Título original: L'assasin habite au 21
Autor: S. A. Steeman
Editorial: Siruela
Traducción: Susana Prieto Mori
Páginas: 224
Fecha publicación original: 1939
Fecha esta edición: noviembre 2017
Fecha esta edición: noviembre 2017
Encuadernación: cartoné
Precio: 19,95 euros Imagen de cubierta: Ilustración de NRM / Pictorial Collection / Science & Society Picture Library
En el neblinoso Londres de los años treinta, un asesino en serie tiene
aterrorizada a la capital. Tras matar a sus víctimas de un golpe en la
cabeza, les roba y deja junto a ellas una nota con la más anodina de las
firmas: «Mr. Smith». Cuando, tras el último ataque, un testigo ve al
criminal entrar en una pensión del número 21 de Russel Square, Scotland
Yard —con el superintendente Strickland al frente del caso— pondrá bajo
vigilancia a sus huéspedes: la viuda Hobson, dueña del establecimiento;
el señor Collins, vendedor a domicilio de radios; el mayor
Fairchild, retirado tras haber servido en las Colonias; la señorita
Holland, amante de los gatos... Pero pese a haber estrechado tanto el
cerco, descubrir entre todos la verdadera identidad de Mr. Smith no
resultará sencillo en absoluto...
El asesino vive en el 21 —publicada originalmente en 1939 y llevada al cine tres años después por Henri-Georges Clouzot— es la obra maestra de su autor y una de las más brillantes aportaciones continentales a la novela detectivesca clásica.
El asesino vive en el 21 —publicada originalmente en 1939 y llevada al cine tres años después por Henri-Georges Clouzot— es la obra maestra de su autor y una de las más brillantes aportaciones continentales a la novela detectivesca clásica.
No me voy a andar con rodeos: qué bien, ¡pero qué bien!, me lo he pasado con este libro. Creo que, si los cuento, este debe ser el octavo libro de la colección de clásicos policíacos de Siruela que reseño, y siempre lo digo, me encuentro de todo. Unos me hacen más tilín, otros menos. Pues bien, El asesino vive en el 21 me ha recordado en todo su esplendor por qué adoro este género, por qué me pirra el clásico policíaco de los años 30-40 y por qué me dejo el sueldo mes tras mes comprando todo lo que huela remotamente a un misterio escrito durante las primeras décadas del siglo XX. Si cuando yo digo que me hace falta un dinerete de la lotería de manera urgente...
Vamos al lío. Se están produciendo unos asesinatos en Londres que traen a Scotland Yard de cabeza. Siempre se llevan a cabo cuando la niebla oculta en buena medida el crimen, y las víctimas parecen aleatorias y sin ninguna relación entre ellas. Además el asesino siempre deja una tarjeta de visita donde se da a conocer como Mr. Smith. Un conocido y habitual de la policía (atención al modo en que lo hace, es genial) suelta el bombazo: ha sido testigo de uno de esos asesinatos y, aunque no le ha podido ver la cara, ha seguido al criminal hasta su casa. Sabe donde vive: ni más ni menos que en el número 21 de Russell Square, muy cerquita del British Museum.
Pero claro, acabamos de empezar el libro, no puede ser esto tan fácil, ¿no? Pues no, no lo es. Y es que en el 21 de Russell Square no vive uno sino muchos sospechosos: es una casa de huéspedes con unos diez inquilinos entre hombres y mujeres, así que Scotland Yard sabe dónde está, pero no sabe quién es ni tampoco puede desvelar que sabe dónde vive para no alertarle. De este modo empieza el juego del ratón y el gato entre la policía y el asesino porque, a pesar de sus precauciones, el criminal se ha dado cuenta de que la casa está vigilada, y aun así se las apaña para seguir haciendo de las suyas y el número de víctimas sigue creciendo a un ritmo alarmante. Llega un punto en que salta la liebre, los huéspedes saben que entre ellos hay un asesino, pero al estar todos bajo sospecha no pueden abandonar la casa y deben seguir con su rutina de convivencia habitual (aunque son british, señores, aquí no hay dramatismos ni histerismos que valgan. Todo muy polite xD).
