Año nuevo, cosillas que cambian. Sabéis que estoy leyendo la serie de Thomas Pitt en orden (de la autora Anne Perry), y que el año pasado me propuse leer y reseñar al menos seis libros de la serie. Lo conseguí, pero me di cuenta de que realmente el problema no era leerlos (de hecho leo el doble de libros al año de los que reseño por aquí), sino encontrar tiempo y hueco en el calendario para escribir y colgar las reseñas. Así que como realmente es un reto personal sin más que no creo que os resulte demasiado interesante, que me da la sensación de que me repito mucho en las reseñas (porque lo que más cambia en cada libro es el misterio y es de lo que menos os puedo hablar) y además creo que puedo avanzar mucho más en el proyecto de lo que lo estoy haciendo, a partir de ahora voy a hacer reseñas de dos en dos de los libros y más breves de lo normal en mí. Así no os aburro demasiado con el tema y si consigo traer diez libros por lo menos este año (cinco entradas con dos reseñas cada una), me daré por satisfecha (si son más, mejor).
Sin más, vamos con ello. Hoy tocan los libros nueve y diez de la serie: Silencio en Hanover Close y Los asesinatos de Bethlehem Road.
Título original: Silence in Hanover Close
Autora: Anne Perry
Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Jordi Giménez Samanes
Páginas: 430
Fecha de publicación original: 1988
Fecha esta edición: enero 1999
Fecha esta edición: enero 1999
Encuadernación: bolsillo
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano)Imagen de cubierta: Mary Evans Picture Library
Al inspector Pitt le encargan que reabra un espinoso caso cerrado tres
años atrás. Se trata de la muerte en extrañas circunstancias de un
hombre que trabajaba para el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuya
viuda pretende casarse ahora con un colega de su difunto marido. Lo que
el inspector y su sagaz esposa Charlotte ignoran es que detrás de todo
ese turbio asunto hay un laberinto de vergonzosas relaciones sexuales e
incluso un caso de espionaje internacional...
Estamos ante la novena entrega y la más larga de la serie hasta ahora, y además comencé a leerla en el momento apropiado, en Navidad, que es justo cuando comienza la historia (aunque luego no tiene nada de navideña). A Pitt le encargan investigar un robo con asesinato que se produjo tres años atrás en Hanover Close. El fallecido trabajaba para el Foreign Office y nunca se encontraron ni al asesino ni los objetos robados. Su viuda quiere volver a casarse y el Gobierno quiere estar seguro de que no hubo nada raro en aquel suceso (y raro aquí significa robo de documentos clasificados como alto secreto y un acto de traición al país).
Anne Perry decide abrir mucho más el abanico de personajes principales y ya no solamente son Pitt y Charlotte los encargados de involucrarse en la investigación, sino que a ellos se une Emily, la hermana de Charlotte. Tal y como os comenté en la anterior entrega, Envenenado en Cardington Crescent, Emily es ahora viuda, por lo que aunque hasta ahora había ejercido de ayudante secundaria necesaria en los tejemanejes de Charlotte gracias a su pertenencia a la aristocracia, ahora no puede hacerlo debido al periodo de luto que le obliga a no presentarse en sociedad. Pero sí puede hacer otras cosas ocultando su identidad, así que también se remanga y toma la iniciativa adueñándose de un rol mucho más protagonista que en libros anteriores. La narración me ha parecido mucho más equilibrada que en la anterior entrega a la hora de repartir páginas entre los tres personajes, y además pasamos mucho tiempo con los criados y su particular microcosmos, esa parte de una casa de la alta sociedad británica tan imprescindible que en los demás libros se trataba de manera menos personalizada.
