Título original: Il cacciatore del buio
Autor: Donato Carrisi
Editorial: Duomo Ediciones (Colección Los Imperdibles)
Traducción: Maribel Campmany
(Lectura válida para el MES TEMÁTICO DEL THRILLER organizado por Laky en su blog, Libros que hay que leer)
Tenía esta novela pendiente desde hace unos meses en la estantería, pero por unas cosas o por otras no había podido sacarle el hueco. Reconozco también que tenía un poco de miedo, porque he leído tantas reseñas positivas que me suelo llevar muchos chascos precisamente por las expectativas que generan tantas buenas opiniones. Pero no, estoy feliz de poder decir que lo he disfrutado enormemente. Muchísimo. Y me ha enganchado como hacía tiempo que no me enganchaba un libro de este género. Así que me alegro de que el mes del thriller me haya hecho sacarlo de su estante y ponerme con él. Ahora me arrepiento de no haberlo leído antes (soy una contradicción andante, lo sé).
Este libro está reseñadísimo a lo largo y ancho de la blogosfera, así que poco podré añadir yo a lo mucho que se ha dicho sobre él. Sí que quiero comentar que como ya me pasó con Sarna con gusto, he llegado a él sin haber leído los libros que le preceden (en este caso uno, El tribunal de las almas), y eso me ha pesado en algunas ocasiones porque aunque se puede leer sin problema ninguno (ninguno en absoluto), me hubiese gustado tener más información sobre la relación entre Marcus y Sandra antes de reencontrarse y sobre el propio Marcus. Vamos, que otro más que he añadido a la wishlist para hacerme con él en cuanto pueda (tengo en la wishlist ya casi más libros que en las propias estanterías, y eso ya es decir mucho...).
Bueno, al lío. No quiero comenzar hablando de otro recelo, pero debo hacerlo. No soy muy fan de los thrillers ambientados en el Vaticano, con sectas oscuras de la iglesia católica, etc... porque digamos que no soy muy fan tampoco de los libros de Dan Brown, que son los que me hicieron cogerle un poco de manía a esta temática. Me daba miedo que este libro fuese más de lo mismo. Pero no. Nada que ver. Donato Carrisi escribe bien, muy bien, y la historia en sí es muy interesante principalmente porque se sale del Vaticano y se va a recorrer también las calles de Roma, que es una protagonista más de la novela. Quien conozca un poco Roma (que afortunadamente es mi caso), o al menos la parte turística de Roma, reconoce todo lo que se va nombrando y es capaz de caminar mentalmente por esas calles junto a los protagonistas como si estuviera allí mismo. Y además Carrisi te va haciendo de guía turístico explicándote anécdotas, en unos casos reales y en otros meras leyendas, sobre los sitios que va nombrando, y es una gozada. Pocas ciudades hay como Roma y el Vaticano que carguen tanta historia a sus espaldas, para lo bueno y para lo malo. Y aunque puede que haya gente que tanta explicación le haya sobrado, no es mi caso. La he disfrutado de principio a fin.
Sobre la trama en sí, es totalmente adictiva. De verdad que hacía tiempo que un thriller no me enganchaba tanto. Apenas tengo tiempo para leer, y en dos o tres días estaba terminado. No puedes dejar de pasar páginas para saber cómo continúa, y de esto tienen la culpa varios factores.
El primero son sus personajes, muy bien perfilados y definidos, entre los que no puedo dejar de destacar al principal. Marcus es un gran personaje. Sin tener ninguna referencia suya al no haber leído la primera novela que protagoniza, llegas a conocerlo a la perfección (o se podría decir que llegas a conocerlo todo lo que él mismo se conoce, dadas las circunstancias de su situación). Este cura que apenas pisa una iglesia salvo cuando se cruzan en sus investigaciones es humano, imperfecto, tenaz y con mucho carácter. Es un cazador de la oscuridad, un penitenciario, que no recuerda cómo ha llegado a ser lo que es pero que no es capaz de ser de otra manera. De esos personajes que te encajan, que no te hacen poner en duda sus actos ni motivaciones, a pesar de que por el camino hagan cosas muy cuestionables (hay una escena hacia el principio del libro que se queda como suelta, empieza y termina ahí, y es el único fleco que se me ha quedado pendiente del libro... ¿es algo que hace habitualmente o solo ocurre en esa ocasión? ¿Por qué ya no se hace más referencia a este tipo de "actividad"?...¡Argh, necesito leer El tribunal de las almas!). El caso es que soy muy fan de Marcus (ya, ya sé que estoy diciendo mucho la palabra fan. Ya digo que me ha gustado mucho... y se me va a notar durante toda la reseña). Y ya dejándole aparte a él, todos los demás personajes que entran y salen de la novela (Sandra, el vicequestore Moro, Clemente, Cosmo Barditi... incluso el propio asesino) están perfectamente dibujados. Hay veces que en este género se deja de lado al personaje para centrarse en la historia, y que se sacrifica el conocimiento de esos personajes para centrarse en hacerla avanzar. O al contrario, que el autor se empeña tanto en profundizar en ellos que la historia flojea y le falta garra. Carrisi se luce en este aspecto. Tenemos personajes y tenemos historia, y las dos cosas avanzan de la mano a la par sin que ninguna se quede descolgada y difusa por el camino.