El planteamiento en sí mismo es genial, y además el protagonismo recae en su mayor parte sobre los huéspedes/sospechosos y las relaciones que se establecen entre ellos en la casa, no sobre el agente asignado al caso. Este agente, el superintendente Strickland, se enfrenta a un escurridizo asesino que consigue dar esquinazo constantemente a un cuerpo policial que va deteniendo, uno a uno, a buena parte de los inquilinos de esa casa de huéspedes, y uno a uno tiene que ir soltándolos porque los crímenes siguen produciéndose... Porque esto es lo curioso: Mr. Smith, nuestro misterioso asesino, podría cargarle el muerto (o muertos, como es el caso) a cualquiera de sus compañeros de la casa de huéspedes conforme van siendo detenidos, pero no lo hace, sigue matando. Así se va reduciendo el círculo de sospechosos, y a los que van quedando no hay manera de pillarlos; está claro que el tal Mr. Smith se está riendo de Scotland Yard y de sus capacidades deductivas, y cuanto más intentan cercarle, más se ríe de ellos; cuanto más vigilan el 21 de Russell Square, más esquinazo les da. Y así llegamos a un final con sorpresa que es sencillamente fantástico.
Pero aun así, aun siendo la premisa una gozada para quienes nos gusta el género, lo que realmente atrapa al lector es la forma en la que está narrada. El autor era belga, compatriota y amigo de otro grande del género, Georges Simenon (creador del personaje del inspector Maigret), pero en esta novela hace gala de un humor británico brillante que campa a sus anchas de principio a fin. Al parecer él mismo era muy guasón y muy irónico en la vida real, y esa personalidad se traslada completamente a la historia, en la que te saca la sonrisa constantemente. Incluso se permite el lujo, hacia el final del libro y hasta en dos ocasiones, de dirigirse al lector "que aún no ha adivinado al culpable" para preguntarle si realmente se considera un buen detective, si ya ha adivinado quién es el asesino, y le recuerda que tiene todas las pistas a su alcance y que la solución aparece literalmente en la novela en varias ocasiones. Reta al lector a destaparle el juego, una lucha mental que él mismo reconoce que usa emulando a autores de la Golden Age como Ellery Queen o Hugh Austin.
Y a todo esto, y sé que soy muy pesada con este tema, una vez más estamos ante un debut como escritor. El asesino vive en el 21 fue la primera novela (publicada al menos) de Steeman, y a mí estas genialidades me fascinan, ya lo sabéis. La novela es consistente y está perfectamente estructurada y dosificada en cuanto a la información que va dando, y el autor tiene razón cuando le da un toque al lector hacia el final de la lectura: la solución está a la vista, pero hay que saber verla. No solo hay que leer, hay que entender y asimilar lo que se está leyendo.
Pero claro, acabamos de empezar el libro, no puede ser esto tan fácil, ¿no? Pues no, no lo es. Y es que en el 21 de Russell Square no vive uno sino muchos sospechosos: es una casa de huéspedes con unos diez inquilinos entre hombres y mujeres, así que Scotland Yard sabe dónde está, pero no sabe quién es ni tampoco puede desvelar que sabe dónde vive para no alertarle. De este modo empieza el juego del ratón y el gato entre la policía y el asesino porque, a pesar de sus precauciones, el criminal se ha dado cuenta de que la casa está vigilada, y aun así se las apaña para seguir haciendo de las suyas y el número de víctimas sigue creciendo a un ritmo alarmante. Llega un punto en que salta la liebre, los huéspedes saben que entre ellos hay un asesino, pero al estar todos bajo sospecha no pueden abandonar la casa y deben seguir con su rutina de convivencia habitual (aunque son british, señores, aquí no hay dramatismos ni histerismos que valgan. Todo muy polite xD).
