Eso sí, antes quiero hablaros brevemente sobre el autor para que entendáis qué ofrece exactamente este libro ¿Quién fue Roger Lancelyn Green? Aunque nos resulte más desconocido que otros literatos coetáneos a su época, perteneció a Los Inklings, el círculo literario de Oxford al que también pertenecían J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis, entre otros muchos (seguro que habéis oído esas anécdotas de Tolkien o Lewis juntándose después de cenar con otros compañeros académicos y escritores de la Universidad de Oxford, manteniendo discusiones literarias o leyendo fragmentos inéditos de sus obras para someterlos al escrutinio y crítica del resto de miembros del grupo, etc... pues eso eran Los Inklings, y ahí estaba también nuestro Roger. No solo esto, sino que C. S. Lewis fue el mentor de Green durante su licenciatura en el Merton College). El caso es que, durante su carrera literaria, Roger Lancelyn Green se dedicó sobre todo a la literatura infantil, las biografías (como las del propio C. S. Lewis o J. M. Barrie) y a actualizar o adaptar versiones de mitos clásicos, como los del rey Arturo, Robin Hood, los mitos nórdicos... y sí, habéis adivinado bien, los mitos del Antiguo Egipto. Y en las palabras "adaptar" y "actualizar" se encuentra la base de lo que vamos a encontrar en esta edición.
Porque claro, estamos hablando de cuentos del Antiguo Egipto, originarios de esa época, y no es que estén escritos negro sobre blanco esperando a que alguien los pase a máquina. De hecho, tanto las historias y relatos como la música se transmitían de manera oral, y solo en contadas ocasiones se registraban de manera visual. Uno de estos casos se daba cuando el cuento en cuestión hacía referencia a los dioses o faraones, que entonces, y no siempre, quedaban inscritos en templos o santuarios mediante jeroglíficos o estelas, o también en papiros que luego han sido encontrados en tumbas; en ocasiones ha sido necesario unir fragmentos dispersos en distintos lugares para conseguir una historia completa; ya más adelante en el tiempo, se han hallado transcripciones de estos cuentos realizadas por escribas en los último dos mil años de la civilización egipcia; finalmente hay cuentos de los que solo nos ha llegado su versión griega. Es decir, que el mero hecho de que hoy en día tengamos la posibilidad de leer estos relatos ha sido una labor muy complicada solo posible gracias al afán de los propios egipcios hace miles de años por dejar constancia en sus monumentos y papiros de esas historias y que encontró el modo de perpetuarse en el tiempo gracias a una labor propia de una ardua arqueología literaria.
La edición está dividida en tres categorías: cuentos de dioses, cuentos de magia y cuentos de aventuras. Son veinte historias en total, así que no os puedo hablar de todas y daros mi opinión individual sobre cada una de ellas, pero sí os voy a comentar lo que podéis encontrar en cada una de las divisiones de la antología.
En cuentos de dioses nos vamos a los mismos orígenes de Egipto, cuando los propios dioses eran los faraones del país y las disputas entre ellos por el poder conformaron no solo el altar de deidades veneradas por los egipcios durante miles de años sino sus roles dentro de la mitología egipcia. Horus, Set, Isis, Osiris, Ra... en esto cuentos conocemos su historia, las relaciones familiares entre ellos y como llegaron a ser lo que son y a representar lo que representan. También conocemos la suprema importancia del Nilo, alma, vida y aliento de Egipto, algo muy desconocido para quien no está muy familiarizado con esta tierra y solo lo considera un río (Egipto es el Nilo y el Nilo es Egipto, en pocas palabras), y a su dios, Jnum, más desconocido pero imprescindible para la riqueza y prosperidad del país. Y cuando los dioses decidieron que los faraones fuesen humanos (aunque considerados dioses en la tierra), entonces estos cuentos se encaminaron a contarnos sus historias, como la de la reina Hatshepsut, que según la leyenda era hija de Amón-Ra (que se introdujo en el cuerpo de Tutmosis antes de que este la concibiese junto a su esposa, Ahmose), o nos narran la crónica de cómo Tutmosis IV prometió desenterrar a la que hoy conocemos como esfinge de Gizah, que estaba prácticamente sepultada bajo la arena, y construir en su interior un templo y erigir una lápida constando su historia.
