Título original: Миллионы
Autor: Mijaíl Artsybáshev
Editorial: Ardicia
Traducción: Enrique Moya Carrión
Páginas: 176
Editorial: Ardicia
Traducción: Enrique Moya Carrión
Páginas: 176
Fecha publicación original: 1908
Fecha esta edición: febrero 2015
Fecha esta edición: febrero 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,90 euros Ilustración de cubierta: Alice Potter
Fiodor Ivanovich Mizhuyev, temido y envidiado millonario moscovita,
parece tenerlo todo. Sin embargo, hace tiempo que ni su vida junto a la
atractiva Maria Sergueyevna, ni la relación con su hermano Stepan
Ivanych, consiguen sustraerle de la constante sensacion de ser un hombre
anhelante y solitario a la búsqueda de algo. Será durante unas apaticas
vacaciones en Yalta cuando el momento de enfrentarse a sus propios
demonios y encontrar una salida a su situación se presente de una vez
por todas.
El protagonista de Los millones (1908), figura que, desde otro
angulo, reelaboraria pocos años mas tarde Irene Nemirovsky en su David
Golder, persigue sin cesar y siempre en vano una felicidad
incomprensiblemente esquiva para el y cuantos le rodean; un sentimiento
que ni todos los lujos y placeres que permite el dinero pueden
proporcionarle.
Qué pena que haya desaparecido la editorial Ardicia, porque era precisamente mi tipo de editorial: clásicos desconocidos de autores más desconocidos todavía y casi todos ellos en novela corta. Eran unos auténticos arqueólogos de la literatura del siglo XIX y primera mitad del XX totalmente alejada de lo habitual y con autores de múltiples y diferentes nacionalidades inéditos en castellano o muy poco traducidos. Una apuesta muy arriesgada, y no sé si ese riesgo habrá tenido que ver o no con el cierre de la editorial, pero el caso es que me parece muy injusto. Para mí sus libros hoy en día son de coleccionismo, de esas editoriales que quiero tener todo lo que han publicado, y en ello estoy. Tengo muchos pero aún me quedan otros cuantos por conseguir (que haya desaparecido su página no ayuda a hacer el seguimiento de lo que me falta, pero bueno, me voy apañando...). He apoyado a esta editorial desde el principio, la he traído varias veces al blog y, aunque ya poco se puede hacer para darla a conocer, seguiré trayendo sus libros por aquí. En fin, que a este heteredoxo y fascinante catálogo pertenece Los millones, de Mijaíl Artsybáshev, libro del que voy a intentar hablaros hoy.
El protagonista absoluto de la historia es Fiódor Ivánovich Mizhúyev, millonario ruso que vive atrapado en una crisis existencial de la que no sabe cómo salir. Da vueltas y vueltas sobre sí mismo, gira en círculos rumiando su propia desdicha pero no sabe (o no quiere saber) rozar esa vorágine con la punta del pie para romper el hechizo e intentar hacer algo de provecho con su vida. ¿La culpa de todo? El dichoso dinero, o eso dice él. El dinero tiene la culpa de su melancolía, de su abatimiento, de sus inseguridades, de sus acciones y de todo lo que hace mal, que es mucho y además imperdonable en alguna que otra ocasión. Porque este señor se autocompadece al tiempo que abusa de mujeres solo porque cree que ha pagado por hacerlo, y seduce a mujeres casadas con la promesa de mil lujos a las que luego menosprecia y humilla por haberse dejado seducir por esa misma promesa de mil lujos. Quiero lo que no tengo y cuando lo tengo lo pateo porque no se ha resistido a mi dinero. Todo lo puedo comprar y por tanto lo compro, pero cuando lo tengo lo desprecio por haberse dejado comprar y lloro porque claro, solo me quieren por mi dinero. Mizhúyev es un ser atormentado que toma muchas decisiones equivocadas y muy, muy discutibles, y yo particularmente he tenido mis más y mis menos con él, pero en ningún sitio está escrito que un personaje principal tenga que caerte bien.
Antes de seguir os pongo un fragmento del libro, en el que un personaje pone voz a los pensamientos del propio lector sobre la vida de muchos millonarios (o de una lectora como servidora, vaya, tampoco voy a generalizar):
Considero incongruente la vida de unas personas que acumulan una descomunal cantidad de dinero que no les pertenece. Además, son incapaces de reconocer que, por sí mismos, no son nada, que sin sus millones nadie les necesita. Lo inevitablemente lógico en esa situación es desaparecer o valerse de ese capital. Pero ¿cómo es posible hacerlo? ¿qué puede proporcionar el dinero en esas ingentes cantidades? Libertinaje, poder, lujo... Sería extraño pensar que un hombre pudiera rechazar eso que tan solícitamente se le ofrece. Así pues, se entrega a ello y se vuelve un tirano...