Lo que me lleva al segundo factor que hace de esta novela un estupendo thriller, y es la trama en sí. Original, enrevesada pero no hasta el punto de la incredulidad (lo cual no deja de ser chocante porque invita, y mucho, a la incredulidad), desconcertante y en cierto modo sorprendente. Más todavía porque el propio asesino desconoce las circunstancias que giran a su alrededor, y el entramado del que forma parte inconscientemente. Hay un giro hacia el final que se ve venir de lejos, o que yo al menos adiviné enseguida, pero es que me dio exactamente igual. De perdidos al río, a mí la novela ya me tenía ganada como para darle importancia a eso.
Y eso me lleva al tercer y último factor, que es el propio autor. Donato Carrisi es criminólogo y está especializado en Ciencias de la Conducta. Y eso se nota de principio a fin en la tela de araña que entreteje, en la descripciones de ciertos comportamientos y en la forma en que los inserta en la historia. Y además tiene el talento de escribir fácil para el lector. Con fácil me refiero a que escribe de tal manera que visualizas lo que lees, es muy descriptivo, y VES con mayúsculas la escena que estás leyendo. Y eso hace que no quieras parar y devores las páginas una tras otra. Porque aunque nos pueda parecer imposible, esas patologías existen, y esos entramados y organizaciones vaticanas también, y Carrisi intenta que lo comprendamos todo en la medida de lo posible (añado que me ha encantado esa especie de autoentrevista que hay al final del libro donde da respuesta a dudas que te pueden surgir a lo largo de la novela, como la existencia de un bosque de apenas unos metros cuadrados dentro de los jardines del Vaticano o la también existencia de ciertas organizaciones, por llamarlas de algún modo).
El final puede parecer que llega en un suspiro, pero es que dado el ritmo de la novela, totalmente trepidante, no creo que se pudiese esperar otra cosa. Alargar esa escena más hubiese resultado un poco demasiado. A mí no me ha molestado el final (lo comento más que nada porque he leído en algunas reseñas que es lo que menos les ha gustado). Y cuando llega a su fin la trama, que piensas que hay muchas cosas que no te quedan del todo claras, Carrisi te coge de la mano y te lleva de paseo a un epílogo que te las resuelve todas. Porque a decir verdad el comienzo del libro poco tiene que ver con el resto, y aunque ese comienzo solo tiene su final precisamente al final (redundando) a mí simplemente me ha parecido una manera de dejar todo el camino preparado para una tercera novela. No me veis, pero acabo de cruzar los dedos.
He comenzado diciendo que iba a hablar poco y como siempre me pongo a hablar y no paro. Que me ha gustado mucho; que es una mezcla de novela negra y thriller; que es adictiva, trepidante, interesante, con muy buenos personajes y con un paseo gratis por Roma y el Vaticano. Y que a veces te llevas buenas sorpresas con libros que te da miedo que estén sobrevalorados en las opiniones que vas leyendo. Pues no. Me uno a esas opiniones (ya comenté una vez que aunque lo parezca no soy de llevar la contraria con los bestsellers porque sí. El que me gusta no tengo problema alguno en decirlo). A quien le gusten los thrillers y la novela negra no debe dejarlo pasar. Yo ya soy... sí, eso mismo: fan. Soy fan de Carrisi. Gran descubrimiento. Y perdonadme que sea tan efusiva cuando algo me gusta. No puedo evitarlo.
