Título original: The Graveyard of the Hesperides
Autora: Lindsey Davis
Editorial: Ediciones B
Traducción: Gema Moral Bartolomé
Páginas: 464
Fecha publicación: junio 2017
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 21,90 euros
LIBROS ANTERIORES EN LA SERIE FLAVIA ALBIA:
De la aclamada Lindsey Davis («Emperatriz de la intriga histórica» para El Periódico de Catalunya,
«La Agatha Christie de la Antigua Roma» según Santiago Posteguillo),
creadora del queridísimo personaje de Marco Didio Falco, llega la nueva
novela protagonizada por la hija de este, Flavia Albia.
La vida
les sonríe a Flavia Albia y su pareja, Manlio Fausto. Pero el nuevo
trabajo de este como contratista comienza con un problema: en el Jardín de las Hespérides aparecen los huesos de un mozo de taberna desaparecido años atrás.
Albia
decide investigar y para ello se interna en la vida real de las calles
de Roma, donde las tabernas son burdeles, los trabajadores llevan una
existencia brutal y el juego y la extorsión están a la orden del día. Y
frente a esa realidad, Albia no puede olvidar que su propia boda y su
emocionada familia la esperan a la vuelta de la esquina.
Los dioses, sin embargo, parecen tener otros planes...
Retomo otro de mis retos atemporales, que es leer/releer la serie de los informadores Didio Falco y Flavia Albia (su hija adoptiva), ambas escritas por la británica Lindsey Davis y ambientadas en la Antigua Roma en tiempos de los emperadores de la dinastía Flavia (Vespasiano, Tito y Domiciano). En su momento decidí empezar por la de Albia porque era totalmente nueva para mí y porque su serie era muy reciente y estaba compuesta por menos libros (me he dormido en los laureles y ya va por el octavo camino del noveno, aunque en España creo que solo están publicados hasta el sexto), así que aquí estoy para hablaros del cuarto libro en la serie de los misterios de Flavia Albia, El cementerio de las Hespérides.
Estamos a finales de agosto del año 89 d.C., en tiempos del (odiado por la protagonista) emperador Domiciano. Además de su labor como magistrado, Manlio Fausto decide retomar la profesión de su familia y dedicarse a la construcción, y su primer trabajo será reformar El Jardín de las Hespérides, una taberna situada en el Vicus Longus (en un enclave llamado Decem Tabernae, que ya os cuento luego lo que era) que acaba de cambiar de manos tras fallecer su dueño. ¿Qué tiene de especial esta taberna? Que desde hace años es bien conocido que hay una moza de taberna muerta y enterrada en el patio (sin que nadie se haya preocupado mucho más por el tema, la verdad). ¿Entonces a qué viene tanto alboroto a estas alturas? Pues que cuando empiezan las obras no solo aparece el cuerpo de una mujer, sino otros cinco esqueletos más, y la cosa se complica. Son seis cadáveres nada menos, cinco de ellos desconocidos, y no hay ni una sola denuncia al respecto, nadie parece haberlos echado de menos. Raro, ¿no? Ya sabemos que a Flavia le encantan los retos, así que mientras continúan las obras, ella se hace cargo de investigar qué pasó en esa taberna, la identidad de los cuerpos enterrados en ese jardín y quien fue el autor de semejante escabechina (porque se habló en su momento del dueño fallecido de la taberna, pero si realmente fue él, tuvo que necesitar ayuda para matar a seis personas y enterrarlas en una sola noche). Aun así, y a pesar del tiempo transcurrido, Flavia lo va a tener complicado: pronto se hace evidente que hay personas que, diez años después de los hechos, no quieren que se descubra lo que pasó en la Hespérides.
