Título original: Parnassus on Wheels
Autor: Christopher Morley
Editorial: Periférica
Traducción: Juan Sebastián Cárdenas
Páginas: 184
Fecha publicación original: 1917
Fecha esta edición (6ª): marzo 2014
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,75 euros
Imagen de cubierta: @GettyImages
Prepárese para entrar en un mundo
único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la
segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de
paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos
automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a
Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre
ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen
McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la
aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los
encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán
la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.
Desde
que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917
han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el
reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los
pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién
sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los
abedules.
Llevaba tiempo detrás de releer La librería ambulante, así que cuando vi que era una de las propuestas que nos hacíais para nuestro reto de Netherfield en el sorteo de aniversario que realizamos anualmente en el blog, supe que había llegado el momento. Es de esos libros que dan paz y se leen con una sonrisa que ilumina la cara, dos virtudes que hoy en día son como maná en el desierto y alegran un poquito el alma.
Estamos a principios del siglo XX en la zona rural de Carolina del Norte. La protagonista de la historia es la señorita Helen McGill, una mujer que ronda los cuarenta años y vive con su hermano Andrew en una granja que les permite vivir honrada y holgadamente pero que exige una dedicación exclusiva, dedicación que empieza a verse mermada por parte de Andrew cuando no solo decide escribir un libro, sino que se convierte en una celebridad literaria y su modo de ver la vida inspira a muchos de sus lectores. Su afán por documentarse para otros libros le hace desaparecer durante meses y, cuando está en la granja, se pasa los días encerrado escribiendo. Helen empieza a estar muy harta de la situación, así que cuando un hombrecillo llamado Roger Mifflin aparece en su puerta con una librería ambulante y la firme intención de vendérsela a su idolatrado Andrew McGill, Helen sabe que debe hacer algo de inmediato. Una librería ambulante es lo bastante extravagante como para captar la atención de su hermano, y si la compra y se lanza a la carretera en ella, ¿quién va a ayudarle en la granja? Decide darle una lección y de paso tomarse esas merecidas vacaciones que no ha disfrutado en más de una década. Es ella la que compra el carromato literario ambulante y la que se sube a él con la firme intención de vender libros por los caminos acompañada de Roger Mifflin... y, aunque todavía no lo sabe, Helen acaba de tomar una decisión que cambiará su vida por completo.
PARNASO AMBULANTE DE ROGER MIFFLIN
Sabed, amigos, que tiene mi percherón
Más de mil libros, antiguos y de ocasión.
Del hombre los mejores amigos son.
Los libros que atiborran este gran vagón
Libros para todos los gustos son,
De líricos versos a Las Musas,
De buena cocina y agricultura,
Novelas apasionadas de prosa pura.
Cada necesidad tiene su libro justo
Y los nuestros te dejarán a gusto.
Jamás habrá librero que dé alcance
A los finos libros de este Paraíso ambulante.
¿Qué os puedo contar sobre esta novela de manera muy breve pero transmitiendo lo reconfortante de su lectura? Pues que estamos ante un road trip en toda regla a bordo de un carromato repleto de buenos libros que también hace las veces de casa a cuestas en la que no faltan el perro ni el caballo con más paciencia que un santo. Que esté ambientado en la América rural de principios del siglo XX supone todo un plus, y que sus protagonistas sean un personaje tan carismático, sabio, chispeante y rebosante de personalidad como Roger Mifflin (aka el señor Barbarroja), y una mujer tan valiente, curiosa y apasionada como Helen, solo puede traer cosas buenas y regalar momentos para el recuerdo.
