miércoles, 3 de febrero de 2021

RESEÑA (by MH) ::: LA DAMA DESAPARECE ::: Ethel Lina White


 
 
Título original:  The Lady Vanishes
Autora: Ethel Lina White
Editorial: Alba
Traducción: Enrique Maldonado Roldán
Páginas: 312
Fecha publicación original: 1936
Fecha esta edición: marzo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,50 euros
Diseño de cubierta: Detalle de Tren nocturno a Escocia (1932, póster publicitario)
 
Después de unas vacaciones bulliciosas en un hotel de montaña de un país sin nombre del este de Europa, Iris Carr –una joven y bella favorita de la Fortuna− coge el tren expreso a Trieste. En un vagón repleto, la única persona que no parece serle hostil es una institutriz inglesa, la señorita Froy, con la que entabla conversación. Poco después se queda dormida y, al despertar, el lugar de su nueva amiga está vacío. La señorita Froy parece haberse volatilizado: nadie en el tren recuerda haberla visto, Iris parece no estar en sus cabales e incluso el joven y desenvuelto ingeniero que la escucha solícitamente, pese a ayudarla a aclarar lo que puede o no haber ocurrido, nunca llega a creerla.
Tengo La dama desaparece en casa desde el mismo instante en que llegó a las librerías, y de eso hace ya casi cuatro años. ¿Por qué no lo he leído antes? Pues por la misma razón que esgrimí varias veces el año pasado a lo largo de mis reseñas para el reto de Todos los clásicos grandes y pequeños: porque ya conocía la historia, y prefiero dar paso a otros libros de los que no sé nada. Aun así estoy usando el reto precisamente para ir saldando deudas con estos pobres libros a la espera (además siempre termino disfrutándolos mucho aun sabiendo lo que va a pasar).
 
Iris Carr está de vacaciones juntos a su grupo de amigos en una parte indeterminada de Europa, y no son demasiado populares en el hotel en el que se alojan. Son los típicos niños mimados de la alta sociedad inglesa que actúan como si estuvieran solos en el mundo y sin pensar en las molestias que causan a la gente que les rodea con sus salidas de tono. Iris es una más de ellos y se muestra ociosa, presumida y egoísta, pero esconde un corazón generoso y compasivo que le hace preocuparse por los demás mucho más de lo que aparenta. Tras una discusión sus amigos se marchan dejándola sola, con lo que tendrá que emprender la vuelta a casa sin compañía, sin entender ni papa del idioma de la gente que le rodea, y para colmo sufre una insolación que casi le hace perder el tren. Menos mal que en su compartimento conoce a la señorita Froy, una institutriz inglesa de mediana edad que la adopta casi de inmediato. Es un poco pesada, habla demasiado, pero Iris agradece tener a alguien con quien poder hablar... Sin embargo, cuando despierta tras un agitado sueño la señorita Froy no ocupa su asiento, su maleta también ha desaparecido y lo que es peor, mucho peor: el resto de ocupantes del compartimento dicen que jamás ha existido ninguna señorita Froy y ese asiento ha estado vacío todo el tiempo. Iris sabe que no está loca (¡si hasta ha tomado el té con ella en el vagón-cafetería!) pero para que empiecen a buscar a la señorita Froy necesita demostrar su existencia, algo en apariencia fácil que demuestra ser mucho más complicado conforme pasan las horas.
 
¿Qué tendrán los libros ambientados en trenes que tanto nos (me) gustan? Y si hay asesinatos, misterios, suspense... ya es el acabóse. La situación de por sí da mucho juego: espacio cerrado en marcha (no se puede huir a ninguna parte ni hay espacios donde esconderse durante mucho tiempo), un número elevado de personas que no se conocen entre sí y con las que se impone convivencia obligatoria de una manera o de otra... Pero es que además la autora introduce en esta historia otro elemento, y es el de un tren que utilizan tanto turistas extranjeros para volver a sus lugares de residencia como lugareños, lo que añade a todo lo de arriba la imposibilidad de comunicarse entre unos y otros y de hacerse entender de una manera adecuada (que esa falta de entendimiento sea en ocasiones intencionada o no es otro cantar).