Los cuentos de magia se centran precisamente en eso, en la mística que rodea a la magia, hechicería, supersticiones y amuletos que para los antiguos egipcios eran casi tan importantes como la propia religión. Esta magia se conoce como heka, y aunque ya os he hablado anteriormente en el blog sobre ella, os repito aquí el breve resumen que hice en su día (aunque hoy en día no existe ninguna palabra que englobe lo complejo de su definición). Heka es la palabra egipcia para magia (también se conoce de esta manera al dios de la magia), pero en realidad comprende tanto resultados que pueden considerarse sobrenaturales como el ilusionismo manual puro y duro, al estilo de los trucos que representan los magos actuales. Con esto en mente, en estos cuentos vamos a encontrarnos un poco de todo: textos, reinos y personajes muy tratados posteriormente en la literatura, como el libro de Tot, el reino de los muertos y el hechicero Djedi (de hecho yo he traído algún libro por aquí que habla sobre estos temas y esta época), a rencillas entre Egipto y otros pueblos rivales en relación a qué pueblo manejaba la magia más poderosa pasando por historias como la de Los dos hermanos, que resultan sorprendentemente modernas y que darían para una novela larga de fantasía sin ningún problema. Curiosamente varios de estos cuentos están ambientados durante el reinado de Ramsés II y tienen como protagonista secundario al faraón y como principal a su hijo Setna, un poderoso y erudito hechicero.
En fin, como veis, en estas historias hay de todo, como en botica, y muy interesante y entretenido para quienes disfrutamos de esta temática. Como comento arriba, Green aprovecha para introducir en estos relatos datos y descubrimientos reales de la arqueología y la egiptología, y su objetivo resulta claro: contextualizar las leyendas milenarias con los descubrimientos arqueológicos que comenzaron a salir a la luz a partir del siglo XIX y que perduraron durante el siglo XX hasta el momento en que el libro fue publicado... pero igual que os digo todo esto, no sé hasta qué punto se puede recomendar un libro como este, porque imagino que hay que estar muy interesado en el tema para disfrutar de una antología así. Lo que sí tengo claro es que, para quien guste del Antiguo Egipto, es una joya, tanto por contenido como por edición, y es de esos libros que con solo enseñarlos ya despiertan pasiones egiptólogas, así que aunque está requetedescatalogado y no sé como estará para conseguirlo de segunda mano, si se os cruza en el camino ni os lo penséis.
Qué bonita la ilustración que nos enseñas, como bien dices es una edición a tener en cuenta no solo por el texto. Muchas gracias por explicarnos un poquito sobre Roger Lancelyn Green y su pertenencia a los Inklings, para mí era una figura bastante desconocida pese a mi interés por esa pandilla oxoniense. Me ha gustado mucho que destaques que la narración a menudo trasmite la sensación de oralidad, porque ahí está el orígen de estos cuentos. Qué nostalgia de Reto Egipcio, amiga!!
ResponderEliminarHola guapísima, pues no conocía el libro y parece, como dices, una edición preciosa. Qué pena que esté descatalogado. Miraré a ver...
ResponderEliminarUn besazo
Qué rabia que esté descatalogado, me ha encantado. Espero encontrarlo en alguna de mis visitas a una librería de segunda mano.
ResponderEliminarUn beso.
La edición es preciosa. Pena que esté descatalogado. Como dice Anabel, habrá que probar suerte en librerías de segunda mano. O a ver en las bibliotecas...
ResponderEliminarBesotes!!!