El planteamiento en sí mismo es genial, y además el protagonismo recae en su mayor parte sobre los huéspedes/sospechosos y las relaciones que se establecen entre ellos en la casa, no sobre el agente asignado al caso. Este agente, el superintendente Strickland, se enfrenta a un escurridizo asesino que consigue dar esquinazo constantemente a un cuerpo policial que va deteniendo, uno a uno, a buena parte de los inquilinos de esa casa de huéspedes, y uno a uno tiene que ir soltándolos porque los crímenes siguen produciéndose... Porque esto es lo curioso: Mr. Smith, nuestro misterioso asesino, podría cargarle el muerto (o muertos, como es el caso) a cualquiera de sus compañeros de la casa de huéspedes conforme van siendo detenidos, pero no lo hace, sigue matando. Así se va reduciendo el círculo de sospechosos, y a los que van quedando no hay manera de pillarlos; está claro que el tal Mr. Smith se está riendo de Scotland Yard y de sus capacidades deductivas, y cuanto más intentan cercarle, más se ríe de ellos; cuanto más vigilan el 21 de Russell Square, más esquinazo les da. Y así llegamos a un final con sorpresa que es sencillamente fantástico.
Pero aun así, aun siendo la premisa una gozada para quienes nos gusta el género, lo que realmente atrapa al lector es la forma en la que está narrada. El autor era belga, compatriota y amigo de otro grande del género, Georges Simenon (creador del personaje del inspector Maigret), pero en esta novela hace gala de un humor británico brillante que campa a sus anchas de principio a fin. Al parecer él mismo era muy guasón y muy irónico en la vida real, y esa personalidad se traslada completamente a la historia, en la que te saca la sonrisa constantemente. Incluso se permite el lujo, hacia el final del libro y hasta en dos ocasiones, de dirigirse al lector "que aún no ha adivinado al culpable" para preguntarle si realmente se considera un buen detective, si ya ha adivinado quién es el asesino, y le recuerda que tiene todas las pistas a su alcance y que la solución aparece literalmente en la novela en varias ocasiones. Reta al lector a destaparle el juego, una lucha mental que él mismo reconoce que usa emulando a autores de la Golden Age como Ellery Queen o Hugh Austin.
Y a todo esto, y sé que soy muy pesada con este tema, una vez más estamos ante un debut como escritor. El asesino vive en el 21 fue la primera novela (publicada al menos) de Steeman, y a mí estas genialidades me fascinan, ya lo sabéis. La novela es consistente y está perfectamente estructurada y dosificada en cuanto a la información que va dando, y el autor tiene razón cuando le da un toque al lector hacia el final de la lectura: la solución está a la vista, pero hay que saber verla. No solo hay que leer, hay que entender y asimilar lo que se está leyendo.
No me quiero enrollar mucho que como ya habréis visto os traigo reseña combo y os quiero hablar también un poquito de la película. En resumen, ya sabéis que las medias tintas no son lo mío: que cuando disfruto muchísimo con un libro se me nota a la legua, y con este creo que os habrá quedado claro a estas alturas: me ha e-n-c-a-n-t-a-d-o. Tiene absolutamente todo lo que le pido a estas historias: ritmo narrativo, excelentes diálogos, mucho encanto british (aunque el autor no lo sea), ironía, humor y un final sorprendente. Un misterio clásico policíaco muy, muy recomendable.
Título original: L'assassin habite... au 21
Año: 1942
Duración: 84 minutos
País: Francia
Director: Henri-Georges Clouzot
Guión: S. A. Steeman, Henri-Georges ClouzotDirector: Henri-Georges Clouzot
Basada en una novela de: S. A. Steeman
Reparto: Pierre Fresnay,
Suzy Delair,
Jean Tissier,
Pierre Larquey,
Noel Roquevert,
René Génin,
Jean Despeaux,
Marc Natol,
Huguette VivierSi os soy sincera no tenía ni idea de la existencia de esta película hasta que leí el libro. Lo disfruté tanto que me puse a buscar adaptaciones cinematográficas y di con esta, estrenada apenas tres años después de la publicación de la novela. Y me la compré, sin más. Cuando yo me pongo en plan fan, me pongo XD. Esta fue la primera de las adaptaciones; luego vino otra en 1948, de nacionalidad argentina, titulada muy poéticamente como La muerte camina en la lluvia.