Mizhúyev se rebela ante esta sentencia, no está dispuesto a aceptar lo inútil que es para la sociedad ni tampoco el prejuicio del millonario que no se reprime ante nadie ni ante nada, pero lo cierto es que cada paso que da en la novela no solo confirma estas aseveraciones, sino que la espiral en la que se va hundiendo es cada vez más profunda y opaca, impidiéndole ver todas las innumerables salidas que están a su alcance precisamente porque puede permitírselas. En realidad Mizhúyev es un personaje muy contradictorio, y esa incoherencia marca el destino de un personaje que no conmueve por mucho que lo intente. Se queja de su vida de riqueza y privilegios, de que la gente solo se acerque a él por dinero, de ser el objeto de atención allá donde va porque todo el mundo sabe quién es, de ser tratado de manera diferente por su posición social... pero luego hace cosas que confirman precisamente el abuso que hace de su poder adquisitivo y su estatus social privilegiado. Esta paradoja se hace más absurda hacia el final del libro, cuando se presenta una situación de la que no os puedo concretar nada, pero que él intenta resolver haciéndose el héroe benefactor y cuando las cosas no salen como él espera, se revuelve contra la chusma desagradecida que está muy por debajo de él. Quiere ser algo más que un millonario, pero no sabe ser otra cosa porque siempre ha visto el mundo desde la perspectiva que da estar en el primer escalón social y mirar a todos los escalones que están por debajo como si estuvieran en deuda con él o tuvieran que aplaudir cada gesto condescendiente.
El eje que usa Artsybáshev para sostener y apuntalar la trama es, por un lado, el hundimiento de la relación entre Mizhúyev y Maria Sergueyevna. Nada más comenzar la historia descubrimos cómo nació esta relación (ella era la humilde esposa de un amigo de Mizhúyev) y las aprensiones del millonario una vez cazada la presa. Sergueyevna abandonó a un marido pobre al que amaba y respetaba para convertirse en la amante de un millonario al que no ama pero a quien es fiel y está dispuesta a complacer a cambio de la vida de comodidades y lujos que le proporciona. Una vez agotada la pasión y la excitación de haber conseguido llevarse a la cama a una mujer que se opuso a sus insinuaciones hasta que no quiso (o no supo) oponerse más, comienza la espiral de inseguridades, acusaciones, autocompasión y desconfianza. Y la situación es peliaguda, porque en estos momentos Maria solo está protegida por su relación con Mizhúyev; si él la abandona, ante la sociedad no será más que una cualquiera abandonada por su amante millonario y su vida quedará destruida. Aunque este hilo de la trama tiene relevancia durante toda la novela, ejerce todo su peso argumental en la primera parte de la historia.
El otro eje, que predomina durante la segunda parte de la novela (en la que cambiamos de escenario) es la época en la que fue publicada y la agitación social del momento. Los millones vio la luz en 1908, solo tres años después de la revolución rusa de 1905, en la que se produjeron revueltas, manifestaciones y huelgas por parte de obreros y campesinos, motines militares (donde estaría englobado lo que sucedió en el acorazado Potemkin, que seguro que os sonará), actos terroristas y disturbios de todo tipo. Aquí nos interesa sobre todo la manifestación pacífica que la clase obrera llevó a cabo en lo que se conoce ahora como "domingo sangriento", en la que participaron familias enteras, niños incluidos, todos desarmados, y que acabó con dos mil muertos y centenares de heridos a manos del ejército del zar Nicolás II (y sería el principio del fin de la familia imperial rusa). Pues bien, esto es lo que nos concierne para el devenir de la novela, porque Artsybáshev cambia radicalmente el tono y el objetivo de la primera parte y en la segunda nos lleva a una fábrica inmersa en un grave conflicto en el que los trabajadores amenazan con la huelga si no les suben los salarios y reducen las jornadas laborales, y el comité de empresa no está por la labor de dar su brazo a torcer. Poco más os puedo decir a partir de aquí, pero resulta evidente que para el autor era muy importante tratar este tema y, aunque choca el modo en que lo introduce, cumple su cometido y nos ofrece una sombra más de este peculiar personaje que es Mizhúyev.
Los millones es el retrato de un personaje complejo, nihilista, celoso, inseguro, aturdido, contradictorio, autodestructivo, violento, melancólico, hastiado y errado en las decisiones que toma porque piensa una cosa y luego hace la otra (siempre para mal), y a cada paso que da en ese sentido, dos pasos más se aleja del lector. No os voy a mentir, no considero que sea una novela redonda, y de hecho sigo dándole vueltas a la historia y al poso que me ha dejado como lectura, pero sin duda es una obra muy interesante de un autor al que me gustaría seguir conociendo, y aunque está considerado como exponente del naturalismo en sus últimos coletazos, a mí en algunas cosas me ha recordado al Dostoeivski que renegaba de la razón como excusa para llevar a cabo ciertas conductas.
Hola, otro autor y novela que no conocía y que por lo que cuentas me apetece mucho leer. Una pena la desaparición de estas editoriales que nos descubren escritores nuevos y que tal vez por eso no resultan demasiado rentables, aunque a los amantes de los clásicos nos encanten. Besos.
ResponderEliminarBuenas tardes, MH.
ResponderEliminarEstoy contigo, Ardicia era una maravilla. Yo debo tener unos cinco o seis títulos de su colección, y también ando a la caza y captura de sus títulos. Este que nos traes hoy lo desconocía, pero me parece sumamente interesante. Tanto su temática como su situación temporal despiertan mis neuronas. Espero poder encontralo.
Un abrazo y muchas gracias por traer libros tan interesantes y diferentes!!
Una pena la desaparición de esta editorial. No conocía a este autor y me has dejado con ganas de leerlo. Tomo buena nota, a ver si lo encuentro en alguna biblioteca.
ResponderEliminarBesotes!!!
Habriendome los ojos de nuevo. Me parece un buen descubrimiento y muy ruso además, con sus personajes complejos, oscuros y llenos de negatividad. Besos
ResponderEliminarNi idea de este título, ni idea del autor (al menos, que recuerde) y ni idea de la editorial. Qué pena que desaparezcan. Con tanta labor por delante. En fin, no conocía la obra pero tiene buena pinta. Besos
ResponderEliminar