Título original: Muerte dulce
Autor: Félix G. Modroño
Editorial: Algaida
Autor: Félix G. Modroño
Editorial: Algaida
Páginas: 400
Fecha publicación original: 2009
Fecha esta edición: octubre 2016
Fecha esta edición: octubre 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19 euros Diseño de cubierta: masgrafica.com
Balmaseda, 1683. Pedro Urtiaga acaba de ser envenenado. En sus últimas
horas de vida escribe a su amigo, el doctor Zúñiga, anunciándole su
inminente fallecimiento y suplicándole venganza. Este viajará a tierras
vascas para averiguar la identidad del asesino. Pronto descubrirá que su
muerte no solo tiene que ver con el vino, sino también con una partida
de naipes de un juego recién nacido: el mus. Leyendas ancestrales,
mujeres enamoradas y falsas apariencias se enredarán en esta trama -en
la que los acontecimientos se suceden sin tregua para el lector-
relatada sin artificios con una prosa limpia y magnética.
Félix G. Modroño se ha convertido en lectura actual de mis veranos, y el si el año pasado por estas fechas os traje La sangre de los crucificados, la primera entrega de la trilogía protagonizada por Fernando de Zúñiga, ya avisé que este año volvería con la segunda, Muerte dulce. Llevo un 2021 poco acorde a mis (auto)promesas de reseñas, pero por una vez, y sin que sirva de precedente, cumplo. Os cuento.
La trama transcurre en 1683, unos meses después de los eventos que sucedieron en la primera novela, y además lo hace con el asesinato de un personaje que, al final de La sangre de los crucificados, adquiría cierta relevancia por un hecho que no os puedo revelar. El caso es que ese personaje, Pedro Urtiaga, escribe una carta en sus últimas y agonizantes horas a su buen amigo Fernando de Zúñiga informándole de que le han envenenado y que haga todo lo posible por encontrar a su asesino. Estos dos amigos no acabaron en muy buenos términos en la anterior entrega, pero una amistad de tantas décadas todo lo puede y allá que se va don Fernando a investigar y, si es posible, vengar la muerte de Urtiaga. Sus pasos le llevarán a tierras vizcaínas y lo hará en buena compañía, pues a su ya fiel escudero Pelayo se unen su hija Leonor(que abandona el convento por un tiempo indecisa sobre su vocación) y su ama de llaves, Isabel. ¿Qué encuentran en Bilbao? El nacimiento del mus, un juego de cartas muy especial que apela al honor en el que no siempre gana quien tiene los mejores naipes. Una ofensa al mus puede provocar desagravios con terribles consecuencias, y en una partida muy concreta parece radicar el germen del misterio que deben desentrañar Zúñiga y Pelayo.
A Modroño le tiran mucho sus dos tierras (la natal y la de adopción), asi que si en La sangre de los crucificados nos llevó de viaje a Sevilla, en Muerte dulce nos lleva a tierras vizcaínas. Se mueve sobre todo entre Balmaseda y Bilbao, pero me ha hecho especial ilusión cierta escena en San Juan de Gaztelugatxe, lugar maravilloso donde los haya que tendrá siempre el dudoso honor de ser la incomparable ambientación para mi rotura de menisco :) En fin, que el marco de la novela es fantástico, como siempre, y el uso del lenguaje traslada al lector a la época de una manera natural, sencilla y elegante. Modroño escribe muy pulcro y hace fácil lo difícil, además de que se palpa el trabajo de estudio de localizaciones que hay detrás. Muchas cosas las conocerá porque es su tierra, pero otras necesitan de pisar sobre el terreno y patear mucho.