Os hablo arriba de la Decem Tabernae, que en el libro se traduce como las Diez Tiendas, y es en esta región de Roma en la que tiene lugar todo el grueso de la investigación y, por tanto, el lugar que la autora se esfuerza en darnos a conocer en este cuarto libro. En ese enclave abundaban las tabernas y las casas de comida con una particularidad: que sus mozas y camareras no solo servían comida y bebida, sino que solían subir a las habitaciones de la planta de arriba cuando los parroquianos demandaban otro tipo de servicios más carnales. Si a esto sumamos que los prostitutos y prostitutas de todo sexo y condición ocupaban las mesas libres de la calle esperando a los clientes a plena vista, nos hacemos una idea de lo que era pasear por esas calles a cualquier hora del día. En ese barrio no se engañaba a nadie, todo el mundo sabía de la existencia de burdeles en las tabernas, y la prostitución se ejercía de manera discreta pero nada escondida. Flavia hace sus investigaciones en este ambiente sabiendo que ella podría haber acabado de igual manera en su Britania natal de no haber aparecido Falco y Helena para salvarla y adoptarla, y el hecho de que su hombre (como ella lo llama) no sepa de este pasado comienza a ser una losa. Sabe que tendrá que compartirlo con Fausto, que no supondrá ningún problema entre ellos, pero será cuando ella decida, no antes.
Flavia Albia sigue en su línea, con mucho carácter, mucha ironía y mucho humor, dirigiéndose al lector siempre que lo considera necesario y desplegando una personalidad como personaje que le hace muy interesante de cara al lector. A sus comentarios sarcásticos sobre las normas sociales, etiquetas, calendarios que dejan poco margen de acción, peculiaridades, idiosincrasias e incongruencias de la Antigua Roma, ahora se suman los de su nueva vida junto a Manlio Fausto, su cotidianeidad junto a él, la facilidad con la que ambos se han acoplado a pesar de ser una viuda y un divorciado que no tenían la menor intención de adentrarse nuevamente en una relación seria. A mí estos dos me encantan, os lo digo como lo siento. Cero ñoñerías, humor a tutiplén, normalidad absoluta. Son tal para cual, te los crees juntos y Manlio Fausto es un personaje fetén; me tiene ganada desde el primer libro.
No quiero ir más allá en la vida personal de Flavia Albia, aunque lo cierto es que la sinopsis resulta muy esclarecedora y quien lea la serie en orden y llegue hasta este cuarto libro ya sabrá lo que hay. Aun así no seré yo quien lo escriba negro sobre blanco en esta reseña por si acaso sois de los que pasáis de leer las sinopsis o existe la remota posibilidad de que leáis El cementerio de las Hespérides sin haber leído los libros anteriores. Solo dejo caer que las cosas siguen viento en popa a toda vela en el plano sentimental y dando pasos hacia delante en direcciones que Flavia, pocos años atrás, ni se hubiese planteado. Eso sí, por primera vez en la serie aparece su familia más allá de sus comentarios habituales en plan "aquella noche cené con mis padres y regresé andando a casa". Tampoco es que sea un despendole de apariciones, pero Flavia comparte escenas (contadas... pero haberlas, haylas) con sus padres y hermanos, e incluso en una explosión de generosidad inusitada, se nos regala el placer de leer alguna frase pronunciada por ellos. Mi escena cumbre ha sido el guiño de ojo de Didio Falco a su hija Flavia: tuve que tomarme un respiro para asimilar la emoción (nota aclaratoria: adoro a Didio Falco con toda la fuerza de la muselina de mis vestidos de Regencia. Y que conste que comparto y apoyo la intención de la autora de separar totalmente ambas series para que el padre no le quite ningún protagonismo a la hija, pero echo a Falco muchísimo de menos, qué le voy a hacer, así que estas perlitas esporádicas me dan la vida).
El cementerio de las Hespérides sigue dando alegrías a los seguidores de la serie de Flavia Albia en particular y del buen hacer de la escritora Lindsey Davis en general. Sus libros sobre una época tan concreta como la dinastía Flavia (que abarca desde el 69 al 96 d.C.) no dan muestras de agotamiento. Sigue haciéndonos caminar por las calles de Roma, oler todo lo bueno y lo malo que emanaba de ellas y conocer su día a día de una manera que deja poco margen a las idealizaciones y sí mucho espacio a imaginar el caos absoluto que era la capital del mundo. Davis sabe muy bien de lo que habla y su gran virtud radica en desplegar todo ese conocimiento a lo largo de las páginas de sus libros sin que el lector sea apenas consciente de que está asimilando toda esa información entre investigaciones, muertes, asesinatos, interrogatorios, escenas cotidianas, vinos en tabernas y momentos de asueto con los ojos cerrados mientras el sol calienta al mediodía. Y además sabe crear buenos personajes que caen bien al lector, que conectan con él y que desbordan carisma sin un ápice de artificiosidad. De su mano nos transporta a la Antigua Roma y nos guía por un periodo histórico muy concreto que no se prodiga demasiado en la ficción de este género.