El final cumple su función y sorprende (que lo consideres más o menos creíble y plausible ya ofrece más debate), y la autora vuelve a dar visibilidad a la hipocresía y los muchos secretos que se escondían tras los estándares socialmente aceptados de la clase alta londinense (y de los que no puedo hablar porque forman parte de ese final). En realidad la historia tiene más de un giro que sorprende y en el que entran en juego no solo las consecuencias de los métodos independientes de Pitt, sino también la corrupción de las altas esferas de la policía. Está visto que, una vez más, la autora me da una cal y otra de arena: el anterior me pareció muy normalito con cosas que no me hicieron mucha gracia, y sin embargo este me ha gustado mucho.
Eso sí, un apunte. Mala memoria la de Anne Perry, que aquí nos muestra la sorpresa de Charlotte al entrar por primera vez en la comisaría en la que trabaja Pitt cuando en Los crímenes de Cater Street, primera novela de la serie, visitó a Pitt al menos una vez en esa comisaría (creo que incluso fueron dos...). Es lo que tiene leer los libros en orden.
El sargento respiró hondo mientras lo observaba con ojo crítico. Pitt no se correspondía con la idea que el sargento tenía de un oficial de graduación superior: tenía un aspecto descuidado. De hecho vestía con franco desaliño, con la ropa mal conjuntada y los bolsillos llenos de porquerías. Era descorazonador verle. Parecía como si nunca se las hubiera entendido con las tijeras de un barbero... como mucho con unas de podar.
Título original: Bethlehem Road
Autora: Anne Perry
Editorial: Debolsillo
Traducción: Pedro Fontana
Páginas: 345
Fecha publicación original: 1990
Fecha esta edición (2ª): febrero 2002
Encuadernación: bolsillo
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano) Fotografía de cubierta: Mary Evans Picture Library
El asesinato de tres
miembros del gobierno hace cundir el pánico, y el célebre investigador
de Scotland Yard deberá enfrentarse a uno de los casos más espinosos de
su carrera...
En esta décima entrega de la serie nos encontramos con varios asesinatos de miembros del Parlamento cuando vuelven a casa de noche paseando por Westminster Bridge. La escenografía del asesinato es peculiar: son degollados y atados de inmediato por el cuello con un pañuelo a una de las farolas del puente, lo que hace que se mantengan erguidos y que no resulte evidente que están muertos hasta que alguien se les acerca lo suficiente. Lo único que parecen tener en común es que en algún momento de sus carreras políticas fueron secretarios del ministro del Interior, pero más allá de eso ni siquiera pertenecían a los mismos partidos políticos. De primeras se buscan móviles polìticos o terroristas por parte de anarquistas o de fenianos irlandeses, pero pronto resulta evidente que el motivo detrás de los asesinatos tiene que ser algo personal... y ahí es donde surge el problema que les desconcierta durante toda la novela: ¿qué motivo personal puede propiciar su asesinato si sus vidas privadas y públicas no tienen nada en común?
Los asesinatos de Bethlehem Road está ambientada en 1889, y la novela nos sumerge en el convulso y crispado ambiente político de la época (con una reforma sobre la mesa que era debatida día sí y día también en el Parlamento), el malestar social imperante en la zona portuaria de Londres y los barrios bajos del East End, los rumores constantes de tumulto y revolución y la cuestión imperecedera de la autodeterminación irlandesa. Pero además pone el foco en algo que a día de hoy se nos escapa, y es la situación legal de las mujeres tras el matrimonio. Tal y como se especifica en el libro, la mujer casada obtuvo el derecho a conservar y administrar sus propiedades el 1 de enero de 1883; hasta ese momento, en el instante en que contraía matrimonio todo lo que era suyo, hasta la ropa de su armario, pertenecía a su marido por ley. Y yendo todavía más allá, en el libro se ahonda en la causa sufragista y los problemas legales, sociales y maritales que acarreaba la militancia y asistencia a las reuniones que exigían el derecho al voto para las mujeres. Es decir, que al escoger a políticos como víctimas de los asesinatos, Perry se asegura mucho espacio en el libro para tratar todos esos temas sociales e históricos de la época que tanto le interesa siempre plasmar.