Me ha hecho ilusión reencontrarme con Zúñiga y Pelayo, dos personajes que se hacen querer porque son cercanos, te los crees y son buena gente, lo que no quiere decir que sean perfectos. El primero (que sigue fiel a su lema de que lo que otros llaman suerte, él lo llama intuición aderezada de sentido común) ya tiene los achaques de la edad, sigue anclado en el dolor del pasado sin ser consciente de las alegrías que podría darle el presente y se le disparan algunos arranques de genio. Ya lo dije en su primera andanza literaria, es un hombre bueno y honrado, muy inteligente, pero también tiene sus grises, como todo el mundo. Pelayo es todavía muy joven, inocentón e ingenuo, aunque se va espabilando sobre la marcha y estas aventuras junto a don Fernando le están abriendo los ojos a un mundo que hasta ahora no veía más allá que desde su limitada labor de criado en Zamora. Los lazos entre ambos, que siguen abrazando el patrón de maestro-discípulo, evolucionan a marchas forzadas a unos que más parecen de padre e hijo y, aunque ni ellos mismos se den cuenta, el cariño y el respeto es palpable y mutuo. Aumentando su protagonismo, también se asoman a esta novela Leonor, la hermosa hija pequeña de Zúñiga, e Isabel, ama de llaves enamorada desde siempre de su señor y que vale un potosí. ¿Podría decir que la comida es otra protagonista de la novela? Venga, lo digo. Lo es. Se nota que a Modroño le gusta el buen comer, ese que tiene sus raíces en la misma tierra donde se cocina y que insufla de felicidad el estómago. Lo transmite cada vez que los personajes se sientan a la mesa :)
¿A qué se refiere la muerte dulce del título? Por un lado a algo de lo que no os puedo hablar porque se desvela muy avanzada la historia, y por otro a esa forma de ganar al mus que se define, entre otras cosas, como poética. Y es que el mus, que funciona como hilo conductor a lo largo de la novela, tiene un gran protagonismo en la historia, que se ambienta unos sesenta años antes de la primera mención histórica al juego en 1745. Es decir, que Modroño aquí nos cuenta su versión sobre el surgimiento del juego, versión que seguramente se acerca mucho a la realidad pero que no deja de ser una interpretación ficticia al no existir registros ni fechas sobre el momento exacto en que empezó a jugarse en las tabernas. Y lo admito, la única pega que puedo ponerle a la historia es que, sintiéndolo mucho, no soy aficionada a los juegos de cartas y en mi vida he jugado al mus. Desconozco por completo sus reglas y estrategias y, sinceramente, los fragmentos en que se explican de manera bastante extensa y profusa me han parecido un tostón. Imagino que quien guste de este juego en particular o de los juegos de naipes en general se lo pasará pipa leyendo tamaña disección sobre los lances o los orígenes de este juego, pero no ha sido mi caso (orígenes aceptados casi unánimamente como vascos aunque hay teorías que discuten este punto). Lo que sí se percibe es la pasión del autor por este juego de cartas, no concibo este libro sin que sea así.
Dejando mi ignorancia y desconocimientos a un lado, Muerte dulce se lee del tirón, algo común a todas las novelas de Modroño (al menos las que yo he leído hasta ahora). Confieso que intuí la inspiración para los asesinatos bastante antes que el protagonista, pero no el final propiamente dicho no, y el modo en que se llega a él es lo que cuenta. Una novela muy entretenida llena de intrigas, secretos y aventuras, ideal para disfrutar del recorrido que nos hace el autor por tierras vizcaínas y que te deja con muchas ganas de leer la última novela de la serie. Y aquí viene la gracia de la historia, que el tercer libro, Sombras de agua, es el primero que pisó mis estanterías porque está ambientado en Venecia, y a mí la Venecia del XVII me llama con campanillas. Fue al enterarme que formaba parte de una serie que decidí empezar por el principio porque llevo fatal empezar las series a medias... así que varios años después leeré el libro que lo empezó todo. Yo a lo mío, como siempre :)
Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, afincado en Sevilla. Tras publicar Villalpando, paisajes y rincones (2002), en homenaje al pueblo zamorano de sus padres, se animó a emprender la aventura de su primera novela, La sangre de los crucificados
(2007), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador
del siglo XVII, que también sería el personaje central de sus obras Muerte dulce (2009) y Sombras de agua (2016).
Con La ciudad de los ojos grises (2012) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento de los lectores.
Secretos del Arenal obtuvo el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla.
Yo este año voy a empezar por La sangre de los crucificados. No soy mucho de trilogías, porqué te sientes obligado a leer para terminar. Y sí soy muy de terminar lo que empiezo.
ResponderEliminarPero por lo que parece son libros amenos para pasar un buen rato. A ver si me engancha como a ti.
Besos
Tomo nota, hace poco debuté con el autor y me gustó mucho. Besos
ResponderEliminarLa novela la leí cuando se publicó en 2009 y me encantó.
ResponderEliminarMe gusta cuando un libro se lee del tirón como comentas, no es mi tipo de lectura en estos momentos pero gracias por el descubrimiento =)
ResponderEliminarHola, de este autor leí hace tiempo Secretos del Arenal y luego no volví a leer nada más. Esta serie siempre me llamó la atención aunque me da pereza empezar otra, veremos más adelante. Besos.
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