Título original: Il banchiere assassinato
Autor: Augusto de Angelis
Editorial: Siruela
Traducción: Alfonso Zuriaga
Páginas: 204
Fecha publicación original: 1935
Fecha esta edición: septiembre 2019
Fecha esta edición: septiembre 2019
Encuadernación: cartoné
Precio: 16,95 euros Imagen de portada: Ilustración de Mary Evans Picture Library
El comisario Carlo de Vincenzi, inspector de la Brigada Móvil de la
ciudad de Milán, está de guardia esa noche cuando recibe la visita
inesperada de un antiguo compañero de clase, Giannetto Aurigi. Este,
según le cuenta, después de asistir en La Scala a los dos primeros actos
de Aida, ha abandonado la representación para pasear al azar por las
brumosas calles y se le ha ocurrido pasar a saludarle. Todo
perfectamente normal, si no fuera porque en ese momento una llamada
telefónica informa al comisario de que en el apartamento de su visitante
ha tenido lugar un crimen... La víctima es el banquero Garlini y, tras
el hallazgo en el baño de un frasco de ácido prúsico, todas las
sospechas recaen de inmediato sobre el propietario de la vivienda.
Dividido entre su sentido del deber y la lealtad hacia su antiguo
camarada, De Vincenzi tendrá que hacerse cargo del caso.
Ya sabéis que soy muy fiel a la colección de clásicos policíacos de Siruela, con la que además llevo una racha bastante buena porque he disfrutado mucho de los últimos títulos que he leído... es de esas colecciones que (redundando) colecciono. Hoy le toca el turno a un clásico policíaco italiano que tiene el honor de ser considerado como aquel que inauguró el género de novela negra en Italia. Ahí es nada. Os cuento.
Al comisario Carlo de Vincenzi le toca hacer guardia nocturna en su comisaría de Milán. Cuando se dispone a leer un libro y a pasar la noche lo más tranquila que pueda, se presenta en su despacho Gianetto Aurigi, conocido de su época estudiantil con el que, a pesar de haber seguido caminos totalmente distintos en la vida, sigue manteniendo la amistad. A Carlo le huele mal esa súbita aparición a las tres de la mañana, sobre todo porque no parece tener un propósito fijo. Gianetto se sienta allí pálido, recordando viejos tiempos, preocupado por el dinero y las deudas, pero sin muchas ganas de hablar... y de repente De Vincenzi recibe una llamada: se ha hallado un cadáver. ¿Lugar? El apartamento de Gianetto Aurigi. ¿De quién es el cadáver? Del banquero al que Gianetto le debe una suma de dinero colosal. Carlo mantiene la compostura, no deja traslucir nada. ¿Por eso está ahí Gianetto? ¿Qué pretende? Sin informar a Aurigi del motivo de la llamada y sin informar a nadie de que el sospechoso está en su propio despacho, se dirige al lugar del crimen. ¿Es capaz su amigo de asesinar? Todas las pruebas apuntan a que sí, pero De Vincenzi no bajará los brazos hasta que esté seguro, tanto si es inocente como si no lo es.
La acción, que se desarrolla en apenas 24 horas (dejando a un lado el epílogo) asemeja una puesta en escena teatral. Salvo contadas escenas en la comisaría y algún otro apartamento vecino a la escena del crimen, no nos movemos del piso de Aurigi. Ahí es donde el autor maneja toda la investigación y a los personajes, que van desde el propio comisario y su ayudante Cruni a varios individuos que juegan su papel en el drama (el sospechoso principal, la prometida del sospechoso principal, el futuro suegro, un detective privado, los vecinos, el criado...). Lees toda la novela imaginándote un gran escenario con De Vincenzi en el centro como pilar inamovible de la historia y a los demás personajes pivotando a su alrededor mientras los va moviendo de una habitación a otra, haciéndoles entrar y salir de escena cuando le conviene para mantener siempre en el centro de la historia al sospechoso que es motivo de atención en ese momento. He disfrutado muchísimo del concepto que usa el autor, es muy visual, muy escénico y muy dinámico.