Editorial: Duomo Ediciones (Colección Los Imperdibles)
Traducción: Maribel Campmany
Páginas: 475
Fecha publicación original: 2014
Fecha esta edición: enero 2016
Fecha esta edición: enero 2016
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 19,90 euros (ebook=9,99 euros)(Lectura válida para el MES TEMÁTICO DEL THRILLER organizado por Laky en su blog, Libros que hay que leer)
Marcus es sacerdote y tiene un don:
detecta el mal que anida en las personas. Sandra es fotógrafa de
la policía. Y también tiene un don: puede hacer visible lo invisible.
Ahora ambos han unido sus talentos para atrapar a un asesino abominable:
alguien que sólo escoge como víctimas a parejas jóvenes.
La investigación de los crímenes les
lleva al Vaticano, al archivo donde se atesoran los mayores crímenes de
la humanidad. Un inventario del mal absoluto. Un lugar siniestro donde
todo es oscuridad. Con un ritmo vertiginoso, Carrisi teje una
historia en la que el lector libra la misma lucha que Marcus y se
enfrenta a los mismos enigmas que intenta descifrar Sandra, sintiendo
las mismas esperanzas y el mismo miedo hasta la última línea.
Tenía esta novela pendiente desde hace unos meses en la estantería, pero por unas cosas o por otras no había podido sacarle el hueco. Reconozco también que tenía un poco de miedo, porque he leído tantas reseñas positivas que me suelo llevar muchos chascos precisamente por las expectativas que generan tantas buenas opiniones. Pero no, estoy feliz de poder decir que lo he disfrutado enormemente. Muchísimo. Y me ha enganchado como hacía tiempo que no me enganchaba un libro de este género. Así que me alegro de que el mes del thriller me haya hecho sacarlo de su estante y ponerme con él. Ahora me arrepiento de no haberlo leído antes (soy una contradicción andante, lo sé).
Este libro está reseñadísimo a lo largo y ancho de la blogosfera, así que poco podré añadir yo a lo mucho que se ha dicho sobre él. Sí que quiero comentar que como ya me pasó con Sarna con gusto, he llegado a él sin haber leído los libros que le preceden (en este caso uno, El tribunal de las almas), y eso me ha pesado en algunas ocasiones porque aunque se puede leer sin problema ninguno (ninguno en absoluto), me hubiese gustado tener más información sobre la relación entre Marcus y Sandra antes de reencontrarse y sobre el propio Marcus. Vamos, que otro más que he añadido a la wishlist para hacerme con él en cuanto pueda (tengo en la wishlist ya casi más libros que en las propias estanterías, y eso ya es decir mucho...).
Bueno, al lío. No quiero comenzar hablando de otro recelo, pero debo hacerlo. No soy muy fan de los thrillers ambientados en el Vaticano, con sectas oscuras de la iglesia católica, etc... porque digamos que no soy muy fan tampoco de los libros de Dan Brown, que son los que me hicieron cogerle un poco de manía a esta temática. Me daba miedo que este libro fuese más de lo mismo. Pero no. Nada que ver. Donato Carrisi escribe bien, muy bien, y la historia en sí es muy interesante principalmente porque se sale del Vaticano y se va a recorrer también las calles de Roma, que es una protagonista más de la novela. Quien conozca un poco Roma (que afortunadamente es mi caso), o al menos la parte turística de Roma, reconoce todo lo que se va nombrando y es capaz de caminar mentalmente por esas calles junto a los protagonistas como si estuviera allí mismo. Y además Carrisi te va haciendo de guía turístico explicándote anécdotas, en unos casos reales y en otros meras leyendas, sobre los sitios que va nombrando, y es una gozada. Pocas ciudades hay como Roma y el Vaticano que carguen tanta historia a sus espaldas, para lo bueno y para lo malo. Y aunque puede que haya gente que tanta explicación le haya sobrado, no es mi caso. La he disfrutado de principio a fin.
Sobre la trama en sí, es totalmente adictiva. De verdad que hacía tiempo que un thriller no me enganchaba tanto. Apenas tengo tiempo para leer, y en dos o tres días estaba terminado. No puedes dejar de pasar páginas para saber cómo continúa, y de esto tienen la culpa varios factores.