La librería ambulante derrocha optimismo, buen rollo y amor eterno e incontestable por los libros y por las nuevas vidas que hacen vivir a sus lectores. Se lee con una sonrisa en la boca y es el refugio ideal para un momento pocho o un día de esos que te suplican alejarte del mundanal ruido. Huye como de la peste de pretenciosidades varias y apuesta por una historia sencilla, amable, tierna, divertida y achuchable de esas que llegan al corazón. De paso vivimos unas cuantas aventuras junto a Helen, unas más peligrosas que otras, pero como es de esos libros donde sabes que todo va a salir bien y el happy ending está asegurado, pues recibes a los bandoleros o al hermano perseguidor de la misma manera que recibes una buena conversación junto al fuego: con el alma feliz y una pizca de curiosidad por saber cómo va a terminar todo.
Roger Mifflin adora su vida, se lo pasa bien recorriendo caminos, haciendo paradas en granjas o montando un espectáculo en medio de una ciudad. Contagia su entusiasmo incluso a aquellos que jamás se les hubiera pasado por la cabeza gastarse unos chelines en algo tan prescindible como un libro, y tiene muchas, muchas frases de esas que cualquier amante de la metaliteratura recibe como agua de mayo, ya sea sobre el beneficio de la lectura o el dudoso conocimiento de los editores sobre lo que es un buen libro. También aparecen innumerables alusiones a autores y libros clásicos (no podía ser de otra manera dado el año en que fue publicado) y, aun así, de todo lo que dice este pelirrojo picarón que se las sabe todas me quedo con la proclama antiesnob que hace de la literatura como el privilegio de unos pocos y su entusiasta defensa del acercamiento de la literatura a las zonas rurales y las gentes sencillas y trabajadoras que viven apartadas en granjas sin ningún acceso a la cultura. Si no les llevas los libros a casa jamás tendrán la oportunidad leerlos y conocerlos. Los libreros se ríen de él, los editores no quieren saber nada de su carromato ambulante, pero este hombrecillo entusiasta hace mucho más por la literatura que todos ellos juntos.
Solo tengo otra novela de Christopher Morley reseñada en el blog, Kathleen, que también os recomiendo encarecidamente. Morley era una auténtica delicia de persona y eso se palpa y se siente en su obra, que es tan deliciosa como él. Cuando busquéis un libro que os sosiegue el espíritu, que os haga evadiros de esa sociedad que tan bonita nos está quedando y os devuelva la fe en la humanidad sin dejar de repartir sonrisas, no dudéis en acercaros a él. En La librería ambulante subimos al Parnaso, nos arrellanamos en un huequecillo del pescante entre Roger y Helen y nos dejamos arrullar por lo bonitas que pueden resultar las cosas cuando nos lanzamos a vivir una aventura en la compañía adecuada. Si hay libros de por medio, es la perfección absoluta.
En resumidas cuentas, y como diría el bueno de Roger... ¡Por los huesos de George Eliot! ¿A qué estáis esperando para leerlo?
Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. Estudió
en Harverford College, donde su padre trabajaba como profesor de
matemáticas. Posteriormente, se matricularía en la universidad inglesa
de Oxford para estudiar historia moderna durante tres años (época que
contaría en su novela autobiográfica de 1931 John Mistletoe). En 1913,
de vuelta en Estados Unidos, se instaló en Nueva York y comenzó a
trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría,
recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los
periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela, La librería
ambulante, fue publicada en 1917, y en 1919 apareció The Haunted
Bookshop (próximamente en Periférica). Su novela Kitty Foyle, publicada
en 1939 y trasladada al cine con el mismo título (en España como
Espejismo de amor), fue uno de los grandes éxitos de crítica y público
del momento. Y su protagonista, Ginger Rogers, obtuvo un Oscar por su
papel como Kitty. Inteligente, lúcido y sofisticado, fue un escritor de
éxito y al mismo tiempo un escritor de culto. Se ha dicho de él,
comparándolo con Noel Coward, que su refinamiento era indudablemente
británico. Sutil humorista, dijo de sí mismo que amaba tanto a
Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin
embargo, su dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt
Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de
distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.
Queridísima MH, qué bonita reseña nos traes hoy. Es cierto que esta novela alegra el alma y que es fiel reflejo de una persona buena. Yo he leído las mismas dos obras que mencionas del autor, y no puedo estar más de acuerdo con tus palabras. Hoy más que nunca nos hace falta este tipo de lecturas.
