Título original: The face in the glass / Herself / The shadow in the corner / Good Lady Ducayne / Her last appearance / Eveline's visitant
Autora: Mary Elizabeth Braddon
Editorial: La Biblioteca de Carfax
Traducción: María Pérez de San Román
Prólogo: Doctora Janine Hatter
Páginas: 216
Fecha publicación original: 1880/1894/1879/1896/1876/1867
Fecha esta edición: mayo 2018
Fecha esta edición: mayo 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,50 euros Ilustración de cubierta: Rafael Martín Coronel
El volumen incluye los siguientes relatos:
- El rostro en el espejo.
- Ella.
- La sombra en la esquina.
- La buena lady Ducayne.
- Su última aparición.
- El visitante de Eveline
- El rostro en el espejo.
- Ella.
- La sombra en la esquina.
- La buena lady Ducayne.
- Su última aparición.
- El visitante de Eveline
Termino la semana Halloween con Mary Elizabeth Braddon, autora victoriana con una bibliografía extensísima que, sin embargo, en España ha sido muy poco traducida (ahora mismo solo recuerdo El secreto de Aurora Floyd, de la editorial dÉpoca, y El secreto de lady Audley, de Ediciones del Bronce, ambos ya descatalogados). A veces ocurre esto con autores que han quedado en el olvido con el pasar de los años, pero con esta autora es un poco incomprensible, porque sigue estando de plena vigencia en su país de origen y quienes amamos este mundo decimonónico la tenemos perfectamente ubicada porque fue, y es, muy importante en la literatura inglesa de la época. En fin, lo de siempre, no me meto en el tema de ir a lo fácil y editar una y otra vez lo mismo, que me conozco y me lío.
Afortunadamente, una editorial todavía muy joven, La biblioteca de Carfax, dedicada a la literatura de misterio y terror, se acordó de ella a principios de este año y publicó varios de sus relatos de fantasmas/misterio/góticos, y ese es el volumen que hoy os traigo. Seis son los relatos que componen la antología, algunos más cortos, otros bastante más largos divididos en capítulos. Tenemos mansiones encantadas o siniestras, fantasmas, maldiciones, villanos con alma de vampiros... Comenzamos :)
El rostro en el espejo. El relato que da nombre a la antología está ambientado, como no podía ser menos, en una mansión embrujada. Su anterior dueño murió ahogado y, desde entonces, cuando hay tormenta, se oyen cosas raras y desaparecen las puertas de algunas habitaciones impidiendo el acceso a ellas; cuando vuelven a aparecer las puertas, el interior de las estancias está pintarrajeado con dibujos diabólicos. A esta mansión llega el matrimonio Monroe, recién casados, muy felices y altamente incrédulos con este tema de lo sobrenatural. Cuando caen las nieves, empiezan a aburrirse de no hacer nada y ponen en marcha una cacería del fantasma. No creen que vayan a encontrar nada, el tema incluso les hace un poco de gracia, pero si da la casualidad de que encuentran espectros, ¿qué podría pasar? Tampoco será para tanto, ¿no? Ains, qué ilusos...
Este es el punto de partida de esta historia que ocupa unas veinte páginas, en la que se hace bueno el dicho de que la curiosidad mató al gato y que más vale no reírse de ciertas cosas. Y mira que todo el mundo en cien millas a la redonda sabe que hay habitaciones de esa mansión donde no hay que entrar... mira que el ama de llaves les ruega que se estén quietecitos... pero estos dos son un poco atolondrados y pasa lo que pasa, que tiene toda la pinta de que lo van a pagar caro. Un muy buen relato gótico para dar inicio a la antología.