Y luego está el comisario Carlo de Vincenzi, debatiéndose constantemente entre la amistad y el deber, convencido de que algo huele muy mal en la escenografía del asesinato y cuyo único objetivo es descubrir lo que ocurrió en ese apartamento antes de que llegue el juez instructor. Tiene que demostrar la inocencia de Aurigi sea como sea porque, si llegados a ese punto no tiene pruebas de la culpabilidad de otro sospechoso, todo apuntará a Gianetto y ya no podrá hacer absolutamente nada por él. Así, en una carrera contrarreloj en la que se juega su puesto y su carrera, decide que las vías reglamentarias y legales se le quedan cortas y debe utilizar métodos no tan ortodoxos, sean cuales sean, porque su conciencia así se lo exige. Atravesará momentos de desconcierto, de angustia, de dudas... pero cada minuto cuenta y juega sus cartas como estima conveniente para llegar a sus objetivos. Durante estas 24 horas, la burocracia no es una opción. Me ha gustado mucho De Vincenzi. Muchísimo.
De todos modos os soy muy sincera. El lector en algunos aspectos va muy por delante de De Vincenzi (estoy pensando, por ejemplo, en un supuesto giro a mitad de la historia que se ve venir de lejos y no sorprende más que al comisario); además, el culpable yo creo que es bastante anticipable y que llega determinado momento en el que tampoco sorprende demasiado. Sé que hay lectores que se acercan a este tipo de misterios con la mentalidad del siglo XXI en que ya lo hemos visto todo en un libro y nada nos sorprende. No es mi caso, ya lo sabéis. Intento leerlo todo siempre desde la perspectiva de la época en que fueron escritos estos clásicos, y en esta historia (para mí) el personaje principal es tan sólido y la puesta en escena tan ágil, que es de esos misterios que disfrutas por el desarrollo más que por la resolución: el final te da un poco igual mientras te cuenten bien cómo llegar hasta él (no desmerezco el final, que conste, simplemente creo que esta novela destaca más por otras cosas).
Al comisario Carlo de Vincenzi le toca hacer guardia nocturna en su comisaría de Milán. Cuando se dispone a leer un libro y a pasar la noche lo más tranquila que pueda, se presenta en su despacho Gianetto Aurigi, conocido de su época estudiantil con el que, a pesar de haber seguido caminos totalmente distintos en la vida, sigue manteniendo la amistad. A Carlo le huele mal esa súbita aparición a las tres de la mañana, sobre todo porque no parece tener un propósito fijo. Gianetto se sienta allí pálido, recordando viejos tiempos, preocupado por el dinero y las deudas, pero sin muchas ganas de hablar... y de repente De Vincenzi recibe una llamada: se ha hallado un cadáver. ¿Lugar? El apartamento de Gianetto Aurigi. ¿De quién es el cadáver? Del banquero al que Gianetto le debe una suma de dinero colosal. Carlo mantiene la compostura, no deja traslucir nada. ¿Por eso está ahí Gianetto? ¿Qué pretende? Sin informar a Aurigi del motivo de la llamada y sin informar a nadie de que el sospechoso está en su propio despacho, se dirige al lugar del crimen. ¿Es capaz su amigo de asesinar? Todas las pruebas apuntan a que sí, pero De Vincenzi no bajará los brazos hasta que esté seguro, tanto si es inocente como si no lo es.
La acción, que se desarrolla en apenas 24 horas (dejando a un lado el epílogo) asemeja una puesta en escena teatral. Salvo contadas escenas en la comisaría y algún otro apartamento vecino a la escena del crimen, no nos movemos del piso de Aurigi. Ahí es donde el autor maneja toda la investigación y a los personajes, que van desde el propio comisario y su ayudante Cruni a varios individuos que juegan su papel en el drama (el sospechoso principal, la prometida del sospechoso principal, el futuro suegro, un detective privado, los vecinos, el criado...). Lees toda la novela imaginándote un gran escenario con De Vincenzi en el centro como pilar inamovible de la historia y a los demás personajes pivotando a su alrededor mientras los va moviendo de una habitación a otra, haciéndoles entrar y salir de escena cuando le conviene para mantener siempre en el centro de la historia al sospechoso que es motivo de atención en ese momento. He disfrutado muchísimo del concepto que usa el autor, es muy visual, muy escénico y muy dinámico.
