Título original: The Guardians
Autor: John Grisham
Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Nieves Calvino Gutiérrez
Páginas: 400
Fecha de publicación: octubre 2020
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 22,90 eurosAdaptación de la cubierta original de: Michael J. Windsor
En la pequeña ciudad de Seabrook, Florida, un prometedor abogado llamado
Keith Russo fue asesinado a tiros una noche mientras trabajaba hasta
tarde en su despacho. El culpable no dejó pistas. No hubo testigos,
nadie tenía un motivo. Pero la policía pronto sospechó de Quincy Miller,
un joven negro que había sido cliente de Russo.
Miller fue juzgado y condenado a cadena perpetua. Durante veintidós años languideció en prisión, manteniendo su inocencia sin que nadie lo escuchara. Desesperado, escribe una carta al Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro liderada por el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post. Post viaja por el país luchando contra sentencias injustas y defendiendo a clientes olvidados por el sistema. Sin embargo, en el caso de Quincy Miller encuentra obstáculos inesperados. Los asesinos de Keith Russo son personas poderosas y despiadadas, y no quieren que Miller sea exonerado. Mataron a un abogado hace veintidós años, y matarían a otro sin pensarlo dos veces.
Duke está tumbado, con los ojos cerrados, en un catre dentro de la celda de la muerte. En esta ocasión especial, las reglas le permiten tener un pequeño televisor a color para que vea lo que se le antoje. Lo tiene sin sonido, con las noticias por cable sobre los incendios forestales en la zona oeste. Su cuenta atrás no es una gran historia a nivel nacional.
Cuando hace veintidós años condenaron a Quincy Miller a cadena perpetua por el asesinato de Keith Russo (el abogado que llevaba su divorcio), se le cerraron las puertas de la sociedad y con estas la esperanza y la compasión. Sin dinero, sin familia y sin nadie que le apoyara, solo le quedaba cumplir con la sociedad y vivir el resto de sus días en prisión. De nada sirvió que gritara su inocencia, que las pruebas aportadas en el juicio fuesen manipuladas, que los testimonios no se ajustasen a la verdad y, entre otros elementos, que los informes periciales pseudocientíficos fueran más que dudosos. Ante este panorama judicial, y por mucho que su abogado defensor se desgañitara proclamando la inocencia al jurado, al final no se pudo impedir la sentencia condenatoria.
Se cierran las puertas y se tira la llave. ¿Qué es lo que queda? Para el protagonista de nuestra historia una última oportunidad, la que viene de la mano del Ministerio de los Guardianes, una asociación sin ánimo de lucro que salva a sus clientes in extremis. Para ellos, el "no, es imposible, ya no hay remedio" es un elemento que debe despejarse para después desecharlo y así enfocarse solo en lo factible, en la verdad y la inocencia de sus clientes. Para ello realizan todo lo necesario, trabajan y emplean todo su aliento, mueven los recursos disponibles y sacrifican sus vidas con el único propósito de llegar hasta la imparcialidad y la justicia.
En otra pared hay cinco fotografías más pequeñas de nuestros clientes actuales, todos ellos con ropa de presidiarios. Duke Rusell, en Alabama, Shasta Briley, en Carolina del Norte, Billy Rayburn, en Tennessee, Curtis Wallace, en Missisisippi.
Así pues Los Guardianes aceptan el caso de Quincy Miller, un equipo formado por el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post, la fundadora de la asociación Vicky Gourley, la directora de litigios Mazy Ruffin y el antiguo cliente François Tatum (Frankie). Todos ellos trabajan pro y para demostrar la inocencia independientemente de que se consiga resolver el caso y dan prioridad a su objetivo principal: demostrar la verdad para obtener la exculpación y la absolución de su cliente.
Hace veintidós años hallaron asesinado en su despacho a Keith Russo, un abogado de Seabrook (Florida), una pequeña ciudad de once mil habitantes. Su mujer, Diana, encontró el cuerpo tendido en el suelo con dos disparos en la cabeza de una escopeta de calibre 12. Después de la conmoción y la sorpresa, el sheriff Bradley Pfitzner se ocupó diligentemente de la investigación, que culminó con la cadena perpetua de nuestro protagonista. Un proceso de lo más interesante en el que parece que la verdad que tuvo validez para los testigos fue la que el dinero y los tratos judiciales pudieron proporcionar, porque la prueba principal se perdió en un incendio muy oportuno y las técnicas periciales también fueron más que dudosas. Así nos encontramos con Quincy Miller, un hombre de color arruinado por su divorcio y muy enfadado con el abogado que le representó en él, Keith Russo. Un proceso preparado con un previsible final, ya que a nuestro reo le pusieron en el camino las piedras que le llevaron directo a la cárcel para los restos.
Pasaron los años y el juez murió, el sheriff se jubiló y su abogado se retiró, diluyéndose el caso en el tiempo. Para los habitantes de Seabrook solo es una historia acaecida en su pasado por alguien que debe resarcirles, pero para Quincy Miller es el presente y el futuro, una herida abierta y lacerante... ¿por qué debe cumplir una penosa condena si es inocente?