Ella. Lota es una joven huérfana y adinerada que hereda Orange Grove, una enorme villa en Italia, tras el fallecimiento de su abuelo. Decide pasar allí el invierno a pesar de que el abogado de la familia le avisa de que esa casa, que está en un lugar inhóspito y asilvestrado, mató a su abuelo. Lota, joven pero con mucho carácter, se ríe de las supersticiones del abogado y se presenta en la villa el primer día de diciembre. Antes de Navidad, la ya no tan intrépida Lota le ruega a su mejor amiga, Helen, que vaya a visitarla de inmediato. Helen no puede acudir hasta mediados de enero. Cuando llega se encuentra a una Lota inmersa en una depresión nerviosa, muy desmejorada y muy alejada de la jovencita hermosa que era... ains, Lota, cabeza loca, ¿no te habían dicho que no vivieras en esa casa?
Este relato ya es bastante más largo, e incluso está dividido en capítulos. Como veis volvemos a tener una casa como eje del mal (y otro elemento que se repite con respecto al anterior relato que no os puedo contar), aunque en este caso la narración cambia a primera persona, siendo Helen, la mejor amiga de la protagonista, la que nos cuenta la historia. Y es que Lota, como le pasaba a los Monroe, se toma muy a la ligera lo de vivir en una casa donde lo sobrenatural campa a sus anchas. De hecho en un principio le parece fantástico y no tiene ningún miedo... pero del dicho al hecho hay un trecho, la casa empieza a hacer de las suyas y, llegada la hora de la verdad, pues como que no mola :) Este relato también merece mucho la pena y, gracias a su extensión, tiene más empaque de novela corta que de relato largo.
La sombra en la esquina. Pues sí, otra mansión... esto parece el recorrido de las Horror Mansions a lo Braddon :) Se dice que el antiguo dueño de la mansión de Wildheath Grane se suicidó en ella y que desde entonces está encantada, razón por la cual nadie de los alrededores quiere trabajar en ella. Maria, una joven huérfana, entra en la casa para ayudar al anciano matrimonio de criados que la cuida. No es de por allí, no sabe nada de la maldición pero, como no podía ser menos, la ponen a dormir en la habitación donde se cometió el suicidio y, como tampoco podía ser menos, desde la primera noche, la pobre empieza a pasarlas canutas. Tras confesarle al dueño de la mansión lo que ocurre, él, racional y científico que no cree en esas cosas, decide pasar una noche en esa habitación para demostrarle a Maria que todo son imaginaciones suyas. Otro iluso :)
Junto con otro relato que ahora os comentaré, quizás me ha parecido el más flojo de todos (el segundo más flojo, para ser exacta), porque va al meollo del asunto un poco tarde y cuando entra, se acaba casi sin darte tiempo a que se te pongan los pelillos de punta. A ver, que ya me gustaría escribirlo a mí, y las útimas diez páginas son muy buenas, pero de entre los seis, para mí, no es de los más logrados.
La buena lady Ducayne. La jovencita Bella tiene 18 años y quiere trabajar de dama de compañía para ayudar en casa a su pobre madre. No tiene muchas habilidades ni conocimientos, pero se inscribe en la oficina de empleo de la señorita Torpinter, que le da largas y no le ofrece ningún trabajo durante semanas, hasta que aparece lady Ducayne con un trabajo de ensueño: 100 libras al año, vida de lujos y largos inviernos en Italia. Bella no puede creerse su buena suerte... ¡si no fuera porque todas las damas de compañía anteriores a ella han muerto, todo sería ideal! Claro está, la pobre Bella no sabe nada sobre todo esto... pero ya se enterará, ya.
Este relato también está narrado por capítulos, y combina la narración en tercera persona con las cartas que se envían madre e hija mientras Bella está en Italia. Es quizás el menos gótico de todos y al mismo tiempo el más original (y moderno) de la antología, cosa que se percibe muy claro porque se publicó ya en los albores del siglo XX y es más científico, más adelantado a su tiempo. A mí, a pesar de ser el menos "fantasmagórico", es de los que más me ha gustado, y eso a pesar de que he visto venir sin problemas el gran descubrimiento del final. Tiene un algo diferente entre tanta mansión y tanto fantasma.