Sobre la trama no os cuento nada que para eso está la reseña arriba y se explica de sobra. Ya sabéis que cuando hago reseñas combo me dedico principalmente a contaros impresiones generales sobre la película y las diferencias o similitudes con la novela que más me han llamado la atención. Y os digo desde ya que la peli, aunque resultona y muy entretenida, se aleja del libro en muchas, muchas cosas.
La primera diferencia, que además es muy notable porque es la que marca todo el tono de la pelícua, es que es francesa. Y eso, más allá de que trasladan la ambientación del neblinoso Londres a un París que de niebla sabe poco, se nota en que es... pues eso, francesa. El caso es que intenta mantener el tono juguetón e irónico del libro original de Steeman, pero no le sale porque el humor de Steeman, aun siendo belga, era muy británico, y el humor francés se parece al británico lo que un huevo a una castaña. Dejamos a un lado la sutileza y la ironía y lo apostamos todo a un humor mucho más... ¿obvio? No sé, yo me entiendo. De todos modos una cosa no quita la otra, ya digo que el resultado queda aparente, es una película muy entretenida, tiene un ritmo rapidísimo y, como además es muy cortita (apenas 80 minutos), se pasa volando.
Eso en cuanto al tono. Por lo que respecta a la adaptación en sí misma, realmente es como contarte la misma historia de un modo totalmente diferente. En la novela, el detective apenas tiene importancia, casi toda la trama y la acción se desarrolla con los personajes de la casa como protagonistas y así se mantiene hasta el final. Pero claro, estamos a principios de los años 40, las adaptaciones de Sherlock Holmes con Basil Rathbone de protagonista estaban triunfando, e imagino que ni se les pasó por la cabeza dejar de lado al detective en la adaptación cinematográfica. Así pues, aquí el rey absoluto de la función es el inspector a cargo del caso, e incluso le buscan una novia pizpireta, graciosilla y muy resuelta ella que también se meterá en la investigación y tendrá mucho que ver en la resolución del misterio (interpretada por Suzy Delair, actriz y cantante francesa de estas adorables y cuquis especializadas en comedia que, por si os interesa, sigue vivita y coleando a sus 101 años).
Total, que ya no estamos en Londres, sino en París; ya no tenemos a un Mr. Smith sino a un Monsieur Durand; nos meten a una cantante lírica gracioseta, metomentodo y a veces un poco pesada como novia del detective y nos meten a un detective que se infiltra en la casa de huéspedes que también es muy listo, muy gracioso y muy sobradillo; se inventan huéspedes y relaciones entre ellos y, por tanto, todo lo que ocurre en la pensión es completamente inventado... Comienza con la misma premisa (asesino que deja tarjeta con su nombre en las calles de París), termina con la misma identidad del culpable, pero entre medias cualquier parecido con la novela es pura coincidencia.
Y si habéis llegado hasta aquí puede parecer que no me ha gustado la película o no la recomiendo, y estaréis equivocados. Ya lo he comentado, es muy entretenida, se pasa en un suspiro y si no conoces la novela original, resulta incluso una película muy original y diferente. Es que además yo adoro el cine clásico, y a veces hasta me parecía que quería emular el toque de Ernst Lubitsch... pero claro, ni se aproxima al genio de Lubitsch ni se acerca a la novela original, y en eso está su máximo defecto, no en la película en sí misma.
Vamos, que como adaptación, no. Como película, sí. Más o menos lo de siempre. Pero si le echáis un vistazo como entretenimiento sin más y sin pensar en la novela, yo creo que os puede gustar mucho :)
Stanislas-André Steeman (Lieja, 1908-1970) fue un prolífico autor de
novelas policiacas, muchas de las cuales han sido adaptadas a la gran
pantalla. En la actualidad está considerado, junto a Jean Ray y Georges
Simenon, como el máximo exponente del género en Bélgica.
¡Cómo me gustan los libros de misterio de esta época! Ya me has creado otra necesidad, neceisto leerlo ;-)
ResponderEliminarBesos
Me gusta esta colección de Siruela. Recuperar los clásicos del género es un gustazo.