Y luego está el comisario Carlo de Vincenzi, debatiéndose constantemente entre la amistad y el deber, convencido de que algo huele muy mal en la escenografía del asesinato y cuyo único objetivo es descubrir lo que ocurrió en ese apartamento antes de que llegue el juez instructor. Tiene que demostrar la inocencia de Aurigi sea como sea porque, si llegados a ese punto no tiene pruebas de la culpabilidad de otro sospechoso, todo apuntará a Gianetto y ya no podrá hacer absolutamente nada por él. Así, en una carrera contrarreloj en la que se juega su puesto y su carrera, decide que las vías reglamentarias y legales se le quedan cortas y debe utilizar métodos no tan ortodoxos, sean cuales sean, porque su conciencia así se lo exige. Atravesará momentos de desconcierto, de angustia, de dudas... pero cada minuto cuenta y juega sus cartas como estima conveniente para llegar a sus objetivos. Durante estas 24 horas, la burocracia no es una opción. Me ha gustado mucho De Vincenzi. Muchísimo.
De todos modos os soy muy sincera. El lector en algunos aspectos va muy por delante de De Vincenzi (estoy pensando, por ejemplo, en un supuesto giro a mitad de la historia que se ve venir de lejos y no sorprende más que al comisario); además, el culpable yo creo que es bastante anticipable y que llega determinado momento en el que tampoco sorprende demasiado. Sé que hay lectores que se acercan a este tipo de misterios con la mentalidad del siglo XXI en que ya lo hemos visto todo en un libro y nada nos sorprende. No es mi caso, ya lo sabéis. Intento leerlo todo siempre desde la perspectiva de la época en que fueron escritos estos clásicos, y en esta historia (para mí) el personaje principal es tan sólido y la puesta en escena tan ágil, que es de esos misterios que disfrutas por el desarrollo más que por la resolución: el final te da un poco igual mientras te cuenten bien cómo llegar hasta él (no desmerezco el final, que conste, simplemente creo que esta novela destaca más por otras cosas).
El
tono general de la obra es muy italiano sobre todo en los diálogos, un tanto sobreactuados
en el drama, pero precisamente eso es lo que le da el toque
diferenciador con respecto a los clásicos policíacos británicos, por poner un ejemplo, que resultan mucho más irónicos y agudos. Por lo demás, la narración es muy fluida sin mayores florituras, se lee del tirón (por
cierto, que a mi entender se hace una alusión velada a Hércules Poirot
en determinado momento de la novela... o a lo mejor estoy leyendo
demasiado a la Christie últimamente xD).
El comisario De Vincenzi vio la luz en 1935 con este caso y llegó a protagonizar unos quince libros. La producción de Angelis era tan prolífica que, para que os hagáis una idea, en 1936 vieron la luz hasta seis novelas protagonizadas por este personaje. O las tenía guardadas en un cajón a la espera de ser publicadas cuando salió el primer libro o su ritmo de escritura (y creación) era vertiginoso. El caso es que fueron quince, y si no hubiese sido por los avatares de la existencia del autor y su prematura muerte (la vida de este señor da para otro libro, con pena de prisión por oponerse a Mussolini y su propio asesinato incluidos), quien sabe cuantos más hubieran sido.
En definitiva, y por si no ha quedado claro, El caso del banquero asesinado me ha gustado mucho y su personaje principal me ha parecido todo un descubrimiento. Ojalá se anime Siruela a seguir publicando más libros de esta serie.
El comisario De Vincenzi vio la luz en 1935 con este caso y llegó a protagonizar unos quince libros. La producción de Angelis era tan prolífica que, para que os hagáis una idea, en 1936 vieron la luz hasta seis novelas protagonizadas por este personaje. O las tenía guardadas en un cajón a la espera de ser publicadas cuando salió el primer libro o su ritmo de escritura (y creación) era vertiginoso. El caso es que fueron quince, y si no hubiese sido por los avatares de la existencia del autor y su prematura muerte (la vida de este señor da para otro libro, con pena de prisión por oponerse a Mussolini y su propio asesinato incluidos), quien sabe cuantos más hubieran sido.