White se toma su tiempo antes de subir a Iris al tren para que no solo conozcamos el peculiar carácter de la protagonista, sino para acentuar lo aislada que está por diversos motivos (abandonada por sus amigos, incapacitada para entender nada que no sea el inglés, acostumbrada a que los demás tomen decisiones por ella y supeditada al desagrado que sienten por ella el resto de turistas ingleses que hay en el hotel). Todo ese aislamiento se intensifica al subir al tren y verse encerrada en su compartimiento con otras seis personas con las que no puede comunicarse a excepción de la inglesa señorita Froy, que se convierte en su punto de referencia dentro del tren, su única posibilidad de establecer cualquier tipo de trato y de la que, gracias a su enorme locuacidad, sabe muchas cosas en muy poco tiempo. Por eso cuando desaparece se niega a aceptar que no existe, se niega a claudicar cuando le dicen que la ha soñado, se niega a bajar los brazos y a dejar de luchar por ella: si existe la más mínima posibilidad de que le haya pasado algo, tiene que ayudarla y llevársela de vuelta a sus ancianos padres y a su perro, que la están esperando tras muchos meses separados de ella. Ese corazón generoso y compasivo que queda oculto cuando está con sus frívolos amigos sale a la luz para ayudar a una mujer que es casi una desconocida para ella.

Pero claro, volvemos al tema principal... ella es la única que parece haber visto a la señorita Froy, y su testimonio por sí solo no sirve. Si todos dicen que no existe y solo ella dice que sí, ya sabemos en qué puede acabar todo (¡menuda neurótica la inglesita esta!). Así que ahí tenemos a la pobre Iris, tren p'arriba, tren p'abajo, que solo sabe hablar inglés y está rodeada de personas que no hablan su idioma, y aquellos que sí lo hablan no quieren saber nada de ella ni ayudarla por malentendidos antes del viaje o por razones personales que Iris desconoce. A eso se añade su insolación, que percibe comportamientos raros entre sus compañeros de viaje y que, tal y como digo arriba, no hay lugar físico donde esconderse ni desaparecer. Al fin y al cabo es ella contra todo el mundo dentro de ese tren, y aunque se empeña, se empeña y se empeña, llega un punto en que le hacen dudar de sí misma: el tren va completamente lleno, se ha revisado de arriba abajo, y la señora Froy no está en él. ¿Y si no existe la señora Froy? ¿Y si ese maldito golpe de calor le hace tener alucinaciones? ¿Y si lo ha soñado todo? Porque la incapacidad de demostrar que esa mujer viaja en el tren hace que Iris se cuestione tanta insistencia en enfrentarse a todo el tren por una personal que al fin y al cabo ni le va ni le viene.

No os voy a contar nada de sus compañeros de viaje ni de los demás personajes que secundan a Iris en ese tren. Creo que es mejor ir conociéndolos conforme se va avanzando en la lectura e intentar adivinar su importancia en la trama y sus intenciones ocultas para tomar las decisiones que toman. Tal y como os comento yo ya conocía la historia, conocía el misterio, conocía el desenlace y conocía el papel que jugaban los personajes en toda la historia, y aun así he disfrutado mucho de la novela. Si soy sincera creo que hubiese adivinado el misterio sin problemas sin conocer la historia con antelación (la verdad es que cualquiera acostumbrado a leer misterios clásicos lo adivinaría, no digo más), pero aun así se lee con muchísimo interés, la narración es ágil y muy visual (te mete de cabeza pasillo arriba, pasillo abajo dando codazos y metiendo las narices en los compartimentos), los diálogos están fantásticamente usados para desestabilizar a la protagonista, y además la autora usa a un personaje (que a mí me encanta, por cierto) para lanzar teorías y contrateorías sobre lo que ha podido ocurrir. El lector va por delante de Iris porque tiene información que ella no tiene, así que no solo se imagina la impotencia de la situación en la que ella está sino que le anima mentalmente a ser capaz (¡si le dejan!) de atar cabos y dar respuesta a la cuestión principal: si realmente existe la señorita Froy, ¿qué le ha pasado?

No puedo terminar la reseña sin hablaros de las adaptaciones cinematográficas. Hay al menos tres (que yo sepa): la más conocida (y nada fiel) de todas, Alarma en el expreso, dirigida en 1938 por Alfred Hitchcock; otra (que no he visto) de 1979 protagonizada por Cybill Shepherd (la actriz de Luz de Luna); y la más reciente, que es la culpable de que haya retrasado tanto la lectura del libro porque la vi cuando se emitió en televisión en su día y leí que era bastante fiel a la historia original (y lo es en lo importante con las licencias típicas del cine). Se estrenó en 2013 en el canal británico PBS y es muy entretenida, a mí me gustó mucho (os dejo el tráiler).