De la investigación en sí misma ya sabéis que no suelo contar nada en este tipo de libros; cuanto menos sepáis, mejor. Y por si lo dudábais, ya tengo el quinto libro de la serie (El falso Nerón) esperándome. No tardaré en hablaros de él.
Lindsey Davis (1949, Birmingham, Reino Unido) estudió Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford. Pronto descubrió que su verdadero talento se desarrollaba cuando escribía novelas detectivescas ambientadas en la Antigua Roma con el inefable Marco Didio Falco como protagonista. Todos los títulos de la serie de este investigador han sido best sellers internacionales.
Entre los premios recibidos por Davis se encuentran el Author's Club First Novel en 1989, el Crimewriters' Association Dagger in the Library, el Ellis Peters Historical Dagger, el Sherlock Award for Best Comic Detective, el Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2009 y el Barcino de Novela Histórica de la Ciudad de Barcelona 2013, otorgado por el conjunto de su obra.
¿Ves como hago bien en no leer las sinopsis de los libros que estoy a punto de leer? XD
ResponderEliminarYa sabes que soy fan de Didio Falco, pero con su primogénita todavía no me atrevo, más que nada por la lista de lecturas pendientes. Besos.
Hola guapísma ya sabes (o igual no porque no te lo he contado) que yo tengo unos cuantos de Didio Falco en mis estanterias (unos cinco o seis) que leí en mi juventud junto a una amiga. Pero al final me acabó cansando ver que la estructura era siempre igual. Así que los dejé. Pero leyéndote me dan ganas de volver a ponerme con ellos...
ResponderEliminarCon su hija ni me atrevo.
Un besazo
Me divertí mucho conociendo a Didio Falco. Una idea muy original, mezclar investigación con la antigua Roma. No tengo el placer de conocer a su hija. Algún día, seguro. Besos
ResponderEliminarPues apuntado queda!!!!! Me ha llamado mucho la atención gracias a tu reseña porque no conocía ni el título ni a su autora. Muchas gracias! Saludos desde locura de lectura
ResponderEliminarHola, me tientas mucho, esa época me encanta pero no sé si me animaré, me frena que sea una serie.
ResponderEliminarUn beso
Hola, leí el primero de la serie y luego ya no continúe, por ahora no creo que me ponga con ellas que estoy metida en otro tipo de lecturas que me llaman más. Besinos.
ResponderEliminarSólo he leído un libro de la autora, sobre Marco Didio Falco, y me gustó mucho. A ver si me animo a seguir con estos libros. Pero es que son muchos también. Éste tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola 🙋♀️
ResponderEliminarQue descubrimiento, no se acerca de estos libros y no creo que yo me gustasen además no es solo uno, espero que tu los disfrutes más
Nos leemos y felices lecturas ☺️
Hola. Leí Mater Familias y me lo pasé genial. Me encantó el personaje de Flavia. Como digo soy un desastre con las sagas y muchas veces las empiezo así muy casi nunca las sigo. La verdad es que no me importaría leer otro. La otra serie ni me la planteo.
ResponderEliminarBesos
Este también va para mm marido, que seguro que le gusta. BEsos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarHa pasado mucho tiempo desde que me pasé por aquí, ¡lo siento!
No conocía esta saga, pero lo cierto es que no termina de llamarme la atención. Me alegro de que retomaras esta serie y de que la estés disfrutando :)
Besos gatunos!
Seguro que mi hermana disfrutaría de lo lindo con este libro así que me lo anoto parece un regalo perfecto e ideal para ella
ResponderEliminarMe atrae, pero si me tengo que meter ahora una serie con tantos títulos publicados me da algo.
ResponderEliminarBesos.
Buenas tardes, MH:
ResponderEliminarMira, no conozco la saga, y te agradezco que me la muestres porque la antigua roma me gusta un montón. Si además hay thriller de por medio, mejor que mejor. No sé cuándo podré ponerme con ella, pero sospecho que en verano conoceré a este interesante personaje.
Un abrazo y muy feliz semana!!