Su última aparición. Barbara es una joven y bella actriz que, a pesar de su fama sobre los escenarios, jamás hace apariciones en público y apenas se deja ver, alimentando todo tipo de rumores. Barbara está casada con un actor pendenciero y sinvergüenza que le da mala vida, y solo se permite cierta amistad con sir Philip, enamorado de ella pero con quien mantiene las distancias. Pero sir Philip está perdiendo la paciencia, quiere que Barbara deje a su marido, y si no lo hace, tendrá que tomar cartas en el asunto... aunque quizás sea ya demasiado tarde.
Os decía antes que ya os indicaría cuál era el que menos me había gustado. Pues es este. Es que no ocurre nada de nada hasta las últimas dos páginas, y el elemento sobrenatural no aparece hasta la última escena. El resto de la narración no va en ese sentido, es un relato más que de gótico no tiene nada, y aunque digo lo mismo de antes, que ya me gustaría a mí escribirlo, es inevitable que pierda en comparación con el resto. Pierde mucho tiempo en ir al grano, y de que quiere llegar a él, se acabó lo que se daba. Visto y no visto.
El visitante de Eveline. En un duelo con su primo André, el joven Hector de Brissac recibe una maldición de sus labios justo antes de morir: le atormentará hasta la muerte, y volverá de la otra vida para y interponerse entre él y todo aquello que ame y signifique su felicidad. Hector se olvida de estas palabras de venganza hasta que se enamora y se casa con la joven e inocente Eveline. Pronto Eveline comenzará a ver a un hombre que jamás le habla, jamás se le acerca, pero con el que empieza a obsesionarse...
También narrado en primera persona, traslada la ambientación a Francia, en época del regente Felipe de Orleans, y es también de los relatos que más me han gustado. Aquí Braddon embruja a la virginal Eveline con la tentación, cierto erotismo soslayado y la obsesión con un hombre fuera del matrimonio, y es precisamente la consciencia de que está haciendo algo deshonesto lo que mueve todo el relato. Muy recomendable.
Como tantas escritoras victorianas, Braddon fue una mujer de armas tomar que se puso el mundo por montera en una época en la que hacerlo suponía vivir en el ostracismo social. Fue actriz porque tenía que ganarse la vida (las actrices en el siglo XIX eran consideradas de vida licenciosa y casquivanas), y tras algún que otro romance, se fue a vivir con John Maxwell, cuidó de sus hijos, todo el mundo creía que era su esposa... hasta que se descubrió que la verdadera mujer de Maxwell estaba viva e ingresada en un psiquiátrico. Este vivir como ella quiso vivir se percibe en los relatos, donde sus protagonistas son fuertes e independientes y reniegan del yugo que les impone la sociedad; además Braddon respetabiliza dedicarse al mundillo del teatro y, en boca de alguna de sus protagonistas, reniega del matrimonio como el único fin para una mujer decente. Si a todo esto añadimos que huye de topicazos y que, salvo contadas excepciones, los finales felices porque sí no van con ella, hacen de esta antología una lectura muy recomendable para quien quiera acercarse por primera vez a esta autora.
Afortunadamente, una editorial todavía muy joven, La biblioteca de Carfax, dedicada a la literatura de misterio y terror, se acordó de ella a principios de este año y publicó varios de sus relatos de fantasmas/misterio/góticos, y ese es el volumen que hoy os traigo. Seis son los relatos que componen la antología, algunos más cortos, otros bastante más largos divididos en capítulos. Tenemos mansiones encantadas o siniestras, fantasmas, maldiciones, villanos con alma de vampiros... Comenzamos :)
El rostro en el espejo. El relato que da nombre a la antología está ambientado, como no podía ser menos, en una mansión embrujada. Su anterior dueño murió ahogado y, desde entonces, cuando hay tormenta, se oyen cosas raras y desaparecen las puertas de algunas habitaciones impidiendo el acceso a ellas; cuando vuelven a aparecer las puertas, el interior de las estancias está pintarrajeado con dibujos diabólicos. A esta mansión llega el matrimonio Monroe, recién casados, muy felices y altamente incrédulos con este tema de lo sobrenatural. Cuando caen las nieves, empiezan a aburrirse de no hacer nada y ponen en marcha una cacería del fantasma. No creen que vayan a encontrar nada, el tema incluso les hace un poco de gracia, pero si da la casualidad de que encuentran espectros, ¿qué podría pasar? Tampoco será para tanto, ¿no? Ains, qué ilusos...
