas razones para darle una oportunidad... y un ¡Olé! por esas editoriales que nos re-descubren libros así... ;)
Yo tampoco conocía al autor y menos que Doyle tenía un cuñado escritor. Pero no me importaría haberlo sabido, el libro pinta muy pero que muy bien. Me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Madre mía que mala eres... me encanta que nos descubras libros inéditos y con esta pintaza... has conseguido engancharme desde la primera línea... me encanta es misterio esotérico y demás... yo tampoco sabía que Conan Doyle tenía un cuñado escritor, jeje...
ResponderEliminarAle uno más a la saca, a ver cuando me hago con él.
Un besazo
Pues me gusta mucho pero me gustaría todavía más si se centrara sobre todo en la parte espiritista y misteriosa. Pero me vale igual y no me importa que no tenga ritmo trepidante, me vale la calma y le vale.
ResponderEliminarBesos
Hola chicas!!!!
ResponderEliminarYo conocía la existencia del cuñado por una charla literaria en la Universidad, y años después adquirimos un lote de viejos libros en Londres entre los cuales había un ejemplar de este libro...pero no me tocó a mi en el reparto 📚.
Me encanta que hayáis traído este libro, el cual podré leer al fin,y más encantada estoy con esta entrada que me ha maravillado.
Besitos 💋💋💋💋💋💋
No conocía este libro. Qué buena pinta tiene! No me importaría leerlo.
ResponderEliminarBesotes!!!
nos ecantaaa!!!!!!!iuuupii! parece fantastica, gracias, saludosbuhos.
ResponderEliminarPues yo tampoco conocía que Doyle tenía un cuñado escritor, ni que una cámara diabólica fuera una cámara de fotos! Me encantan estos temas de espíritus y cosas que no se pueden explicar, me generan mucha curiosidad aunque luego me pasa como a ti...que ya que me lo crea es otra cosa.
ResponderEliminarFrancamente tiene una pinta buenísima así que me lo llevo a mi lista de clásicos pendientes ;)
Besitos
Es de agradecer las labores de algunas editoriames como d'Epoca, Gatopardo y ahora es5tá que me acabas de descubrir en recuperar clasicos ineditos o nunca reeditados.
ResponderEliminarÉste estoy segura de que me gustaría, has suscitado mi curiosidad
Besos
Todo un descubrimiento, las editorial y el libro.
ResponderEliminarUn beso ,)
Hola! No conocíamos de su publicación y has conseguido que nos llame la atención. Tiene pinta de que puede gustarnos. Apuntamos el libro.
ResponderEliminarUn beso
Marta y Laura
Madre mía, qué reseña. Imposible resistirse. Anotado me lo llevo. Un besote!
ResponderEliminarEsta no me llama mucho. La dejo pasar.
ResponderEliminarMe llama la atención pero no me termina de convencer que la investigación no termine de tener peso en la trama. Por otra parte, también me parece genial que traigan estos clásicos en ediciones tan bellas, y no sabía nada del cuñado de Doyle.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
PD: Yo también pensaba que el título hacía referencia a una habitación xD