Ethel Lina White nació en Abergavenny (Monmouthshire, Gales) en 1876, hija de un inventor. Trabajó en el ministerio de Pensiones al tiempo que escribía novelas y cuentos. En la década de 1930, fue tan famosa como sus contemporáneas Dorothy Sayers y Agatha Christie, especialmente después de que algunas de sus obras fueran adaptadas al cine. La dama desaparece (1936) fue llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1938 (en una película que en España se tituló Alarma en el expreso) y por Anthony Page en 1979. Hitchcock adaptó asimismo un cuento suyo (An Unlocked Window) para su serie de televisión Alfred Hitchcock presenta. Su otra novela más conocida es Some Must Watch o The Spiral Staircase (La escalera de caracol) (1933), que fue llevada al cine en 1946 por Robert Siodmak y en 1975 por Peter Collison. Otras obras suyas son Put Out the Light (1931), Wax (1935), The Third Eye (1937) y While She Sleeps (1940). Murió en Londres en 1944.

28 comentarios:

  1. Hola guapísima, veo que al final acabaste leyéndola, jeje... El año pasado la reseñé para este mismo nivel en la premisa de clásico cinematográfico, y ya me comentabas que todavía no la has leído. Veo que coincides plenamente conmigo. Tengo que hacerme con la peli de 2013 a ver qué tal.
    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, guapa! Siiiiii, por fin lo he leído... jajaja. Que no era por falta de ganas, sino por lo que comento, que como conocía la historia y la resolución lo he ido dejando pasar. Pero vamos, que lo he disfrutado un montón igualmente y quiero ver otra vez la película en cuanto pueda (por cierto, sobre la peli de 2013 luego te escribo).

      ¡Besote!

      Eliminar
  2. Hola. Me gustó mucho y eso que a mí lo de los trenes acaba por agobiarme en estas historias, quiero que salgan. La verdad es que haces bien de no decir mucho de los secundarios porque le dan mucha vidilla. Me gustó especialmente el desenlace. Tengo que ver esa adaptación moderna.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Norah! Uy, pues cuando son misterios sí que me gustan las ambientaciones en trenes, dan mucho juego :) Y no, he preferido no desvelar ni un solo secundario, es mejor no saber lo que te vas a encontrar.

      La adaptación moderna solo se puede ver en vose, nunca se ha estrenado en España (que yo sepa).

      ¡Besote!

      Eliminar
  3. Esa última adaptación no la he visto. Tendré que verla. Me gustó bastante esta novela, aunque se me hizo algo previsible.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Margari! Sí, es lo que comento en la reseña, es previsible y creo que resulta fácil descubrir el pastel con adelanto, pero aun así resulta una lectura muy entretenida y el libro vuela en las manos. Aun esperándolo todo lo he disfrutado mucho.

      Sobre la peli, te comento lo mismo que arriba, hay que buscarla en vose porque a España no ha llegado.

      ¡Besote!

      Eliminar
  4. Querida MH:
    Tengo el libro muerto de risa en casa sin leer. No he visto ninguna de las adaptaciones, pero ya sabes lo que ocurre con los libros, los compras para no quedarte sin ellos...No pensaba leer la reseña completa para no condicionarme, pero no he podido evitar llegar hasta el final. No sé si el libro será tan apasionante, pero tu resaña así lo muestra.
    Con respecto a la última adaptación, ¡cómo puede ser que yo no lo haya visto!
    Un abrazo grande y enhorabuena por esta reseña SUPER!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Undne! Mira, es que no sé si es el síndrome de la compradora de clásicos, pero me ha pasado tantas veces lo de dejar una compra de este tipo de libros para luego encontrármelo descatalogado, que prefiero tenerlo en la estanteria el tiempo necesario. Ya le encontraré hueco, pero que esté ahí :)

      El libro no sé si puede considerarse apasionante, pero muy entretenido sí que es. Y la peli ya la tienes, así que ya no hay excusa :))

      ¡Besote!

      Eliminar
  5. Me lo llevo apuntadísimo =)

    Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Shorby! Pues si te animas ojalá lo disfrutes mucho, a mí me parece una lectura de lo más entretenida :)

      ¡Besote!

      Eliminar
  6. Hola, como habia visto varias veces Alarma en el expreso la verdad es que no tenía mucha prisa por leer la novela, aunque si dices que en la película no es nada fiel ( cosa que no me extraña viniendo de Hitchock, que parece que se toma mucha libertad en la adaptación de novelas) me la apunto para leerla más adelante. Me suena mucho también la adaptación de 1979, así que posiblemente la haya visto por la tele. La de 2013 no la conozco, pero tomo nota. Besinos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Mar! La peli de Hitchcock no se parece en nada (me estoy acordando ahora mismo de una escena concreta que no pintaría nada en este libro... jajaja). Pero es lo que dices, las adaptaciones de Hitchcock no se llevarían un premio a la fidelidad. La de 1977 ni idea de cómo será, pero la de 2013 a mí me gustó mucho.