En Los Guardianes, John Grisham construye y deconstruye principalmente la historia judicial de Quincy, que vendrá hilada junto a la de los otros cinco clientes en los que actualmente está trabajando la asociación. Por medio de un narrador en primera persona, el abogado y sacerdote Cullen Post, se nos da a conocer lo que sucedió, cómo y quién lo investigó y la vida de la víctima, además de otros hechos y datos recogidos en el expediente judicial que dieron forma a un conjunto de tramas en las que, según se avanza, observamos que no todo está tan olvidado y enterrado como se creía. En esta pequeña ciudad de Florida todavía viven personas a las que no les interesa que se desentierren los esqueletos que mostrarían el grave error judicial (más bien la gran manipulación) que se produjo veintidós años atrás.
El autor nos regala un thriller trepidante en el que nos invita a navegar por el sistema judicial y penitenciario estadounidense, donde los contrastes entre la justicia y la injusticia, el altruismo y la impunidad, son los vientos que hacen que el lector entre en dinámica enganchándose de una forma ágil y entretenida a los giros y vueltas de tuerca, atrayéndole de esta manera hacia una lectura adictiva en la que solo puede suspirar por un apoteósico final.
Cuando el guardia llama a la puerta, me despido y le prometo que volveré. Chocamos el puño a través de la ventana y me da las gracias de nuevo.
John Grisham (Jonesboro, Arkansas, 1955) se dedicaba a la
abogacía antes de convertirse en un escritor de éxito mundial. Desde
que publicó su primera novela en 1988, ha escrito casi una por año.
Todas sin excepción han sido best sellers y ocho de ellas han resultado ser una magnífica fuente de guiones para el cine.
Entre sus obras destacan los siguientes títulos, todos ellos convertidos también en películas de éxito: Tiempo de matar, La tapadera, El informe Pelícano, El cliente, Cámara de gas, Legítima defensa, El jurado. Sus últimas obras publicadas en España son Ajuste de cuentas, La gran estafa, El caso Fitzgerald, El soborno y Un abogado rebelde.
Hola, hace un montón de años que no leo nada de Grisham, durante mucho tiempo fue uno de mis escritores de cabecera, luego me cansé un poco y lo deje de lado, pero esta novela no tiene mala pinta y no me importaria retomar con ella al autor. Besinos.
ResponderEliminarHubo un tiempo en que leí mucho a este autor pero creo que me saturé, llevo años sin leerlo y en principio, no me animo.
ResponderEliminarUn beso
Yo también tuve una época Grisham. Lo de los inocentes en la cárcel me produce auténtico terror, ¿quién te devuelve luego tu vida? Y eso en el mejor de los casos si consiguen demostrar su inocencia.
ResponderEliminarLa verdad es que pinta interesante aunque no muy original.
Besos
No tiene mala pinta, pero no creo que la disfrutara del todo.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola! No conocía este libro, pero el autor me suena de haberlo visto en otras reseñas, me llama mucho la atención, le daré una oportunidad en cuanto pueda porque creo que este libro podría encantarme, parece una historia que atrapa enseguida con un desarrollo muy interesante. Gracias por la recomendación. Un abrazo.
ResponderEliminarPosdata: te sigo, te invito a pasarte por mi blog.
No he leído aún nada del autor y aunque esta novela pinta bien, no termina de llamarme. Si me animo con el autor, creo que será con otra de sus novelas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Originalidad mínima, pero tratándose de Grisham el enganche está asegurado.
ResponderEliminarVaya.
Besitos 💋💋💋
Jesús bendito, cuánto tiempo si leer nada del autor. Bueno, ya me lo habéis recordado, que está ahí jejeje. Gracias. Besos
ResponderEliminarAcabo de terminarme este libro, era el primero de Grisham que me leo y lo he disfrutado como una enana. Me encantaría que Post volviera a protagonizar algún otro libro junto con los Guardianes... :)
ResponderEliminarBesotes.
En tiempos fue uno de mis autores preferidos. Hace años que no leo nada suyo por pereza, ya ves tú.
ResponderEliminarPero con éste me habéis convencido. Veo, además, que es muy "jurídico". Así que hace un par de días me hice con él y no tardaré en leerlo
Besos
Griham es una apuesta segura. Tarde o temprano lo leeré.
ResponderEliminarMe gusta el género y me gusta el autor así que esta novela la tengo en el punto de mira.
ResponderEliminarBesos.
Qué nostalgia me ha entrado. Hubo un tiempo en que no perdonaba las novelas de este señor. Me hacía con ellas en cuanto salían, pero hace mucho que no leo nada de él (no por nada, dejadez más que nada). Tomo nota. Un besote!
ResponderEliminarEste autor es uno de mis eternos pendientes.Tu reseña me recuerda que tengo su novela Los litigantes, por lo que es la excusa perfecta para leerla para en 2021. Por lo que nos comentas, veo que Los guardianes es un thriller trepidante, pero también muy adictivo. Besos.
ResponderEliminarNo leí nada del autor, y es que al ser tan prolífico me ha dado siempre como pereza meter la patita en su vasta obra, sin embargo, con este libro no me importaría hacer una excepción. Las tramas carcelarias, tanto en el cine como en la literatura, siempre me han atraído poderosamente.
ResponderEliminarUn beso ;)