Título original: La femme au carnet rouge
Autor: Antoine Laurain
Editorial: Salamandra
Traducción: Palmira Feixas Guillamet
Páginas: 160
Fecha esta edición: mayo 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 7,50 euros Imagen de cubierta: Mirjan van der Meer
Sus días de banquero pertenecen al pasado. Ahora, Laurent Letellier es
el feliz propietario de una pequeña librería parisina. Cuando una
mañana, camino del trabajo, se topa con un bolso de mujer abandonado
sobre un cubo de basura, decide llevárselo a la tienda con la noble
intención de devolverlo a su dueña. Desaparecidos el billetero y el
móvil, su propósito parece casi imposible si no fuera porque, entre
diversos objetos femeninos, Laurent encuentra una libreta roja llena de
anotaciones, pensamientos y recuerdos. Cediendo a la curiosidad, se
sumerge en la jugosa lectura y, como un si de un rompecabezas se
tratara, empieza a reconstruir la vida de Laure, amparado por la excusa
de hallar alguna pista que le permita localizarla. Sin embargo, para qué
engañarse, el diario también es una llave a la intimidad de la
enigmática desconocida, lo que ejerce sobre Laurent una irresistible
fascinación.
Antoine
Laurain ha escrito un relato encantador, una historia sencilla pero
sofisticada que atrapa desde la primera página y que es, al mismo
tiempo, un canto de amor al auténtico espíritu parisino: el de sus
rincones recoletos, sus cafés de barrio, sus viejos edificios de patios
soleados y sus gentes variopintas. Con un estilo claro y fluido, y un
talento incuestionable para engarzar los pequeños detalles y esas
extrañas casualidades que constituyen las pinceladas del azar, Laurain
ha dado luz a una novela de una sutil y fascinante belleza.
Le Cahier Rouge, la libreta roja... Laure - Laurent.
Todo comienza cuando los hados del destino aprietan el botón (puede ser que también sea rojo) y la maquinaria empieza a funcionar de manera irremediable para aquellos que están destinados a estar juntos y todavía no lo están. Desde ese momento se convertirán en simples actores de sus vidas representando el papel creado para ellos, y este papel tendrá como único propósito andar o desandar los pasos que marcan sus caminos. Todo esto es pro y para seguir al hilo rojo del destino, el iter, que les llevará a encontrar a la persona que será su compañer@ en la vida y que está atado al otro extremo de su hilo.
La noche en que a Laure le robaron el bolso en el portal de su casa con sus posesiones más preciadas se sintió morir... no por el traumatismo craneal y el hematoma que vino después, sino por la violencia y la falta de escrúpulos con que la dejaron despojada del calor de su casa, de su gato Belphégor, de su libreta roja (continente de sus sentimientos y de su alma) y de todas las llaves que abrían sus puertas más preciadas. Así, se ve despojada y desterrada de todo lo suyo, pero comienza, sin saberlo, a transitar por un nuevo camino del que solo intuimos su final; del recorrido no sabemos ná de ná. Todo está por descubrir.
El incidente de Laure es lo que provoca el encuentro de Laurent con el susodicho bolso a la mañana siguiente. A partir de este momento nuestro personaje masculino se convierte en la parte activa de la historia; él es el encargado de recorrer casi todo el camino, reconstruyendo la historia del bolso y de su propietaria, y descubriendo el cómo, el porqué y, sobre todo, el quién.
Intenta averiguar la identidad de Laure en todos los sentidos: nombre dirección, domicilio, edad... junto a estos datos civiles, en esa libreta roja hay otros más profundos y ocultos, y en ellos cada pensamiento escrito se acompaña de trocitos de su corazón, hecho que no pasa desapercibido para el rescatador del bolso y, lo más importante, para sus sentimientos impresos. Descubrirlo todo y conocer a la propietaria del bolso será la misión que ocupe todos sus días, el motor que le hará redireccionarse en el sentido adecuado y que ya sabemos que ha marcado sus destinos.
Todo podía haber sido de otra manera, tal vez un poco menos poético: no creo que sea necesarío que te abran la cabeza para que los hados del destino se fijen en ti y te aten a sus hilos rojos. Pero en esta historia es así, y a cada uno le toca acarrear lo bueno y lo malo que le viene. Del libre albedrío somos testigos después, cuando a nuestros personajes se les da la libertad y la opción de aceptar o no el regalo que se les ha dado: su destino.
Para Laure fue así: el golpe seco contra su puerta le separó de su identidad, de su dinero y, en definitiva, de su refugio... y por supuesto, lo más cruel: de su gato Belphégor y su libreta roja (cargada de pensamientos). Tal vez fuese por una ley de compensación universal, que para lo bueno que está por llegar antes debe sufrir una especie de formateo involuntario del que no puede salir... algo así como un cocotazo contra su puerta para después robarle el bolso y consecuentemente atarle a un destino del que solo puede elegir el final: si lo acepta o no. Aun con todo, el camino debe recorrerlo y la claúsula de permanencia la tiene también que pagar sí o sí.