      ¡Besote!

      Eliminar
  7. Una lectura muy interesante me noto ahora las adaptaciones porque ahora mismo no me veo leyéndolo pero pinta bien

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! Pues si ahora no te ves, a otra cosa mariposa, que hay más libros que peces en el mar :)

      ¡Besote!

      Eliminar
  8. Ya quiero subirme a ese tren!!! Si pudieramos ingresar en los libros realmente, que felicidad!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, búhos! Nos subimos, pero que no nos toque ser la mujer que desaparece, ¿eh? jajaja.

      ¡Besote!

      Eliminar
  9. Bueno pues no hay duda de que es un libro a tener muy en cuenta.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Inés! Es un misterio clásico que puede resultar predecible con lo estándares de hoy en día y tanto que llevamos leído, pero aun así el desarrollo de la historia es muy entretenido y eso tiene mucho mérito.

      ¡Besote!

      Eliminar
  10. Hello,

    Lo leí el año pasado para vuestro reto y también me gustó... Sobre todo como la autora se toma su tiempo al principio para describir la situación de cada personaje, algo que nos ayuda a entender mejor su conducta más tarde en el tren y su forma de proceder...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Ana Belén! Siiii, se toma su tiempo para subirse al tren, se toma muchas molestias en presentar a los personajes y sus particularidades para que luego se entienda bien todo lo que ocurre en el tren y por qué.

      ¡Besote!

      Eliminar
  11. Pues yo no conozco la historia y ese tren me seduce muchísimo, vamos que estoy por sacar billete ahora mismo. Poco importa que el misterio pueda ser fácilmente deducible, lo importante es disfrutar del camino lector, no todo van a ser misterios irresolubles.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Manuela! Exacto, el misterio en sí mismo es predecible, pero el camino hasta llegar a su resolución se disfruta mucho y la ambientación en el tren es muy atmosférica con sus compartimentos privados, su vagón-restaurante y lo claustrofóbico que puede llega a ser no poder no poder salir de ahí por mucho que quieras.

      ¡Besote!

      Eliminar
  12. Conocía la de Hitchcock y no sabía que no era fiel, de la más reciente no tenía ni idea. Conozco el argumento y...no sé, pese a lo que nos cuentas no me termina de llamar la atención.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Laura! No, qué va, la de Hitchcock no es nada fiel (Hitch nunca lo era con sus adaptaciones), la última de 2013 se acerca mucho más a la novela. De todos modos si no te llama la atención, a otra cosa mariposa :)

      ¡Besote!

      Eliminar
  13. También a mí me seducen mucho las historias que transcurren en un tren, y dada las altas dosis de misterio que tiene, me lo llevo bien apuntado.

    Un beso ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Ray! A mí me encanta este tipo de ambientación y si es relacionada con un misterio, muchísimo mejor. Si acabas leyéndolo espero que lo disfrutes :)

      ¡Besote!

      Eliminar
  14. ¡Hola, Ana! Coincidimos entonces en impresiones :) A mí también me encantan tanto el género como la editorial, y esta colección en concreto de Rara Avis es maravillosa.

    ¡Besote!

    ResponderEliminar
  15. Hola! Pues nada, ya he leído el librito, ya he escrito y publicado la reseña, y ahora me paso tranquilamente por aquí para leer la tuya y comentar a gusto. Me pasa como a ti, que me encantan las historias que trascurren en un tren, además de lo que tú señalas, es que es tan romanticista... Aunque Mrs. White utiliza este escenario para recrear una atmósfera sofocante y casi claustrofóbica, con el tren abarrotado, el poco espacio para moverse y todos esos rostros sucios de hollín (¡los trenes de la época!) que no le dejan moverse a una.
    Me ha gustado mucho esa crítica al patrioterismo inglés (las hermanas que se visten para cenar en honor a Inglaterra, jajajajaja) y ese desprecio de algunos personajes por cualquier otro idioma que no sea el suyo. En cuanto al thriller psicológico, me ha parecido muy original e inteligente la estrategia de la autora de, como bien señalas, darle toda la información al lector para que sepa más que la protagonista: es angustiante que nadie crea a Iris cuando nosotros sabemos que Froy existe y, todavía peor, sabemos dónde está y qué le ha sucedido.
    No he visto ninguna de las pelis, quizás me anime. Besotes!

    ResponderEliminar