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo esperando y ahora leyéndote me recuerda muchísimo, al menos el planteamiento inicial, a El Huesped una novela que leí hace un par de años y me gustó mucho.
ResponderEliminarBesos
Pues me ha encantado esta reseña combo, sobre todo porque el cine clásico me encanta y esta peli no la conocía, al igual que la novela.
ResponderEliminarTomo buena nota ^^
Hola guapa, me voy a enfadar mucho, pero mucho, contigo... ¿Es que no puedo pasarme por aquí sin tener que apuntarme algún libro? Así no hay manera de bajar los pendientes... Pero claro, con esa reseñaza que has hecho cualquiera dice que no a un bocadito así... :) ale, pa´la "buchaca"
ResponderEliminarUn besazo
¡Ay ay ay ayyyyyy! ¡Ojiplática, boquiabierta y con las patas vueltas! babeando estoy con los ojos haciéndome chiribitas recuerdo haber visto la película, aunque no me acordaba muy bien de ella porque tuvo que ser hace tiempo; pero la reseña de la novela es brutal, la necesito, la quiero, mataré por ella...aviso 💣🗡️💊👻☠️
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
Ay amiga, es que Lubitch o como se escriba, son palabras mayores.
ResponderEliminarA ver, aun así yo me quedo antes con la peli que es cortita y tiene buen ritmo que con el libro. Más que nada porque este género no me acaba de gustar, ya lo he intentado con autores diferentes y pocas veces me convence. Claro que siendo la peli tan distinta no es que vaya a ser buena referencia para decidirme. Si lo veo le echo una hojeada.
Besos
¡Oh, maravilla! Ya sabes que tengo mis más y mis menos con esta línea de Siruela, pero si tú me dices ven, lo dejo todo. No conocía la peli ni el libro, pero me encanta lo que cuentas sobre el sentido del humor british del autor (aunque Simenon muy rumboso no era, eh?) y me gustan todos esos sospechosos por ahí, susceptibles de ser Mr. smith. Me lo llevo. Besos!
ResponderEliminarYa me has convencido... qué maravilla me encantaría leerlo!!
ResponderEliminarBesote
EStáis que os salís, ¡reseña doble! Oh, my god!
ResponderEliminarJustamente hablábamos el otro día de la editorial, así que me reitero. Pero tampoco puedo decir un No rotundo, cuando ya empezáis diciendo que os lo habéis pasado tan bien.....
Es para tener en cuenta.
Jolín......
Ni a mí me ha quedado claro si me animo o no.
Besos.
Buenas tardes, MH:
ResponderEliminarDe salida te digo ya que me la llevo. A mí también me gustan estas novelas policiacas de entreguerras, y las pelis ni te cuento. Esta adaptación no la conozco, pero no tardaré muco en hacerlo. Así, pues, mil gracias por esta fantástica reseña, que he disfrutado muchísimo.
Por cierto, lo de dejarse el sueldo en libros es algo que tenemos en común. Algo hay que hacer:)
Muchos besos!!
Cuánto que no pasaba por esta casa, chicas. Y qué gusto encontrarme con un título en combo. No hace falta que digas que te lo has pasado pipa, vaya telita, sois unas disfrutonas. A mí esta colección me llama, pero al contrario que vosotras no he leído ningún título aún de Siruela clásicos.
ResponderEliminarBesos
Supe del libro a través del blog El aventurero de papel, y la premisa de la que parte me sedujo enseguida. Veo que también a ti te ha entusiasmado. Este tengo que leerlo sí o sí. Y la peli también me apetece mucho. Estupenda reseña.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues sí, sin duda parecía que la película no te había gustado mucho...
ResponderEliminarEn cuanto al libro, pese a no parecerme nada del otro mundo, me ha llamado la atención por tu entusiasmo y por lo de que juega con el lector. Además, he leído otras reseñas que también lo pintan bastante bien. Lo pensaré ;)
Jo, ya me has picado. "El asesino vive en el 21" se viene conmigo. ¿Hacemos una porra para la lotería? ;-)
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