El primero son sus personajes, muy bien perfilados y definidos, entre los que no puedo dejar de destacar al principal. Marcus es un gran personaje. Sin tener ninguna referencia suya al no haber leído la primera novela que protagoniza, llegas a conocerlo a la perfección (o se podría decir que llegas a conocerlo todo lo que él mismo se conoce, dadas las circunstancias de su situación). Este cura que apenas pisa una iglesia salvo cuando se cruzan en sus investigaciones es humano, imperfecto, tenaz y con mucho carácter. Es un cazador de la oscuridad, un penitenciario, que no recuerda cómo ha llegado a ser lo que es pero que no es capaz de ser de otra manera. De esos personajes que te encajan, que no te hacen poner en duda sus actos ni motivaciones, a pesar de que por el camino hagan cosas muy cuestionables (hay una escena hacia el principio del libro que se queda como suelta, empieza y termina ahí, y es el único fleco que se me ha quedado pendiente del libro... ¿es algo que hace habitualmente o solo ocurre en esa ocasión? ¿Por qué ya no se hace más referencia a este tipo de "actividad"?...¡Argh, necesito leer El tribunal de las almas!). El caso es que soy muy fan de Marcus (ya, ya sé que estoy diciendo mucho la palabra fan. Ya digo que me ha gustado mucho... y se me va a notar durante toda la reseña). Y ya dejándole aparte a él, todos los demás personajes que entran y salen de la novela (Sandra, el vicequestore Moro, Clemente, Cosmo Barditi... incluso el propio asesino) están perfectamente dibujados. Hay veces que en este género se deja de lado al personaje para centrarse en la historia, y que se sacrifica el conocimiento de esos personajes para centrarse en hacerla avanzar. O al contrario, que el autor se empeña tanto en profundizar en ellos que la historia flojea y le falta garra. Carrisi se luce en este aspecto. Tenemos personajes y tenemos historia, y las dos cosas avanzan de la mano a la par sin que ninguna se quede descolgada y difusa por el camino.
Lo que me lleva al segundo factor que hace de esta novela un estupendo thriller, y es la trama en sí. Original, enrevesada pero no hasta el punto de la incredulidad (lo cual no deja de ser chocante porque invita, y mucho, a la incredulidad), desconcertante y en cierto modo sorprendente. Más todavía porque el propio asesino desconoce las circunstancias que giran a su alrededor, y el entramado del que forma parte inconscientemente. Hay un giro hacia el final que se ve venir de lejos, o que yo al menos adiviné enseguida, pero es que me dio exactamente igual. De perdidos al río, a mí la novela ya me tenía ganada como para darle importancia a eso.
Y eso me lleva al tercer y último factor, que es el propio autor. Donato Carrisi es criminólogo y está especializado en Ciencias de la Conducta. Y eso se nota de principio a fin en la tela de araña que entreteje, en la descripciones de ciertos comportamientos y en la forma en que los inserta en la historia. Y además tiene el talento de escribir fácil para el lector. Con fácil me refiero a que escribe de tal manera que visualizas lo que lees, es muy descriptivo, y VES con mayúsculas la escena que estás leyendo. Y eso hace que no quieras parar y devores las páginas una tras otra. Porque aunque nos pueda parecer imposible, esas patologías existen, y esos entramados y organizaciones vaticanas también, y Carrisi intenta que lo comprendamos todo en la medida de lo posible (añado que me ha encantado esa especie de autoentrevista que hay al final del libro donde da respuesta a dudas que te pueden surgir a lo largo de la novela, como la existencia de un bosque de apenas unos metros cuadrados dentro de los jardines del Vaticano o la también existencia de ciertas organizaciones, por llamarlas de algún modo).
El final puede parecer que llega en un suspiro, pero es que dado el ritmo de la novela, totalmente trepidante, no creo que se pudiese esperar otra cosa. Alargar esa escena más hubiese resultado un poco demasiado. A mí no me ha molestado el final (lo comento más que nada porque he leído en algunas reseñas que es lo que menos les ha gustado). Y cuando llega a su fin la trama, que piensas que hay muchas cosas que no te quedan del todo claras, Carrisi te coge de la mano y te lleva de paseo a un epílogo que te las resuelve todas. Porque a decir verdad el comienzo del libro poco tiene que ver con el resto, y aunque ese comienzo solo tiene su final precisamente al final (redundando) a mí simplemente me ha parecido una manera de dejar todo el camino preparado para una tercera novela. No me veis, pero acabo de cruzar los dedos.
He comenzado diciendo que iba a hablar poco y como siempre me pongo a hablar y no paro. Que me ha gustado mucho; que es una mezcla de novela negra y thriller; que es adictiva, trepidante, interesante, con muy buenos personajes y con un paseo gratis por Roma y el Vaticano. Y que a veces te llevas buenas sorpresas con libros que te da miedo que estén sobrevalorados en las opiniones que vas leyendo. Pues no. Me uno a esas opiniones (ya comenté una vez que aunque lo parezca no soy de llevar la contraria con los bestsellers porque sí. El que me gusta no tengo problema alguno en decirlo). A quien le gusten los thrillers y la novela negra no debe dejarlo pasar. Yo ya soy... sí, eso mismo: fan. Soy fan de Carrisi. Gran descubrimiento. Y perdonadme que sea tan efusiva cuando algo me gusta. No puedo evitarlo.