Los hados se lo ponen más fácil a Laurent; para él todo esto supone un reto y una sugestión continuos; bucear en todos los recovecos de un bolso ajeno y extraño no le supone ningún problema moral... más bien todo lo contrario: un acicate para observar y diseccionar un mundo hasta ahora vetado. Como le diría Laure:
Todo ello lo narra el autor con un lenguaje claro, cristalino y poético que rezuma tanto cariño y mimo que es imposible insensibilizarse y desapegarse para no dejarle traspasar las barreras de nuestros corazones.
Una maravillosa novela que te hace reflexionar sobre la importancia de las cosas y, sobre todo, de las que portas en tu bolso.
Todo comienza cuando los hados del destino aprietan el botón (puede ser que también sea rojo) y la maquinaria empieza a funcionar de manera irremediable para aquellos que están destinados a estar juntos y todavía no lo están. Desde ese momento se convertirán en simples actores de sus vidas representando el papel creado para ellos, y este papel tendrá como único propósito andar o desandar los pasos que marcan sus caminos. Todo esto es pro y para seguir al hilo rojo del destino, el iter, que les llevará a encontrar a la persona que será su compañer@ en la vida y que está atado al otro extremo de su hilo.
La noche en que a Laure le robaron el bolso en el portal de su casa con sus posesiones más preciadas se sintió morir... no por el traumatismo craneal y el hematoma que vino después, sino por la violencia y la falta de escrúpulos con que la dejaron despojada del calor de su casa, de su gato Belphégor, de su libreta roja (continente de sus sentimientos y de su alma) y de todas las llaves que abrían sus puertas más preciadas. Así, se ve despojada y desterrada de todo lo suyo, pero comienza, sin saberlo, a transitar por un nuevo camino del que solo intuimos su final; del recorrido no sabemos ná de ná. Todo está por descubrir.
El incidente de Laure es lo que provoca el encuentro de Laurent con el susodicho bolso a la mañana siguiente. A partir de este momento nuestro personaje masculino se convierte en la parte activa de la historia; él es el encargado de recorrer casi todo el camino, reconstruyendo la historia del bolso y de su propietaria, y descubriendo el cómo, el porqué y, sobre todo, el quién.
Intenta averiguar la identidad de Laure en todos los sentidos: nombre dirección, domicilio, edad... junto a estos datos civiles, en esa libreta roja hay otros más profundos y ocultos, y en ellos cada pensamiento escrito se acompaña de trocitos de su corazón, hecho que no pasa desapercibido para el rescatador del bolso y, lo más importante, para sus sentimientos impresos. Descubrirlo todo y conocer a la propietaria del bolso será la misión que ocupe todos sus días, el motor que le hará redireccionarse en el sentido adecuado y que ya sabemos que ha marcado sus destinos.
Todo podía haber sido de otra manera, tal vez un poco menos poético: no creo que sea necesarío que te abran la cabeza para que los hados del destino se fijen en ti y te aten a sus hilos rojos. Pero en esta historia es así, y a cada uno le toca acarrear lo bueno y lo malo que le viene. Del libre albedrío somos testigos después, cuando a nuestros personajes se les da la libertad y la opción de aceptar o no el regalo que se les ha dado: su destino.
Para Laure fue así: el golpe seco contra su puerta le separó de su identidad, de su dinero y, en definitiva, de su refugio... y por supuesto, lo más cruel: de su gato Belphégor y su libreta roja (cargada de pensamientos). Tal vez fuese por una ley de compensación universal, que para lo bueno que está por llegar antes debe sufrir una especie de formateo involuntario del que no puede salir... algo así como un cocotazo contra su puerta para después robarle el bolso y consecuentemente atarle a un destino del que solo puede elegir el final: si lo acepta o no. Aun con todo, el camino debe recorrerlo y la claúsula de permanencia la tiene también que pagar sí o sí.
Los hados se lo ponen más fácil a Laurent; para él todo esto supone un reto y una sugestión continuos; bucear en todos los recovecos de un bolso ajeno y extraño no le supone ningún problema moral... más bien todo lo contrario: un acicate para observar y diseccionar un mundo hasta ahora vetado. Como le diría Laure:
Me da miedo y no me gusta que revuelvas mi bolso.Todo se podría haber escrito de otra manera, más simple y sencilla, pero si algo tiene de bueno la literatura es que de las cosas más simples y naturales se engendran las historias más inverosímiles y extraordinarias. Si Antoine Laurain no hubiera imaginado La mujer de la libreta roja, entonces el lector no podría haber disfrutado de esta novela corta, llena de matices y reflexiones, donde la recreación ambiental (París siempre será París) inspira sentimientos encontrados, profundos y duraderos. Además, en la observación y los pequeños detalles vemos los hilos conductores que argumentan y construyen la maravillosa y casi imposible historia de amor entre Laure y Laurent.
Todo ello lo narra el autor con un lenguaje claro, cristalino y poético que rezuma tanto cariño y mimo que es imposible insensibilizarse y desapegarse para no dejarle traspasar las barreras de nuestros corazones.