Este es el punto de partida de esta historia que ocupa unas veinte páginas, en la que se hace bueno el dicho de que la curiosidad mató al gato y que más vale no reírse de ciertas cosas. Y mira que todo el mundo en cien millas a la redonda sabe que hay habitaciones de esa mansión donde no hay que entrar... mira que el ama de llaves les ruega que se estén quietecitos... pero estos dos son un poco atolondrados y pasa lo que pasa, que tiene toda la pinta de que lo van a pagar caro. Un muy buen relato gótico para dar inicio a la antología.
Ella. Lota es una joven huérfana y adinerada que hereda Orange Grove, una enorme villa en Italia, tras el fallecimiento de su abuelo. Decide pasar allí el invierno a pesar de que el abogado de la familia le avisa de que esa casa, que está en un lugar inhóspito y asilvestrado, mató a su abuelo. Lota, joven pero con mucho carácter, se ríe de las supersticiones del abogado y se presenta en la villa el primer día de diciembre. Antes de Navidad, la ya no tan intrépida Lota le ruega a su mejor amiga, Helen, que vaya a visitarla de inmediato. Helen no puede acudir hasta mediados de enero. Cuando llega se encuentra a una Lota inmersa en una depresión nerviosa, muy desmejorada y muy alejada de la jovencita hermosa que era... ains, Lota, cabeza loca, ¿no te habían dicho que no vivieras en esa casa?
Este relato ya es bastante más largo, e incluso está dividido en capítulos. Como veis volvemos a tener una casa como eje del mal (y otro elemento que se repite con respecto al anterior relato que no os puedo contar), aunque en este caso la narración cambia a primera persona, siendo Helen, la mejor amiga de la protagonista, la que nos cuenta la historia. Y es que Lota, como le pasaba a los Monroe, se toma muy a la ligera lo de vivir en una casa donde lo sobrenatural campa a sus anchas. De hecho en un principio le parece fantástico y no tiene ningún miedo... pero del dicho al hecho hay un trecho, la casa empieza a hacer de las suyas y, llegada la hora de la verdad, pues como que no mola :) Este relato también merece mucho la pena y, gracias a su extensión, tiene más empaque de novela corta que de relato largo.
Junto con otro relato que ahora os comentaré, quizás me ha parecido el más flojo de todos (el segundo más flojo, para ser exacta), porque va al meollo del asunto un poco tarde y cuando entra, se acaba casi sin darte tiempo a que se te pongan los pelillos de punta. A ver, que ya me gustaría escribirlo a mí, y las útimas diez páginas son muy buenas, pero de entre los seis, para mí, no es de los más logrados.
La buena lady Ducayne. La jovencita Bella tiene 18 años y quiere trabajar de dama de compañía para ayudar en casa a su pobre madre. No tiene muchas habilidades ni conocimientos, pero se inscribe en la oficina de empleo de la señorita Torpinter, que le da largas y no le ofrece ningún trabajo durante semanas, hasta que aparece lady Ducayne con un trabajo de ensueño: 100 libras al año, vida de lujos y largos inviernos en Italia. Bella no puede creerse su buena suerte... ¡si no fuera porque todas las damas de compañía anteriores a ella han muerto, todo sería ideal! Claro está, la pobre Bella no sabe nada sobre todo esto... pero ya se enterará, ya.