Donato Carrisi nació en 1973 en Martina Franca y vive en Roma. Después de graduarse en Derecho, se especializó en Criminología y Ciencias de la Conducta. Es escritor y guionista de películas y series de televisión. Ha sido galardonado con el Premio Bancarella de Italia, el Prix Polar y el Livre de Poche, el premio más importante de los lectores de Francia.
El cazador de la oscuridad se convertirá en una serie de televisión producida por la Fox.
Donato Carrisi ha publicado entre otros El tribunal de las almas, La hipótesis del mal y Lobos (próximamente en Duomo). Sus novelas gozan de un gran éxito con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y del reconocimiento de la crítica y de los lectores, que esperan impacientes sus nuevos libros.
Miss Hurst
A mí me encanto!!! Yo también leí primero esta novela y luego el Tribunal y no me arrepiento de haberlo hecho así, habría visto el Cazador de otra manera. Hazte con el Tribunal que no te decepcionará.
ResponderEliminarMuy buena reseña.
Besos
Es uno de mis autores favoritos y si te ha gustado esta novela, te recomiendo que leas Lobos. Para mi es el mejor de sus libros. Besos
ResponderEliminarMe pasa lo mismo con los libros que acumulan excelentes reseñas, que me da miedo dar la campanada y tragarme un bodrio ( quiero decir, que para mí sea un bodrio), por otro lado, al contrario que a ti, a mí la trama Vaticana me mola mucho y desde antes de Brown. Los tejemanejes del poder me atraen como la luz brillante a una polilla. Vale, no le había hecho mucho caso a esta novela porque no me apetecía nada ponerme con otra trilogía, pero si dices que se puede leer igual, pues me alegro.
ResponderEliminarY no me importa nada que los giros se vean venir, es más, prefiero eso a las cosas sacadas de la manga sin ton ni son.
Apuntado el cazador.
Besos
Me alegra mucho que a pesar de las altas expectativas no te haya defraudado. Yo también lo disfruté un montón, es totalmente adictivo. También lo leí sin haber leído el anterior y con la otra serie del autor me pasó lo mismo. Pero me gustaría leerlos aunque sea a destiempo
ResponderEliminarPor cierto, a mi la trama vaticana me llamaba muchísimo, es un tema que me encanta
Besos
No me he estrenado con este autor todavía. Todo el mundo habla maravillas de él, así que un día tendré que leerlo.
ResponderEliminarbesos
Yo como Laky me gustan mucho las tramas del Vaticano...y por eso este le tengo anotadísimo, aunque sí que me gustaría leer antes el primero de la saga. Por cierto...en el Corte Ingles tienes "La hipótesis del mal" (segunda parte de otra saga de Carrisi, que no te pase como a mí que vine a casa feliz y luego me lleve un chasco) esta de oferta a 5,95€ ...por si quieres hacerte con él.
ResponderEliminarBesitos
Yo termine hace poco el tribunal de las almas y tengo muchas ganas de ponerme con este. Besinos.
ResponderEliminarLo leí la semana pasada y me ha pasado lo de las expectativas que decías. Eran tan altas que no sé, no me ha acabado de enganchar. Me costó mucho coger el hilo. Un beso ;)
ResponderEliminarNo la conocía, pero la sinospis y lo que nos has contado, me ha llamado la atención. Besos.
ResponderEliminarGran reseña! Yo también lo leí y reseñé hace unos meses. Es una lectura q atrapa mucho. :)
ResponderEliminarBueno, has hecho que me llame algo más la atención Donato Carrisi; no sé por qué nunca me ha apetecido leer ninguno de sus libros, y veo que debo de estar bastante equivocada. Me apetece un thriller trepidante, así que me estoy pensando conseguir éste. ¡Besos!
ResponderEliminarNo lo conozco pero la verdad es que tiene buena pinta... lo del Vaticano también me tiraría un poco para atrás pero la verdad es que Roma me encanta para las novelas así que seguro le doy una oportunidad... eso sí, me leo el primero antes! Jejejeje
ResponderEliminarBesitos!