En definitiva, y por si no ha quedado claro, El caso del banquero asesinado me ha gustado mucho y su personaje principal me ha parecido todo un descubrimiento. Ojalá se anime Siruela a seguir publicando más libros de esta serie.
Augusto de Angelis (Roma, 1888-Bellagio, 1944) fue periodista,
traductor y autor de la famosa serie protagonizada por el comisario De
Vincenzi. Considerado por el fascismo como enemigo del régimen fue
encarcelado durante varios años. Poco después de su puesta en libertad,
murió a consecuencia de una paliza propinada por un fanático de la
República de Saló.
Aunque yo también soy fiel a los clásicos de Siruela, este no me suena haberlo visto, me lo llevo para ver si salgo de mi zona de confort y leo algún clásico que no esté escrito en Inglés o español que suelen ser mis habituales. Besinos.
ResponderEliminarAy MH, que me dejas con las ganas... :)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho eso de que parezca una obra de teatro...
Un besazo
Pese a todo lo que has disfruta de este libro para mí no es una lectura de las que ahora mismo leería, básicamente por el género.
ResponderEliminarBesos =)
La verdad es que Siruela saca unas ediciones preciosas y muy cuidadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jo...jooo...jooooo ¡Sabía que me iba a gustar! ¡Lo sabía, que lo estaba viendo!jooooooo...es, pues a la saca 🥴😂🥰💋
ResponderEliminarAy, es que yo con estos no me llevo muy bien. La verdad es que tampoco pasa nada por intentarlo pero uno que leí no tuvimos muy buena relación que se diga.
ResponderEliminarDe este me gusta que veo una ambientación diferente y a lo mejor por ahí se podía hacer algo.
Besos
Esta colección es fantástica y yo hace mucho que no me animo con ninguno de sus títulos. Este parece muy buena opción para el reencuentro.
ResponderEliminarBesos.
Hola.
ResponderEliminarEste libro lo voy a dejar pasar, no me llama mucho y ademas no es un genero que suela leer. Gracias por la reseña.
Nos leemos.
Este no lo tengo aún y ale, como te ha gustado mucho pues para casa se vendrá seguro. No sé cuantos tengo comprados y sin leer de esta colección.
ResponderEliminarBesos
Hola. Lo tengo apuntado en la lista. Estupenda reseña. Besos.
ResponderEliminarSiempre disfruto un monton tus entradas tan concienzudas y con tanto esmero, se agradece mucho! Excelente como cualquiera de todas tus entradas, un placer venir de visita.
ResponderEliminarAy, ¿pero por qué me hacéis esto? Siempre traéis libros tan interesantes que cuesta mucho resistirse. Esta colección de Siruela no la conocía. Se me ponen los dientes largos. Besos
ResponderEliminarPues me has convencido, estas novelas me encantan y no he leído nada del autor.
ResponderEliminarBesos
ESte sí me resulta tentador. Un estilo de lo más apetecible para una tarde en casa.
ResponderEliminarLo anoto, un abrazo.
No me termina de convencer esta novela que nos presentas. Besos.
ResponderEliminarPues yo también lo disfrutaría mucho, lo sé! Apuntadísimo!!
ResponderEliminarBesos
Estaba leyendo lo que comentas sobre que el lector va a menudo por delante del detective y pensaba "esta tengo que leerla, para una vez que voy a pillar el misterio antes que el prota..." XD Es que soy malísima adivinando los asesinos.
ResponderEliminarPues me has sorprendido totalmente porque no conocía a Augusto de Angelis y no sabía nada de que esta obra fuese pionera en Italia en género negro, solo por eso ya se merece toda mi atención. Por cierto, cuando dices lo de los diálogos italianos me imaginaba al comisario Montalbano y sus dimes y diretes con Catarela y los sospechosos ;-))) Besos.
Qué edición tan bonita!
ResponderEliminarBesotes