Una maravillosa novela que te hace reflexionar sobre la importancia de las cosas y, sobre todo, de las que portas en tu bolso.
Antoine Laurain nació en París a principios de los años
setenta. Tras estudiar cine, empezó su carrera dirigiendo cortos y
escribiendo guiones. Su pasión por el arte lo llevó a trabajar como
asistente de un anticuario en París, experiencia que inspiró su primera
novela, Ailleurs si j’y suis, que obtuvo el Premio Drouot en 2007. Le chapeau de Mitterrand, que publicó en 2012, fue aclamado de forma unánime por la crítica y el público en Francia y obtuvo numerosos premios. La mujer de la libreta roja, su quinta novela, lleva vendidos más de cuarenta mil ejemplares y está en proceso de traducción a quince idiomas.
¡Hola!
ResponderEliminarHoy no me la llevo; a priori pintaba bien pero he ido leyendo opiniones y no me llega a convencer del todo.
Un beso
Hola! Me gustaría leerlo aunque creo que por ahora se tendrá que quedar en la lista hasta que lea los que tengo comprometidos con editoriales, aún así me quedo con tu recomendación. Besos
ResponderEliminarHola guapa, esta era una novela que tenía en mente para regalar a mi madre el año pasado. Al final acabé regalándole otra, pero igual puedo aprovechar esta para otra ocasión, jeje... Así luego siempre tendré la excusa de leerla.
ResponderEliminarUn besazo
Yo la descarté definitivamente hace no mucho, he leído reseñas de todo tipo pero eso que tú comentas que se podría haber escrito lo mismo pero de otro modo ya lo he escuchado más veces y me hacen alejarme de su lectura.
ResponderEliminarBesos
Me gustó mucho esta lectura tan feelgood, deja muy buen sabor de boca. Me encantaría leer, de este autor, la del sombrero de Mitterrand, pero me temo que todavía no ha sido editada en castellano, qué pena. Tendré que aprender francés :-) Besos.
ResponderEliminarVale, el libro lo tengo apuntado. No tengo diario para meter en el bolso, será eso lo que espera el destino? Aunque si me puede ahorrar el hostión y el robo, mejor. Gracias.
ResponderEliminarEste tipo de historias me tiene que pillar de buenas para que me las crea a pies juntillas y así disfrutarla porque si no...
A ver si un día me animo y paso el rato.
Besos
Hola preciosa!
ResponderEliminarEsta no es para mí, así que no me animo con ella he leído varias reseña y la verdad que casi todas coincidir más o menos por lo que no termina de convencerme así que en esta ocasión la dejo pasar.
−Fantasy Violet−
Besotes! ♥
Me ha pasado un poco como a Eyra, que estaba de calentón con esta lectura, y a cuenta de opiniones más reguleras, me fui enfriando. Pero ... igual un día caigo, no se puede saber.
ResponderEliminarBesos.
De momento no voy a correr a buscarla, aunque si me la tropiezo puede que la lea. Besinos.
ResponderEliminarPues no me importaría leerla. Me gustaría cotillear en ese cuaderno rojo, jaja Yo llevo otro de igual color pero no creo que quien lo encontrara se entusiasmara tanto porque sólo son cosas del trabajo, bien aburridas, jeje Me lo apunto :)
ResponderEliminarBs.
Coincidimos esta semana con reseña... A mí me ha gustado, una lectura feelgood para pasar un buen rato con su lectura y acabar con una sonrisilla en los labios.
ResponderEliminarBesos
¡Hola guapetona! está perfectamente de la libreta roja podía ser yo porque las que llevo ahora en los bolsos son de color rojo justamente 📙 en caso de robo no habría una gran perdida porque es más, quien la encontrará podría pensar que es de una esquizofrénica o de una tarada sin más y no andaría muy lejos con lo de tarada 🤪 así que la pérdida tampoco sería muy grande porque a punto de cada cosa...🤫😂
ResponderEliminarsi es que solamente en la forma que comentáis las cosas no queda más remedio que leerlas, a mí me tienes completamente hipnotizada, empiezo a pensar que me habéis hecho algún tipo de sortilegio...🧙
Besitos carinyet 💋💋💋
El otro día la reseñó Ayla y me dejó con muchas ganas, con tu reseña me vuelve a pasar lo mismo. La leeré seguro, cuándo ya es otro cantar ;)
ResponderEliminarBesitos
No sé si me convencería la forma en la que está narrada así que de momento no me la llevo
ResponderEliminarBesos
Me lo regalaron el año pasado y todavía no lo he leído, espero no tardar en hacerlo, que creo que la disfrutaré como habéis hecho los demás en general. Un beso!
ResponderEliminarHace poco leí otra reseña y a pesar de no ser una novela redonda me apetece leerla.
ResponderEliminarBesos
Quizá la mayor ironía del destino sea el casi idéntico nombre de ambos protas. Siendo así cortito, no me importaría leerlo. La portada es muy elegante, unos colores que se te quedan grabados.
ResponderEliminarUn beso ;)