En cuanto a la investigación en sí misma, un par de cosas. La primera es que resulta imposible adivinar quién está detrás de los asesinatos porque es un personaje que aparece por primera vez cuando se descubre su culpabilidad... ya me contaréis entonces cómo vamos a conjeturar quién es (pa'milagros proféticos estamos). Lo segundo es el título. No sé si os habéis dado cuenta, pero todos los títulos de la serie de Pitt hacen alusión a la calle/plaza/callejón donde se cometen los crímenes... sin más aditivos en la versión original, aunque en España decidieron ponerse creativos y siempre añaden los "asesinatos", "crímenes", etc... Bueno, en este caso no hay asesinatos en Bethlehem Road (quien puso el título en español no se leyó el libro... se cometen en Westminster Bridge, como ya he comentado arriba). De hecho no se nombra Bethlehem Road hasta transcurridas sus buenas doscientas páginas y como de pasada sin darle importancia, pero al hacerlo de esa manera la autora está poniendo a prueba al lector y señalando con el dedo un factor primordial para la resolución del caso. Lo dejo ahí, pero me ha parecido curioso.
Y termino con otro apunte sobre la mala memoria de Anne Perry, que en este caso es más flagrante todavía porque lo que parece olvidar pertenece al libro anterior del que os hablo arriba (Silencio en Hanover Close) y de lo que, por tanto, no os puedo hablar porque os haría un spoiler tremendo. Pero vamos, sorprendente y raro.
¿Sabe, señor Pitt, que solo hace cuatro años que dejé de ser legalmente un mueble para mi marido? Una cosa, un objeto que le pertenecía como cualquiera de sus enseres domésticos, una silla o una mesa, la colada. La ley (la ley del hombre) reconoció al fin que en realidad yo soy una persona, un ser humano independiente con un corazón y un cerebro propio. ¡Cuando me hago daño no es mi marido quien sangra, soy yo!
Anne Perry nació en Blackheath, Inglaterra, en 1938. Su
escolarización fue interrumpida en varias ocasiones por los frecuentes
cambios de domicilio y sucesivas enfermedades, que la llevaron a
dedicarse apasionadamente a la lectura. Su padre trabajó como astrónomo,
matemático y físico nuclear. Él fue quien la animó a dedicarse a la
escritura. Tardó veinte años en publicar su primer libro. Durante todo
ese tiempo realizó diferentes trabajos para ganarse la vida y dedicarse
a lo que realmente era su pasión: escribir. Su primera novela sobre la
serie del inspector Pitt, editada en 1979, fue Los crímenes de Cater Street.
Anne Perry se ha consagrado como consumada especialista en la
recreación de los claroscuros, contrastes y ambigüedades de la sociedad
victoriana. Su serie de novelas protagonizadas por el inspector Pitt y
Charlotte, su perspicaz esposa, es seguida por millones de lectores en
todo el mundo.
Queridísima MH:
ResponderEliminarA mí no me aburres en absoluto, es más, desde que leo tus publicaciones de este inspector victoriano de la Perry estoy completando mi colección para hacer en orden su lectura. Eso sí, como los compro de segunda mano la cosa va despacio. Me parece genial que los reseñes de dos en dos, ya que la dinámica siempre es parecida aunque cambie el caso.
Un abrazo muy fuerte y hasta la próxima entrega!!
Hola,
ResponderEliminarme tientas pero no. Ahora mismo no puedo meterme en una serie tan larga.
Un beso
Hola, Silencio en Hannover Close, es una de mis favoritas, me encanta el papel de Emily en esa entrega. Los pequeños fallos de la autora que mencionas, yo no los había notado y es que, aunque la leí en orden, pasaba bastante tiempo entre una entrega y otra y no los recordaba. En general disfruté mucho de esta serie y aun me quedan los últimos por leer y la verdad me apetece retomarla en algún momento. Besinos.