Este relato también está narrado por capítulos, y combina la narración en tercera persona con las cartas que se envían madre e hija mientras Bella está en Italia. Es quizás el menos gótico de todos y al mismo tiempo el más original (y moderno) de la antología, cosa que se percibe muy claro porque se publicó ya en los albores del siglo XX y es más científico, más adelantado a su tiempo. A mí, a pesar de ser el menos "fantasmagórico", es de los que más me ha gustado, y eso a pesar de que he visto venir sin problemas el gran descubrimiento del final. Tiene un algo diferente entre tanta mansión y tanto fantasma.
Su última aparición. Barbara es una joven y bella actriz que, a pesar de su fama sobre los escenarios, jamás hace apariciones en público y apenas se deja ver, alimentando todo tipo de rumores. Barbara está casada con un actor pendenciero y sinvergüenza que le da mala vida, y solo se permite cierta amistad con sir Philip, enamorado de ella pero con quien mantiene las distancias. Pero sir Philip está perdiendo la paciencia, quiere que Barbara deje a su marido, y si no lo hace, tendrá que tomar cartas en el asunto... aunque quizás sea ya demasiado tarde.
Os decía antes que ya os indicaría cuál era el que menos me había gustado. Pues es este. Es que no ocurre nada de nada hasta las últimas dos páginas, y el elemento sobrenatural no aparece hasta la última escena. El resto de la narración no va en ese sentido, es un relato más que de gótico no tiene nada, y aunque digo lo mismo de antes, que ya me gustaría a mí escribirlo, es inevitable que pierda en comparación con el resto. Pierde mucho tiempo en ir al grano, y de que quiere llegar a él, se acabó lo que se daba. Visto y no visto.
También narrado en primera persona, traslada la ambientación a Francia, en época del regente Felipe de Orleans, y es también de los relatos que más me han gustado. Aquí Braddon embruja a la virginal Eveline con la tentación, cierto erotismo soslayado y la obsesión con un hombre fuera del matrimonio, y es precisamente la consciencia de que está haciendo algo deshonesto lo que mueve todo el relato. Muy recomendable.
Como tantas escritoras victorianas, Braddon fue una mujer de armas tomar que se puso el mundo por montera en una época en la que hacerlo suponía vivir en el ostracismo social. Fue actriz porque tenía que ganarse la vida (las actrices en el siglo XIX eran consideradas de vida licenciosa y casquivanas), y tras algún que otro romance, se fue a vivir con John Maxwell, cuidó de sus hijos, todo el mundo creía que era su esposa... hasta que se descubrió que la verdadera mujer de Maxwell estaba viva e ingresada en un psiquiátrico. Este vivir como ella quiso vivir se percibe en los relatos, donde sus protagonistas son fuertes e independientes y reniegan del yugo que les impone la sociedad; además Braddon respetabiliza dedicarse al mundillo del teatro y, en boca de alguna de sus protagonistas, reniega del matrimonio como el único fin para una mujer decente. Si a todo esto añadimos que huye de topicazos y que, salvo contadas excepciones, los finales felices porque sí no van con ella, hacen de esta antología una lectura muy recomendable para quien quiera acercarse por primera vez a esta autora.
Mary Elizabeth Braddon nació en Londres en 1835. Creció en un
hogar monoparental que la obligó a buscar empleo en cuanto obtuvo la
mayoría de edad. Primero actriz y después escritora, Mary Elizabeth
Braddon fue una mujer que, con su prosa y su vida, escandalizó y removió
los encorsetados cimientos de la sociedad victoriana.
Escribió casi
noventa novelas, más de ciento cincuenta relatos cortos, nueve obras de
teatro y una colección de poesía. Fundó su propia revista literaria en
la que reflejó el impulso de su público, mayoritariamente femenino, por
una sociedad igualitaria.