ResponderEliminarUn beso grande!!
¡Holaaa!
ResponderEliminarPues me encanta todo lo que cuentas del libro, no es la primera vez que lo veo y cada vez estoy más convencida de que tarde o temprano lo leeré. El hecho de que sea un road trip, que deje tan buen sabor de boca y sea tan positivo, que respire amor por los libros... ains, todo eso me conquista ^^
¡besos!
Pues mira, lo tengo en casa desde hace mil y me has dado el empujón que me faltaba para ponerme con él. Acabo de sacarlo de su sitio en la estantería para colocarlo junto a los libros que voy a leer este verano. :)
ResponderEliminar¡Besos!
Me ha parecido una reseña sumamente interesante creo que cualquier lector disfrutaríamos de este carromato ambulante
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía este libro y, aunque hablas muy bien de él, no termina de llamar mi atención. Quizás se deba a que estoy medio peleado con los clásicos, jaja. Igual no descarto leerlo en el futuro.
No conocía tu blog, pero sin dudas me quedo por aquí, ¡tienes nuevo seguidor!
¡Nos leemos!
Hola!!!
ResponderEliminarUna delicia de libro, muy de acuerdo con tu reseña. Ahora, Una librería encantada.
Abrazos
Yo adoro a Roger Mifflin !!!!!!! Es una historia mágica gracias por tu entrada tan bonita.
ResponderEliminarSaludosbuhos.
Hola. La palabra librería es una luz irresistible. Luego es verdad que te encuentras de todo, algunas no funcionan pero las que sí, son mágicas. Este se ve que es de esos libros que curan, y son muy valiosos. Lo tengo apuntado en la lista desde hace mucho y mira, me parece un buen momento para leerlo.
ResponderEliminarBesos
Hola. Cuánto me ha gustado leer esta reseña! Para mí, este libro es de esos libros refugio. Al que regresas aunque sea para leer unos capítulos cuando te apetece algo conocido, agradable, que te haga sentir bien... Me es muy especial. Quiero mucho a sus personajes y leyendo lo que cuentas ha sido un poco como volver a la historia. También he leído Kathleen que me hizo reír y pasé muy buen rato también con esa lectura, aunque quede lejos de La librería ambulante también está dentro de la tipología de libros con encanto. Sí que he de decir que leí La librería encantada (continuación de La librería ambulante) y me decepcionó sobremanera, algunos aspectos de ella sí disfrute pero en general no fue una gran lectura para mí. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué acertada descripción! "un libro que os sosiegue el espíritu"
ResponderEliminarEstupenda reseña para una novela que los amantes de los libros disfrutamos infinito.
Un abrazo.
Hola, hace Años leí la librería encantada, la continuación de este y no me convenció, no se si es que me faltaban datos, esta la tengo pendiente que me llama mucho más. Estupenda reseña. Besos.
ResponderEliminarMe has recordado que lo tengo que leer. A ver si lo consigo pronto y lo uno a las nuevas adquisiciones. Besos.
ResponderEliminarAy, me encanta esta novela. La leí hace muchos años y ahora, con tu entusiasta reseña, me entran ganas de volver a leerla. "Kathleen" es muy divertida, pero "La librería ambulante" es más especial, quizás por ese toque tan cálido y de amor por los libros, no lo sé. Es una maravilla de librito y sus personajes son geniales y muy charming. Eso sí, leí la segunda parte, "La librería encantada", y me pareció que perdía ese toque tan especial. Besos.
ResponderEliminarHola querida, leí Khathleen por recomendación tuya y me encantó. Tengo La librería ambulante en el kindle. No pensaba leerla este año, porque tenía ya preparadas las lecturas del reto, pero como estoy un poco de bajón igual es una oportunidad cambiar esa programación y adelantarla...
ResponderEliminarMe ha encantado lo que has contado...
Un besazo