ResponderEliminarHola! Anne Perry es lo maximo, me encantan sus historias y ambientes! Que maravilla! Esta no la lei asi que vere de conseguirla ya.
ResponderEliminarGracias y abrazasosbuhos!
¡Hola! No conocía a la autora y me ha picado la curiosidad, pero creo que este libro lo dejaré pasar.
ResponderEliminarUn saludo :)
Hola guapísima, dos al precio de uno!! jeje... Me parece bien que lo organices así si a ti te conviene más... Ya sabes que no me los voy a leer pero me encanta leer tus reseñas.
ResponderEliminarUn besazo
No piensas nada mal ambas lecturas aunque el género no sea para mí sé de alguien que quién puede disfrutarlas
ResponderEliminarMe tengo que reír con tus explicaciones. La verdad es que este proyecto tuyo es ambicioso y no me extraña que no te de la vida, es que son reseñas muy completas que no se hacen en un plis plas. De momento yo esto lo dejo ir, una trilogía ya me resulta difícil de encajar, imagina esto.
ResponderEliminarBesitos
Tengo una novela de misterio empezada, peor no consigo darle fin. No creo me lleve estas novelas.
ResponderEliminarBesos.
No he leído aún nada de la autora. Pero animarme con una serie tan larga... No sé, no sé. Y más viendo la mala memoria que muestra la autora...
ResponderEliminarBesotes!!!
No he leído nada de la autora, pero tampoco me veo iniciando serie. Y oye, yo no me canso en absoluto de leer tus reseñas tan completas, pero lo hagas como lo hagas estará bien.
ResponderEliminarBesos.
Hola.
ResponderEliminarDeberían darte un premio por tu santa paciencia com esta serie. A mí me parecen todas iguales, no tus reseñas que son estupendas y lo paso muy bien por el humor que pones y cómo lo cuentas, sino las novelas.
Habiendo escrito tantas es normal que algunas cosas se le escapen a la autora pero creo que com sus antecedentes nadie se atrevería a corregirla. Aunque en su día leí algunos y me gustaban mucho la verdad es que no la añoro demasiado. A ver si un día aparece un caso que me llame muchísimo la atención.
Besos
No he leído nunca a Anne Perry, creo que porque siempre me acuerdo de la peli de Peter Jackson y me da yuyu. Qué tontería XD
ResponderEliminarBesos.
Tú, apáñatelas como mejor te venga, que aquí estaremos para leerte. Perry es para mí otra Christie, auque a la primera la he leído mucho menos. Y eso que a la segunda, tampoco te creas que la he leído con mucha asiduidad. Me gusta un montón este proyecto que tienes entre manos, me parece un reto muy interesante para una misma. No me importaría copiarte la idea jejeje. Bueno, a lo que voy, que los dos libros son interesantes. Me has recordado que tengo uno de la autora por ahí, dando vueltas. A ver si me animo. Y qué ganas de volver a Londres. Esa foto que has puesto me ha puesto nostálgica. Besos
ResponderEliminar¡Con lo interesantes que son tus reseñas siempre, no digas que nos aburren!
ResponderEliminarPero también es verdad que si no tienes mucho que decir, hacer dos minireseñas no está mal, yo lo hago a veces.
Tienes razón en que estos libros no me interesan, pero ver tus opiniones siempre es interesante. Me sorprende la de critica política que hay, lo del título del segundo libro, así como los errores de coherencia que has detectado en las obras. ¡Menuda vista! Y que mal lo de que en el segundo caso sea imposible de adivinar el culpable.
Un saludo,
Laura.
Ya sabes que cada vez que nos traes una reseña de esta serie me arrepiento muchísimo de no haber continuado y lo que es peor, de haber donado las que tenía a la biblio porque ahora estoy segura que andaría como Undine, comprándolos los restantes de segunda mano y leyéndolos como a uno por mes.
ResponderEliminarUn beso
un beso