Murió en Richmond en 1915.
Me apunto estos relatos que no conocía. A mi Brandon me gusta mucho, y leí las dos que mencionas, El secreto de Aurora Floyd y el secreto de Lady Audrey, me gustó más el primero que el segundo, pero esa libertad y falta de ajustarse a las convicciones de la que hablas esta presente en los dos, no sabía que estaban descatalogadas porque yo las leí en la biblioteca.Bueno que me llevo el libro, que ya tengo que ir preparando la carta a los Reyes Magos. Besinos.
ResponderEliminarLos relatos no suelen convencerme así que Tara vez me animo y el vegeto gótico tampoco es que me seduzca en exceso así que, por una vez, me voy de aquí sin apuntarme un libro y no veas qué alivio, que estoy hasta arriba ! ;)
ResponderEliminarBesos
Alguna oda pintan bien. Me gusta la autora que aunque es de esa época no es de las pesadas. Leí el de Audley cuando no existía ni Blogger. El de Aurora fue mi primer libro de esa editorial tan horrible que se llama Dépoca. De sus relatos leí uno en Damas Oscuras pero no es ninguno de los que traes, se titula El abrazo frío y es una bella historia romántica de exteriores. Así que no me importaría leer los que traes hoy. Esnque con los fantasmas no se juega, da igual si crees en ellos como si no.
ResponderEliminarBesos
Casas embrujadas y maldiciones me lo apunto hahahhaa tendré que conseguirlo .Besos
ResponderEliminarSólo he leído "EL secreto de Aurora Floyd" que me gustó mucho. Estos relatos no me motivan tanto, sin embargo
ResponderEliminarBesos
En cuanto vea cómo dios manda será una de mis primeras lecturas ¡Anda que no! 😁
ResponderEliminarBuena reseña.
Besitos carinyet 💋💋💋
Interesante autora y relatos los que traes para finalizar esta serie de reseñas con motivo de la celebración este 1 de noviembre del Día de Todos los Santos (Halloween para los anglosajones). Veo que fue una mujer independiente y lanzadísima dada la época que le tocó vivir. No he leído nada de ella. Tomo nota y os doy las gracias
ResponderEliminarBesos
Hola guapa, no te leo del todo porque ya sabes que los relatos no son lo mío... El primero me pica la curiosidad... jeje...
ResponderEliminarUn besazo
Esta editorial tiene unos títulos super apetecibles, este en concreto no lo conocía. Ni tampoco a su autora. Pero suena fantástico, y me ha encantado esta parte biográfica que has añadido ;)
ResponderEliminarBesitos
Desconocía por completo estos relatos y me tientas muchísimo. Tomo buena nota de esta edición.
ResponderEliminarBesotes!!!
Con este tampoco me animo. De momento solo me habéis engatusado con el uno.
ResponderEliminarBEsos.
NO he leído nada de la autora, pero por lo que cuentas, no me importaría darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesos
Gótico y relatos... una combinación más que ganadora que merece toda mi atención...
ResponderEliminarY sí, doy fe de que debe ser una autora poco traducida aquí en España porque no me suena de nada... También me apunto la editorial, a la que no conocía... le voy a echar un vistazo!! ;)
Desconocía este libro, tomo nota. El de Verne sí lo conozco, pero todavía no me he hecho con él. Un besote!
ResponderEliminarNo soy mucho de leer relatos. Los leo alguna vez al año pero poco más. Me apunto estos para esas pocas ocasiones en que me acerco al género.
ResponderEliminarBs.
Interesante libro de relatos. Me lo llevo anotado. Besos.
ResponderEliminarMe encanta el género, ya lo sabes, relatos, y encima con ese toque oscuro y tenebroso... Pues qué te voy a decir, que lo leería sin dudar. Y para más inri la edición se ve una perita en dulce.
ResponderEliminarUn beso ;)